Camino dejando un rastro de sangre con el alma en los ojos. De mis labios salen maldiciones hacía toda persona que cruza por mi mente. Me aferro con fuerzas a la empuñadura de la espada pues la Piedra de la Muerte no me deja arrebatarme la vida. Los veo a todos y sus rostros se refleja el miedo que sienten cada uno de ellos al verme pasar, poco dura su miedo porque caen al suelo como simples corazas vacías.
Gritos es lo único que llegan a escuchar mis oídos y llamas iluminan esta oscura noche tras mi paso. Odio, ira, desesperación, tristeza son los sentimientos que invaden mi cuerpo ¿Es este mi verdadero deseo? Sólo matar y matar y lo único que obtengo es nada. No es lo que busco, no es lo que me llena por dentro, pero a sus ojos soy la malvada asesina, el malvado aspectro. No tengo más opción que matarlos a todos porque este es el mundo que más odio.
Te sacaré de tu espiral de tristeza, lo juro y lo juré. Miro atrás y pienso que era feliz pero ver tus lágrimas destruían mi mundo de fantasia, un mundo que quería creer que era feliz. Me lo arrebataron todo, mi padre, mi hogar, mi futuro y ahora tú, mi último tesoro me lo van arrebatar.
El filo de nuestras espadas se cruzan con fuerza, el deber y el querer se cruzan entre ellos sin salir ninguno victorioso. No quieres matarme porque soy la persona más importante para ti, pero yo sólo quiero el descanso eterno que solo tú puedes otorgarme. Las lágrimas vuelven a fluir tras tus ojos con palabras de amor y lo sé, mi verdadero deseo ya sé cual es.
Mi verdadero deseo... mi verdadero deseo eres tú, Kagura. Quiero protegerte, quiero protegerte de cualquier dolor, quiero protegerte de cualquier desgracia. Los que te lastimen... los que te ponen en peligro... los que te traigan desgracias... quiero matarlos a todos ellos. Te lo ruego Piedra de la Muerte, protégela, borra su dolor, borra sus desgracias. Incluso si... ¡Soy yo la culpable!
Protege a mi hermana porque es mi último tesoro y mi único anhelo.