Prologo: La noche de luna llena

Una mansión abandonada.
Se veían sombras que danzaban en la oscuridad, dándole un aspecto tenebroso a la habitación de la vampira que en cualquier momento despertaría, luego de 10 años, en la noche de luna llena.
Un ataúd de madera blanco.
Allí, descansaba Rin Kagamine, más conocida como La Princesa de Las Tinieblas. Su cabello era rubio, con algunos ''reflejos'' en gris perla. Sus ojos eran azul zafiro, y contaba con 16 años de edad. Era delgada, y un tanto bajita para sus 16 años, pero a ella no le importaba. Lo único que ella deseaba en ese momento, era encontrar a su amado hermano, del cual la habían separado hacia 10 años.
La princesa abrió los ojos.
En este momento, los ojos azul zafiro se encontraban tan rojos como dos rubíes. La sed de sangre era soportable hasta cierto punto. Se sentó cuidadosamente en el mullido ataúd, y miro la habitación. A los pocos segundos, un chico peli azul se posó a su lado, acariciándole el cabello.

-Kaito…- Susurro la vampira, mientras le miraba.
-Tranquila princesa, ya estoy aquí para servirle.-
-Gracias Kaito.-

El joven se retiró de la habitación.
La vampira se levantó completamente del ataúd. La ropa que llevaba era anticuada. ¿Por qué tenía un vestido como el de Claudia, al final del film Entrevista con El Vampiro?* Kaito a veces si que exageraba. Busco en su armario, un poco de ropa. Saco de allí unas All Star negras, con detalles en rojo, junto con un jean y una remera blanca con una campera a cuadros negros y rojos.
La princesa bajo al salón, y todos los vampiros quedaron en silencio.
Todos los vampiros (en su mayoría, los adolescentes) se quedaron mirando a la princesa, mientras ella bajaba las escaleras. De verdad parecía una adolescente común y corriente, excepto por el color rojo sangre de sus hermosos ojos que naturalmente eran azul zafiro.
La princesa había despertado, lo que significaba que la búsqueda por aquel chico debía empezar.
-¿Saben algo de el?.- Pregunto la princesa, mientras un brillo de esperanza se podía ver en sus ojos.
-Si, sabemos que se encuentra aquí, en Nueva Orleans.- La princesa sonrió. Los jóvenes vampiros quedaron embobados con su sonrisa. Incluido Kaito.
-Bien… entonces, debo ir a buscarlo. ¿A que colegio concurre?.- Inmediatamente, a la princesa le dieron todos los datos necesarios, la dirección del colegio, del apartamento en que ella y Kaito vivirían, etc.
Deseaba abrazarlo, por cada minuto que pasaba en ese auto se sentía cada vez más cerca de él.
Miraba el vidrio de la ventanilla del auto. Sus ojos ahora eran azul zafiro, haciéndola ver más humana que de costumbre.
-Rin, ya llegamos.- Claro, no podía decirle princesa, o la gente les miraría raro.
-¿Eh? A si…- Bajo del auto acompañada de Kaito, que llevaba sus maletas.
Ya adentro del apartamento, en la habitación de Rin…
-Hermano… Prometo que te devolveré tus recuerdos, y te ayudaré a descubrir tu parte vampírica… Te amo Len…- Suspiro, y se acostó en la mullida cama. Demasiado mullida para su gusto, pero le gustaban las cosas suaves. Cerró los ojos y deseo con todas sus fuerzas, encontrarse con su hermano al día siguiente en el instituto.