Bueno bueno! Hacia AÑOS que no publicaba un fanfic nuevo, en cuanto empecé con mis estudios superiores dejé mis fics al lado por desgracia y de leer fanfics (más desgracia aún) :/...pero ahora que ya he terminado lo que tenia que terminar un día empecé a leer fanfics otra vez y me acordé de todas esas sensaciones fantásticas de cuando leias historias que te emocionan y que te hacen sentir cosas increíbles! Entonces me puse a escribir otra vez y gracias a mi beta reader pude terminar fanfics que estaban medio terminados, pero aparte de eso me apetecia volver a escribir un fanfic Ichiruki, ¿Y quién no? xD AMO A RUKIA KUCHIKI Y A ICHIGO KUROSAKI!

Así que después de hablarlo con ella empecé a escribir y salió esto. Tengo algunos capítulos escritos así que intentaré actualizar pronto (si esta historia es del agrado claro .).

Así que...¡vamos a ello!


Le miró. Una vez más.

Más bien la novena vez en esos pocos minutos que habían pasado.

Suspiró. Otra vez, por novena vez.

El hombre delante de ella seguía igual, sin mover un músculo, delante del portal, con una mariposa negra al lado. Pero la mariposa solo revoloteaba a su alrededor, no iba a avanzar hasta que él lo hiciera. Cosa que no hacía. Solo se quedaba ahí, de pie. Pensativo.

Cuando la chica suspiró por décima vez, habló.

— ¿Te lo has pensado bien?

No recibió respuesta, al menos hasta unos segundos después.

—Por última vez Rukia…sí.

Ella contempló como por fin el shinigami pelinaranja avanzaba.

Capitulo I: Presente.

—Ya no es el mismo —dijo muy claramente.

—Pues claro que no Rukia —Dijo Matsumoto a su lado apoyándose en el alfeizar de la ventana del edificio donde estaban. Ambas tenían papeleo para sus capitanes y tenían que ir de edificio en edificio por eso de vez en cuando se encontraban.

—Ha cambiado.

Matsumoto giró su cabeza y miró a través de la ventana del segundo piso de donde estaba apoyada, ahí se encontraba Kurosaki Ichigo entrenando junto a otros shinigamis, entre ellos Renji.

—Han pasado 5 años, no esperarás que siga siendo el mismo crio —respondió bostezando, la noche anterior se fue de fiesta, ella y varias shinigamis con muchas botellas de sake.

—Claro que no y estoy contenta por eso —dijo Rukia levantando los hombros.

—Por cierto Kia-chan… ¿no tienes más papeleo de lo normal? —Preguntó echándole una mirada a los papeles que tenia en sus manos —A ese paso me vas a superar en trabajo retrasado.

—Pero tú tienes a Hitsugaya-taicho para ayudarte.

—Más bien para hacer tooodo el trabajo —Rukia se rio ligeramente y se despidió de ella. Tenia que darse prisa para acabar el papeleo que se había propuesto terminar.

Al entregar lo que tenia que entregar en la oficia de ese edificio se dirigió al primer piso, desde ahí, sin que se diera cuenta, se quedó observando a Ichigo a través de otra ventana.

Habían pasado 5 años desde que aquella vez que Ichigo tomó la decisión de quedarse en la Sociedad de Almas, extrañamente fue la única que pensaba que no era una buena opción, sus amigos y sus hermanas le parecieron bien, hasta su padre, una vez le preguntó por qué y él solo le dijo que cada uno encuentra su sitio, y puede que él lo hubiera encontrado aquí.

Pero ella solo veía que perdería un montón de cosas que solo los humanos podían vivir. Le preguntó muchas veces si estaba seguro, él solo se dedicaba a decirle que era una pesada.

En esos 5 años entrenaba y entrenaba, intentaba aprender Kido pero era realmente imposible, hasta se había pasado alguna vez por la academia de shinigamis, sin embargo no le hacia falta por lo visto, ya que donde de verdad destacaba eran en las misiones. No era de esperar de aquél que había vencido a Aizen y demás enemigos.

Formaba parte del escuadrón 13, el mismo que ella, sin embargo…

—Oye, ¿lo has oído?

—Si, si y ¿tú?

— ¡Dicen que Kurosaki Ichigo será capitán dentro de nada! ¡Increíble! ¡Si apenas lleva algunos años aquí!

— ¡Pero solo son rumores no hay nada claro todavía! ¡Pero cada vez se habla más de ello!

Rukia observó a las dos shinigamis jóvenes cotillear sobre el asunto muy contentas. Si ese era otro tema, ella sentía que aunque hubieran pasado 5 años Ichigo se estaba sometiendo a cambios muy bruscos que un humano o un shinigami no es normal que pase.

Le echó un vistazo por última vez antes de irse.

Había cambiado en varios aspectos, en muchos aspectos. Ahora lo veía más maduro, había crecido, era más grande, más fuerte, más poderoso, más todo. Y no sabía si le gustaba eso. En el fondo se sentía casi la misma de siempre. Igual es porque en la sociedad de almas el paso del tiempo es distinto. Ahora ella era teniente y si que se sentía más cambiada pero no tanto como él ni en tan poco tiempo.

Ichigo dejó a Zangetsu clavada en el suelo mientras se tomaba un pequeño descanso. Mientras se secaba el sudor observó a Rukia irse.

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El día se hizo un poco pesado para ella pero por suerte pudo terminar casi todo su papeleo a tiempo.

—Rukia-chaaaan! Hip! —gritó Kiyone mientras entraba en su despacho muy feliz…muy feliz.

— ¡Kiyone! ¿Ya estás bebiendo a estas horas?

— ¿A estas horas? ¡Pero si casi es de noche ya! ¡Hip!

Rukia le miró con ojos entrecerrados aun así la chica no perdía el tiempo en beber y su turno no había terminado todavía, miró el reloj y vio que era verdad que ya era un poco tarde.

Kiyone se quedó un rató observando la montaña de papeles que había en la mesa, no pudo evitar reírse como una niña.

— ¿Qué te resulta tan gracioso?

—Lo que hip! haces hip! Rukia-chan! Hip!

— ¿Trabajar?

— No se lo he dicho a nadieeeeeeeeeeee hip! —se llevó un dedo a la boca en señal de silencio.

— ¿El qué? ¿Qué trabajo?

—Que trabajas el dobleeee de hecho más bien…que trabajas hip…demasiado.

—Si quieres mantenerlo en secreto…

—No hip me dejas hip terminaaar hip hip

Rukia se levantó de la silla sin prestarle mucha atención a su subordinada que casi se caía al suelo y se estiró, llevaba mucho tiempo sentada.

—Le haces los deberes a Kurosaki-san hip hip

La morena parpadeó varias veces y dirigió su vista rápidamente hacia Kiyone.

— ¿Cómo…?

—Siii, que no se lo diré a na hip! Nadie…hip! —dijo felizmente mientras salía por la puerta.

Era increíble como la gente le gustaba hacerse la despistada.

Se dejó caer cómodamente sobre la silla de su escritorio y pasó la cabeza de manera que se quedara mirando al techo fijamente.

Trabajó con él los dos primeros años hasta que se acostumbró totalmente a la Sociedad de Almas, le ayudaba con los primeros papeleos, le explicaba más a fondo la jerarquía shinigami, como funcionaba todo, las normas y hasta fue la primera en intentar enseñarle Kido.

Pero fue a partir de ese quinto año que Ichigo y ella se veían cada vez menos. Cada vez le daban más misiones al ver que prácticamente todas sus misiones tenían un éxito rotundo, y como no podía encargarse de los demás deberemos como shinigimi de su escuadrón y de sus misiones puesto que muchas veces se pasaba mucho tiempo fuera, ella le dijo un día que no se preocupara que ya se encargaría ella. Si podía hacerlo Hitsugaya con Matsumoto, ¿por qué ella no? Al menos decirle eso pareció convencerle.

Desde entonces se veían cada vez menos, claro que ella al ser teniente era la encargada de comunicarle las misiones y de explicarle lo que tenia que hacer, pero era mera moderación. Hacia mucho que no compartían nada, ni si quiera una conversación como dios manda.

Tenia que admitirlo, echaba de menos al Ichigo Kurosaki de hace un par de años. El que era su nakama al 100% de la palabra.

— ¿Aún estas aquí?

Esa voz ronca le despertó. No se había dando cuenta pero se había quedado dormida pensando en todo aquello. Bajó la vista y observó al chico o en cuyo caso, hombre de quien estaba pensando hace unos momentos.

—Ichigo —

—Deberías de irte a casa si estas tan cansada. —Dijo acercándose al escritorio donde se encontraba la chica, y cogió el papeleo que tenía preparado para hacerlo mañana —Yo me encargaré de esto.

—No creo que puedas —Contestó sin mirarle aún concentrada en despertarse —Taicho tiene algo preparado para ti.

―¿Otra misión más? Volví hace dos días.

―No tiene por qué ser una misión —Contestó llegando a pensar por un segundo en que quizá los rumores eran ciertos y Ukitake-taicho quería anunciarle que iban a subir a Ichigo de rango.

La verdad es que Ichigo se quejaba cada vez menos y ya empezaba a tomarse las cosas como un hombre… cosa que a veces Rukia no soportaba… y a veces admiraba.

A veces no lo soportaba por una razón. Que no admitiría. Pero no iba a pensar en eso ahora.

―Es igual, me lo llevo igualmente.

―Como quieras.

Vio que Ichigo no se movía de su lugar aún después de haber cogido los papeles. Más bien observándola a ella.

— ¿Qué pasa?

Ichigo solo giró la cabeza

―Nada importante —Y seguidamente se fue a la puerta, aunque tras pensarlo dos segundos se decidió a decirlo —Estaba pensado en que siempre me ayudas demasiado —volvió a dirigir su mirada hacia ella.

Rukia solo movió la cabeza restándole importancia.

―Es mi deber.

―Creía que era por que eras mi amiga.

―También.

Ichigo se despidió con la mano y desapareció por la puerta.

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Al parecer si que era otra misión, solo que era en Hueco Mundo. Suspiró. Estaba más claro que el agua que las misiones de Ichigo subían de rango como la espuma últimamente… seguramente para ver si tenía madera de capitán, o eso pensaba ella y el resto del Sereitei.

Ya llevaba 3 días fuera y siempre pasaba los mismo, llegaba rumores y rumores sobre las hazañas de Ichigo, sinceramente la mayoría eran un poco exagerados, como que vencía a los huecos con la punta del dedo o que son solo respirar los hollows de gran nivel se morían. Pero el rumor de que iba a ocupar un gran puesto en la sociedad de almas cada vez era más fuerte.

Al final ella se encargó del papeleo.

Aunque no lo dijera ella en voz alta…como teniente tenía el poder de hacer que Ichigo siempre fuera con los mejores hombres de su escuadrón, no quería que le pasara nada, a pesar de que iba creciendo como hombre se seguía preocupando de él. A veces hasta pensó en acompañarle en alguna de las misiones pero sabia que él tenia que lucirse…como no.

—Te noto algo melancólica, Rukia.

―Eh? —soltó su boca, sin darse cuenta se había quedado otra vez embobada en algún punto fijo.

—Apenas has probado el arroz.

Ella miró el cuenco entre sus manos, rara vez comían junto a su hermano puesto que estaban muy ocupados…era increíble veía más a su hermano que al propio Ichigo.

—Solo…ando un poco preocupada por algunos quehaceres del escuadrón, no es nada—contestó empezando a comer deprisa el arroz.

—Igual te centras demasiado en el trabajo —dijo su hermano tranquilamente mientras terminaba de tomar su té. Rukia agradecía los pequeños momentos en los que su Nii-sama mostraba algún tipo de preocupación.

La culpa era de Ichigo, si se vieran más, ella no estaría cada dos por tres pensando en él. Tenia que admitir que echaba de menos sus peleas con él, se había acostumbrado en esos años en los que casi tenían que separarles porque se iban a matar a golpes si no era verbalmente, se había acostumbrado mucho a su compañía. Estaba claro que no pensaría así de él si no fuera porque llevaban casi un año sin verse como antes…y cada vez el tiempo iba a pasando. Y si se hacia capitán dudaba que lo viera más.

El hombre moreno se quedó un rato con los ojos cerrados. Nunca nadie sabía que se le pasaba por la cabeza a ese noble.

—Si quieres puedo organizarte una cita— dijo Byakuya tranquilamente dejaba la taza del té en la mesa.

No, la verdad es que nunca se sabía.

― ¿Perdón? ―dijo Rukia inocentemente mientras seguía comiendo lo más deprisa que podía.

―Para entretenerte, aunque sea.

— ¿Una cita? ¿Con qué escuadrón?

—No me refiero al trabajo Rukia —dijo Byakuya con parsimonia.

La morena sintió como una masa de arroz se quedaba atorada en su cuello.

El "Si quieres…" de Byakuya Kuchiki nunca era un "Si quieres…".


He de confesar que me resulta un poco dificil y extraño escribir a Ichigo y Rukia mayores y más maduros, supone un poco un reto para mí, pero he leido unos cuantos y la verdad es que pensé que seria interesante ¡Espero que para vosotros lo haya sido!

Gracias si has leido el capitulo! Si os gusta espero vuestro review por fis .

Ja ne!