Hola. Aquí les traigo un nuevo fanfic basado en la saga Imitation Black, sólo que está algo cambiada, porque no hay yaoi… creo que le di un giro un poco fuerte… en fin, espero les guste.

Vocaloid no me pertenece.

Capítulo I: Imitation Black

El sol salía mientras despertaba a Rin de su sueño, se encontraba muy cansada, muy confusa y muy feliz al mismo tiempo. Era la rutina de todos los días, ¿La razón?: Un incomprendido y confuso corazón.

Se levantó, se duchó y se puso su vestido favorito, uno negro, con holanes blancos, una rosa roja y listones dorados sueltos. Recogió su cabello y lo adornó con un moño encima de la liga que sostenía su cabello.

Procedió a maquillarse. Ya no era una niña, así que usaba mucho maquillaje, a pesar de ser joven y no necesitarlo, usaba sombras negras, delineador, base que la hacía verse aún más blanca y labial negro.

Por último se puso sus zapatos de tacón y salió de su alcoba, dos jóvenes la esperaban en la puerta.

-Buenos días.

Dijo ella educadamente.

-Buenos días.

Respondió un chico de cabello azul que tomó su mano y la ayudó a bajar las escaleras.

-Buenos días.

Dijo otro chico de cabello rubio que tomó la mano de Rin que ahora estaba solitaria y la besó.

Rin se ruborizó ante el saludo por parte de ambos jóvenes.

-¿Ya desayunaste?

-No. Me levanté un poco tarde hoy.

-Necesitas descansar, princesa.

Rin se volvió a ruborizar, el joven que había hablado sonrió. Su nombre era Kaito Shion. Su cabello era azul, al igual que sus ojos. Era un chico caballeroso. Estaba enamorado de Rin. También era un vampiro.

El otro joven se acercó y tomó el brazo de Rin para guiarla al comedor, corrió la silla, esperó a que ella se sentara y la volvió a acomodar.

Su nombre era Len Kagamine. Tenía ojos azules y cabello rubio, un poco largo y se lo ataba en una cola. Era muy tranquilo y respetuoso. Al igual que Kaito, estaba enamorado de Rin y era un vampiro.

Kaito y Len tomaron asiento al lado de Rin, llegaron los sirvientes y sólo sirvieron un desayuno.

-Provecho.

Dijeron ambos.

Rin empezó a comer, y cuando terminó, dio gracias por lo alimentos y se levantó.

-¿Quieres dar un paseo?

Preguntó Len.

-Claro.

Dijo Rin contenta.

Len ofreció de nuevo su brazo y antes de salir, Rin le dedicó una sonrisa a Kaito.

¿La razón porque ambos jóvenes trataban tan bien a Rin? Ella todavía no elegía a uno como pareja. Así que ambos estarían a su lado hasta que ella por fin decidiera.

Len la llevó caminando hasta el bosque alrededor del castillo gótico de Rin, y se sentaron bajo un árbol.

-Espero no te moleste.

-Me preocupa más que estés en el sol.

Era verdad: Rin sabía que sus pretendientes eran vampiros.

-Tranquila. Sabes que el sol no me hace más que quemarme más que a una persona normal.

-No sólo es eso, Len. Puedes morir.

Rin tomó la mano de Len y este volteó. Él tomó su cara con su mano, pretendiendo besarla, pero cuando faltaba poco, ella se apartó.

-Lo siento.

Dijo Len sonriendo tranquilamente.

Pasaron dos horas hasta que ambos regresaron al castillo.

Kaito se levantó de un sillón en cuento escuchó la puerta abrirse. Por último, Len tomó la mano de Rin en forma de despedida y Kaito la tomó en cuanto Len soltó la mano de Rin.

-¿Nos vamos?

Preguntó.

-Sí.

Len no pudo evitar poner mala cara. Pero era un acuerdo, ambos tendrían cortas citas con Rin hasta que ella pudiera finalmente elegir a uno, pero no habrían de besarse.

Kaito llevó a Rin hasta un lago. La sombra de los árboles protegían a Kaito de la luz del sol.

Como era hora del almuerzo, Kaito llevó algo de comida para Rin. Ella comía gustosa, Kaito sólo la observaba, hasta que de reojo pudo ver una flor detrás de Rin. Se levantó sin aviso previo y la tomó. Rin volteó extrañada.

-Toma.

Dijo Kaito poniéndosela enfrente suyo.

-Gracias.

Respondió Rin tomándola y sonriendo sonrojada mirando la rosa.

Kaito bajó la rosa con la mano, obligando a Rin a que lo volteara a ver, se fue acercando poco a poco, Rin se quedó estática, pero luego puso su mano frente a los labios de Kaito.

-Lo siento.

Dijo él para disculparse por casi romper el acuerdo.

-Está bien.

Será mejor irnos.

-Bueno.

Ambos se levantaron del suelo y regresaron al castillo de Rin.

Al llegar, Len los esperaba ansioso. Rin se retiró, se encontraba algo cansada.

Rin estaba confundida: ¿A quién escoger? La verdad era que… pero no era posible.

Trató de dormir, pero tuvo una pesadilla, y del susto se levantó, le fue difícil conciliar el sueño, se sentía algo mareada, pero pensó que era por haberse levantado de golpe, así que ignoró todo.

Pasaron los días, Rin iba conociendo mejor a sus pretendientes, eran ambos tan lindos y atentos con ella, pero ella se sentía mal, pensó que tal vez era un resfriado.

Un día, ella se sentía tan mal que no se pudo levantar, y su costumbre diaria de bajar sus escaleras mientras sus vampiros la esperaban no se cumplió ese día, así que ellos subieron a su alcoba y tocaron la puerta.

-Pase…

Decía una débil voz.

-¿Estás bien?

-¿Qué te sucede?

Preguntaron ambos entrando.

-Me siento algo mal…

Dijo Rin. A pesar de usar maquillaje, estar peinada y con su típico vestido, se veía mal, cansada, enferma…

-Parece ser algo más…

Dijo Len.

-Sólo necesito reposo.

-Estaremos aquí por si necesitas algo.

Habló Kaito.

-Gracias.

Ambos se sentaron en unas sillas que se encontraban cerca. En poco tiempo Rin se durmió, y tuvo un sueño.

Primero vio el rostro de Len, parecía que sostenía algo entre sus manos.

Luego apareció el rostro de Kaito, también parecía sostener algo entre sus manos.

Sus rostros eran neutros, como esperando una reacción. Rin pudo verse a sí misma, con su vestido, sus zapatos, su maquillaje y su peinado iguales… pero había una diferencia, tenía sus ojos vendados con un listón negro.

Pudo tener una mejor perspectiva: Lo que sostenían Kaito y Len eran los listones que vendaban los ojos de Rin. Ella se sorprendió.

Ahora aparecía ella en brazos de Len. No se podía ver el rostro de ella, ya que Len lo tapaba con su pecho, tenía la venda en sus manos.

¿Acaso será Len?

Se preguntó a sí misma.

Cambió la escena. Ahora Kaito la abrazaba, pero el abrazo era diferente, él la abrazaba por la espalda, el rostro de Rin estaba cubierto por su cabello, y Kaito tenía la venda entre sus manos.

¿Acaso será Kaito?

Volvió a preguntarse.

Rin volvió a divisarse, pero esta vez ella sola. Muchos listones atrapaban su cuerpo, como si fuesen cadenas. Tenía los brazos, las piernas y el cuello atados, sus ojos también se encontraban vendados. Luego ella hizo un movimiento brusco para tratar de zafarse, pero no pudo hacer nada.

¿Será porque me siento atrapada porque no puedo escoger a uno de ellos, y por más que intento, no puedo?

Otra escena. Len tomaba la cara de Rin intentando besarla, pero ella no se acercaba por no romper el trato que habían hecho los tres.

Luego la imagen de Len cambió por la de Kaito. Estaba la misma situación.

¿Cuál elegir finalmente? Este sueño no le daba ninguna respuesta.

Rin se vio de niña. Con su vestido blanco como la nieve. Estaba de espaldas, era antes de que ella conociera a los vampiros, después de conocerlos sus vestimentas se volvieron negras expresando misterio, tal como esos vampiros lo expresaban.

Apareció la Rin actual, ahora mirando al frente.

Cambié mucho… desde que conocí a ambos, antes no usaba tanto maquillaje, no usaba el moño en el peinado, sino en mi cabeza y era blanco…

Len y Kaito aparecieron al lado de su representación tomando sus manos.

Ella confiaba tanto en ellos, nunca le habían hecho daño, pero luego sus ojos se vendaron de nuevo y las manos se soltaron, dejando las manos masculinas solas, pero aún cerradas, como si estuvieran esperando algo.

No sé si ambos se convienen, pero no importa… ¿Por favor, podrías enseñarme la respuesta?

Rin despertó de golpe, sólo Len estaba ahí.

-¿Qué pasó?

Preguntó preocupado acercándose.

-Todavía me siento mal…

Len no dijo nada, pero tomó sus manos y las sintió frías.

-Quiero decirte algo…

-Dime.

Dijo él, mirándola con ternura.

-Pienso en ti cada día, sintiendo nuestros hombros en un abrazo, iré a verte antes de que la sensación se funda… desapareciendo en la nada…

Len no supo qué decir… así que dejó la mano de Rin en su cama y se levantó.

-Le diré a Kaito que pase, quiere verte.

Dijo mirando a Rin de espaldas, tratando de ocultar su dolor.

A los pocos minutos entró Kaito y se sentó junto a Rin, tomó su mejilla, estaba fría.

-¿Cómo te sientes?

-Mal…

-Tranquila.

-¿Puedo decirte algo?

-Claro.

- Pienso en ti cada día, sintiendo nuestros hombros en un abrazo, iré a verte antes de que la sensación se funda… desapareciendo en la nada…

Kaito no dijo nada, sólo tomó la mano de Rin y la apretó un poco. Luego se fue sin decir palabra.

Ella cerró los ojos para poder volver a dormir.

Afuera de la habitación, se encontraban Len y Kaito.

-¿Se habrá dado cuenta?

-No. Pero no falta mucho.

-¿Cómo pude hacer eso?

Decía Kaito arrepentido.

-No fuiste el único.

Len estaba conteniendo sus lágrimas.

En su habitación, Rin llevó las manos a su cuello para quitarse su collar y notó algo: Dos pares de agujeros… los cuales eran ocasionados por… vampiros.

Empezó a llorar amargamente, ¿Por qué? ¿Por qué Kaito y Len habían hecho esto? Aún más… ¿Cómo no podía odiarlos por esto?

Por más que lo intentaba, no podía odiarlos.

-¿Por qué? ¿Por qué me hacen esto?

Lloraba mientras su mano seguía en su cuello.

-¿Será porque no pude elegir a uno? Perdón… pero yo no pude elegir a uno porque…

Rin empezaba a debilitarse cada vez más.

-Yo… amo… a los dos…

Su mano cayó de su cuello. El veneno de dos vampiros había terminado su efecto. Ese castillo se abandonó, dejando sólo a una chica en su cama, y sus lágrimas estaban aún frescas.

Continuará…