A Saint Valentine for 2ins
Resumen: Un fanfic hecho especialmente para San Valentín que tiene como protagonistas a nuestras mellizas más queridas dentro del género del shoujo-ai ^^. / TWO-SHOT, YURI, TWINCEST (incesto entre mellizas).
¡Y aquí seguimos con el segundo capítulo! No sé si alegrarme por haberlo terminado a tiempo o sentirme triste porque ya se ha acabado, ais… T_T
En fin, ¡Espero que os guste! Here we go again!
*Disclaimer: Candy Boy y sus personajes no me pertenecen, aunque en el oscuro fondo de mi perversa imaginación me gustaría que fuera así xDDD
Parte 2: Conflictos del corazón
"Creo que con esto estamos en paz por lo de la última vez, ¿no es así, Kana-chan?" Preguntó inocentemente la castaña, sonriendo alegremente.
En ese momento, la morena recordó por qué le parecía tan familiar ese sitio. Era el mismo sitio donde, después de más de 10 años, le había vuelto a robar un beso a Yukino inconscientemente, tras quitarle un poco de nata que tenía ésta en la comisura de los labios... con los suyos. En esa ocasión, Kanade había sido totalmente consciente de lo que hacía, pero disimuló como si no se hubiera dado cuenta de lo que podía suponer. Sin embargo, a Yukino no pareció molestarle, y solo le echó una pequeña reprimenda bastante abochornada, pero ahí quedó la cosa, como un simple malentendido… que en realidad no lo había sido tanto por parte de Kanade.
¿Se daría cuenta ese día… de que realmente sabía lo que hacía perfectamente y que no fue solo un "accidente"? No, no puede ser… estoy segura de que ella no pensaría nunca de esa forma y que esto sólo ha sido un acto inocente para hacerme rabiar… Pero si es así… no sabes cómo me duele que no sientas lo mismo que yo, Yuki-chan… me duele tanto saber que este amor nunca será correspondido…" Pensaba la menor mientras notaba cómo las lágrimas brotaban de sus ojos irremediablemente, provocando que la castaña se preocupara.
"Kana-chan… ¿qué te pasa? Era solo una broma… de verdad que lo siento, yo…" Decía mientras acercaba una de sus manos al hombro de la morena, pero en ese momento ésta se levantó con la cara mirando al suelo para evitar que se vieran más sus lágrimas.
"Justamente eso es lo que me duele… que para ti sólo es una broma… Lo siento Yuki-chan, había olvidado que tengo algo bastante importante que hacer… te veo luego en casa." Dijo Kanade dándole la espalda a su hermana, y comenzó a correr sin mirar atrás a pesar de los constantes gritos de Yukino llamándola. "¡¿Pero qué estoy haciendo? ¡Con esto Yuki-chan sabrá que me ocurre algo y luego querrá saberlo! ¡Soy una estúpida! … pero ya no puedo hacer nada… no puedo volver a mirarle a la cara en mi estado… necesito tranquilizarme e inventarme una buena excusa…"
Estuvo dando vueltas por el parque durante un par de horas, intentando pensar en algún pretexto que explicara por qué había salido corriendo de esa forma, pero no se le ocurría ninguno suficientemente adecuado para explicar su huída.
"¿Por qué tiene que ser esto así? ¿Por qué sigo queriendo a Yuki-chan de esta forma aún sabiendo que ella nunca sentirá lo mismo por mí? Ugh… supongo que es algo que no puede evitar… simplemente quieres a esa persona sobre todas las cosas, sin importar nada más… sin importar las consecuencias... Pero en ese caso… ¿debería decirle lo que siento? ¿Aún sabiendo que seguramente podría odiarme por ello? No quiero que nos separemos por mi culpa… la quiero demasiado para separarme de ella… y al mismo tiempo me duele esconderle algo así... ¡Agh! ¡Demonios! ¡Estoy hecha un lío! …Supongo que… no tengo más remedio que ser sincera y explicarle la situación… aunque eso suponga que tengamos que separarnos… creo que será lo mejor para las dos… así evitaré hacerle más daño…"
De repente, escuchó una voz a su espalda que la sacó de sus pensamientos.
"¡Kana-chan!" Era Yukino, que la había seguido, corriendo tanto como podía, cada vez más cerca de ella, con los ojos rojos por las lágrimas que seguramente había derramado y respirando con dificultad por la carrera. Sin aminorar la marcha ni un poco, se refugió en los brazos de la menor, abrazándola fuertemente para evitar que se alejara de ella de nuevo. "Kana-chan…p-por favor, lo siento m-mucho…no lo haré m-más… no v-vuelvas a d-dejarme sola… no me odies por favor…" Decía mientras lloraba sin parar, hundiendo su cara en el cuello de la morena.
Estas últimas palabras dejaron a Kanade sin saber cómo reaccionar. ¿Cómo podía odiarla cuando lo era todo para ella? En todo caso, se odiaba a sí misma…
"Yuki-chan… yo… lo siento mucho, no debería haberme ido así" Decía mientras le devolvía el abrazo lo más fuerte que podía, para demostrarle que no iba a ir a ningún sitio y al mismo tiempo para protegerla del frío. "El tiempo se está poniendo cada vez peor, cada vez hace más frío... ¿Te parece bien que… volvamos a casa y hablemos allí?"
La castaña solo respondió moviendo la cabeza de arriba hacia abajo, con su rostro aún escondido en el cuello de la menor.
...
Durante el camino de vuelta a casa, Yukino no había levantado el rostro del hombro de Kanade ni articulado una sola palabra en todo el camino; y la morena se sentía fatal por haber provocado ese estado en la persona que más le importaba.
"Yuki-chan, hemos llegado…" Con los brazos de la castaña todavía alrededor de su brazo sin disminuir ni una pizca la presión, llamó su atención para que reaccionara y le permitiera abrir la puerta de su casa.
Una vez dentro, se dirigieron hasta la cama, y se sentaron allí para hablar. Sin atreverse a mirar a los ojos de Yukino, Kanade cogió ambas manos de la castaña y se arrodilló frente a ella a los pies de la cama, sin poder evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos mientras hablaba.
"Yuki-chan… yo… soy idiota… jamás haría algo que pudiera hacerte daño… pero sabía que si me veías llorar y me preguntabas el motivo… iba a tener que decirte algo que seguramente te haga más daño… y a mí también… porque es algo que… estoy segura que hará que no volvamos a estar juntas nunca más…"
De repente, Yukino abrió los ojos, sorprendida por las palabras de la menor "Kana-chan... ¡no digas eso!" respondió la mayor agarrando el rostro de Kanade con ambas manos para que le mirara directamente a los ojos. "¡No hay nada en este mundo que pueda provocar eso! ¡No importa lo malo que sea! ¡Yo siempre estaré con Kana-chan!"
"Yuki-chan… yo…" comenzó a decir cerrando los ojos un momento para respirar profundamente y volver a abrirlos para hablarle a la castaña con todo su corazón, directamente a esa mirada idéntica a la suya. "¡Te quiero, Yuki-chan!"- dijo con firmeza.
"Pero Kana-chan... yo también te quiero, no entiendo-"
"¡No, no lo entiendes! Yo… te quiero... ¡pero no como a una hermana, Yuki-chan! Ha sido así desde… ¡desde que te daba esos besos para despertarte cuando no éramos más que unas niñas! ¡Te quiero más que a cualquier otra persona en este mundo, lo eres todo para mí!" soltó volviendo a bajar la mirada hacia el suelo, demasiado avergonzada para seguir mirando a Yukino a los ojos y dejando que las lágrimas cubrieran sus mejillas sonrojadas, esperando cualquier tipo de reacción negativa por parte la castaña.
Pero una vez más, Yukino volvió a sorprenderla. La agarró por los hombros, la sentó en la cama y acercó una vez más sus labios a los de la morena... esta vez sin ningún caramelo de por medio. Este beso era real, no había ninguna acción inocente detrás de él, simplemente… amor. Sin dejarle reaccionar, la castaña la abrazó con fuerza impidiendo que viera su rostro totalmente rojo, igual que el suyo.
"Kana-chan… yo también te quiero de esa forma… pero pensé que nunca sentirías lo mismo que yo… me conformaba con que pudiéramos estar siempre juntas, aunque pensara que para ti no significaba lo mismo…" admitió mientras volvía a llorar, pero esta vez de felicidad. "Me haces tan feliz sabiendo que sientes lo mismo que yo…" Y de repente, volvió a levantar la cabeza, haciendo que ambas miradas volvieran a encontrarse, creando un vínculo aún más fuerte entre ambas.
Sin dejar de mirarse, fueron acercando sus rostros poco a poco, hasta quedar a simples milímetros uno del otro, apoyadas una en la frente de la otra. Esa mirada, que era la misma en las dos, describía el amor puro y sincero que se profesaban y que les demostraba a ambas que ninguna de las dos volvería a separarse, sin importar lo que pasara a partir de ese momento.
Y entonces, Kanade consiguió hacer a un lado su vergüenza y acortó esos últimos milímetros que separaban sus rostros para capturar los labios de la castaña. Colocó sus manos en la cintura de Yukino, y ésta rodeó el cuello de la morena con los suyos, profundizando aún más en el beso.
Este beso no era como el resto, no era un simple beso robado que iba a durar un simple segundo y solo parecía un simple juego… este beso contenía un sentimiento más profundo y sincero que todos los anteriores, confirmando lo que sentían la una por la otra.
Un poco después, tuvieron que separarse por la falta de aire, con sus respiraciones bastante agitadas y los pulmones exigiéndoles algo de aire.
"¿Sabes?" Comenzó a decir Yukino con una gran sonrisa, una vez hubo recuperado el aliento. "Creo que estos pendientes nos definen perfectamente… la luna inspira tranquilidad y responsabilidad, justamente como creo que eres, Kana-chan…"
"Y ahí donde está la luna siempre hay estrellas que suelen ser más impredecibles y "juguetonas", igual como tú…" Comenzó a decir, y ambas no pudieron evitar empezar a reír.
"Además… la luna a veces no siempre está presente al mismo tiempo que las estrellas, o en armonía con ellas… aunque realmente siempre esté ahí realmente, junto a ellas… y al mismo tiempo... el hecho de que sean un par de pendientes también creo que nos representa perfectamente: uno no puede estar sin el otro… porque entonces estaría incompleto, ¿no es así?"
"No podría estar más de acuerdo con eso…" dijo mirándola de nuevo a los ojos, y volviendo a reducir la distancia que separaba sus rostros. Aún abrazadas, se dejaron caer en la cama, sin dejar que sus labios se separaran ni un milímetro en ningún momento, con una gran sonrisa en sus rostros y los ojos cerrados.
Y de esta forma, abrazadas las dos, disfrutaron de la mutua compañía de la persona que más les importaba durante lo que les quedaba de 14 de febrero, así como el resto de la noche.
"Feliz San Valentín… te amo, Yuki-chan…"
"Feliz San Valentín… y yo también te amo, Kana-chan…"
FIN
¡Y hasta aquí la historia! *sob* Me ha costado un poco pensar algunas partes, pero por fin lo he terminado, ¡yay! Ahora solo me queda darle las gracias a una buena amiga Kirino Kirisame (que no tiene cuenta de FF y por tanto a saber si llegará a leer esto… xDD) por su ayuda en escenas y palabras con las que me quedaba atascada y por su aportación con la metáfora de la estrella y la luna. ¡Muchísimas gracias! Me has ayudado un montón!
Ah, una cosa más… estaba pensando en subir el rate de este fanfic de T a M haciendo un capítulo extra algo "subidito de tono"… ¿Os gusta la idea? ¡Estaré esperando reviews con vuestra crítica sobre el fanfic y vuestra opinión sobre si debería hacer ese capi extra o no!
¡Feliz San Valentín a todo el mundo! ^^