Gracias a todos los que leen el fic, repito que estaré publicando las lento, porque estoy traduciendo otro fic de Los Juegos del Hambre, si les gusta la saga pasen a verlo, se los recomiendo. Las últimas palabras no pude no ponerlas, mucha tentación :D Estaré dos semanas de viaje (MUNDO DE HARRY POTTER YEAHHHH) pero les prometo que el prox. Cap sera mas largo.

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Capitulo 4:

Los alumnos salieron de sus compartimientos, mientras caminaban por el pasillo se escucharon varios gritos de diversión. Todos descendieron del tren.

Los nuevos miraban hacia el bosque asombrados, inhalando el profundo olor de los pinos.

Algunos de los más grandes les copiaban este gesto. Pero, la mayoría de la multitud caminaba rápido intentando conseguir antes sus carruajes, era imposible no querer volver al castillo.

Druella, ágilmente había salido del vagón junto con los chicos, dejándolos comprometidos a acompañarla.

Todos salieron del andén, y fueron a buscar algún carruaje disponible.

El cabeza de zanahoria y la chica arbusto los habían dejado solos hace algún tiempo, acudiendo a ocupar sus deberes de prefectos. Obviamente costó mucho trabajo hacer que el chico entrara en razón y se responsabilizara.

La voz de una mujer llamo a los de primer año.

-¿Donde está Hagrid?- Pregunto el de ojos verdes y al no tener respuesta, siguieron caminando hacia los carruajes.

Unos segundos más tarde se les unieron los prefectos de Gryffindor.

Hermione no pudo seguir silenciando su curiosidad por más tiempo.
-¿Te acaban de transferir de otra escuela verdad? Eres mayor para que sea tu primer año- No me digas! ¿Es que Hogwarts les daba algún tipo de comida rara para que sus estudiantes sean tan estúpidos? Esta vez Druella no pudo evitar rodar los ojos sobre su cabeza. La chica Granger se sonrojo como lo habían hecho sus amigos.

-Acabo de ser transferida de Beauxbatons, y no, entrare al quinto curso si es lo que te interesa.-Tampoco actuaria como si repartiera caramelos, flores y felicidad a todo el mundo, y más para contestar preguntas estúpidas.

Todo el mundo estaba incomodo mientras esperaban. El chico de ojos verdes se quedo mirando a un carruaje, con expresión enamoradamente estúpida, mientras este se iba hacia el castillo.

Las niñas sobre el carruaje se reían y observaban al chico. Una de ellas lo saludo con la mano, mientras que las demás se reían histéricamente.

Hermione y Ron soltaron unas risitas divertidas, al ver la cara de su amigo, en especial Ron, feliz de no ser él, el que tenía esa expresión en el rostro.

-Bueno Harry, al parecer Cho Chang no te puede quitar los ojos de encima, hoy en el vagón me pregunto dónde estabas, creo que quería saludarte- dijo una muy divertida Hermione.

El rostro del chicho-Harry- llego a un profundo tono rojo, y bajo la cabeza con una sonrisita tonta plasmada en ella.

Los chicos agarraron un carruaje y se subieron. Druella no pudo dejar de observar los Thestral, le encantaban sus ojos, blancos, sin pupila.

También observo de reojo que el chico llamado Harry también los miraba, pero este parecía asustado. Supuso que sería la primera vez que los podía observar.

-¿Es que no los puedes ver? Están ahí! Son como caballos, pero más escalofriantes! Y tiran del carruaje, están ahí! Adelante! ….. ¿Es que no los pueden ver?- La desesperación en su voz era palpable.

Sus amigos lo miraban como si estuviera demente, alarmados por su salud mental. Y Ella no podía dejar de divertirse.

La charla siguió unos minutos mas pero ella no le prestaba atención, sin duda reírseles en la cara no sería una buena forma de hacer "amistades".

Su vista se poso en el exterior, justo unos segundos antes de que el bosque dejara que los estudiantes observaran el castillo.

Había leído mucho sobre este, libros, fabulas, historias, leyendas, pero nunca podría haber estado preparada para esta vista, era maravillosa, la magia era palpable en el aire, fuerte, poderosa, con solo una mirada se enamoro del castillo.

Este estaba sobre una alta montaña, al borde de un gran lago.

Era impresionante. Tanto para ver, tantas torres, tantas torrecillas, tanto bosque.

Sus compañeros de carruaje vieron su mirada asombrada y sonrieron.

-¿Hermoso no? Beauxbatons debe ser lindo también, pero Hogwarts es especial-dijo Hermione sonriendo-¿Sabes? La escuela fue fundada hace miles de años por cuatro grandes hechiceros de la época, Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin, ellos-su incesante voz fue interrumpida para su buena suerte por el pelirrojo, este le empezaba a caer mejor, y mientras siguiera callando estos molestos discursos, le reglaría un par de galeones.

-Diablos Hermione respira! Además a nadie le interesa que le expliques durante horas la historia de Hogwarts-dijo para luego dirigirse a Harry- Enserio amigo después de tantos años uno pensaría que dejaría de ser tan sabelotodo y mandona-

Hermione le echo una mirada de odio, levanto la barbilla y lo ignoro.

Harry no pudo no sonreír ante las peleas de sus amigos- Bueno ¿Si no lo hiciera no sería nuestra Hermione o no?-

Cuando salieron del carruaje, Druella se separo del grupo. Tenía la orden de ir primero con uno de los profesores (el cual la estaba esperando) para que estuviera presente en la selección de su casa, fuera del Gran Comedor, debido a su edad.

Subiendo unas escaleras hallo a una profesa, era extremadamente delgada, vestida con ropas que tenían lentejuelas, llamativas. De vista era patética. Al parecer Dumby quería que los mejores profesores estuvieran donde estaban los alumnos.

-¿Es usted profesora? Mi nombre es Druella Black, me acaban de transferir.-

-Oh si, pasa querida, el Profesor Dumbledore me pidió el favor de estar contigo aquí afuera mientras eres seleccionada, soy Sybill Trelawney, profesora de adivinación- Su voz era fantasmal, arrastraba algunas palabras, queriendo hacerse la interesante, típico de alguien que decía ver el futuro.

La siguió hasta un pequeño salón, cercano al Gran Comedor. Podía oír a los alumnos más antiguos, estos recién estaban llegando.

-Bueno hay que comenzar… Ehh…. Toma el sombrero, vamos, vamos, póntelo en la cabeza- Murmuro dándole el gastado objeto.

Druella miro detrás de la profesora con rostro asustado, esta se giro, para luego mirarla a la niña con aire de ensoñación y las pupilas dilatas. Luego de unos segundos volvió en si y la miro confundida.

-¿Profesora no me escucho?-

-¿Qué? Oh si mi niña claro que lo hice, solo me duele un poco la cabeza ¿podrías repetirme lo que mencionaste por favor?-Dijo intentando reordenar sus pensamientos-

-El sombrero me selecciono en Gryffindor, ustedes misma lo escucho, ¿lo mejor sería que fuéramos al Banquete de Bienvenida no cree?-

-Ehh sí, claro, vamos entonces, así que nueva Gryffindor, Minerva estará encantada- La profesora no le prestó atención al hecho que no recordaba la clasificación de esta joven. Ambas salieron del salón, y se encaminaron hacia el comedor.

Que los juegos comiencen

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