Encuentro en las mazmorras.

-Por favor, siéntate Harry, ponte cómodo, lo que tenemos que hablar es algo muy serio y podría tardar un tiempo.

-¿Qué es lo que pasa director¿Qué es tan importante para llamarme aquí en la primera semana de clases... ¿Y por qué no está aquí mi papá? Seguramente si es algo tan serio, él tiene que estar aquí. -Preguntó el ojiverde mirando 'nerviosamente' a todos los ocupantes de la habitación, aunque en realidad estaba intentando analizar las posibilidades de escape en caso de que fuera necesario.

-Harry, tenemos razones para sospechar que ese... sujeto con quien vives no es tu familiar biológico, sino que al contrario, fue él quien te separó de tu familia original.

El niño cambió su mirada al frente, mirando las cejas del director Dumbledore. No podría olvidar lo peligroso que sería mirarlo directamente a los ojos. Su mirada era impasiva aunque 'casi' intrigada.

-¿Mi verdadera familia director?

-Así es Harry- el pequeño otra vez detuvo el escalofrío que le pasaba por la espina cada vez que Dumbledore lo llamaba por su nombre -tal vez no sea el momento adecuado para decirte quien es todavía, primero debes estar preparado. Pero déjame decirte que ellos te aman y les rompió el corazón el haber estado separados de ti por tanto tiempo.

En su rincón, Snape no pudo reprimir un bufido, reflejando sin saber los pensamientos de Harry. No por que detestara a la pequeña peste quiere decir que está de acuerdo con lo que estaba pasando en la oficina, y si realmente había sido educado por quien ellos pensaban, lo último que debían hacer era subestimarlo (olvidando que eso fue lo que él hizo unas horas antes en el salón de clase). Además de que era obvio por el parecido quienes pensaban que eran sus familiares.

Harry se levantó de su asiento y se dirigió a la salida, pero no pudo llegar sin que lo interrumpiera la voz de la profesora McGonagall.

-El director no ha terminado de hablar Harry -el uso de su nombre por parte de la profesora era por el hecho de que ella no quería relacionarlo al hombre que había puesto tantas veces las vidas de sus alumnos, y arruinaría su intento de 'sutilidad' si empezara a llamarlo Potter.

-Sí, ya terminó.

-No Harry, no he terminado.

-Ya terminó -el niño volteó apresuradamente, habiéndole casi dado la espalda al director al estar frente a la puerta- por que lo que él dice es una total mentira. Yo sé quien es mi familia por sangre, y no es nadie que él pueda decir, a menos que mencione a mi papá.

-Harry, sé que esto puede ser difícil de aceptar, pero lo que te decimos es verdad. Tom Riddl...ter no es tu familia. -Cuantas ganas le dieron al peliverde de empezar a gritarle al viejo y lanzar cosas por la habitación, pero no podía. Al menos, no todavía. En vez de eso se conformó con lanzarle una mirada con ojos traicionados.

-Lo que usted dice no puede ser verdad director, yo sé que no es verdad.

-Sabemos que será difícil aceptarlo al principio, pero ya se te pasara mi niño. -¿Sería demasiado difícil saltar al escritorio y estrangularlo sin que nadie se diera cuenta? El vejete estaba probando los límites de la paciencia de Riddlter, y apenas llevaba como cinco minutos en su oficina.- No me refiero a eso director, me refiero a que yo SÉ que no es posible. Si quiere puede revisar los registros en el ministerio. -Lo cual es ilegal sin un permiso, pero a quien le importa ¿verdad?- O puede revisar mis registros médicos. Incluso puede tomarme una muestra de sangre y analizarla. Yo SÉ quien es mi familia.

El director se quedó en silencio por unos minutos. Claro que él sabía que lo que el niño decía era mentira -sin considerar la posibilidad ni por un momento-, pero si después lo confrontaban con una prueba de sangre, no habría manera de que el pequeño pudiera negar lo que decían, y de seguro le haría más fácil el aceptar su relación con los Potter.

-Está bien Harry, si eso es lo que deseas, es lo que haremos. Severus, por favor.

El profesor de pociones avanzó con una velocidad sorprendente comparada con su anterior apatía, y no pudo -ni intentó- ocultar su sádica alegría al sacar una enorme jeringa -hasta preparado venía pensó el niño-.

Jalando uno los brazos de Harry, y empujando la manga de su uniforme, introdujo rápidamente el instrumento de tortura mejor conocido como aguja.

-Te diría que te relajes y que no duele nada, pero sería un desperdicio de tiempo por que ya terminé.

El pelinegro retiró su mano tan pronto como pudo y regresó su mirada al director.

-¿Puedo retirarme ahora profesor Dumbledore?

-La verdad Harry, me gustaría que te quedaras un rato más, pero no si no lo deseas. La poción no estará lista por al menos tres días, así que puedes regresar a tu sala común si así lo deseas.

Obviamente el pequeño ni siquiera respondió antes de abrir la puerta y retirarse tan rápido como los profesores que habían salido cuando él llegó, sin esperar a que dijeran nada más.

-¿Fue adecuado dejarlo ir tan pronto director? Es mejor irlo preparando para lo que va a comprobar la poción, además de que no e pareció adecuada la manera en que el profesor Snape tomó la muestra de sangre de una manera tan agresiva. Podría haberlos lastimado -la profesora Lily Potter intentaba suprimir las emociones que surgieron al tener al niño tan cerca, pero su voz era demasiado expresiva.

-¿Y por qué no le dijiste quien es su familia Álbum? Para eso lo llamamos aquí y ahora ni siquiera se lo dices directamente. Deja de caminar en círculos y darle vuelta a las cosas. Quiero tener a mi hijo a mi lado. YA.

-James, cálmate. Harry es solo un niño y no sería adecuado darle esta clase de noticias de golpe. Puede no estar preparado para enfrentarlo y terminarías asustándolo más que acercándote a él. Hay que tomar las cosas con calma. No hay necesidad de apresurarse. Toma las cosas con calma, y le será más fácil aceptar la verdad.

El profesor de DCAO quería seguir protestando, pero la mano de su esposa sobre su hombro lo detuvo. Cuando volteó a ver a Lily, pudo ver que ella estaba igual o más afectada por lo que estaba pasando, pero intentaba mantener un semblante de calma.

-Está bien profesor, lo haremos a su modo –otra vez, pensó ella, y no es como si tuviéramos otra opción-. Supongo que ahora lo mejor será retirarnos a nuestras habitaciones. Si tiene alguna noticia con respecto a la poción, avísenos por favor. Gracias por su ayuda, y perdón por las inconveniencias.

-No hay ningún problema Lily. ¿Gustas una gota de limón?

-Disculpe director, pero ahora no me parece un buen momento para los dulces. –Antes de que el director empezara a argumentar las bondades de los dulces, Lily empezó a despedirse de los profesores, pero cuando intentó despedirse de Snape (al menos por cortesía) descubrió que había dejado la habitación sin que casi nadie lo notara. Probablemente después de Harry.

-Hasta luego Albus, nos vemos mañana. –Se despidió James para salir calmadamente del brazo de su esposa. Ambos tomados de la mano, tanto para apoyo de él como de ella. Sirius salió con Remus detrás de ellos, habiendo terminado ya la 'reunión'.

-Ya que solo quedamos tú y yo Minerva¿quisieras tomar una taza de chocolate caliente?

La profesora asintió amablemente. Una taza de chocolate ayudaría a relajar un poco la tensión en que estaban sus músculos; al menos era fin de semana y no tendría que preocuparse por dar clases por un par de días.

Mientras tanto, Harry se paseaba por las secciones bajas del castillo, mejor conocidas como las mazmorras, estar ahí lo ayudaba a relajarse. Por desgracia –o por suerte- había otro chico paseando por ahí, un tal Draco Malfoy, quien no tardó mucho en notar la presencia del Gryfindor en terrenos de las serpientes.

-¿Qué haces aquí Riddlter? Y sin tu guardia personal, debe ser mi día de suerte.

-Ah, eres tú Malfoy –con una expresión indiferente, pero sonriendo internamente. Tal vez podría jugar un poco con el rubio antes de regresar a su sala común.

-No has contestado a mi pregunta –Draco intentó lucir amenazante sacando su varita, pero esto solo le dio motivos al moreno para hacer lo mismo. Autodefensa es una buena excusa.

-No veo ninguna razón para hacerlo Malfoy, no es como tuviera que darte explicaciones- dame una razón, solo una; pensaba el niño.

-Ya veremos Riddlter ¡Expelliarmus!

Harry sonrió burlonamente esquivando el hechizo con facilidad.

-¿Eso es todo lo que puedes hacer Malfoy? Podrías empezar una pelea con un poco más de originalidad.

Sin darle tiempo al rubio de contestar o de lanzar otro hechizo, Harry realizó unos complejos movimientos de varita sin pronunciar palabra –lo que Draco pensó, era algo extraño y no pensó en moverse- y el piso debajo de su rival se convirtió en una especie de arena movediza, regresando a su estado inmóvil al llegar a la cintura del chico.

-¿Qué clase de truco barato es este Riddlter. ¡Libérame en seguida o…

-¿O qué Malfoy. No pareces estar en posición de hacer amenazas en este momento¿verdad? Yo que tú me quedaría muy calladito para que nadie se diera cuenta de mi predicamento. Bueno, técnicamente, estoy seguro de que yo no estaría en tu situación, por que yo sé el contra-hechizo, pero mejor no hagas mucho ruido, podrías atraer alguna criatura indeseada. No te preocupes, para mañana en la mañana podrás regresar a tu habitación común, y como es fin de semana, nadie tiene que enterarse. A menos claro, que quieras que todos tus compañeros se enteren de cómo te derroté humillantemente.

El ojiverde se empezó a alejar murmurando una canción. Eso definitivamente había mejorado su humor. Mientras tanto, el humillado Slyterin le apuntaba con su varita aún más enfadado por que le había dado la espalda.

-Ah, antes de que lo olvide. –El moreno ondeó otra vez su varita, haciendo que la de el rubio saliera volando a pocos metros, pero fuera del alcance de su dueño.- Nos vemos el Lunes Malfoy.

Al pobre niño no le quedó más que esperar a que el hechizo perdiera su efecto a altas horas de la madrugada, por lo que llegó arrastrando los pies a tirarse a su cama para cuando ya había otros estudiantes de su casa despiertos, y otros que todavía no se habían ido a dormir tampoco, pero ellos lo hicieron por querer hacerlo, no por estar atrapados en una incómoda posición escuchando ruidos toda la noche. Claro está, mientras él dejaba sus pensamientos de venganza para una hora en que pudiera pensarlos mejor, el moreno causante de su sufrimiento descansaba tranquilamente en su cama durmiendo sin preocupaciones. –Me las pagarás Riddlter- fue lo último que pensó antes de caer rendido en su suave camita.

Continuará.

Perdón si algo (como el hechizo o los nombres) está mal escrito, pero no tengo mis libros de HP a la mano.

Bueno, un par de días tarda, pero todavía podría considerarse dentro de la semana por que todavía no es Lunes (faltan como 5 minutos, jeje)

Perdón por no haber contestado a los reviews todavía, pero intentaré hacerlo mañana en la mañana. Gracias a todos los que no me mataron nn. Y más a los que dejaron review p.