N/a: los cinco sentidos ya están completos, así que se suponía que esto iba a terminar. PUES NO. En realidad, la serie entera de "Tácito" empezó por este drabble. Sí, ya sé que a nadie le importa.

Me encanta escribir sin puntos. Parece que es un comentario sin nada que ver, pero no.


Bonus. I've left my best days down this road
-Canción: Just go on, por Emptyself.
-Sentido: común (Falta de).
-Número de palabras: 420.

Wonder if I can turn down, the noise coming from all around tune in before it's too late to find my way

A Dino la vida le había terminado convenciendo de que, en la gran mayoría de los casos, había que callejear un poco para llegar con el cuerpo medianamente entero a cualquier parte. Hibari siempre había defendido que la única forma de avanzar era abriéndose paso en línea recta. Lo único que tenían en común era que, como Dorothy, habían dejado hacía mucho de seguir el camino de baldosas amarillas.

En ocasiones, Dino reía bajito y murmuraba contra la piel de Kyouya algo parecido a que había sido la hostia que se encontraran, aunque fuese un poco de aquella manera. Porque nadie con dos dedos de frente les daría el premio a los mejores compañeros de viaje. Vamos, ni de lejos.

A la mínima se empujaban. Se ponían zancadillas. Se saltaban mutuamente al cuello. Rodaban por el suelo, luchando; se arañaban, se mordían, se daban puñetazos y alguna que otra vez un muslo acariciaba una entrepierna, alguien soltaba un jadeo ahogado y ya se había liado parda, porque a partir de ahí se les volatilizaba cualquier tipo de coherencia y era imposible parar (no siendo esto meras figuras retóricas).

Y les gustaba. Como nada que hubieran conocido antes. Ya de perderse, aunque sólo Dino lo decía, mejor hacerlo juntos, ¿no?, y Kyouya bufaba que con él ni hasta la esquina y Dino sonreía y respondía que ya veremos; y daba igual si estaban solos o frente a Tsuna o en medio de un ajuste de cuentas con los oídos llenos de pólvora y del sonido de los disparos, que siempre encontraban la forma de extraviarse un rato y morderse la boca con hambre de perro de herrero y a veces la mano de Kyouya tomaba otros rumbos, porque la lucha le ponía, y Dino volvía a sonreír y gemía un poquito, para contentarle, y le prometía que se iba a enterar de lo que valían un par de peines y Kyouya le estrujaba la polla por encima de la ropa y no te dejes matar, Cavallone, que el único con ese derecho soy yo y ni se me ocurriría, cariño, pero no tengas tanta prisa que nos va a sobrar tiempo en el infierno, y yo no creo en el infier— pues cree, Kyouya, que la eternidad es muy larga y ahora que sé cómo es la vida contigo no me sale de los cojones volver a lo de antes.

Y una mirada. Y una risa. Y a seguir follando, o firmando impresos, o matando.

¿Y qué si estaban como cabras?

Way past the signs that point back home, so I've got no choice but to just go on


N/a: eh, eh, eh, ¿lo habéis pillado? Sentido común, porque son unos inconscieSOLTADME, CABRONES, NO ESTOY LOCA.

E.