Un día más

Rafagas

Angielizz


En algún punto de la historia comenzamos a mal-comprender que nada bastaba. No bastaban los minutos, las horas ni los días. No bastaba la cantidad de alimento que pudieramos obtener ni el agua almacenada. No bastaba la ropa para cubrirnos ni los lugares conocidos para ocultarnos de la realidad. Siempre faltaba algo, nos encontramos en la eterna búsqueda de lo inalcanzable.

Y entonces aparecieron ellos. Y todo aquello que hasta entonces no había bastado empezó a faltar, lo añoramos con fuerza sin resultados positivos. Y entonces sí: nada de lo anterior estaba, no sobraba ni había migajas.

De repente la vida, esa que habíamos tenido en grandes cantidades y malgastado a nuestro antojo nos fue arrebatada por las manos de unos extraños venidos de otro mundo.


Actualidad

Siento como esta noche se hace más larga, pareciera que por cada segundo que transcurre se añaden otros dos a la espera. Me mantengo despierto pero no por ello más paciente, dejo de divagar y me concentro en lo que está sucediendo, no fuera a ser que de repente algo abajo suceda y nos tome desprevenidos.

Jasper y Emmet están a una rama encima de mi cabeza, han decidido desde hace un par de horas guardar silencio rotundo. Los otros hombres que nos acompañan en diferentes ramas y desde distintos árboles coinciden con todos: hay que callar. Lo que parece motivarlos es diferente y a la vez lo mismo: seguir vivos, volver con alguien.

Estoy seguro que debe haber alguien, de estar solos no habrían llegado tan lejos. Vuelvo a pensar en Bella. ¿Qué habría sido de mí si ella no hubiese reaparecido en mi vida aquella segunda vez? Porque de no haber aparecido en la primera ocasión la respuesta sería clara: habría muerto.

Pero si no nos hubiesemos encontrado en el segundo lugar, si no hubiese insistido en acompañarla, quizás con un par de semanas más habría perdido la cabeza, ya fuera por falta de cordura, un disparo en la sien o a causa de las criaturas que nos acechan a diario. Perder la cabeza ahora tiene varias connotaciones.

¿Ella se encuentra bien? La esperanza es lo único que me mantiene en mi sitio. Si ella está bien, mi hermana menor se encuentra con vida, Rosalie se encuentra a salvo. Todo tiene que estar bien…

La lluvia hace pausas en momentos y en otros instantes vuelve azotar la tierra con fuerza, estoy temblando de frío y no puedo hacer nada contra ello. Perder la cabeza, morir de hipotermia, todo puede suceder esta noche.


24/03/2013

Son las dos de la mañana cuando su voz me despierta, su llanto siendo específicos. Una pared, un pasillo, una pared más, varios pasos nos separan y pareciera que la tengo acostada a mi lado.

Cierro los ojos e intento pensar en alguna vieja canción, en algunas de esas que ponemos en la grabadora que conseguí hace poco y que encendemos cuando parece seguro. No encuentro una melodía para tararear ni la letra de nada. Sólo puedo pensar en su voz, en su llanto.

En realidad sólo puedo pensar en el dolor.

Al no ser mi dolor parece ser peor. Es el dolor de ella y por alguna razón no me molesta como otras tantas noches en que me despierta con su llanto. Esta vez no quiero que se calle, quiero que le deje de doler.

Pienso en ella y sólo puedo pensar en su cara asustada cuando corría enfrente de esos humanos que habían perdido los rastros de humanidad, cuando ella era la presa en una cacería sin fin sin sentido.

Me levanto de la cama, y camino a oscuras, abro la puerta de mi habitación, cruzo el pasillo y toco a su puerta. Espero. ¿Qué diablos estoy haciendo? Debería regresar a mi habitación, dar media vuelta y dormir. Dar media vuelta, bajar las escaleras, pasear por el hotel abandonado que es nuestro pequeño refugio por ahora. Dar media vuelta, subir las escaleras, apreciar la vista de una ciudad abandonada. Dar media vuelta, caminar hacia ninguna parte. Dar media vuelta,…

¿Qué diablos estoy haciendo?

La puerta se abre cuando yo aún sigo ahí sin decidir que hacer. Veo la silueta de Bella, la noche está sin luna por lo que no puedo ver su rostro pero puedo escuchar su voz que demuestra que ha estado llorando.

―¿Qué sucede?

―No podía dormir

―¿Qué haces aquí?

―Tuve un mal sueño, ¿puedo entrar?

Si se niega no tengo ningún pretexto para seguir a esta hora en la puerta de su habitación. Si rechaza mi petición no hay manera en que pueda entrar y tranquilizarla.

―Pasa.

Entro. Ella camina y se sube en su cama, su habitación es igual a la mia: con una cama matrimonial y sin sofá.

Me siento en la cama sin tener idea de qué decir.

Miro a la oscuridad, la luz que entra por los orificios de la cortina crean pequeños halos de luz en la pared pero no la suficiente como para ser de utilidad. No sé de qué hablar, entonces comienzo con lo único que nos une en realidad: la soledad.

―Mi madre murió en mis brazos, ¿te lo he contado alguna vez?, murió desangrándose y yo no pude hacer nada para evitarlo. Habría matado a quien le hizo eso si lo hubiese tenido enfrente.

―Yo me escondí mientras asesinaban a mis padres, ellos me pidieron que lo hiciera pero yo no debí obedecer.

―Mientras yo iba de rapiña a una tienda abandonada con amigos, mis padres estaban siendo asesinados.

―¿Sueñas con ellos?

―Todo el tiempo.

―¿Crees que algún día…

―Ojala ―Ojala algún día las pesadillas desaparezcan― ¿Te sabes alguna canción?

―Sólo una canción

―Antes sólo podía volver a dormir con los audífonos puestos y la lista de reproducción. Ahora nada de eso sirve… no sé cantar.

―¿Y cómo es que duermes?

―Vuelvo agotado, de otra manera puedo permanecer despierto sin problema. ¿Te sabes alguna canción, un tarareo, lo que sea?

―No soy buena cantando.

―No puedes no ser buena cantando, además no hay nadie en esta habitación que pueda calificar si lo eres o no. ¿Podrías…

―¿Cantar?

―Sólo una vez, para recordarla cuando no pueda dormir.

―Podríamos ir por la grabadora del patio y subirla a tu habitación.

―En la noche no hay ruido, ellos podrían escuchar… no te preocupes, será sólo una noche de insomnio ―me levanto de la cama― buenas noches, Bella.

―Mamá me cantaba una canción, era su favorita.

Me acuesto en la cama despacio, a su lado, mirando al techo en espera de que comience, en realidad no tengo idea de qué diablos estoy haciendo, pero aquí estamos y parece funcionar, como si abrir ciertas heridas a altas horas de la noche y en total oscuridad cuando las mejillas de ambos están empapadas no doliera del mismo modo que si fuese de día.

Bella canta, canta fatal si tengo que añadir, pero canta así porque su voz sigue sonando a un sollozo sin terminar, canta una canción que no he escuchado nunca en la vida, una buena letra con una suave melodía que le da Bella con tarareos en los espacios que no recuerda.

Dijo que era la canción favorita de su madre, intento pensar en la canción favorita de la mía para pedirle que la cante si la recuerda, pero no sé cuál era su canción, nunca la escuché cantar ni hablar de cantantes o de música. Tal vez no tenía una canción, tal vez Alice supiera cuál canción le gustaba cantar en la ducha…

Alice.

Intento no pensar en ella. Si no pienso en ella mi mala suerte no la afectará, si limito mis pensamientos al presente sin ensoñaciones del futuro nada malo podría sucederle. Pensar en mi hermana me hace recordar a mis padres y las promesas que no cumplí. Mi único deber era cuidarla y les he fallado.

Ahora ni siquiera sé si ella sigue con vida, intento pensar en algo más. En mamá. Mamá está muerta pero eso es un hecho, Alice es una esperanza abierta.

Bella era hija única y sus padres han muerto, ahora ella está sola con un loco que le habla en la madrugada de sus padres muertos y traumas para hacerla cantar en lugar de llorar. Todo esto está tan jodido.

―Gracias ―me siento para irme.

―No te vayas, sólo quédate un rato más.

Me acuesto de lado mirándola a ella, ella también está mirándome a mí en la oscuridad. Ella sigue llorando, no estoy seguro de si abrir heridas en la noche haya sido buena idea. Me olvido de los límites impuestos en menos de veinticuatro horas y la acercó a mí con mi brazo.

Entierra su cabeza en mi pecho, hipa, solloza, me aprieta más a ella. Hago un poco de lo mismo.

―No digas nada ―me pide, pero no hay palabras para decir.

A la mañana siguiente despierto en su cama, ella acostada sobre mi pecho, no me muevo ni intento escabullirme por la puerta para fingir que no ha sucedido. Porque ha sucedido, algo ha pasado hace un par de horas, una herida que ha sido descocida, limpiada y dejada a la intemperie para que cicatrice por si sola.

Cuando ella abre los ojos después de unos minutos nos miramos, le sonrió de esa manera que se sonríe a quien es poseedor de un secreto triste, ella me sonríe de vuelta porque hemos cruzado el límite. Aquel donde ya no existen los límites, no hay secretos ni falsas barreras por adelante. Y no sé si es porque es muy temprano y no me encuentro con capacidad de resistirme a lo desconocido pero mis alertas no indican que sea una mala decisión lo que ha ocurrido.

Actualidad

Dejo de correr y empiezo a caminar después de un rato sin escuchar el ruido de ellos, Jasper y Emmet van detrás de mí, miro hacia ellos pero ninguno de los tres tiene las palabras para decir algo. Seguimos andando en silencio y precavidos. Miro hacia los lados en cada momento, no hay manera de descuidarme, estoy al aire libre y nos encontramos en plena persecución. Van a matarnos si nos detenemos.

No entrar en calor sólo trae como resultado que comience a temblar de frío. Mis rodillas comienzan a doler desde adentro, sólo quiero llegar a la ciudad y encontrar a Bella. No tengo idea de adonde debería ir, ni a dónde se dirige ella pero algo ha de hacerse.

―¿Hacia dónde? ―pregunta Emmet.

―Si seguimos la corriente del agua quizás lleguemos.

En realidad no tengo idea de si llegaremos a alguna parte, sólo sé que debemos seguir andando, ya debemos llevar una hora así, sin rumbo y sin planes pero sin intenciones de detenerme.

―Podríamos sentarnos y recuperar fuerzas ―propone Jasper. No me detengo.

―Tenemos que llegar a la ciudad, aún falta encontrar un lugar donde escondernos y buscar la camioneta donde iba Alice.

Intento sacar de mi cabeza a todas esas personas siendo masacradas, la mayoría de ellos eran jóvenes y ninguno fue capturado, no los quieren con vida. No nos quieren con vida. Pienso que tal vez la temporada de recolección de humanos ha terminado, ahora debe comenzar la simple cacería sin fines científicos. Sólo hay una opción para nosotros: la muerte. La esclavitud ha sido abolida, al parecer.

Cuando creo que no voy a resistir caminando un segundo más los arboles comienzan a ser cada vez menos, entonces distingo edificios de la ciudad. No reconozco ninguno pero ya es algo estar de nuevo cerca de territorio conocido.

El nuevo panorama se convierte en un incentivo, tanto Jasper como Emmet comienzan a caminar más aprisa, de repente los tres nos encontramos corriendo. Me detengo cuando la calle se encuentra frente a nosotros, reviso el lugar, nada aparece a la vista y no hay señales que digan lo contrario. Los tres asentimos como aprobación, no hay nada de que temer.

Emmet sale primero, esperamos, Jasper me hace una señal con la cabeza y sonríe, lo sé. Estamos cerca de encontrar a Alice, estamos más cerca de lo que llevamos estándolo desde la madrugada.

―Vamos por ellas― me dice Jasper. Le doy un golpe en el brazo.

Todo parece como antes, somos de nuevo los tres, ahora podríamos estar jugando en el bosque detrás de la casa como cuando éramos niños, en una caminata como adolescentes o sobreviviendo en el fin del mundo. Ahora estamos los tres en aprietos, pero todo parece que va a resolverse.

―Vamos por ellas ―le digo a Jasper recibiendo un puño en el hombro de su parte.


Vaya, no sé cuanto ha pasado desde el último capítulo pero aquí está éste ojala les haya gustado, saludos.