Preparando la sorpresa
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Una chica de cabello negro y ojos grises estaba acostada en su cama pensando, junto con el resto de la pandilla. A pesar de tener un cabello tan bonito, lo tenía desordenado corto, atado con una cola de caballo; aunque muy corta. Además su camisa estaba desordenada y hacía juego con unos jeans artísticamente desgarrados.

—Vamos! Los traje aquí para que me ayuden a pensar, no para andar perdiendo el tiempo.

—Repíteme por qué demonios tenemos que hacerles algo especial, si los medios ya se van a encargar de hacerlo —preguntó un chico guapo de cabello largo y rubio peinado con picos dándole un toque rebelde, junto con unas enormes cejas y ojos azules cubiertos por unas gafas ovaladas, las que además le daban un toque intelectual.

—Porque ellas nos cuidaron desde pequeños y nos dieron la vida, imbécil. Además lo que sea que les regalemos nosotros les agradará mucho más que lo que les regalen los medios —le replicó una joven con el cabello crespo, desaliñado con unos bonitos ojos café rojizo.

—Báh, si es así podemos comprarles una tarjeta y firmarla. Problema resuelto —dijo el primo de la chica de ojos café rojizo. Él era un muchacho muy guapo de ojos color chocolate, el cabello castaño largo rizado atado en una cola de caballo algo larga y un aire entre serio y seductor. Él era el mejor amigo del rubio.

—O hacerla y la firmamos —agregó el rubio.

La chica de ojos grises y cabello negro movió la cabeza en desaprobación.

—Miren, debe ser algo realmente especial. No se anden con pequeñeces. Recuerden que es el aniversario de su banda, pero más que todo el aniversario de su amistad. Yo insisto en que les toquemos sus propias canciones.

—Y yo te recuerdo que con suerte sabes tocar la Ocarina del Tiempo.

La chica golpeó con bastante fuerza al joven de la cola, pero debía admitir que tenía razón. A pesar de ser los hijos de una de las bandas de rock más famosas de los últimos tiempos, ninguno de ellos tenía ningún talento musical. Sus mamás desistieron de enseñarles algo cuando se hizo evidente que a ninguno le salía bien, ni les gustaba en lo más mínimo. Era algo triste, pero debían aceptar la realidad.

—Bueno, ¿entonces qué? —preguntó ella levantándose de un salto y acercándose a la ventana. Miró una estrella. —Estrellita linda, la primera que veo esta noche… por dios ya me dio comezón de estar diciendo algo tan estúpido —dijo ella rascándose la espalda de pronto. —Bueno, estrella, ¿nos puedes dar una maldita idea para sorprender a nuestras mamás? —Preguntó ella con un tono entre decepcionado e indiferente.

—Ne, Mitsu, ¿no deberías ser más respetuosa con la estrella?

—¿Y según tú que nos va a escuchar y cumplir el deseo? Aaaay, se me secó el cerebro.

—Bien, —dijeron el rubio y el chico de la cola sacando sus celulares al mismo tiempo. —Si ya terminamos, aún estamos a tiempo de conseguir una cita, ¿no?

—Oye viejo; ¿crees que Yuriko esté disponible?

—¿No Yuriko era una de las mías?

—Te la cambio por Chiharu.

—Hecho.

Las chicas se voltearon ignorando a los dos mujeriegos.

—¿A cuál le pediste el deseo? —le preguntó la chica de cabello castaño a su amiga.

—A esa.

—Oh, estrellita. Te pido perdón por la actitud de Mitsu. ¿Podrías prestarnos tu ayuda para darle una gran sorpresa a nuestras mamis?
—¿No creerás en tonterías, verdad Yumi?

—A callar cejotas.

Las dos amigas se sentaron a contemplar las estrellas mientras los chicos escogían entre sus múltiples admiradoras, cuando Mitsu notó algo raro.

—¿No parece que la estrella se está acercando?

Así era. La estrella se acercaba cada vez más inundando de luz de la habitación. Sawagi, el rubio, gritó de la sorpresa. El chico de la coleta, Nakuro, se guardó el teléfono sin decir nada. Pronto el brillo de la estrella inundó toda la habitación y los chicos no podían ver nada más que ellos. Mitsu calculó dónde estaba su cama y quiso sentarse, pero se dio un sentón en el suelo. Los demás estaban muy ocupados sorprendiéndose como para decir algo más o reírse. Una voz inundó la habitación.

He escuchado sus deseos y estoy dispuesta a cumplirlos. Tienen veinticuatro horas para localizar y convencer a Hou-Kago-Tea-Time del año 2010 para llevarlas a su época para que toquen para sí mismas; o para que los ayuden a pensar en algo. Buena suerte, jóvenes…

La luz se disipó y se encontraron enfrente de la casa de los abuelos de Mitsu.

—Le pago mil yenes al que me explique qué diablos —dijo Nakuro levantando una ceja.

—Pues viajamos en el tiempo, creo —respondió su amigo Sawagi mirando la fecha en su celular. —Bien, la próxima que pidamos un deseo a una estrella, asegurémonos de tener a Yumi a nuestro lado. Como sea, págame Hirasawa.

Nakuro sacó su billetera y le pagó a Sawagi con un leve gruñido.

—Ey! Par de depravados, ¿van a venir o se van a quedar ahí apostando como tarados?

—Vamos!

Los amigos corrieron para alcanzar a sus amigas.

—Oye, ¿no te molesta que conquiste a tu prima?

—Suerte con eso viejo. Pero no lograrás nada…

Las alcanzaron.

—¿Y cuál es el plan, capitán?

—Muy fácil —respondió Mitsu con una sonrisa pícara. —Les daremos a nuestras mamis el susto de sus vidas entrando en el club y presentándonos. Eso y una vez estén en shock, podremos pedirles lo que sea. Estoy segura que al menos va a funcionar con mamá Mio.

—Me gusta, me gusta.

—Pero primero debemos pasar la vigilancia y el consejo estudiantil, cadete Suzuki. Teniente, Yamanaka, ¿está listo para el plan?

—Siempre listo, mi capitán!

—¿Entonces seguiremos el plan de la estrella, mi capitán?

—Bueno cadete Hirasawa; si tiene una mejor idea, hágamela saber.

El chico de la coleta no dijo nada más. En vez de eso, sacó de su bolsillo un pequeño frasco de colonia y se aplicó bastante. Sawagi lo imitó.

—¿Qué hacen, depravados?

—¿Qué hacemos, mi querida prima? Recuerda que en esta época la escuela todavía es una escuela para chicas. No puedo desperdiciar mi encanto, ¿no creen?

—Ni yo. Al fin y al cabo somos regalos de Kami-sama para todas las chicas del mundo.

Mitsu los golpeó a los dos, les quitó sus frascos de colonia y siguió su camino a la escuela. Cuando llegaron, el guardia los dejó pasar cuando los escuchó decir que eran parientes de unas alumnas. Tampoco tuvieron problemas cuando se encontraron con Nodoka. Al verlas, le pareció obvio que eran primos o algo del club de música ligera, aunque había algo raro en que todos se llevaran tan bien; como amigos de toda la vida. Aún así no le dio importancia y les señaló el camino. Una vez arriba, divisaron a una mujer agazapada lista para entrar sin ser vista. A Sawagi se le aceleró el corazón al reconocerla. Se arregló las gafas, igualitas a las de ella para asegurarse que había visto bien. Como el rubio estaba a punto de meter la pata, Mitsu llamó la atención de la profesora sacudiéndola del hombro.

—AAH!

—¿Disculpe, qué rayos hace?

—Una entrada sorpresa —Ritsu abrió la puerta de pronto. Mitsu se sintió algo insegura, pero mantuvo el dominio sobre sí misma. —Como sea, acaban de arruinarme la sorpresa.

Ritsu miró a Mitsu detenidamente.

—Disculpa, ¿eres pariente de Mio?

—Simón bombón. Digamos que es una visita de unos parientes. ¿Te importaría?

Ritsu los dejó pasar. Seguro sus amigas organizarían una especie de reunión familiar o algo, tan lleno de cursilerías que no dejaría de rascarse en todo el día. Sawako entró detrás de los desconocidos.

—Buenas —saludó la pelinegra con energía, de forma muy parecida a Ritsu.

—Mugi, Mio, Yui, parece que tienen visitas. —Miró a Yumi. —Tú pareces pariente de Jun-chan. Ella está en el club de Jazz. ¿Quieres que la llame o te indico el camino?

—Déjalo my friend. Tal vez lo mejor será ir por partes.

—Ano… ¿Quiénes son?

—¿No los conoces Mio? Estoy segura que al menos una de ellas es pariente tuya —dijo señalando a Mitsu.

—No me queda ninguna duda, pero no recuerdo quién es. ¿Eres una prima segunda o algo?

Por su parte el chico de la coleta les dirigía una mirada evaluativa a Yui y a Azusa. Les mostró la mejor de sus sonrisas, lo que provocó que ambas se sonrojaran y Sawagi lo golpeara en la cabeza.

—Demonios, primero Tainaka y luego tú. Eres un verdadero traidor Yamanaka!

—¿Te das cuenta a quién demonios les estás sonriendo?

—Pues sí, pero era una sonrisa amable. Demonios Yamanaka, somos amigos de toda la vida. Ya deberías conocer la diferencia entre mi sonrisa súper seductora y mi sonrisa amistosa. Ni que fuera un depravado, como mi querida prima me dice siempre.

—Oh, viejo perdona pero…

—Mi propio mejor amigo no me conoce —dijo el chico haciendo una escena dramática. Sawagi se le unió abrazándola y ambos comenzaron a llorar como en un dorama. Yumi y Mitsu los jalaron del cuello de sus camisas separándolos.

Ritsu se estaba divirtiendo, pero no podía ignorar que unos completos extraños eran los que hacían payasadas en su club, así que tuvo que preguntar.

—Por favor, ¿pueden decirme quiénes son y qué hacen aquí?

—Oh, lo siento. Toma esto —le dijo Mitsu acercándole su carnet de la escuela. Decía escuela Sakurakao, pero el logo era algo diferente. Además… Ritsu se puso algo pálida y le pasó el carnet a Mio.

—Mio… creo que te interesaría ver esto.

—¿Qué? —la pelinegra tomó el carnet y leyó. —"Tainaka Mitsu; segundo año, 2037, Escuela preparatoria mixta Sakurakao." ¿Pero qué demonios…?

—Sigue leyendo.

—Información de los padres: Tainaka Mio y Tainaka Ritsu. Graduandas de…

—¿EH? —Gritaron todas al mismo tiempo.

A Mio se le cayó el carnet de Mitsu, la que lo atrapó con agilidad y una sonrisa maliciosa muy digna de Ritsu.

—Como ven, la situación es algo rara. Un deseo de estrella, cortesía de mi amiga Suzuki Yumi nos trajo hasta acá. Bueno; veníamos a pedirles un favor…

—Oye Mitsu, todavía no nos hemos presentado.

—Oy, es cierto! Bueno; permítanme: yo soy Tainaka Mitsu, aunque eso ya lo saben. Ésta es Suzuki Yumi, su primo Hirasawa Nakuro y éste es Sawagi Yamanaka.

—¿Es esto una especie de broma? —se defendió Sawako.

Sawagi le dirigió una sonrisa.

—Usted tiene un lindo lunar en el muslo derecho, casi a la altura de la entrepierna. Tiene la forma de un ocho. —Sawako se puso pálida. Al notarlo, Sawagi ensanchó su sonrisa. —¿Cuántas veces no nos bañamos juntos, Okaa-san? Bueno; eso sería cuando tenía tres, cinco años… la cosa es que si buscas otra prueba… ya sé! —Señaló a Mugi. —Tú tienes una colección de historias yuristas que haces desde que aprendiste a escribir. Según me has dicho, te trajo bastantes problemas en primaria. Además, a Sawako le encanta que se las leas.

Las dos se pusieron más rojas que un tomate y Sawagi miró a sus amigos con una sonrisa presumida.

—¿Quién dijo que sería difícil convencerlas?

Azusa no sabía qué decir. Miró a Yui, luego miró a Nakuro.

—Bueno, tienes un hijo muy guapo Yui-sempai…

—Deberías estar orgullosa —le dijo Nakuro a Azusa. —Gracias a ti, he podido aprender a estudiar como se debe en vez de seguir los pasos de mami Yui. Arigatou, mami Azusa.

Las chicas necesitaban sentarse, así que sus hijos les acercaron las sillas amablemente.

—¿Qué rayos está pasando? ¿Por qué están ustedes aquí? La verdad nosotras…

—Es fácil —dijo Mitsu. No era necesario ser un genio para comprender que ella era la líder de la pandilla. —Verán, Hou-Kago-Tea-Time está por celebrar su aniversario como banda, y claro, los medios están saturando la noticia. Entonces se me ocurrió que nosotros podríamos hacer algo lindo por ustedes ya que bueno; son nuestras mamis y… buenos; ustedes entienden. Pensamos en tocar algo para ustedes, pero ninguno tiene talento musical y se nos acaban las ideas. Entonces pedimos un deseo a una estrella y henos aquí, listas para pedirles que por favor toquen para ustedes mismas.

—¿Están diciendo que seremos una banda famosa? ¿Al fin tocaremos en el Budokan?

—Ajá; ya van como veinte veces y tú siempre estás feliz cuando llegan allá, mami Ritsu.

—Te agradecería que no me llames así, no estoy lista para ser la mami de nadie.

—No hay problema; Ricchan.

Por su parte Yui se lanzó sobre si hijo y frotaba la mejilla contra la suya como con Azusa.

—¿No es lindo, Azu-Nyan? Es mitad tuyo mitad mío, muy abrazabe y creo que le irán bien las orejitas de gato…

—Yui-sempai, no creo que le guste que lo acaricien así. Es un hombre crecidito y…

—Tranquila mami Azusa. El mostrarme cariñoso con mamá me ha abierto muchas puertas con innumerables chicas bonitas. Les encanta un hombre sensible. También mi amigo Sawagi las derrite sirviéndoles un té delicioso.

—Fuerza, masculinidad y su toque de delicadeza son cruciales para tener a cualquier chica a tus pies, ¿eh, Hirasawa?

—Tú lo has dicho Yamanaka.

Yui liberó a su hijo, que chocó su puño con el de Sawagi.

—Estos dos son depravados y medio —se quejó Yumi.

—¿Y tú hija de quién eres? —le preguntó Sawa-chan.

—De Jun y Ui.

—Ya veo…

Al final Mugi preparó más té y les sirvió a sus invitados. Era raro, pero en cierto punto divertido. No le agradaba que su futuro hijo fuera un mujeriego empedernido, pero también tenía muchos rasgos agradables; como que él le ayudó a preparar el té y se dio cuenta que en ese aspecto era un digno Kotobuki. Además heredó su sonrisa amable. A Azusa tampoco le hacía gracia que su hijo fuera una especie de seductor, pero también tenía rasgos agradables como su propio sentido de la responsabilidad, mezclado con el eterno buen humor de Yui. Además él se mostraba muy amable con sus amigos.

La personalidad de Mitsu era obviamente heredada de Ritsu, así como heredó el físico de Mio; igual que Yumi, que tenía el físico de Jun (sólo que con diferente peinado) y la amabilidad y buena voluntad de ayudar de Ui.

—Oye capitán, no quiero desanimarte, ¿pero ya pensaste cómo diablos las llevaremos a ellas a nuestra época?

—Pues no sé tú, pero mi intuición me dice que debemos volver a nuestro punto de partida. Una vez ahí, creo que volveremos a mi casa y podrán usar los instrumentos que tenemos ahí. Porque, ¿nos ayudarán, verdad?

—Pues para serte sincera —respondió Mio. —Todo esto está medio raro, pero me encantaría verme a mí adulta. Estoy segura que será una agradable sorpresa y conociéndome, pasado el susto inicial, me encantará verme de joven.

—Yo igual. Quiero verme cuando sea famosa.

—Y yo quiero ver a Azu-Nyan grande. Estoy segura que será tan responsable y hermosa como ahora.

—Está decidido! Iremos al futuro!

—Yosh!

Los cuatro amigos se chocaron las manos emocionados, pero la más emocionada era Mitsu. Todo estaba listo para la gran sorpresa para sus mamás…


Un delirio. Chicos: insomnio+ polvitos mágicos= mala combinación. Espero que les haya gustado, este será un Two-Shot, así que no tardaré mucho en subir el resto. A ver sus comentarios. Chao; nos leemos!