Matareyes

El Matareyes esperaba mucho de la gente de Desembarco del Rey como para exigir semejante juicio. Ahora que ella se encontraba en el trono, difícilmente habría caballero alguno que se dignara a defender su "honor". Daenerys bajó la vista al gnomo, estaba atribulado, era su hermano y la sangre los unía. Desconfiaba de él, pero sabía que era un ser justo, ella misma habría tratado de hacer algo por Viserys de haberle visto en semejante situación.

"Pero dejé que Drogo le coronara"

No, era diferente. Viserys había amenazado a su hijo, volteó la vista y la fijó en Viseryon, ahí recostado tras el trono de hierro viendo todo impasible y calmado. No era como Viserys, aún cuando lo nombrara en su honor y ella tampoco lo era, aún cuando llevara su misma sangre y así como ella el gnomo también era todo lo contrario al Matareyes… ahora también deberían decir reinas aunque Cersei Lannister nunca pudo ser una verdadera reina, había llegado del brazo del Usurpador y sus hijos eran de su hermano, ninguno de los pequeños príncipes eran herederos al trono.

Los crímenes de Jaime Lannister iban mucho más allá del asesinato de su padre el Rey Aerys II. Había lanzado a Bran Stark desde una torre con la esperanza de que muriera, atacó a traición a Eddard Stark, junto a Roose Bolton habían planeado la Boda Roja, en la cual Robb y Catelyn Stark fueron traicionados y asesinados. Cuando le relataran aquél acontecimiento un escalofrío le recorrió la espina; hace muchos años y antes de regresar a Poniente ella lo había visto en el palacio de arena de Los Eternos; el muchacho y la cabeza de lobo suplicante le observaron, solo después conoció su significado. Y a pesar del rencor que desde niña sintiera por los perros del Usurpador fue Ser Barristan quién la sacó de su error. Lord Eddard había llegado demasiado tarde para evitar el saqueo, se enemistó con el Usurpador por el asesinato de los hijos de Elia y era quizás el más decente de los perros de Robert Baratheon.

"Pero aún así lo ejecutaron por traición... El Bastardo del Matareyes"

Pero ¿De que extrañarse? Jaime era hijo de Tywin Lannister y esa simiente ya venía podrida desde antes, el mismo Tywin había entregado los cuerpos de los hijos de Raeghar envueltos en capas rojas al Usurpador y su hijo, Joffrey, había sido un mounstro.

¿De que se extrañaba?

Vyserion siseó tras ella, el dragón cubría toda la retaguardia del trono de Hierro, su cola pálida se extendía varios metros en el salón escondida tras los pilares de piedra, su cuello sobresalía por la derecha del trono obstaculizando el paso de los sirvientes. El gnomo apoyó una mano con cuidado cerca del hocico de Vyserion, era extraño, sus dragones siempre habían sido hostiles hacia cualquiera menos ella, de un solo mordisco podría tragarse al gnomo pero este no le temía y su dragón se mostraba más que amigable con aquél pequeño hombre. Pero era el hermano del Matareyes, cuando volvió la vista hacia este admitía que aún encadenado y golpeado, como estaba, lucía regio. Era alto y la maraña de cabellos rubios, si bien lucían podridos y sucios no apagaban en nada la intensidad de su mirada.

Bajó los escalones con tranquilidad, sobrepaso la barrera que la guardia real hacia y colocándose al lado de Ser Barristan habló:

— Supongo que ahora vuestro nombre será cambiado a Matareinas… Matareyes — Jaime movió un hombro como tratando de acomodarse algo inexistente sobre este. Le fastidiaba a Dany verlo tan tranquilo, tan calmado. Debería estar temblando, dispuesto a arrodillarse ante ella.

— El populacho es aburrido — contestó con indolencia, Daenerys alzó el mentón ante la provocación pero no se dejó arrastrar por esta.

— Así que habéis pedido un juicio por combate — Jaime asintió.

— Es la única manera en la cual obtendré justicia — Dany rió.

— Vos no merecéis tanto… pero las leyes de poniente no las he dictado yo — Jaime rió también, gesto que enfureció a la pequeña Reina — ¿De que os reís? — interrogó con voz tensa, inmediatamente el Matareyes quiso ocultarla, quizás para enfadarla más.

— A su majestad no le gustara saberlo — contestó, Dany estaba acostumbrada a que se burlaran de ella solo por ser una niña o por parecer una, nadie la creía capaz de gobernar, que le dijeran eso a la gente de Mereen o Yunkai o a cualquiera de los que se encontraban en las ciudades libres más allá del mar estrecho, que se lo dijeran a sus Jinetes de Sangre a aquellos que la llamaban Madre, La que no Arde. Como respuesta a esto, uno de sus jinetes se acercó, pero Dany extendió la mano impidiéndoselo, al mismo tiempo escuchó las campanas de su cabello tintinear.

Aquella mañana cuando supo que el Matareyes había sido encontrado y llevado ante su presencia se hizo arreglar con sumo cuidado, quería que ese Lannister la viera en toda su magnificencia; con la corona del dragón Tricéfalo sobre su cabeza y las campanitas que indicaban todas sus victorias adornando su cabello. Ella podía aguantar lo que fuera.

— El Matareyes habla con prudencia — dijo entonces el gnomo con frialdad, si quería que su hermano se ahorrara el corte de su lengua no había sabido hacerlo, así como indico que Jaime Lannister hablaba con prudencia, él careció de ella.

— Hablad — ordenó Dany bajando un par de escalones más y notando por primera vez el muñón al final del brazo derecho, que sin embargo estaba encadenado.

— Vuestro padre dijo lo mismo… — habló Jaime — el día en que frío vivo a Rickard Stark en su armadura — un barullo ensordecedor se alzó en todo el salón.

— Mi Reina, no es necesario que escuchéis esto — dijo Ser Barristan.

— ¿Le corto la lengua Khalessi? — dijo Rakharo en el áspero lenguaje dhrotaki, Dany negó.

— Ninguna de las mentiras que digáis Matareyes pueden afectarme, al parecer nadie en Poniente es capaz de vislumbrar todo lo que soy…

— Yo no miento — le cortó en seco Jaime — lástima que Ser Barristan no halla estado aquí ese día — el Matareyes giró arrogante hacia el resto de la corte — pero todos saben que es verdad... su voz se apagó de pronto cuándo su carcelero tiró de la cadena que le sujetaba el cuello. Dany fijó la vista en el jefe de su guardia, este le miró a los ojos e imperceptivamente asintió.

— No utilizaréis a mis caballeros para vuestro beneficio Matareyes — dijo acercándose aún más y plantándole cara.

— No son vuestros caballeros, Su Majestad — agregó Jaime desafiante — son la guardia real y protegen al rey

— ¡Que soy yo!

— … Y cuando vos no estéis protegerán a otro rey, yo protegí a vuestro padre

— ¡Le traicionasteis! — Vyserion alzó la magnifica cabeza y gruñó.

— … Y después al Rey Robert

— ¡El era un Usurpador!

— Selmy también le protegió

— Pero ahora me protege a mi — Jaime ladeó otra insolente sonrisa que le obligó a abofetearle.

— Eso comprueba mi punto — Daenerys retrocedió ofuscada, había caído en el juego de ese hombre, se acercó a Vyserion y le acaricio bajo el mentón. Se obligó a calmarse, no podía caer nuevamente ante las palabras de aquél hombre, tantos años odiandole...

— Decís que no mentís… — dijo recobrando la calma — Entonces contestad ¿Por qué mataste a mi padre? — Jaime alzó el mentón en un ademán orgulloso.

Dany volteó hacia el gnomo, hace tiempo atrás también le había interrogado pero este le juró que no conocía los motivos de su hermano.

"Pudo haberlo obligado mi padre" dijo "O quizás era el momento para finiquitar la guerra o sencillamente buscaba la gloria"

¿Buscaba la gloria traicionando su juramento? No era de extrañar aquella simiente Lannister estaba podrida, en esos mismos instantes se plantaba orgulloso frente a ella como si nada malo hubiera hecho en su vida.

— Aún no habéis contestado Matareyes — dijo con más calma, sentándose en el trono de Hierro. Le vio titubear, bajó la vista, no sabía si avergonzado o que, esperaba que fuera avergonzado.

— Vuestro padre estaba loco… iba a quemar la ciudad con fuego Valyrio — dijo cuando nadie esperaba que lo hiciera, nuevamente la sala estalló en gritos y barullos — ¡Pero no solo lo maté a él! ¡Oh, No! — gritó Jaime — ¡También di muerte a Rossart…! ¡El rey loco iba convertir Desembarco del Rey en una pira funeraria! — Dany sentía como algo pesado pasaba por su garganta y se arrastraba hasta sus entrañas. Mientras que la guardia de la ciudad trataba de contener a la gente en el salón. Dany alzó la cabeza y miró con frialdad a su alrededor, Selmy se lo había dicho, aunque no con esas palabras, era difícil aceptarlo sobre todo cuando por años Viserys le contara todas aquellas historias en las cuales su familia era la victima de la traición, es cierto que les hicieron cosas horribles pero Aerys también había sido un rey cruel.

— Rakharo — habló con fría calma sin mirar al dhrotaki, este se acercó y se inclinó frente a ella.

— Khaleesi.

— Tu serás mi campeón.

— Como ordenéis sangre de mi sangre — con un gesto de su mano se adelantó Missandei y con su melódica y fuerte voz habló:

— ¿Hay alguien que quiera defender a Ser Jaime Lannister, el Matareyes? — mayor fue el murmullo generalizado, así como las risas y las palabras de burla.

Dany observó a su alrededor, nadie salía, fue cuando el gnomo se adelantó.

— ¡Cien Mil Dragones de oro por un campeón para el Matareyes! — Dany fijó la vista en Tyrion quién se volteó hacia ella y se encogió de hombros, uno de sus jinetes iba por él cuando ella nuevamente lo detuvo.

— Si hubierais dejado a vuestro hermano de lado, os hubiera enviado de vuelta a Roca Casterly — el gnomo se inclinó hacia ella.

— Sois muy justa majestad — Dany pensó que no hubiera dicho lo mismo de saber que lo hubiera enviado de vuelta sin cabeza. Sin embargo con todo y la oferta nadie se movió.

— ¡Quinientos mil!

— Vas a dejar a los Lannister sin dinero si sigues así Tyrion — dijo Jaime esbozando una sonrisa.

— No les caerá mal un poco de humildad — contestó este, también riendo pero lleno de desazón.

— ¡El titulo de caballero, tierras y un millon de dragones de oro! — gritó nuevamente el gnomo, pero aún así nadie contestó.

— No tengo todo el día Lord Lannister — dijo Dany fríamente y con gesto aburrido, aunque se sentía conmovida.

— ¡My Lords! — se escuchó entonces desde el fondo del salón, obligando a toda la multitud a girar para ver al recién llegado, era alto y de contextura gruesa no era posible ver su rostro ya que lo cubría una capucha ajada y sucia, parecía un bandido. Era adecuado, un titulo, tierras y dinero para lo que parecía ser un mercenario, quién defendía a un traidor asesino.

Dany no le reconoció, nadie en la corte lo hizo, el hombre se acercó al estrado pasando del Matareyes y sin mirarle. Cuando estuvo frente a la guardia real se descubrió el rostro, una cicatriz le recorría toda la mejilla derecha a un rostro basto y largo, como el de una vaca, tenía el cuello grueso aunque la mirada tranquila y bella.

— ¡Yo seré el campeón de Ser Jaime Lannister! — declaró. Dany odiaba cuando lo llamaban Ser, Missandei lo había hecho, pero solo por ignorancia este hombre tal vez buscaba ofuscarla. Alzó la vista entonces hacia el Matareyes y notó que estaba pálido, sorprendido y por primera vez desde que entrara a la corte encadenado y golpeado, asustado.

— ¡¿Os habéis vuelto loca Moza? — gritó visiblemente molesto, solo entonces Daenerys supo que se trataba de una mujer.

Ѽ

Jaime no era capaz de entender lo que el dhotraki decía, aunque imaginaba a que venía su reclamo, el mismo se había adelantado, olvidando al guardia que sujetaba su cadena y que de un solo tirón le obligó retroceder haciéndole perder el equilibrio. Brienne siquiera se digno a devolverle la mirada.

— ¿Quién sois? — preguntó la pequeña reina, haciendo callar con un gesto al dothraki, Brienne hincó la rodilla y agachó la cabeza.

— Brienne de Tarth su majestad.

— ¿Es esto una broma Lady de Tarth? — preguntó Ser Barristan a la moza, no era posible para Jaime el ver el gesto de esta, pero supuso que se tensaba al escuchar el Lady junto a su nombre.

— Nada más en serio Ser — contestó ella alzando la cabeza, Jaime fijó la vista en su hermano quién estaba tan extrañado como todos dentro de la corte.

— ¡Tyrion! — llamó logrando que este le mirara — ¡Es un juego de parte de esta moza… no la quiero como mi campeón! — declaró. Tanto la pequeña reina, como la moza y gran parte del consejo voltearon hacia él.

— ¿Ahora sois vos el que bromea Matareyes? Llevaos a esta mujer de aquí — ordenó. Cuando uno de la guardia se dispuso a acercarse a la moza, no fue difícil para Brienne el soltarse y desarmarlo obligando a los dothrakis presentes así como a la guardia real a sacar sus espadas, Jaime ladeó una sonrisa; si, seguía tan testaruda como recordaba.

— Ya basta moza… — ordenó Jaime.

— Silencio Ser — le contestó esta.

"Sigue siendo una vaca testaruda"

No podía ver el rostro su rostro pero estaba seguro de que tenía en ella ese gesto terco e hinchado.

— My reina — dijo nuevamente inclinándose y dejando la espada de lado — nadie ha querido pelear por Ser Jaime...

— No le llamaréis Ser en mi presencia… este hombre es una vergüenza para el titulo

— Como queráis majestad, pero escuchadme antes

— ¿Antes de que? ¿Antes de ordenar a mis jinetes se sangre sacaros de este lugar?

— Los perderéis alteza — Jaime notó como Tyrion esbozaba una sonrisa — Y estaréis dando la razón a Ser… perdón Majestad a Jaime, estaréis dando la razón a Jaime — hasta ese momento Jaime había olvidado lo extraño que sonaba su nombre en la voz de la moza.

— No caigáis en su juego Majestad — dijo él.

— El Matareyes tiene razón Khaleesi, esta mujer esta jugando con vos… — el dhotraki fijó una vista con desprecio y asco en la moza — no hay honor alguno en vencer a una mujer

— ¿Le negaréis entonces el juicio por combate a Jaime? — preguntó la moza, aún inclinada.

— ¡Brienne moza estúpida! — se adelantó, aunque nuevamente el guardia que lo sujetaba con una cadena por el cuello le hizo retroceder.

Eran extrañas las sensaciones que en ese momento le invadían. Desde que apretara el cuello de Cersei hasta que esta dejara de respirar, había pensado en unirse a ella de inmediato, era lo que rezaban ambos "Nacidos juntos y muertos juntos" o al menos no hubiera dudado en hacerlo cuando aún amaba a su hermana, al asesinarla comprobó que ni siquiera el exilio, al cual ella lo condenó con la excusa de recuperar el reino para Tommen, había servido para olvidar sus afrentas, no aquellas que iban de la mano con sus bofetadas, si no que al simple hecho de no haberle esperado. Cersei nunca le perteneció, aunque ella le convenciera de lo contrario. Había sido de Robert, de Lancel, de Kettleblack… y quizás de cuantos más.

Muy en contra de lo que el mundo pensara, Jaime conocía sus lealtades y habiéndose codeado con lo mejor y lo peor del reino, para su sorpresa, entendió que aquellos que estaban a la luz eran los más predispuestos a perderse en la oscuridad, mientras que esos que vivían en las sombras buscaban con desesperación el tocar algo de luz; Tyrion y ahora la moza. Era una ironía que se le condenara por el asesinato de su hermana, ese juicio debería llevarse a cabo en Roca Casterly donde Tyrion era señor, pero estaban ahí frente al Trono de Hierro contestando ante la pequeña reina, que se había cogido a aquella excusa con el solo fin de hacerle pagar por la muerte de Aerys. Rey, que él, había jurado proteger.

Pero hace mucho que no sentía la misma "vergüenza" que lo acompañara desde que le rajara la garganta al Rey Loco, ahora eran daños "inferiores" los que le hacían bajar la vista lleno de culpa, el pequeño de los Stark, la loba que jamás pudo encontrar, sus hijos, a los que no podía proteger. El León y el Lobo había luchado, el León había exterminado al Lobo y ahora el Dragón estaba tragándose uno a uno a los leones restantes. Lo capturaron cuando decidió ir por Myrcella a Dorne, una vez que la pequeña Reina tomo posesión del trono cada uno de los Baratheons restantes fueron encerrados, se decía que Tommen estaba a salvo, que era bien alimentado y cuidado todo gracias a Tyrion desde luego. Pero Myrcella estaba en tierra de nadie, ya no era heredera al trono y al ser una Lannister podría ser entregada a la Reina de los Dragones como ser protegida, todo dependía del ánimo del príncipe Oberyn pero Jaime no se daría por seguro, por lo menos en aquél momento en el cual su hija solo tenía a los Lannister de apoyo.

Aquello le resultaba digno de vergüenza, al fin de cuentas eran los más inocentes en todo aquello a diferencia de Aerys, a diferencia de Rossart. Pero ahora algo parecido a una infinita gratitud nacía haciéndole sentirse incómodo; hacia Tyrion, hacia la moza estúpida que arriesgaba su vida por él. Pero el dejarla sería volver a sentir vergüenza y rabia, la rabia que le consumió y desapareció junto al último respiro que Cersei diera en este mundo. No podía permitir que aquella muchacha se dejara matar solo por no abandonarle.

— ¡Jamás podréis derrotar al dhotraki moza estúpida! ¡Haréis que nos maten a los dos! — gritó nuevamente.

Tyrion y Ser Barristan hablaban con la pequeña reina, mientras esta le miraba fijamente que mirara todo lo que quisiera no se callaría solo por que si.

— Vuelve mejor a tu isla moza, acá no eres necesaria

— ¡Ser guardad silencio! — ordenó harta.

— ¿Qué buscas con esto? ¿Lograr fama? Se seáis estúpida moza, nadie recordara a una torpe mujer que se quiso hacer pasar por caballero… ¡para salvar el culo del Matareyes! ¡¿Creéis que vuestro padre estará orgulloso cuando ese dhotraki os corte las tetas y se las envié para honrar la piedra en que vivís?

— ¡Silencio! — exclamó entonces la reina colocándose de pie y acercándose a ella, pero sin quitarle la vista de encima — ¿Es eso lo que pensáis Matareyes? La única persona que se ha dignado a luchar por vos ¿No es más que una moza estúpida a vuestro ojos? — Jaime fijó la vista en la pequeña reina.

— De no creerlo, no lo habría dicho su majestad

— Sois despreciable… — dijo la reina, la moza volteó hacia él, sabía que era lo que estaba recordando; todas las veces en que ella había dicho las mismas palabras y así mismo él recordó todas las"otras" veces en que ella le ayudó: cuando bajo la amenaza de Vargo Hoat le había instado a vivir, cuando le ayudó a vestirse en Harrenhal, ya que él, entorpecido por su reciente "tullidez" era incapaz de manejarse con la izquierda. No, no podía dejarla esta vez, no era un oso pero a diferencia de esa ocasión él no estaría ahí para volver sobre sus pasos y salvarla — lady Brienne colocaos de pie — interrumpió la pequeña reina sus ideas, la moza obedeció — Cruzando el Mar Estrecho se puede encontrar la ciudad de Pentos, la cual es constantemente visitada por los Khals y sus respectivos Khalasar, venden esclavos y son llamados señores de los caballos, para ellos — y fijo la vista en Rakharo — la única humillación que existe es ser derrotados en combate, cuando eso ocurre se cortan las campanas que se trenzan en el cabello — Jaime notó las que llevaba colgadas en los cabellos de plata, ya que la pequeña reina las hizo sonar — cuando era una niña me trasforme en su Khaleesi por que mi sol y estrellas me eligió como su Luna — Vyserion alzó nuevamente la cabeza y dilato las fosas nasales — la tradición decía que al morir Khal Drogo debía unirme a un Khalasar compuesto solo por las viejas del Dosh Khaleen a los pies de la Madre de la Montañas, en vez de eso me volví la madre de los Dragones y me llaman la que no arde — miró entonces a Jaime — Como la Madre de los Dragones, La que no Arde y legitima reina del Trono de Hierro ordeno que sea esta mujer quién defienda al Matareyes, ya que nadie quiere hacerlo pues él ha exigido un juicio por combate — volvió nuevamente la vista a Rakharo — Sangre de mi sangre… — habló casi con dulzura en el áspero lenguaje dothraki — tomareis a esta mujer por caballero y lucharéis con ella con valor y fuerza, recordad que es de poniente al igual que vuestra Khalessi — Jaime vio la tensión en los músculos del dhotraki, que sin embargo aceptó sin replicar nada más.

— ¡Entonces yo seré mi propio campeón…! — gritó Jaime — ¡No necesito a esta mujer!

— A nadie le interesa complaceros Matareyes — la pequeña reina hizo un gesto a su guardia y este le golpeó tras las rodillas para obligarle a inclinarse y arrastrándole comenzó a sacarle de la sala.

— ¡Tyrion! ¡No la dejes! ¡Esta loca, no podrá vencer! — gritó y opuso resistencia, tanta como pudo, hasta que las grandes puertas se cerraron tras él.


N/A:

1.- Tyrion como parte del consejo real bajo el mando de Daenerys es posible, ahora entrego los datos:

a) En el capitulo mostrado por Martin correspondiente a Danza, del cual Tyrion es el protagonista se le da a entender a este que hay un heredero mayor que Tommen, y con más derecho que Myrcella, todos sabemos que se trata de Daenerys, además Tyrion esta escondido en la casa de Iliryo, amigo y antiguo protector de los hermanos Targaryen

b) No creo que Dany, al conocerlo si es que llega a hacerlo lo decapite o le haga pagar por los crímenes de Jaime o Tywin, además durante la guerra Tyrion era demasiado joven para siquiera participar.

c) Esto es más egoísta, pero siento debilidad por el personaje, así que si quiero que Dany se enamore y casé con él simplemente lo hago, pero no sería realista, así que solo lo dejo como miembro del consejo real.

En fin, espero les guste y halla quedado todo mucho más claro.

Obviamente espero reviews, y les adelanto que habrá continuación.