Nueva Orleans

Quince Días para Mardi Grass:

Acheron Parthenopeaus dejó caer su bolsa de viaje al suelo antes de reclinarse contra la pared del estacionamiento de El Santuario a esperar a sus nuevos Cazadores. No sabía qué era lo especial sobre éstos tres cómo para que sus destinos se le negaran al Apostolos, pero incluso Savitar, que había entrenado a la única mujer, había perdido la paciencia, advirtiéndole que no le revelaría un ápice de lo visto, pero advirtiéndole ser paciente. La misma Artemisa había entrenado a uno de los hombres, y eso encendía cada uno de sus radares. Que Artie decidiera entrenar a un hombre, malo, que enviara tres cazadores demasiado jóvenes a Mardi Grass, demasiado malo, pero que los tres hubiesen sido creados en Inglaterra con semanas, si no es que días de diferencia... bueno eso pasaba de negro a punto ciego.

Era probable que simplemente se tratara de que estarían enlazados irremediablemente a su futuro, que llegaría a guardarlos tan cerca de su corazón como a pocos de los Cazadores-Oscuros pero no podía evitar sentirse intrigado, máxime cuando Savitar escoltaría personalmente a la mujer.

-He T-Rex ¿Noche movida? -Preguntó un alto, rubio hombre vestido con pantalón, sobretodo y botas, todo en cuero negro, el pecho apenas cubierto con un medalla y los ornamentados tatuajes de talla celta en honor a a diosa Morrigan.

-Talon, Sunshine- saludó con un movimiento de cabeza a la menudita mujer de cabellos ébano vestida de rosa y blanco junto a él -¿Qué les trae por acá?

-Hemos venido a vigilar a Ceara- comentó Talon casualmente, como si Acheron no supiera que profundo en dónde sólo él podía intuir lo que había, Talon; Speirr de los Morrigantes, extrañaba terriblemente poder hablar con el alma inmortal de la hermana que había muerto por que él había confiado en quien no debía, su propio Clan, al norte de Inglaterra, allá en Glionnan.

-Y Talon echará una mano durante el Mardi Grass, si bien no es lo mismo que antes del Katrina, los Daimon igual pueden querer echarle un dientecito a las KenyonMinion's o los Rawling Fan's que se han unido para venir a las convenciones y al martes de Carnaval.

-Rio es el peor lugar del mundo ahora mismo, y Venecia no se queda muy atrás, pero se les agradece, Nueva Orleans es cualquier momento del año como estar atrapado en Buffy: una pequeña puerta a los infiernos.

-Bueno, un placer verte Ash, yo estaré allá adentro- Sacudiendo su cabello negro la pequeña mujer hizo su camino hasta la entrada del Bar, donde Dev Peltier y su hermano Cherif la recibieron con una sonrisa de bienvenida en cada rostro y le abrieron la puerta para dejarla pasar

-¿Y a ti qué te trae por aquí? Tenía entendido que desde que te casaste, Nick o alguno de los otros trataba con los Hunters

-Nadie me ha relevado de mis funciones, simplemente algunas noches no estoy localizable por distintos motivos. Cuando Soteria o Satara me necesitan, o cuando Artemisa crea a un nuevo Cazador Oscuro, estoy fuera de los radares hasta terminar lo que quiera haya empezado.

Un destello iluminó brevemente el callejón en que se encontraban, Acheron se enderezó y dió un paso adelante mientras Talon se giraba a mirar lo que había hecho callar al T-Rex. Nick Ambrosius Gautier caminó hacia ellos con un joven a la saga. Era moreno y llevaba el cabello sobre la frente y cayendo hasta los hombros, vestía con unos jean deslavados y una remera a franjas, rojas y mostaza, unas muñequeras de cuero marrón con un león acechante grabado en cada una y botas rojas de piel de...

-Esa mierda es ¿piel de dragón rojo?- preguntó Talon, mirando las botas con incredulidad.

El joven, recién creado Cazador le miró con sus iracundos y retadores ojos negros antes de despacharlo como si no valiera la pena una respuesta suya y se encogió de hombros mirando a Acheron mientras él y Nick se retaban con silenciosas y asesinas miradas.

-Nick- pronunció el hombre alto, vestido como un gótico y calzado con unas Doc Marten's Negras. Su voz había resonado como un trueno dentro de la cabeza del muchacho, que parecía demasiado joven para entrar al servicio de Artemisa.

-Éste es Acheron Parthenopeus- dijo luego de fulminarlo con una mirada remolinada en plata, idéntica a la que Ash escondía bajo sus gafas oscuras -Él terminará de girarte instrucciones, es el líder de los Cazadores Oscuros y como tal, el mediará entre tu y Artemisa cuando sea requerido, si es que ella decide escuchar tu lamentable culo.

-Hmp, te vuelves aún mas agradable en torno a él ¿he? ¿Donde me voy a estar quedando? ¿En lo tuyo o en lo de Parthenopeaus? - el muchacho miró de uno en otro. Talon lo miró dubitativo.

-¿Cuantos años tienes chico?-preguntó el Ex-Cazador Oscuro.

-Diecinueve, pero no te preocupes, me criaron en desprecio y peligro de muerte, además, soy uno del linaje humano de Lycaon- dijo aquello como si tal cosa fuera de lo más normal.

-Te he asignado un escudero a destiempo con otros dos cazadores novatos mientras llegan los asignados a ustedes, a no ser que decidan renunciar a ellos- comentó Acheron, el muchacho abrió la boca para hablar cuando un nuevo destello le arrancó un ahogada exclamación de dolor aún a través de sus Raiban oscuros.

-Ya estamos aquí- anunció innecesariamente el enorme Chtonian calzado con sandalias Birkenstock y vestido de surfer, desde los pantalones de algodón Indio blancos hasta la camisa Hawaiana roja y naranja abierta sobre el musculado torso. La mujer menuda que traía sujeta del brazo retrocedió un paso cuando vio al Cazador recién creado

-¿Harry?

El aludido levantó la cabeza y giró a ella, liberando un literal gruñido, mostrándole los dientes.

¡Gracias Artemisa! Estos dos tenían una historia juntos...

Nick sujetó del hombro a su Cazador cuando éste se abalanzó sobre la mujer, Savitar tuvo que hacer lo mismo con ella

-¿Qué mierda está haciendo ella aquí? - gritó el muchacho mirándola con odio rezumando de cada poro de su cuerpo, la atmósfera se cargó de pesada energía, energía que hizo estremecer a la mujer, rodeándose la cintura con los brazos ella le miró desafiante

-Me pregunto igualmente de ti Harry James Potter ¿Acaso Bellatrix no te molió suficientemente pequeño?

-¡Exijo una explicación! - gritó Harry explotando de los brazos de Nick en torno a la mujer, apareciéndose justo tras ella y rodeando su esbelto cuello con un brazo, pegándola contra él, lágrimas de sangre corrieron de los ojos de ambos, con el movimiento las gafas oscuras de ella cayeron al suelo, revelando unos parpados apretados, como si estuviera luchando por contener las lágrimas que calentaban sus mejillas, ella elevó las manos hasta posarlas sobre el antebrazo del moreno.

-Suéltame antes de que nos hagamos daño Harry, no dí mi vida para recibir esta mierda de ti.

Una siniestra carcajada brotó del pecho del hombre, Ash se movió hacia ellos, pero una mirada de Savitar, quien se había apartado durante el ataque a la joven, retuvo a los otros tres hombres en sus lugares

"Ahora es que viene lo interesante" le comunicó Savitar a los otros tres "No fue Artemisa quien los quiso juntos, sino las Parcas, están juntos desde que nacieron"

-¿Tú diste tu puta vida? ¿Qué fue Hermione? ¿Te remordió la maldita conciencia, o te encontró Gin primero?- susurró aquellas palabras con dureza antes de apretar su agarre sobre el cuello de la mujer, obligándola a ponerse de puntillas, ella sonrió levemente.

-Regla número 12 del manual, Harry Potter: Lo que le hagas a otro Cazador lo sentirás diez veces más ¿Estás dispuesto realmente a ello?

La respuesta del moreno fue asfixiarla hasta que su propio rostro estuvo lívido, sus labios azulinos, venas marcándose por la presión a que su cuello estaba siendo sometido

-Siempre viviendo por las malditas reglas- susurró de nuevo contra ella, la sangre de su rostro corría ahora por el hombro de la mujer tras librar la presión, pero negándose a soltarla -menos cuando contaba, ¿o acaso en el manual de Perfecta Señorita Granger se leía "Aliarse con Snape y Malfoy y llevarse a la Orden al Tartarus"?

-¿De qué mierda estás hablando Potter? No sé qué demonios crees que te pasó, o cómo tu muerte puedas creer que estuvo relacionada con Malfoy y conmigo, pero ese par de malditas serpientes me vendieron y me abandonaron a morir en el pequeño sucio salón del trono de Lucius.

-¿Y quieres que te crea que tú no le revelaste la ubicación del campamento a los Mortífagos? Esperaba algo mejor de ti Granger, no puedo creer que cuidara tus espaldas por ocho malditamente largos años.

La mujer se destelló fuera de sus brazos y fue a dar casi sobre Acheron, a un centímetro de su cuerpo, encarando al otro Cazador con una risita histérica.

-¿Tu cuidaste mi espalda Harry? No recuerdo que hallas evitado que me torturaran, no una, sino varias veces, simplemente te quedaste allí en tu maldita celda sintiéndote demasiado afortunado de no ser tú, te cargaste el peso del mundo a la espalda y los demás tuvimos que luchar por ti por que estabas demasiado ocupado autocompadeciéndote por que el maldito de Voldemort estuviera sobre ti, pero termina de entender cabeza de pito: ¡Voldemort no te quería nada más a ti, no eres el único maldito huérfano, TODOS perdimos a alguien es esta maldita guerra y yo no te traicione más de lo que tu cuidaste mi maldito culo!

El parsimonioso sonido de palmadas sonando a modo de un burlesco aplauso atrajo la atención de los novatos hacia un hombre tan rubio y pálido que de no ser por sus ojos negros y la marca del doble arco en el centro descubierto de su pecho Talon y Nick hubieran saltado a atacarlo y le hubieran condenado a Shadedom antes de distinguir que era un Cazador y no un Daimon

-Qué conmovedor, estamos hechos un atajo de perdedores Granger. Entonces, a ver si lo entendí bien- dijo el rubio mirando a Granger mientras elevaba una mano para encerrar a Harry dentro de una burbuja de contención que el moreno golpeó frenéticamente, elevó la otra mano en dirección a ella a modo de advertencia -Los tres entramos al servicio de Artemisa, de lo que deduzco que tú y cara rajada están muertos, Potty cree que tú los traicionaste y tú crees que yo te vendí a los Mortífagos.

-Malfoy... - La mujer estalló en carcajadas, unas tan histéricas que Acheron y Talon temieron por un momento que se desmayara allí mismo – Si no fuiste tú, entonces tras la muerte repentina de Snape alguien nos descubrió, lamento haberte quitado el placer de tu Acto de Venganza, Draco - dijo con voz falsamente cariñosa, mientras una de sus manos revoloteaba bajo su estómago, a su vientre- pero comprenderás que luego de lo que nos hicieron, tuve que tener a tu tía y tus padres.

El rubio palideció y avanzó un paso hacia la mujer, Harry se había quedado congelado al escuchar sus palabras y mirar su gesto, ella llevó las manos a su rostro y miró con curiosidad sus palmas manchadas de sangre, volvió a rozar un dedo bajo su lacrimal derecho para mirarlo de nuevo. Una sonrisa ladeada apareció en su rostro, más no llegó a sus ojos, negros como ébano opaco.

-Mira Draco – dijo tendiéndole las manos palmas arriba – mi sangre es igual a la tuya, ¿ahora te parece sucia?

-Hermione...- susurró el hombre acercándose hacia ella, pero ella ondeó su mano en dirección al otro novato, desapareciendo la esfera del rubio y caminó parándose junto a Savitar – yo...

-Para usted soy Muse Darksoul, señor Malfoy- dijo con un tono impersonal, el mismo que utilizaría alguien para un perfecto desconocido -Igual que para usted Señor Potter -Entonces dió una última mirada al Rubio – Y sí, sufrieron, su madre, padre y tía, también sus tíos Lestrange, ambos, Rodulfus y Rabastan, me encargué que sufrieran tanto como su mujer, su amante y sus hijos.

-Hermione ¿Qué es todo ésto? ¿Tú...?- Harry dudó, la mujer lo fulminó con la mirada

-Hermione Granger y su hija murieron hace meses señor Potter, mutiladas ambas sobre el suelo de piedra del Gran Comedor del castillo de Hogwarts mientras su amigo Ron Weasley era utilizado bajo una Maldición Imperius para profanar su cuerpo una y otra vez, y entonces él recibió el Beso del Dementor, lo último que vieron cada uno de ellos, fue la vergüenza la ira y la pena en los ojos del otro. Y sí, Hermione Granger vivió un tórrido romance con Draco Malfoy durante su misión de espionaje, mientras estaba prisionera en la fortaleza enemiga, hasta que ALGUIEN olvidó enviar la poción con cabellos de la chica muggle que supuestamente había sido esclavizada por el Señor Tenebroso.

-Ginevra debió enviártela, ella era quien se ocupaba de ello.

-Lo sé señor Potter, por eso cuando fui tras usted y no le hallé esperé hasta el amanecer, lo cual me dió tiempo para pensar en ciertas cosas y reconocer que ella habría hecho cualquier cosa para deshacerse de mí desde que me consideraba una traidora por defender a Malfoy y a Snape, mientras que usted había sido como un hermano. Le alegrará saber que extraje a su hijo del cuerpo de la perra Weasley. con mis propias manos, antes de torturarla; un saludable varón para continuar con el linaje Potter, no como el de los Malfoy, que se extinguió para siempre.

El rubio escupió en el piso y pisó el lugar

-Mejor de esa manera, casi me alegra saber que fue en manos de Granger, Draco Malfoy se ocupó de Voldemort y todos los mortífagos restantes de la primera y segunda generación, sólo dejó a los hijos de Mortios que pudieran probar que su filiación con la Orden de Walpurgis había sido indeseada, y por supuesto, no le agarraron el gustico al asunto.

Muse volvió a reír a carcajadas, mirando a Savitar, consciente del espectáculo Dantesco que ella y sus antiguos compañeros de vida habían dado.

-¿Recuerda Savitar, que le dije cómo sólo cinco Mortífagos de un ejército completo habrían aprobado el juicio de la esposa de Zarek? ¡Aquí tiene a uno! Fíjese que usó su acto de venganza para acabar con la escoria del mundo mágico, el otro era Severus Snape... ¿A quienes dejaste vivir, Orion Black?

-Nott, Parkinson y y Zabini- dijo el rubio mirando al horizonte, donde una polvareda se alzaba al final de Ursulines Street anunciaba que uno o varios motoristas se aproximaban, Acheron permaneció en silencio, así como no podía ver sus destinos, sabía claramente los más íntimos pensamientos de cada uno de los presentes, bueno, no Savitar, ciertamente, y entendió claramente el designio de las Parcas, la reunión de los tres jóvenes magos aquí, el que entraran al servicio de Artemisa, como descendientes de los hijos humanos de Lycaon, de su primer matrimonio con una humana atlante, llevaban en la sangre la maldición de la casta Kattalakis...

Si, Acheron podían desconocer sus futuros, pero podía entender a las Destinos.

-¿Tus compinches de Hogwarts? -Bufó Potter -¿Seguro que si enviaran a las hijas de Astrea no te refundirían con ellos?

-¡He Lighting Volt! - Gritó la mujer ganándose una mirada iracunda del hombre que al agitar la cabeza para encararla echó atrás con el movimiento su cabello y éste se despejó sobre su frente revelando una esclarecedora cicatriz en forma de Rayo -Malfoy a dado más piel por mí que yo por ti, así que ten un poco de respeto en mi presencia.

-¡JA! ¿Viste Muse? Pudo conseguir borrar cada puta marca de su cuerpo y se quedó con el rayo ¿Sigues con tu complejo de héroe martirizado?

-No me jodas Malfoy, seguro que tú te quedaste también con la maldita marca de Mortífago. -bufó de nuevo el moreno.

El rubio se terminó de abrir la camisa negra que llevaba y se la sacó por completo bajo la mirada atenta del moreno y la inquisitiva de Muse, mostró ambos antebrazos y luego se dió vuelta y mostró la espalda. Una silueta de Hogwarts recortado contra la luna llena y apenas naciente se marcaba en su espalda, sobre su corazón, casi en medio del pecho, llevaba un escudo, una franja verde, una gris y una roja, bordeadas de un marco escudo heráldico en oro y sobre éstas: un león con una cabeza de serpiente en la cola.

-No me jodas, yo quiero un par de esos- bromeó la mujer señalándole- Pero va a ser un problema el de Slyfindor en el pecho.

-¿Slyfindor? ¿Tú te escuchas Hermione?- bramó Potter caminando hacia ella con el rostro desencajado, el blondo le interceptó mientras ella le ignoraba.

-¿Tu te escuchas Potter, hace un rato estabas culpándola de aliarse conmigo para traicionar a la Orden de la Luz, que tiene de raro que se fusionen las casas de Gryffindor y Slytherin luego de eso? ¡Sería el sueño cumplido de Dumbledore!

-Oh vamos- dijo la mujer mirando su reloj – Estamos gastando valioso tiempo comportándonos como los idiotas que eramos en el colegio, y esta vez lo que está en juego no es una detención con Snape o McGonagall, sino las vidas que podríamos evitar ser tomadas por un Daimon, así que por qué no terminamos las presentaciones, tomamos nuestra asignación y aplazamos por el siguiente trío de semanas los pleitos insubstanciales? Son las nueve de la noche y ustedes dos tienen la eternidad para terminar de patearse el culo mutuamente a ver cual resiste mas veces su triple recoil.

Dicho esto ella se giró y encaró de nuevo a Savitar, Acheron, Nick y Talon, parándose firme mientras extraía un celular de su sobretodo negro, dejando entrever al abrirlo una blusa rojo sangre de cuello Halter con un escote vertiginoso y un tatuaje en forma de serpiente en medio del pecho, era verde y plata, sobre un escudo de cuarteles rojos y mostaza. El escote se cerraba casi en las costillas y la breve blusa terminaba en la cintura a duras penas, el pantalón de terciopelo negro que acompañaba el modelo era de corte extra-bajo, dejando ver bastante piel y se ceñía a las curvas de su cadera y derriere hasta la mitad de los muslos, donde empezaba a ampliarse hasta culminar en unas botas estilo campana sobre unas botas Doc Marten's custom Estileto con tacón alto y plataforma. Draco adivinó que llegarían hasta las rodillas, justo como ella las prefería, y conociendo la lista de recomendaciones que le habían dejado y el catálogo de encargos que podía pedir a su escudero, seguro eran especialmente diseñadas para portar cuchillas, o alguna cosa igual de letal.

Draco le hizo un buen repaso, hasta este momento había estado viviendo de sus recuerdos, creyendo que no volvería a verla en toda la eternidad, pero ahora... Nada, una jodida mierda, igual no podía verla, una de las putas normas de su nueva existencia, dos Cazadores Oscuros no podían estar juntos, y nada de medias naranjas. Claro que él y Hermione Granger nunca habían apostado por una relación real, ellos dos no se amaban ni nada por el estilo, se habían dado unos cuantos revolcones y nada más. Quizás con el tiempo volvieran a darse un revolcón en nombre de los viejos tiempos, pero... no, a ella le gustaban las reglas, y él sabía seguirlas...