Disclaimer: Bleach pertenece exclusivamente a Tite Kubo-sama, - desgraciadamente nunca se me hubiera ocurrido escribir una historia tan buena – si así fuera, hubiera juntado al HitsuHina desde hace mucho…

Acá traigo el segundo capítulo de esta grandiosa historia…. Ajajjajaj… ok, no. Pero va con mucho cariño, espero que les guste y cumpla con sus expectativas, y si no, pues… se aceptan los consejitos…

NOTA: no lo escribí en el capítulo anterior, pero este es un AU, así que habrán algunos cambios tanto de personalidad como físicos de algunos personajes. Por ejemplo en este fic, Toshiro es alto!

Gracias por leer!

CAPITULO II

Un nuevo día

Los fuertes rayos de sol le daban directamente en el rostro, haciéndole sentir un calor nada agradable en sus mejillas. Se levantó y se dirigió al cuarto de baño, se duchó y se vistió elegantemente con un traje negro, terminó de arreglarse y regresó de nuevo a su habitación. Observó en su cama un pequeño bulto envuelto en una sábana celeste, se acercó y con sumo cuidado acarició su frente retirando un mechón de cabello chocolate de su rosto.

- ¿En qué lío nos hemos metido pequeño? – dijo en un tono resignado levantándose de la cama, cuando el llanto de Kenta lo detuvo. – ¿Y ahora qué pasa?

El pequeño lloraba desconsoladamente, creyó que sería lo mismo de la noche anterior, por lo que decidió cambiarle el pañal, pero el niño seguía con su concierto de gritos, lo cargó y lo meció en sus brazos y nada, el llanto continuaba cada vez más fuerte.

- ¡Buenos días señor Hitsugaya!... Señor Hitsugaya? Está en casa?

- Sí, sí dígame qué pasa Yamada? – dijo en tono seco contestando el intercomunicador de su apartamento.

- Pues… - dudando de preguntarle al verlo por la pantalla con una cara de asesino.

- Ya dígame qué quiere?

- E… Es… que han llamado varias veces al lobby quejándose del llanto insistente de un bebé… y pues… yo sólo quería saber si… si usted sabe algo al respecto?

-Cómo diablos voy a saber eso? – dijo poniéndose pálido de repente, tratando de fingir la sorpresa.

- Muy bien, entonces gracias. No lo molesto más. Q… que tenga un buen día- dijo cortando la comunicación.

El pequeño continuaba llorando y ya Toshiro estaba entrando en un estado de desesperación, frustración y molestia, una de las cosas que lo caracterizaba era su escasa o nula paciencia. Lo cargó, intentó darle biberón y nada… el llanto continuaba. Decido lo tomó de nuevo en brazos, tomó su maletín, sus llaves y un bolso con lo indispensable para el niño y se dirigió al ascensor del edificio.

Iba conduciendo por el centro de la ciudad desesperado por ver donde dejaba al niño para poder ir a trabajar y rezando porque el niño al fin se callara. Paró en el semáforo y vio una multitud de mujeres que se agolpaba a las afueras de un pequeño edificio se dirigió hacia el lugar y pudo notar que era una guardería.

- Disculpe – dijo a la señorita que estaba en la puerta del lugar.

- Buenos días. ¿En qué puedo ayudarlo? – dijo coquetamente mientras miraba de pies a cabeza al hombre frente a ella.

- Quiero dejar al pequeño por el día de hoy. Qué tengo qué hacer? – dijo serio, tanto, que hasta se podría considerar grosero.

- Sólo necesita dejar sus datos y una copia de su identificación, si es sólo por un día, si necesita dejarlo todos los días, necesitamos que traiga….

- De acuerdo, se lo dejo – dijo interrumpiendo a la chica – no necesita saber nada más de mí, vendré por él a las seis de la tarde – dijo entregándole dos billetes disimuladamente.

- Muy bien, entonces lo esperamos a las seis de la tarde – dijo recibiendo al pequeño que no dejaba de llorar, dio media vuelta y se dirigió finalmente a su trabajo.

Toshiro Hitsugaya, era lo que se denomina un genio, a sus veintitrés años ya era todo un abogado corporativo, era hijo del dueño de la empresa más importante de telecomunicaciones de Japón y una de las más grandes del mundo, actualmente trabajaba al lado de su padre y dentro de poco tomaría el control total de la misma. Desde niño había sido educado para ser un gran hombre de negocios, por lo que siempre estuvo metido en sus estudios, tenía pocos amigos a los que consideraba importantes. Su principal preocupación en la vida era hacer de su empresa una pionera en su área y ganar mucho dinero. Era conocido por sus numerosas aventuras, algunas verdaderas otras inventadas por los tabloides, su vida estaba decidida desde su nacimiento y nada podía hacer para cambiarlo.

- Buenos días, Taicho!

- No me digas así o te despido – dirigiéndose a la voluptuosa mujer que era su secretaria.

- Ay, no se enoje jefe. Si se lo digo de cariño, ya ve que a veces se comporta como todo un capitán, si hasta siento que estoy en el ejército.

- Ya déjate de tonterías y trabaja Matsumoto! – dijo molesto adentrándose a su oficina, azotando fuertemente la puerta.

- Se ve tan lindo cuando se enoja… debería conseguirle una novia linda. – dijo para sí misma.

- Te escuché! Trabaja o te despido mujer inútil! – fue el grito de Hitsugaya que se escuchó dos pisos arriba y dos pisos abajo.

- Sí, Taicho! – dijo haciendo un saludo militar.

- Idiota!

- No sea grosero, eso no se le dice a una mujer – dijo fingiendo un horrible llanto.

Rangiku Matsumoto, era de esas personas alegres y que trata de arreglar la vida de todo el mundo, pero que normalmente siempre resulta mal. Entró a trabajar al Grupo TeleJapon gracias a Toshiro, se conocían desde que Hitsugaya era pequeño.

- Por qué lloras?

- No lloro – dijo observando al pequeño niño de cabello platinado parado frente a ella- Es sólo que hay mucho viento y me ha entrado un poco de cabello en el ojo.

- No me ofendas, son pequeño pero no tonto. Por qué lloras?- volvió a preguntar con un dejo de preocupación en la mirada.

- Nada, son cosas de grandes, no te preocupes estoy bien.

- Segura?

- Sí, segura. Muchas gracias por preguntar. Muy pocas personas se preocupan por mí. Mi nombre es Rangiku, cuál es el tuyo?

TOSHIRO! Qué te he dicho de hablar con extraños? – dijo una hermosa mujer mientras se dirigía a ellos.

- No es una extraña, es mi amiga Rangiku – dijo el pequeño muy seguro de lo que decía.

- Vámonos a casa, ya es tarde y debo preparar la cena. Espero que no la haya molestado. Discúlpelo por favor.

- Adiós, Rangiku!

- Adiós, pequeño.

Desde ese día Rangiku frecuentaba el parque al que iba regularmente Toshiro a jugar con sus primos, se sentaba en una banca frente a los columpios y hablaba desde lejos con Toshiro. Algunas personas los veían extraño, para ellos era casi imposible una amistad entre un niño de ocho años y una chica de 17, demasiada la diferencia como para que fuera normal a sus ojos. Pero para ellos estaba bien, su amistad era única, peleaban mucho, Rangiku lo molestaba demasiado y siempre lo hacía enojar, pero en el fondo Toshiro sabía que eran buenos amigos, de esos que se cuentan con los dedos de una mano y que cuesta mucho encontrar. Después de muchos años, logró saber la razón del constante llanto de Ran… y ese era Gin Ichimaru, un antiguo novio de la chica que la dejó por su mejor amiga, Gin, su gran amor y al que en realidad nunca logró olvidar.

Ya había pasado mucho tiempo desde esa primera vez que se vieron, quince años para ser exactos, quince años en los que lograron tener una relación más de una hermana mayor y su pequeño hermano que como una simple amistad. Siempre cuidándose el uno al otro, sin importar quién se interpusiera en su camino, y la mayoría de las veces sin el consentimiento ni conocimiento del otro, cosa que llevaba siempre a un enredo seguro, pero que al final siempre se solucionaba y lograba unirlos más. Era una típica relación fraternal disfuncional.

- Otra negociación exitosa. Wow… Toushiro cada día me sorprendes más!

- Es Hitsugaya para ti. Cuántas veces tengo que decirlo Kurosaki? – dijo en un tono molesto, por la impertinencia de pelinaranja.

- Ajajajaj… tú no cambias, cierto? Nos conocemos hace 6 años y aún no dejas que te llame por tu nombre… si qué eres raro, hombre.

- ….. Nene Nakamura… ni siquiera recuerdo su rostro…

- Toshiro?

-…. Qué hice, maldición? Qué pasó ese día? No recuerdo nada?

- Enano del demonio?

- … Nota mental: nunca hacerle caso a Matsumoto, todo fue su culpa. Si no la hubiera escuchado no me habría ido de "vacaciones".

- Ya contéstame! Qué rayos te pasa?

- Deja de gritar que no estoy sordo!

- Pues parece que sí, hace cinco minutos que tengo un monólogo bastante interesante y tú en otro mundo!

- Ya cállate me das dolor de cabeza!

Un largo e incómodo silencio cayó sobre la enorme oficina de Hitsugaya, tanto él como Ichigo Kurosaki, su asesor financiero y amigo cercano, quedaron cada uno sumido en sus propios pensamientos. Ichigo observaba detenidamente a Toshiro sin dejar de pensar que ese comportamiento era demasiado extraño en su amigo, aún para aquel que no conociera la personalidad del susodicho, podría notar un aura extraña en él, una combinación de preocupación, impotencia, desconcierto y algo más que aún no pudo identificar.

- Tengo hambre- dijo Kurosaki caminando hacia la puerta. – Vamos, te invito a almorzar.

- Te sucede algo? Tu no invitas a almorzar ni a tu novia.

- No seas exagerado, y vámonos ya.

- Bien, entonces me cobrare todas las veces que te he invitado yo.

Ya en el restaurante…

- Oye Toshiro… no sé cómo decirte esto, pero… qué te pasa?

- A qué te refieres? – respondió el más joven con un tono de sospecha.

- Pues, que toda la mañana estuviste raro, te conozco y sé que algo te pasa, si necesitas hablar pues ya sabes que para eso soy tu amigo.

- No pasa nada.

- Vamos, hombre confía en mí.

- Está bien, voy a contarte, pero si te burlas o dices algo estúpido, te mato – dijo Toshiro con una mirada amenazadora, a la vez que se acomodaba en su asiento. Así empezó a contarle todo desde la interrupción en su oficina, pasando por la carta hasta la guardería.

- No te creo, estás seguro que es tuyo? Puede tratarse de una trampa para sacarte dinero o algo parecido. - logró decir el cabeza de naranja después de un largo silencio.

- Por mucho que me cueste admitirlo se parece mucho a mí, y por la carta creo que la madre ni siquiera sabe quién soy.

- Y qué piensas hacer? Digo, no puedes cuidarlo tú solo y conociendo a tus padres no creo que les agrade mucho la idea de tener un nieto instantáneo.

- Lo sé y eso es lo que más me preocupa, debo mantenerlo en secreto, por lo menos un tiempo.

- Pidele ayuda a Matsumoto, seguro te echa una mano.

-Eres imbécil o qué? No escuchaste cuando dije "secreto", si ella se entera te puedo asegurar que llega a saberlo hasta mis antepasados.

- Y entonces?

- No lo sé. Algo se me ocurrirá. Ni se te ocurra decirle a Kuchiki!

- Haré lo que pueda, pero cuando esa enana sospecha algo no para hasta averiguarlo todo, recuerda lo que paso cuando….

Y así continuó la charla por unos cuarenta y cinco minutos más, hasta que decidieron que ya era hora de regresar a la oficina. Cuando iban camino a la salida del lugar, fueron testigos de una penosa conversación entre el gerente del local y una empleada.

- Lo siento pero estás despedida. Recoge tus cosas y lárgate de una vez.- decía un hombre molesto.

- Pero por qué? – preguntó una chica afligida ante lo que escuchaba.

- Recibimos una queja de la Señora Yamamoto de que sales con su marido. No podemos permitir que pongas en una mala posición a nuestra empresa. Así que vete tranquilamente y nosotros te enviaremos tu liquidación por correo.

- Pero señor, yo no he hecho nada malo, es él el que siempre viene y me molesta.

- No me importa. Vete ya.

- Como quiera, me largo entonces- dijo la chica arrojándole a la cara el delantal y el gafete del uniforme y saliendo enfurecida del lugar.

En ese momento a Toshiro se le ocurrió una forma de poder mantener todo en calma hasta que encontrara una forma más adecuada de corregir su problema, así que le pidió a Ichigo que se fuera directamente a la empresa, que él debía hacer algo primero, por lo que se dirigió a toda prisa hacia la salida, dejando a su amigo parado en el recibidor. Buscó a la chica por la calle y se acercó a ella, tomándola del brazo.

- Oye, quieres ganar un poco de dinero fácil?- dijo sin medir sus palabras.

Continuará…..

Bueno, hasta acá el segundo capítulo… supongo que ya se imaginarán por donde va la cosa, no? Espero que lo hayan disfrutado y fuera de su agrado. No está de más decirles que espero sus reviews, aliméntenme de reviews, o me va a dar gastritis y no podré terminar el fic…

Abracitos a todo el mundo!

Sean felices!

+*+* Suho Cheonsa Aleumdabda *+*+