POSESION NOCTURNA V

Llegará el día en que después de aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad; aprovecharemos las energías del amor. Y ese día por segunda vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego.

Pierre Teilhard de Chardin

Era por completo inútil, por más que aquella mañana intentara concentrarse en sus estudios, intentara poner atención a las múltiples modificaciones a las leyes de aranceles japonesas, o a las sanciones por tráfico de mercancías en el código penal, no había forma de que se alejaran de su mente los recuerdos vívidos y perdurables de la noche anterior.

Irónicamente, parecía que las pesadillas y los sueños se habían ido por completo, ni una voz en su cabeza hablándole en lenguaje extraño, ni una imagen en los espejos de ella misma vestida con ropajes antiguos, ni una marca dolorosa, ni un sueño erótico desde el día anterior.

Ese día eran más de las siete de la noche, seguía en su clase de Derecho Internacional y no había señal alguna de los eventos perturbadores que la venían persiguiendo hace meses, mientas tomaba notas en su Tablet, la mente de la pelinegra no podía dejar de jugarle malas pasadas, si bien parecía que la misteriosa y terrible Lady Mars había dejado de acosarla al fin, había algo más en su cabeza que ahora la torturaba.

Ella era consciente de que la noche anterior había hecho el amor de una forma desesperada, febril y casi salvaje con un hombre, había despertado de esos sueños extraños y aletargados donde parecía estar prisionera en un espacio oscuro, y lo primero que vio delante suyo fue el rostro de su ex novio y ahora futuro prometido de su mejor amiga, mirándola con los ojos azules más apasionados del universo, sosteniendo su cuerpo desnudo contra el suyo y sintiendo su respiración cálida, agitada y anhelante mezclada con la suya.

Reiko sabía que una parte de su mente se estaba peguntando porqué el traidor espíritu de Lady Mars la había regresado a la conciencia en ese junto momento… ¿Era Darien Chiba el hombre que la miraba con el más increíble deseo? ¿O era el amante milenario de la rebelde princesa de Marte?

En este punto, Reiko Hino mordía sus labios, de por sí bastante lastimados por los arrebatadores y salvajes besos compartidos, llena de rabia por su poco autocontrol, ella debió hablar, debió preguntar, debió asegurarse de quien era en realidad el hombre que después de la primera mirada había comenzado a besar su cuello de esa forma delirante, debió decirle algo, cualquier cosa, era fácil saber si era Darien o era el torturado Endymion de sus sueños, una sola palabra suya, si él hablaba en japonés o en la lengua antigua, habría bastado.

Y no la dijo, no lo hizo, en cuanto se estremeció por primera vez al sentir la forma como se clavaron los dientes de él en su punto de pulso y la sacudió ese estremecimiento, en cuanto sus uñas se sujetaron férreamente a la espalda del pelinegro y lo arañaron extraviadas de placer al sentir como su lengua bajaba por sus senos, en cuanto sintió la fuerza ardiente del deseo que inspiraba en el tan claro en su bajo vientre, entonces decidió algo que en otro momento jamás había decidido, decidió que no quería saber, decidió que no le importaba si era Darien o era el príncipe Endymion, decidió que había reprimido tanto y con tanta fuerza el doloroso y prohibido sentimiento que esa noche, en ese instante no le importaba hacerlo más, y cuando lo sintió entrar en su interior con aquella fuerza desgarradora y a la vez tan familiar, junto con el primer gemido de placer decidió no hablar, no preguntar, no cuestionar, no decir una sola palabra que le revelara quien estaba haciéndole el amor de esa manera apasionada, salvaje, intensa y a la vez demasiado conocida y amorosa.

Si era Endymion, le dolería mucho, sabría que Darien en su conciencia presente jamás había llegado a eso con ella, que para él, Rei Hino seguía siendo poco importante, y si se daba cuenta de que sí había sido Darien….¡Santos Kamis!...eso la aterraba más, si a Darien el alma de Endymion le había jugado la misma trampa que Lady Mars, si él también había vuelto del letargo en ese junto momento, si era por completo dueño de sus actos y aun así había continuado con esa danza infinita de entrega, pasión y amor con ella…¿Cómo iba a manejarlo? ¿Por qué Darien a dos semanas de su boda sería capaz de algo así? ¡Y ella! Reiko…no lo detuvo, se entregó al sentimiento y al deseo una, dos, tres veces hasta que cayó rendida y se durmió abrazada de su cuerpo…

Y al abrir los ojos con el sonido insistente y monótono del despertador él ya no estaba allí. Reiko habría dudado de si todo fue de nuevo un sueño, pero no podía, no esta vez, además de las huellas físicas y el aroma de su cama, tenía perfectamente fresco cada detalle, no borroso y confuso, como antes, esta vez había sido diferente, podía rememorar perfectamente la forma como cada mordida, moretón, arañazo o dolor de cada parte de su cuerpo había sido hecho, en cuanto pasaba sus dedos por encima y sentía el escozor ardiente del dolor, las imágenes nítidas de cómo había sido hecho llenaban su mente y la hacían estremecer de nuevo.

Algo había cambiado esa noche, algo había pasado, que no solo la había liberado del control en sueños de la indomable Lady Mars, sino que había dejado en su alma y su pecho una lejana calidez, un rescoldo de la hoguera intensa que los consumió a los dos, ya que en medio de la pasión cuando miraba las pupilas azules, allí estaba ese brillo de antes, ese brillo de sus días de paseo en el parque, de cuando la esperaba afuera de T.A. de cuando la llevó de su brazo a cenar con su abuelo, de cuando ganó para ella ese pez dorado en el festival, de su beso bajo los fuegos artificiales…allí estaba su Darien…

Y sin embargo no era suyo, jamás sería suyo, porque aunque se diera cuenta de que sí había sido él y no Endymion, ¿Qué cambiaba eso?...él se casaba en dos semanas, él tenía un destino que cumplir, un amor eterno con Serena, y ella no tenía cabida alguna en su vida y quizá de haberla tenido no la habría aceptado.

Ni siquiera había pensado qué hacer cuando lo tuviera delante, ninguno de los dos había hablado durante toda la noche, ni una palabra, como si hablar revelara algo que temían y habían decidido ignorar, y Reiko debía reconocer que de hecho sobraban las palabras cuando de esa manera se compenetraron y se unieron y además, estaba esa cicatriz de su mano, esa cicatriz ahora perfectamente visible, que le recordaba en carne propia que había cedido a las intensiones de Lady Mars y su espíritu obstinado, y la marca de su unión sagrada estaba allí, palpable, y ardía cada vez que la tocaba.

El sonido del timbre indicando el término de la clase de derecho internacional la trajo de nuevo a la realidad, y se dio cuenta que, de toda la brillante exposición de Mikeda sama, no había escrito n su Tablet más que el título: "Leyes internacionales sobre aranceles e importaciones en el código penal".

-Muy bien, jóvenes, la semana que viene quiero el ensayo sobre el tema de su elección bien justificado con las leyes, en relación a trasgresiones deliberadas as las leyes d tráfico de mercancías y sus consecuencias jurídicas, sean creativos, busquen en internet y den con una buna noticia internacional y como la manejarían. Buenas noches.- se despidió el profesor, mientras todos los alumnos de ciencias políticas abandonaban el salón de clases.

Reiko se apesuró al menos a escribir la tarea, y después apagó la Tablet, tomando de pisa todas sus cosas. Eran las 7:50 de la noche, a esa hora ya debía haber terminado la comida en CHIBA MANOR, revisó su móvil mientras salía y no tenía un solo mensaje de Serena, lo cual podía ser tanto bueno como malo…¿Habría logrado pasar el cruel escrutinio de la aristocrática y estricta familia Chiba? ¿O le habrían ganado los nervios?

-¡Rei! ¡Espera!.-escuchó una voz tras ella, que la hizo detenerse.

-Sean kun… ¿qué pasa?-pregunta ella al joven irlandés.

-Olvidaste tu chamarra en el asiento del aula.

-Gracias, no lo noté he estado…algo sobrecargada de trabajo.-se excusa la muchacha.

-Me di cuenta, lucías demasiado ausente en clases. ¿Cómo van tus problemas de sueño?-camina el alto castaño a su lado.

-Mejorando notablemente, estoy en tratamiento con un excelente psicólogo y hoy mismo ya no tuve pesadillas, lo cual es maravilloso porque me estaban matando.-miente un poco en algunas cosas Reiko, mientras amina con su compañero por los pasillos de la universidad.

-Me alegra, sí que necesitas descansar bien….Rei, por cierto, estuve en la oficina de Takeda sama y me dijo que aún no entregas las documentos para el intercambio a Irlanda, quedan dos semanas para que se cierre la convocatoria, ¿Pasa algo? ¿Te falta alguno de los requisitos?

-No, Sean kun, en realidad lo que ocurre es que no tomaré la beca en el "Trinity".-resume ella.

-¡WOW! ¿Y puedo saber por qué? O soy demasiado impertinente.

-No lo eres, eres mi amigo y colega, así que puedo decírtelo, tengo demasiados planes actualmente aquí como para pensar en intercambios, las elecciones locales del partido están a dos meses, el nuevo semestre, ya sabes…

-Si claro, comprendo, solo que creía qu sería una gran oportunidad, la beca completa del "Trinity" para ciencias políticas es muy codiciada, y pocos estudiantes reúnen las condiciones para ganarla, tú las tienes todas, y mi universidad es muy buena en esta área, los egresados se colocan de pisa en muchas instituciones oficiales, de hecho hay examen de oposición para puestos en las oficinas de la UE, creí que para una chica con tu talento sería una excelente plataforma.

-Lo sé, San kun, pero de momento estoy bien aquí, quizá más delante.

-Bien, Reiko, no cuestiono más tus decisiones, finalmente yo acabo mi estancia de investigación también en dos semanas y vuelvo a casa.

-¿Te vas en dos semanas?

-Sí, cuando acabemos semestre, creo que gracias a ti tengo todo para empezar mi tesis sobe política japonesa, así que, si el próximo semestre decides ir, me encantará recibirte y hacer por ti lo que tú hiciste por mí aquí, darte la bienvenida y ayudarte a adaptar.-ofrece el extranjero y Rei lo abraza afectuosa.

-Gracias Sean, eres un gran amigo.

-Y tú la mejor chica que pude conocer…si no tuviera novia me habría enamorado de ti como tonto.-sincero Sean, y ambos ríen divertidos.

-Tenemos que planear algo interesante para tu despedida de Tokio, tengo una amiga que cocina delicioso le diré si cocina algo en Hikawa y podrías venir.

-Me encantará Rei.-cede el muchacho, y ambos llegan al estacionamiento.

-¿Te dejo en algún lugar?-pregunta la pelinegra quitando las alarmas de su Mazda, pero antes de que el joven irlandés pueda responder, ambos ven recargado en el auto rojo a un joven castaño, de ojos verdes y traje gris, con el saco colgando de su hombro, en quien Reiko descubre enseguida al joven Susumu Chiba.

-Reiko, al fin sales, te he estado esperando desde las seis, ¿Podemos hablar?.

-Mejor tomo el bus, Rei chan, nos vemos mañana.-se despide el muchacho irlandés dándose cuenta de que el joven tenía algo que hablar con su compañera.

-Bien, Sean kun, te llamo más tarde.-se despide igual la muchacha y besa la mejilla del alto joven extranjero, que se aleja enseguida. Susumu Chiba mira todo en silencio.

-¿No dijiste que no tenías novio?

-¿No dijiste que solo serias mi amigo y no te meterías más en mi vida privada?-lanza ella.

-Contestar a una pregunta con otra pregunta, eso solo hacen las chicas inteligentes.-le guiña un ojo el joven Chiba y besa su mejilla.

-¿Qué haces aquí, Susumu san? Se supone que hoy iba Serena a Chiba Manor y alguien prometió ayudarla y cuidar de ella-reclama la muchacha con tono molesto, abriendo el auto.

-Déjame en Shinjuku de paso, y te cuento a detalle, le pedí a mi chofer que me esperara en el edificio Sensoji, tengo cita con un cliente a las ocho.

-Bien, sube, pero me tendrás que aclarar muchas cosas.

-Lo que gustes, linda.-asiente el muchacho y sube del lado del copiloto, mientras la hija del senador Hino lo hace en el del piloto y enciende el auto, para salir por el estacionamiento de la universidad.

-¿Por qué estás de vuelta tan rápido? ¿Cómo fue todo en Chiba Manor? ¿Sere lo logró?

-Son muchas preguntas y en realidad no hay tanto que contar…

-¡Dime ya como le fue a Serena! ¿Bien? ¿Mal?

-Es difícil decirlo, Bien y Mal son dos conceptos muy polarizados, podemos decir que sí, que lo logró, aunque tuvo dificultades y al final pues…al final…

-¡Al final que!-reclama ella conduciendo con maestría por las congestionadas calles de Tokio y frenando de golpe cuando una motocicleta se atraviesa, ganando un grito del joven Chiba.

-¡CUIDADO!-lanza Susumu asustado, y mira a la muchacha que le grita algunos reclamos al adolescente imprudente de la moto y sigue su camino, el muchacho castaño limpia su frente-¿Así conduces siempre?

-Solo cuando estoy alterada o molesta y tus frases a medias no ayudan, Susumu san-lo mira ella fulminante.

-Vale, conduce en estado Zen, por favor, que quiero llegar vivo a mi cita de trabajo, y mejor te cuento todo con calma.

-Te escucho.-retoma la pelinegra el camino por la avenida.

-Bien, el inicio de tu amiga fue algo torpe se le notaban los nervios a diez kilómetros, no recordó para nada el protocolo inicial ni de saludo, dijo varias veces el número cuatro, se le cayó el regalo al suelo y se le atoró la manga del furisode…-resumió crudamente el muchacho.

-Pobre Sere, debió estar demasiado nerviosa porque todo eso lo ensayamos mucho.

-Después mejoró, en la mesa parece que recordó todo lo que le indicaste y salvo dos leves vacilaciones se repuso y logró salvar la parte de los alimentos, en la sobremesa me tendrás que felicitar porque, en efecto, el abuelo se llevó a Darien aparte y yo hice las veces de su caballero salvándola de las garras filosas de la familia Chiba.

-Arigatou Susumu san, sabía que pasaría eso y ella requeriría apoyo.

-La llevé de mi brazo a ver los jardines y a los peces dorados de mi abuelo, agradece que no estaba el afuera porque ninguno de los peces se le acercó y el abuelo interpreta eso como algo de mala suerte.

-Toterías…dime ¿Qué pasó después?

-Pues, el abuelo mandó llamar a su despacho a tu amiga y yo fui con ella, me lo pidió, parce que sintió la hostilidad del ambiente así que fuimos juntos, Darien ya no estaba allí, y el abuelo le preguntó a tu amiga la última y decisiva pregunta de la noche, delante de los cuadros de las anteriores Toda Chiba samas, desde Toda Mariko Chiba, hasta la madre de Darien, Tsuchiko Chiba…-deja en el aire el muchacho la conclusión, porque nota enseguida las manos de la temperamental miko aferradas al volante de su Mazda.

Ella misma fue un día invitada a la mansión Chiba, y sometida al mismo escrutinio y a las mismas preguntas, sabía cuál era la pegunta que el abuelo Chiba hacía a la novia de su heredero en su despacho, lo recordaba muy bien, a pesar de haber pasado mucho tiempo, podía rememorar perfectamente la alta y recia figura de Taiyo Chiba, el anciano líder de la familia, con esos ojos azules tal aprecidos a los de Darien, acerados y filosos como navajas, mirándola a ella, y su voz grave y seria decir:

-Y Usted, señorita, ¿A qué se dedica actualmente? ¿Qué planes tiene para su futuro? ¿Cuáles son sus metas, sus sueños y sus aspiraciones?- Rei suspiró hondo mientras detenía el auto afuera del edificio Sensoji, a donde había quedado de dejar a Susumu Chiba.

-Conoces a tu amiga, ¿Verdad?...entonces sobra que te diga que su respuesta echó a perder todo lo ganado en la cena, porque a pesar de sus levs torpezas es simpática y tiene algo agradable y dulce, eso pudo ser pasado por alto por el abuelo, pero definitivamente no su respuesta…

-¿Fue tan desastroso?...-cuestiona angustiada Reiko. El muchacho asiente.

-¿En verdad tu amiga no tiene una sola aspiración en la vida que ser esposa de Darien, madre de sus hijos y ese cuento de hadas casi mágico que cuenta?

-Está enamorada, Susumu kun, así que…

-No es muy loable eso, el abuelo estaba realmente decepcionado, ni siquiera estudia una carrera, no tiene absolutamente nada a que aspirar en la vida, y sabrás que, habiendo sido mi abuela una gran restauradora de arte con estudios en Francia y la madre de Darien una eminente bióloga, el jefe de la familia Chiba esperaba algo más de la futura Toda Chiba Sama.

-Serena es muy joven, Susumu kun, ama mucho a tu primo, Darien podrá modelarla como guste más delante, con su amor, con su paciencia, ya casados quizá le sugiera algo, no me parece que por eso tu abuelo deba desestimar a Serena, ella adora a Darien, es una gran chica con el corazón más bondadoso y bueno del mundo, y en realidad Taiyo Chiba no tiene la menor idea de a quien está subestimando…

-¿Por qué la defiendes tanto? No comprendo esa parte, Rei chan, tu amas a mi primo, él va a casarse con tu mejor amiga, y siempre haces todo por proteger una unión que a cada segundo m parece más disparatada. ¿Sabes que el abuelo le ofreció a Darien ayudarlo con una casa y un trabajo en el extranjero si espera a casarse hasta terminar la carrera?-comenta Susumu Chiba, y al notar la mirada de asombro de la chica de pupilas violeta, sonríe.-no lo sabías, y seguro tampoco sabías que él dijo "NO"…¿Por qué la prisa por esta boda? No esta ella embarazada.

-Ya te lo dije antes, se llama amor, Susumu, algo que supongo jamás vas a comprender, Serena y tu primo se aman, no quieren esperar para estar juntos, solo eso, Chiba sama hace mal en oponerse.

-Mi abuelo no se opuso, no lo hará, pero sí hizo que Darien escuchara las palabras de su novia cuando habló con ella, en el despacho el abuelo tiene un espejo que es en realidad un cuarto aislado, mi abuela lo usaba cuando ensayaba su oboe, Darien escuchó todo y vio todo, y después que ella salió el abuelo se lo volvió a preguntar, si estaba seguro de lo que haría, de la chica que había elegido, del tiempo para la boda, de su situación actual, de todo…

-¿Y él que dijo?-pregunta Rei Hino, odiándose un poco a si misma de la maldita ansiedad que escapa de su voz.

-No dijo nada, salió de allí y se fue con ella, así acabó la comida en Chiba Manor.-resumió Susumu atento a cada detalle de las emociones del rostro de la bella sacerdotisa-¿Te digo algo?...ahora no estaba molesto como otros días, ahora nos miró al abuelo y a mí como si estuviera de acuerdo, como si escuchar a su novia decir esas palabras y los cuestionamientos del abuelo hubieran dado en el blanco, nada que ver con la actitud soberbia y a la defensiva que tenía antes cuando se le cuestionaba sobre la boda, no sé qué haya pasado, pero algo cambió en mi primo, lo noté desde que llegó a Chiba Manor, estaba tan ausente, tan distraído, tan lejos de ese momento, y algo en sus ojos cuando se fue me hizo darme cuenta de que ese hombre está dudando en serio de la boda.

-No lo creo, quizá solo fue…algo de dolor o pena por la actitud de tu abuelo.

-Rei chan, escúchame, yo dejo de llamarme Susumu Chiba si eso es mentira, mi primo no va a casarse con tu amiga… y casi apostaría a que tú tienes algo que ver en ese cambio.

-Creo que ya hemos llegado a tu destino, Susumu kun, gracias por lo que hiciste por Serena en casa de tu familia y por informarme.-cortante, seca y revestida de su traje de princesa de hielo responde la sacerdotisa, Susumu sonríe y niega con la cabeza.

-¿Sabes algo? No pareces ser de las chicas que son cobardes, que huyen o que no luchan por lo que quieren, todo lo contrario, algo me dice que para arrebatarte lo que es tuyo, haría falta hacerlo con espada en mano, entonces no logro comprender por qué no luchar por algo como el amor de mi primo, que estoy muy seguro que si te decidieras a hacerlo tendrías una enorme posibilidad de ganar…¿Solo por lealtad a tu amiga?

-Fuera de mi auto.-feroz lo mira la muchacha. El asiente.

-Bien, ya, tranquila, no te disgustes conmigo, además te recuerdo que el pago por ayudar a tu amiga fue una cena y aun no acordamos donde, cuando y en qué plan.-le guiña un ojo el guapo financiero a la chica, y antes de que ella lo espere, besa su mejilla.-Sayounara, Rei chan, te llamo después.-se despidió el joven Chiba.

Rei se quedó un momento en silencio, viendo la gallarda silueta del muchacho alejarse al cruzar la acera hacia el edificio Sensoji, y suspiró preocupada y triste, en se momento suena su móvil, y ella descubre el número de Serena, asi que antes de arrancar el auto, contesta.- ¿Odango?

-¡REIIICHANNNN!-escucha el grito mezclado con llanto de su amiga y debe alejar el teléfono de su oreja un poco.

-Sere, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?-pegunta al escuchar los sollozos.

-¡Todo se derrumbó! Rei, fui terrible en casa de los Chiba, nada salió como lo ensayamos, me equivoqué en muchas cosas, estuve nerviosa todo el tiempo y al final el abuelo de Darien me hizo unas peguntas extrañas que lo disgustaron, Darien me sacó de allí muy enojado y no dijo nada todo el camino a casa, me dejó en mi casa, no en su departamento, estaba enojado, lo sé, raro, se despidió de mi sin besarme y se fue, lo he estado buscando y no contesta su móvil…¡Qué hago, Rei chan! Darien no querrá casarse conmigo, lo avergoncé, soy un desastre.

-Tranquila, no digas eso, dudo que por más mal que haya ido todo sea como para cancelar la boda, Darien te ama, no haría algo así.

-¡Lo haría! Rei, hace tiempo que lo noto extraño, distante, frio conmigo, desde que regresó de la batalla con Galaxia, luego de que me dio el anillo, algo cambió, lo sentí pero no quise decirle a nadie, además estaba tan feliz con mi boda que creí que se pasaría, pero no se pasa, Rei, ¿Crees que conoció a alguien en su viaje? ¿Crees que ya no me ama? Porque si es así yo me muero.

-Serena, tranquila, no te hagas explicaciones tontas, ¿De acuerdo?-dice temerosa Rei de que su amiga regrese a su estado depresivo de antes.-ya te dije antes, los días previos a la boda son los más pesados, recuerda los test que hicimos en internet con las chicas, seguramente Darien solo está algo presionado, pero jamás haría lo que supones, cálmate, dale espacio…

-¿Espacio?

-Sí, Odango, espacio, si se siente algo ansioso o estresado por la cercanía de la boda y tu estas todo el tiempo sobre él, no ayudas. Confía en su amor, confía en lo que tienen juntos, confía en ti misma y déjalo que reflexione un poco, al final sabes que volverá a ti ¿O no?

-No sé, Rei chan, yo no puedo pensar mi vida sin Darien, tengo mucho miedo de perderlo, ¿Qué soy sin el amor de Darien? ¿Dónde están mis sueños sin él?…

-Serena, te recuerdo que tú, sin el amor ni la presencia de Darien, salvaste al universo entero, eres Sailor Moon, una guerrera fuerte y poderosa, una líder por la que todas nosotras damos la vida, una amiga y una persona maravillosa, y eso lo eres con o sin él en tu vida, así que deja de pensar las cosas tan extremas, lo amas, él te ama, pasan por un momento muy tenso pero eso no cambia nada ¿Crees que el amor que se tienen y que ha superado tanto no supere el estrés pre matrimonial y a la horrible familia Chiba?

-Tienes razón, Rei chan, mi amor y el suyo es muy fuerte, nada malo pasará.

-Nada, toma un baño, cena delicioso y ve a dormir, y ya no lo acoses por teléfono, deja que regrese a ti cuando él lo necesite, nada pasará, ya verás que en dos semanas más serás la feliz señora Chiba.

-¡Gracias Rei chan! Siempre sabes cómo animarme y como centrarme, no sé qué haría sin ti.

-Meter la pata mil veces, Odango tonta…anda a descansar, aleja los malos pensamientos, no necesitas mas estrés que el que nos falta, como tu planeadora de boda y madrina, te ordeno relajarte y estar tranquila, no queremos novia ansiosa el día más importante de su vida.

-Te quiero mucho Rei chan, eres la mejor.

-No soy la mejor, disto mucho de serlo, pero de algo puedes estar segura, quiero lo mejor para ti.

-Lo sé, te adoro Rei chan, mucho mucho…¡Hasta mañana!

-Hasta mañana Odango.- acaba la pelinegra y cuelga el teléfono, sintiendo enseguida el horrible remordimiento de lo pasado.-Por favor, gran Kami, Oka san…no dejen que sea consecuencia de ayer, por favor, no permitan que él lo haya recordado…-ora ella y arranca su auto de regreso a Hikawa.

Templo Hikawa, mismo día por la noche.

El joven de cabello oscuro esperaba recargado en su motocicleta y jugando nervioso con el casco en sus manos, en el inicio de la escalinata del santuario shintoista, una gran ansiedad y expectación llenaba su alma, estaba realmente asustado, lo había estado desde que despertó por la madrugada de esa noche mágica y apasionada, y la vio dormir al lado suyo.

Darien sabía, estaba seguro, que cuando volvió de ese letargo extraño y oscuro en que lo sumían sus sueños, con el cuerpo desnudo de la chica de ojos violeta entre sus brazos, tomó la decisión que su corazón, su alma y ese sentimiento poderoso y dormido le reclamaron.

Supo que quien tenía delante era ella, la reina de hielo, Reiko Hino, la orgullosa y altiva sacerdotisa que se revestía de estatua cada vez que él tenía necesidad de cruzar así fuse unas palabras con ella, la chica que había sido su primera novia y a quien dejó sin explicación alguna por Serena, la bella mujer con quien él tenía una especie de deuda y con quien se sentía terriblemente intimidado, la misma mujer que el respetaba y admiraba aunque lo dijera poco, la que le parecía el ideal femenino en muchos más aspectos de los que se quería confesar, esa mujer, con la que los últimos meses había estado soñando con intensos y apasionados sueños, y que los últimos días lo había desconcertado tanto, la misma por la que sintió rugir un volcán en su pecho al verla del brazo de Susumu, la misma terrible, desafiante, preciosa, sensual y perfecta mujer contradictoria estaba allí, y esta vez no se contuvo.

Él había comenzado ese beso, cierto de que era Reiko y no la salvaje y posesiva princesa de Marte la que tenía delante, y no le costó el trabajo que esperó vencer el primer movimiento de resistencia de ella, porque la esfinge, la diosa, la estatua de frialdad, se derritió en sus labios y con sus caricias y cedió, se permitió abrirle a él esa ara de sentimientos que jamás le dijo con palabras y que ocultó con el celo de algo sagrado en su interior.

Jamás había pensado que hacer el amor con Rei fuera así, los sueños torturados y delirantes del príncipe Endymion le habían dejado una palpable muestra de lo que era ser posesión completa de una dama de Marte, de la fiereza, pasión, sensualidad y demanda con que amaba Lady Mars, pero con Rei había algo más, ese sentimiento en el fondo de sus besos y sus acciones que lo había asombrado reencontrar días atrás, cuando la buscó en su universidad y tocaron sus manos, ese sentimiento que ella no había apagado a pesar de todo, uno que para él había sido muy claro: Amor.

Para Darien, descubrir ese sentimiento debajo de cada capa de concreto y acero en que lo escondió Rei, había sido lo mismo que para un sediento en medio del desierto, descubrir un oasis, y se aferró a ese descubrimiento, se entregó a él, no desaprovechó cada momento de entrega y demanda de ella y por la misma razón no se atrevía a hablar, ni a decir una sola palabra, temeroso de romper la magia de ese momento sagrado en que ella le estaba dejando entrar en sus más íntimos secretos, física, emocional y espiritualmente.

Él había estado con Serena dos veces antes, y no había sido malo, él había llevado toda la iniciativa y para ser la primera vez de ambos había sido extraño primero y luego dulce, después de la batalla con Galaxia, ella estaba demasiado emocional, muy vulnerable, y casi fue necesario disipar así sus dudas y miedos de que él se volviera a ir, luego de eso, nada…por falta de tiempo suyo casi siempre con los estudios y todo el estrés por la boda, pero justo en ese momento de su vida, Darien Chiba estaba seguro de que nada sería igual para él con Serena.

Después de haber estado con Rei esa noche maravillosa, no iba a poder volver a estar con su novia sin desear, añora y alucinar a la sacerdotisa, ¿Cómo era posible? ¿Qué magia o hechizo había en la sacerdotisa que le había cambiado el mundo en unas semanas?...O quizá…aun estaba esa otra explicación que Darien no era tan valiente de confesarse, quizá ese sentimiento siempre estuvo allí, algo sofocando por Serena, Tokio de Cristal, sus recuerdos, su boda y su amor milenario.

Por eso en la madrugada, cuando despertó y la vio dormir a su lado, le ganó el temor a lo que había pasado, no a lo que sentía, pero si a qué hacer con lo que sentía, y temeroso de enfrentarla se había retirado de la habitación del templo, huyendo en la noche hasta su apartamento, donde no había dormido ni un poco dando vueltas a la difícil situación, a dos semanas de su boda con Serena, una noche imposible de describir cargada de sentimiento y pasión había movido todo, ¿O quizá lo había asentado? ¿Desde cuándo había comenzado a sentir que hacía las cosas por inercia y porque ASI DEBIAN SER y no por sentimiento? Quizá desde su regreso de la batalla con Galaxia.

El sonido del motor del auto lo hizo salir de sus abrumantes pensamientos y suspirar hondo, pidiendo a todos los kamis el resto de valor que le había faltado la noche anterior para enfrenta a la sacerdotisa…¿Por qué con Reiko todo era tan difícil?

Ella detuvo su Mazda rojo a unos centímetros de la motocicleta de Darien con un rechinido de llantas y un derrape casi perfecto, lo había visto desde que dobló la esquina de la calle de Hikawa y su primer instinto había sido, desde luego, acelerar y largarse, huir, como había huido todos esos años de ese sentimiento prohibido e imposible, pero justo entonces las palabras de Susumu Chiba resonaron con el mismo eco molesto de siempre en sus oídos: "No pareces ser de las chicas que son cobardes, que huyen o que no luchan por lo que quieren…"

Y de ponto un impulso mayor a sí misma la hizo acelerar y frenar de esa manera delante del hombre de la motocicleta, en algo tenía razón el primo de Darien, esos años había estado actuando como alguien que no era ella, de una forma contraria a como siempre hacía las cosas escudada en una dramática forma de resolver sus sentimientos, de pronto, todo estaba claro, no más, no iba a dejar que otro espíritu inconforme del pasado tomara control de su vida y sus sentimientos, iba a enfrentarlo y a acabar de una vez por todas con esa situación.

La chica de cabello oscuro abrió la puerta y bajó del Mazda, tomando su portafolio escolar lo cuelga en su hombro, y cerrando el auto, el joven motociclista se acercó a ella con el casco en sus manos y pasos cortos, como quien se aproxima a una bomba nuclear que va estallar, y con voz débil y cortada, dijo…

-Bue…buenas noches Rei…¿Crees…crees que podemos hablar?.-la voz grave del estudiante de medicina moría en su garganta y los ojos azules no se atrevían a mirar de frente los violetas de ella que suspiró hondo.-Si…si no lo deseas ahora por todo lo que pasó yo entiendo…puedo volver mañana o el día que me digas y…

-Darien, espera un poco…

-…lo que menos quiero es incomodarte y si es que estas muy molesta yo…

-¡DARIEN!-el grito imperativo de ella hizo callar al joven pelinegro enseguida, y ella tomó sus hombros con fuerza, mirándolo.-tranquilo por favor, no adelantes las cosas y no te asustes, vamos a hablar, no pensaba negarme.

-¿De verdad?.-peguntó asombrado el muchacho que esperaba todo menos ese recibimiento, la sacerdotisa lo suelta de los hombros y asiente.

-Es lo mejor que podemos hacer y ambos lo necesitamos, ven conmigo.-lanzó ella con su voz siempre segura y firme, comenzando a caminar por la escalinata del templo hacia arriba, el joven tardó un poco en asimilar que la chica no se estuviera negando a hablar después de la noche anterior, y cuando reaccionó subió de prisa los escalones que lo separaban de la rápida caminata d ella hasta i a su nivel, en silencio, y cruzar el Torii de Hikawa, avanzando por la explanada del templo en seguimiento de la chica hasta la casa sacerdotal, Reiko se detuvo delante del Kami-danna y respetuosa aplaudió dos veces, saludando al kami, y haciendo sonreír al muchacho ya que al parecer ni en sus momentos de más tensión emocional abandonaba sus creencias, el hizo lo mismo y después la siguió dentro.

-Ven por aquí, no entraremos a casa, hay un lugar mejor para charlar sin testigos.-lanzó ella con voz mucho más tranquila de lo que Darien esperaba, y lo condujo por un pasillo a la izquierda del templo, hasta abrir las puertas corredizas y cruzar a un pequeño jardín japonés, en perfecta armonía zen, con una cascada de agua, un pequeño puente, plantas, bambús y farolas rojas encendidas, que asombró mucho al joven. Ella dejó su portafolio dentro del pasillo de madera y caminó por el bello jardín hacia un árbol grande donde estaban colgadas las farolas rojas, sentándose en una de las piedras bajo este e invitando al joven con un ademán de sus manos a hacer lo mismo.

Darien se demoró un poco mirando la belleza del jardín de Hikawa por la noche, y viendo luego a la joven pelinegra, que alzaba su brazo para saluda a sus inseparables cuervos, quienes graznaban mientras bajaban desde el árbol a posarse en su brazo y hombro; aunque Reiko no llevaba la chihaya de sacerdotisa ese día sino botas altas, falda tinta muy corta y un suéter negro, con su cabello recogido en un peinado alto, elegante y bella como siempre, pero no desentonaba para nada con el ambiente del jardín.

-Es un bello lugar, no lo conocía…-balbuceó el al sentarse a su lado.

-Hay muchas cosas de Hikawa que no conoces, Darien, nunca te has tomado la molestia de desear conocerlas y muchas te sorprenderían-lanzó ella y el joven se sonrojó, porque enseguida que ella se refería más que a Hikawa a sí misma.

-No creí que quisieras hablar conmigo, pensé que me ibas a golpear o a quema si insistía o que ibas a huir y fingir que nada pasó, que quien estuvo anoche conmigo no habías sido tu sino Lady Mars.-inicia Darien.

-¿Te digo algo gracioso?...desde que desperté esta mañana hasta antes de dar la vuelta en la esquina de la calle del templo, esas eran mis dos mejores opciones, golpearte o huir, pero…alguien me tuvo que recordar que esa no soy yo, que no es así como hago las cosas y que solo he conseguido complicarme y complicarte la vida con mi dramática manera de tomar algo tan sencillo.-lanzó ella con un aplomo y seguridad en su voz que no había tenido antes. Darien la miró asombrado.

-¿Crees que lo que pasó fue algo sencillo?

-No lo que pasó, Darien, pero sí el trasfondo de todo. El doctor Ikeda dice que psicológicamente, cuando no dejamos aflorar los sentimientos hasta la cúspide y asentarlos, para cerrarlos, estos se vuelven unas pequeñas hogueras que con cualquier desequilibrio emocional vuelven a arder.-Rei acaricia a Phobos mientras habla, recordando la última sesión con su psicólogo.-tiene razón, dejé que esa hoguera mal apagada se encendiera y consumiera mi salud mental, mi calma, mi felicidad y a mí misma.

-¿A qué te refieres?-pregunta Darien, cada momento más asombrado.

-A que nunca cerré los sentimientos que tenía por ti, creí que podía controlarlos y manejarlos, olvidarlos, sofocarlos, ignorarlos…finalmente nadie a los 14 años se enamora así, el punto es que, como siempre, presumí bastante de mis fuerzas y confié demasiado en mi autocontrol, no contaba con que no se puede jugar con los sentimientos y menos cuando eres tan joven.

-O cuando el tipo en cuestión jamás se toma la molestia de cerrar nada tampoco ¿Verdad? Porque yo no ayudé mucho con mi cómoda manera de ignorar lo nuestro.-se atreve a decir el estudiante de medicina, Rei sonríe y niega con la cabeza.

-No, tu no tenías aquí responsabilidad alguna, aunque yo en mi egoísta forma de ser llegué a culparte mucho, casi a detestarte, ahora puedo entender que no era así, era un sentimiento unilateral, aún lo es, tu no lo sentías y por tanto tus acciones no fueron malintencionadas, ni siquiera te diste cuenta, y yo era…soy…-se corrige ella.-demasiado orgullosa como para habértelo reclamado o deja siquiera que te dieras cuenta de que no te superaba, aun ahora me está costando demasiado…-ríe nerviosa la muchacha, para ocultar la violencia que se estaba haciendo a si misma y a su temperamento confesarle eso al joven Chiba, y Darien nota enseguida como tiembla su mano izquierda como siempre que intentaba controlar sus emociones; siente el impulso de tomar su mano y presionarla, sabe que eso la calma, pero no se atreve, le da su espacio y espera a que tome ánimos de seguir.

-Nunca quise hacerte daño, ni pensé lastimarte, y cuando consideré hablarlo te vi tan indiferente, tan ajena a todo lo pasado que si por hecho que no había tema para hablar, aunque confieso que nunca se fue de mi la lejana molestia e incomodidad de no haber tenido para ti ni una palabra de gratitud.- dice él, Reiko acomoda un mechón de cabello negro y los cuervos vuelan posándose de nuevo en las ramas del árbol bajo el que charlaban.

-Tampoco yo reaccioné de la mejor forma, sabes que detesto sentirme débil, odiaba mi vulnerabilidad y detestaba que sangrara de nuevo todo cada que te veía, odiaba envidiar a Serena y sentir ese maldito hueco en el pecho cada vez que ustedes eran felices, el orgullo herido es una mala bestia, como un tigre lastimado que está listo a saltar sobre quien no tiene la culpa, luché mucho para no dejarme caen en sentimientos malos, Sere es mi mejor amiga y su felicidad debía ser la mía, la meditación, el kendo, la música y mis metas me ayudaban a mitigarlo y a mantener al tigre sin alimento, no quería volverme alguien injusto y malo, me conozco, tengo unos límites muy dementes, aunque contigo no siempre lo lograba y debo pedirte una gran disculpa por portarme tan fría, cortante y lejana contigo…¡Gomen!.-se inclina ella y Darien toma sus hombros haciéndola levantarse

-No es necesario, Rei, por favor…

-Lo es, si quiero que sane de una vez por todas y cauterizarlo, lo es. Habría dado la mitad de mi vida por mantener mi orgullo intacto y que jamás supieras esta verdad, Darien, me dije a mi misma que tenía que cicatrizar por fuerza el día que te viera casarte, y así lo habría mantenido de no ser porque Lady Mars me da esta gran lección. No puedes sofocar un sentimiento mal cicatrizado, debes enfrentarlo, porque de otra forma serás infeliz el resto de tu vida, o hasta traspasar el tiempo, como ella.

-¿Crees de verdad que eso fue?-pregunta el médico, ella asiente.

-Dejé entrar en mi mente, espíritu y cuerpo el alma de una mujer que en el pasado jamás cerró sus sentimientos por el amor de su vida, lo hice seguramente porque estamos conectadas de alguna manera lejana en el pasado y porque mis sentimientos propio hacia ti empezaron a parecerse a los desesperados, posesivos y destructivos de la salvaje Lady Mars.-sonríe un poco apenada la muchacha, pero Darien no sonríe, solo escucha todo en silencio.-hasta ayer que elegí ceder a todo lo que siento por ti, que decidí darme un momento egoísta a pesar de saber que era inadecuado, logré alejarla de mi vida, y sé que será para siempre.

-¿Entonces ya no volverá?-peguntó el joven sin controlar la ansiedad en su voz…después de todo lo que provocaron sus sueños extraños y la posesión de Endymion, ¿De verdad deseaba que terminara? Él mismo no supo que responderse.

-Ya no, Lady Mars dejó de ser mi problema cuando tomé las riendas de mis decisiones y mis sentimientos anoche. Lo que pasó no es algo que me haga sentir orgullosa, sé que estuvo mal, pero nadie me obligó, era perfectamente dueña de mis actos cuando decidí que quería que pasará, que necesitaba que pasara…

-No lo decidiste tu sola, Rei.-se atreve al fin el joven, y ella lo mira un momento, asombrada de sus palabras.-hasta donde recuerdo, cuando Lady Mars y Endymion nos regresaron a nuestros cuerpos, yo fui quien te besó primero.-se atreve el muchacho, Rei desvía su mirada de las pupilas azules del joven, sonrojada y desconcertada.

-Ese detalle es confuso en mi mente, no se quien inició, pero sé que yo no te detuve, y no lo hice porque no quise hacerlo, aun sabiendo lo inadecuado y prohibido de este sentimiento y que lo que estaba pasando para ti solo era consecuencia o reflejo de lo que el espíritu de Endymion te había mostrado y no algo que sintieras de verdad…

-Rei, por favor, déjame explica…

-No, Darien, no hay nada que explicar, ambos sabemos que el tipo de sueños y recuerdos vívidos de Lady Mars y del príncipe de la Tierra no eran los más adecuados para mantener la cordura, yo no te estoy culpando de todo a ti, no estoy esperando que lo que pasó cambie algo entre nosotros, asumo mi parte de responsabilidad y te libero de cualquier culpa que puedas estar sintiendo. Vamos a olvidar lo que pasó y a seguir con nuestras vidas, no tiene por qué cambiar nada. Solo te estoy pidiendo esas dos cosas: olvidarlo y seguir adelante.

-Déjame recapitular, me estas diciendo que los sueños y recuerdos de Lady Mars entraron en ti porque les abriste la posibilidad de hacerlo, que tomaron posesión e tu vida porque tus sentimientos se parecían a los de ella ¿Verdad?.-pregunta el muchacho, Rei abre la boca para responder, pero el joven no se lo permite y toma su mano.- ¿Entonces los míos? ¿Qué hay de mí y mis sentimientos? Si es verdad lo que acabas de decir, entonces yo también dejé entrar a Endymion y su alma, y se lo permito porque también mis sentimientos cambiaron…

-¡NO! En tu caso no es así, Darien, no, Lady Mars y su forma posesiva de amar seguramente hicieron que tuvieras esos sueños pero tu jamás los dejaste entrar, tú no has dudado nunca de lo que sientes por Serena tu no…

-Rei…¡REIKO!-ahora fue él quien alzo la voz para callar a la chica de ojos violeta, que, incapaz de sostenerle la mirada, se puso de pie, Darien hizo lo mismo y caminó tras ella, quien le daba la espalda.-Yo les permití apoderarse de mí, Rei, y te diré por qué lo hice…

-¡No quiero saberlo!-reclama la obstinada muchacha sin mirarlo, pero Darien la toma de los hombros tras su cuerpo.

-¿Por qué aplicas unas leyes sobrenaturales para tu caso y no para el mío?... ¿Por qué no quieres darte cuenta que a mí me pasó lo mismo? Rei, tus explicaciones son muy diferentes cuando se trata de tus motivos y de los míos, y en el fondo sabes que es la misma situación. Ahora me corresponde hablar a mi.-lanza decidido el joven, pero ella se aleja de su toque y camina al pequeño puente del estanque en silencio, Darien la sigue y se recarga en el puente a su lado mirando a los peces rojos nadar.-desde que regresé de la pelea con Galaxia muchas cosas cambiaron, hablaste conmigo ese día en el Crown, después de que sus amigos, Three Lights, se fueran, y me contaste tus impresiones sobre Serena ¿Lo recuerdas?-ella asiente.

-Vencí muchas cosas para poderte hablar, pero mi temor por ella era más fuerte, me di cuenta de su estado emocional y decidí que debía saberlo para que te ocuparas, solo tu podías sanar su corazón, devolverle su seguridad, su alegría…

-Y lo hiciste sintiendo todo eso por mí, ahora lo sé…pero lo importante es que desde ese regreso, algo cambió. Serena se volvió por completo dependiente de mí, intenté, lo juro, comprender que había sido por mi ausencia y lo que m contaste, sobre su vulnerabilidad emocional, y fui paciente, pero llegamos a un punto en que empecé a hacer las cosas más por inercia que por sentimiento, todo lo que vino luego, la petición de mano, el anillo, la boda, su inmenso deseo de casarse yo solo…en algún punto yo…dudé, y entonces pasó, lo dejé entrar, Endymion entró en mi porque se lo permití, porque, como tú, mis sentimientos estaban siendo muy semejantes a los suyos.

-Quizá…pero como sea, eso no cambia nada, Darien, lo que pasas con Serena es una mala racha, todos tienen dudas antes de casarse, pero lo suyo es más fuerte y más intenso que cualquier dificultad, sabemos que lo superarán sabemos lo que serán juntos, ya han pasado por peores momentos, su amor lo hará posible, así que no dejes que esta mala pasada del destino te confunda-terminante la sacerdotisa, posa su mano en el brazo de Darien y él la mira en silencio.

-Me gustaría sabe qué pasó, con Endymion y Lady Mars, con su amor, con su lazo, tengo la cicatriz de la mano ahora perfectamente clara, y sé lo que significaba para ellos, entonces… ¿Por qué parece una historia muy diferente a la que conocemos?

-No me interesa saber porque lo supongo. La galaxia estaba en riesgo, la unión de Endymion con la princesa de la Luna era muy importante, simplemente alguno de los dos tuvo que tomar la mejor decisión, por el bien del otro y de muchos más, y creo que el resto sí es como tú lo recuerdas.

-Aun quiero saber qué pasó, su forma de amarse, de entregarse, de pertenecerse, era tan…intensa, tan…no sé cómo describirla ¿Completa?.-sonríe el muchacho, Rei también sonríe pero con cierta pena en su sonrisa y aleja su mano del brazo de él-¿No quisieras saberlo?

-No.-lanza ella con firmeza mirando también a los peces.

-¿Por qué?-pegunta él.

-Porque ningún espíritu del pasado determina mi presente ni condiciona mi futuro, soy por completo dueña de mis decisiones, mis elecciones y mis sueños, fui vulnerable antes por guardarme sentimientos que no debí, por cobardía y orgullo y por eso pasó todo esto, pero no pasará más, se quien soy, sé lo que siento y sé que no es posible, ¡Bien! No se acaba el mundo, no debe avergonzarme seguir enamorada de ti, no si mi sentimiento jamás fue malo, ni debe preocuparme confesártelo, no estoy haciendo nada malo ni inadecuado ni egoísta por eso, ni te estoy exigiendo nada. La historia de Lady Mars y el príncipe de la Tierra pudo ser verdad, no soy quien para negarlo, pero como te dije no determina mis elecciones, sé qué es lo correcto, y seguiré adelante con mi vida…

Darien se queda en silencio un poco, las palabras de Rei había calado muy hondo en su interior ¿Una vida pasada no condiciona tu presente? ¿Un recuerdo pasado no determina tus elecciones futuras? Entonces por qué él parecía ahora mismo justamente prisionero de todo eso.

-¿Podrás olvidarlo?...lo que pasó anoche, porque creo que a mi me costará, fue demasiado…

-¿Intenso?...-Rei se sonroja un poco-sí, lo fue, creo que había contenido demasiado muchas cosas que seguía sintiendo por ti y no soy muy buena conteniendo mi tigre interior.

-Iba a decir otra palabra. Iba a decir completo, porque a pesar de lo intenso y fuerte de las emociones de los dos, llegué a sentir algo más, un sentimiento de fondo, algo cálido, algo…

-Darien, por favor, quedamos en no mencionarlo más, me disculpo mucho contigo por mi mala elección de anoche, me siento terriblemente mal, pero no gano nada negándolo, tú tienes tu vida, yo la mía, continuemos en paz. Por favor no dejes que un incidente como este cambie nada en tu vida, sé el chico recto, honesto, justo y bueno que siempre hace lo correcto, sigue siendo el chico del que me enamoré, el que aún no puedo superar, sigue siendo el Darien que sigue su corazón, disipa tus dudas y se feliz con la mujer que naciste para amar, sin miedos, sin remordimientos, de mi parte te absuelvo de cualquier culpa que puedas sentir, dejemos todo como está-suplica ella tomando su mano, y Darien ahora no se contiene tanto y toma la suya.

-¿Qué habría pasado si seguíamos juntos? ¿Lo has pensado?...

-No mucho, Serena te da la estabilidad, la paz, la alegría y la entrega que necesitas para ser mejor y ser feliz, y tú le darás a ella la confianza, la fuerza y el amor para que se vuelva la reina que sabemos que será n el futuro.

-No creo que nos haya ido tan mal juntos, alguna vez funcionó.

-Yo tenía 14 y tú 18, soy diferente, eres diferente, habríamos acabado por matarnos.- Darien sonríe pero no suelta su mano, aún están muy vívidos en su memoria los detalles de la apasionada e intensa noche en que chocaron sus almas, sus cuerpos y sus voluntades de esa forma apasionada e intensa, sabía que con ella no ganaría quizá jamás, conocía la fuerza del amor y pasión de Rei, tan parecido al de su yo pasado, y a la vez tan distinto, tan maduro y tan entregado, y se preguntaba si alguna vez podría cumplirle la promesa de olvidar esa noche, o si ese recuerdo lo perseguiría siempre.

-Creo que ya debes volver. Hablé con Susumu y me contó que a Sere no le fue muy bien en Chiba Manor, hablé también con Sere, está asustada porque no responde sus llamadas ni sabe de ti, tiene mucho miedo de haberte hecho quedar mal y que canceles la boda, ve a verla, habla con ella, tranquilízala, y dile que todo está bien.-pide la muchacha y ella misma toma con su mano la otra de Darien, permitiéndose mirarlo sin todo ese cúmulo de sentimientos reprimidos, empalmados, abiertos y sangrantes de antes, aun duele, duele mucho, lastima estarle pidiendo al hombre de tu vida que vaya y haga feliz a tu mejor amiga, pero es un dolor diferente, un dolor con esperanza, un dolor que sabía que pasaría, porque ella estaba haciendo lo correcto.

-Si tú me pidieras no casarme…creo que yo…en este momento…-balbucea el muchacho mirando a Rei de una manera elocuente y casi suplicante.

-Shhh…no digas eso. Nunca lo haría, no soy la villana de la historia, ni seré quien destruya los sueños de mi mejor amiga o se aproveche de tu situación vulnerable, no Darien, lo único que te pediré es que seas el Darien de quien me enamoré, ese chico que hace lo correcto siempre, sabes lo que debes hacer, y yo me sentiré feliz de verte hacerlo. Lo que pasó, pasó, ambos somos adultos y no lo negaremos, pero procuremos que traiga las menos consecuencias posibles para quienes no tienen la culpa de nada. Además, Doctor Chiba, Rei Hino no es la segunda opción de nadie, ¿Sabe? No es el tipo de amor que quiero para mi vida, yo necesito un amor que luche por mí, que deje la vida por obtener mi cariño…y que no esté ocupado. Ya llegará, espero. De momento no quiero ser amada ni elegida por la sombra de un pasado, quiero ser elegida por mí misma, por quien soy lo que valgo, quiero ser amada porque alguien no puede vivir sin mí y no por imposición.

-¿Que harás después?-pregunta el joven Chiba, visiblemente conmovido por esa declaración y acomoda un mechón de cabello oscuro de Rei tras su oreja.

-Demasiadas cosas, voy a aceptar mi beca a Irlanda, iré al Trinity College y me especializaré en Ciencias Políticas, quiero prepararme mucho y regresar a Japón con la capacidad suficiente para hacer la diferencia, sin duda soy hija de mi padre y seguiré en esto, voy a hacer algo bueno por mi país y por mi gente, sé que tengo el talento para ello pero debo estar mejor preparada y me falta camino, también voy a continuar mi idea para el programa de acercamiento a la juventud de las tradiciones japonesas, no quiero que se pierdan y claro, cuando tenga dinero suficiente ganado por mí, compraré Hikawa y le daré a mi abuelito las escrituras, no más patrocinadores, yo seré la dueña-sonríe ella. Darien sonríe también y presiona sus manos.

-Como siempre, grandes planes, ambiciosos y claros.-dice el algo melancólico.

-Muchos, y sobre Sere, no dejes que la opinión de tu abuelo condicione lo que pase con ustedes, Sere es buena, te ama muchísimo, y tú la puedes moldear a tu gusto más delante, con paciencia y cariño, sé que ella sería genial en alguna carrera de humanidades, algo que implique ayudar a los demás.

-Rei…quisiera…yo…-las palabras se atoran en la garganta del joven Chiba, quiere decir tanto, quiere expresar tanto, y no sabe cómo. Rei sonríe, se inclina y besa su mejilla.

-Buenas noches, Darien, creo que lo que teníamos que hablar ha quedado dicho, no más resentimientos ni más malos entendidos, no más sueños extraños, desde ahora eres el novio de mi mejor amiga y un amigo mío también, uno que recordaré con cariño como mi primer amor, y con agradecimiento de ahora en adelante, gracias por todo lo que me enseñaste, lamento no acompañarte pero conoces la salida y tengo meditación a las nueve. ¡Sayounara!.-asegura la chica y con la rapidez de una mariposa alada, sea aleja de ahí saliendo del jardín japonés.

Darien Chiba se queda parado en medio del puente rojo, mirando a la nada, hay un hueco doloroso en su alma, la sensación de que ahora si se cerró para l cualquier posibilidad ¿Posibilidad? ¿Es que pensó tenerla?...un suspiro suyo es la respuesta. Sí. Internamente acudió a Hikawa esa noche esperando tener una razón, que ella le diera así fura una sola esperanza, de que valía la pena enfrentar todo para cancelar la boda, pro ahora sabía que no, si el cancelaba la boda, si él era honesto con Serena y le decía que ya no sentía lo mismo, que no podía concebir una vida al lado de alguien que lo había vuelto a él su objeto emocional de dependencia, si el hacía eso, no solo arruinaría la vida y sueños de Serena, sino que se ganaría el odio de Rei para siempre.

-Sé el Darien de quien me enamoré, ese chico que hace lo correcto siempre, sabes lo que debes hacer, y yo me sentiré feliz de verte hacerlo -había suplicado, ella, Darien sonrió con dolor e ironía y pasó su mano por su cabello. ¿Olvida la noche pasada?...sería imposible, menos ahora que estaba seguro que ella jamás dejó de amarlo. ¿Cómo sería su vida si siguiera a su lado?

Seguramente si le hubiera propuesto matrimonio tendría ahora la nariz rota, Rei Hino no es de las que se casan a los 20 años, no cuando esta planeando comerse al mundo.

-Endymion… ¿Es que acaso tú te resignaste también? ¿Es que acaso no luchaste por ella? ¿Por los dos?... ¿Por qué dejaste que les arrebataran su futuro?-pregunta Darien mirando la luna nueva del cielo oscuro de Tokio, que por un momento se cube con una nube oscura, y cuando la luz plateada regresa, el joven Chiba está mirando fijamente el agua del estanque de peces rojos, y unas lágrimas ruedan por sus mejillas, limpia estas con sus puños y se aleja del jardín de Hikawa corriendo de prisa, tiene mucho que hace, mucho que decidir, y parece que el tiempo es ahora su mayor enemigo.

En su habitación, Rei mira por la ventana entreabierta como se aleja el muchacho, corriendo por la explanada de Hikawa, y suspira, toma después su móvil y llama al número pregrabado que menos utilizaba en sus contactos, aguardando a que le respondan.

-¿Reiko? ¿De verdad eres tú?

-Sí, yo, Otou san. Necesito un favor.

-¿Tu de mí?-extrañado el senador.

-Hai, por extraño que sea, sí, yo de ti. ¿Sabes? He pensado mejor las cosas y creo que aceptaré tu propuesta para el intercambio a Irlanda. No sé si sea posible que hables con el director y le digas si puede extender el tiempo de la entrega de papeles y que tomaré la beca.

-Desde luego que puedo, conozco bien a Tsumabuki sama, y me alegar sobremanera darme cuenta de que piensas con más madurez lo mejor para tu futuro, Reiko. Mañana hago las llamadas pertinentes y preparamos todo. ¿Cuándo quieres viajar?

-En dos semanas, después de la boda de Sere, no puedo perdérmela, necesito estar allí. ¿Puede ser el 8 de Julio?

-El 8 de Julio será. Prepararé todo para que salgas ese día, gracias por llamarme y por reconsiderar, estoy orgulloso de ti.

-No lo hago por eso, créeme, lo hago porque es una gran oportunidad y porque de verdad necesito alegarme un poco de Tokio los próximos años.

-Lo haces, y eso es lo importante, Reiko, así que haré todo por ayudarte. Nos vemos, hija, descansa.

-Sayounara, Otou san-Rei cuelga el teléfono y la voz del sacerdote de Hikawa resuena tras ella.

-¿Irlanda?...¿No es algo lejos para huir?-dice Kondo Saburo, entrando en la habitación de su nieta, con la charola de Cha que siempre le llevaba. Rei mira a su abuelo deja la charola en el buró y le alarga los brazos, el anciano monje sonríe, y abraza a su nieta con fuerza, sintiéndola tan débil e indefensa como cuando, de niña, la dejó su padre en Hikawa tras el funeral de Risa.

-Hago lo correcto, pero no soy de piedra, oji san…puedo renunciar a mi derecho de luchar por él, pero no creo ser tan valiente como para verlo ser feliz día a día…lo lamento…en el fondo soy débil y cobarde.-confiesa Rei algo que solo delante de su abuelo confesaría.

-No eres ni lo uno ni lo otro, Rei. Eres una gran mujer, una gran amiga y una gran miko, estoy orgulloso de ti por elegir el camino correcto y no el camino fácil, aunque duela; hace mucho que ese sentimiento contenido te estaba martirizando mucho, debías déjalo salir. Creí que te irías antes de la boda.

-No abuelo, no lo haré, necesito cerrar todo antes de irme y dentro de ese TODO entra verlo casarse, abrazar a Sere y a él y desearles lo mejor con toda mi alma.

-No sé…-Kondo Saburo se sienta al lado de su nieta en la cama y le alarga la vasija con te, que ella bebe enseguida-a mí siempre me gustó Darien para ti, una parte de mi novelesco corazón de anciano se habría imaginado escenas de películas americanas, ya sabes, esa donde al final el novio no se casa y sale corriendo al aeropuerto a detener al amor de su vida, hay mucho tráfico, no alcanza a llegar, y al final acaban besándose en el puesto aduanal.-Rei ríe divertida al escuchar a su abuelo.

-¡No por favor! Mi vida está llena de bastante drama por si sola como para malas escenas de Hollywood, no oji san, no más, basta de complicaciones, las cosas a llamarlas por su nombre y a dejar de huir, esa no soy yo.-Rei bebe todo su té y el sacerdote asiente.

-Definitivo no eras tú, perdiste mucho en ese proceso, pero ganaste dos cosas, confianza y paz, y eso es invaluable. Me alegra que sigas con tus sueños, hija, y quiero que sepas que ésta siempre será tu casa.

-Mi hogar, oji san, el único que tengo y conozco.-Rei lo abraza de nuevo.-te quiero oji san.

-Te quiero muchísimo Reiko, mi chica valiente.-Kondo Saburo besa la cabeza de Rei.-descansa, necesitas dormir.

-Hace mucho lo necesito, Oji san. Oyazumi y arigatou por el cha, sí que lo necesitaba.-se despide ella.

-Hasta mañana, hija.- el sacerdote de Hikawa sale y la joven se recuesta en su cama, intentará dormir…solo intentará, nunca es sencillo olvidar un amor.

Consultorio del doctor Ikeda, una semana después…

-… y eso fue todo, en cuanto hablé con él y aclaré mis sentimientos, venciendo mi orgullo, todo se fue. Los sueños, las pesadillas, la ansiedad, todo.

-¿Y cómo se siente ahora?-pegunta el psicólogo, analizando a detalle el impresionante cambio de actitud de su paciente en esos días.

-Aliviada, doctor, mucho. Estaba dejando que se consumiera mi vida, mis amigas me lo decían, apartada, alejada, fría y distante, me ponía como Onii con los chicos que se me acercaban y todo por un sentimiento tonto, en realidad nadie tiene la culpa de que el chico que amo no me corresponda. Ahora que se lo dije me siento en paz.

-Me alegra mucho, Hino san, de hecho es hoy la última sesión, y aunque creo que la respuesta siempre estuvo en usted misma, me alegra al menos haber servido de catarsis, y quizá haber cambiado su impresión inicial de que las psicoterapias no sirven de mucho.

-Cambió mucho, doctor, y favorablemente, tenía que decidirme a sanarme a mí misma.

-Tiene razón, de hecho según S. Farrel, sanar es evolucionar hacia la conciencia de nuestro cuerpo emocional y la responsabilidad de nuestra experiencia, sin dramas.-explica el psicólogo, Reiko asiente.

-Me gusta ese detalle, sin dramas, lo aplicaré a mi vida en delante, doctor, y de nuevo mil gracias por su paciencia y su ayuda.-se levanta la pelinegra y se despide con una inclinación de cabeza del doctor.

-Sayounara, Hino san, y mucha suerte en su viaje de intercambio.-hace lo propio el doctor, y abre la puerta para que salga la chica, Rei sale del consultorio y se despide de la secretaria, saliendo a la calle, y al salir, se encuentra con su alta amiga castaña esperándola, recargada en el capo de su Mazda.

-¿Mako?.-pregunta desconcertada Rei al ver la cara de la chica, de ordinario alegre y despreocupada, mirarla algo molesta, y en cuanto se aproxima, Makoto le lanza una combinación de golpes al rostro y al hígado que solo los reflejos entrenados de la miko le permiten esquivar malamente, ya que el puño poderoso de la castaña se estrella en su antebrazo para evitar el contacto.

-Veamos, Hino…Aceptas una beca al extranjero y vas a la boda de Serena con el primo de Darien…¿Y no me dices nada?.-ofendida Makoto la toma del cuello de su blusa, levantándola un poco.

-¡Espera! Mako…espera…te contaré todo pero…no me mates.-suplica la sacerdotisa.-vamos a Hikawa y charlamos en el auto…por favor…-la castaña levanta una ceja y baja a su amiga.

-Vale, pero me quedo a cenar Ramen del abuelo-cede la fuerte chica.

-Hecho, ahora mismo le dejo mensaje de que cenas en Hikawa.-asegura Rei y abre la puerta para que pase su amiga.-entra y tranquilízate.-pide y rodea el auto entrando por la puerta del otro lado, y pone rápidamente un mensaje de texto al abuelo antes de encender el auto y arrancar; Makoto se pone el cinturón y sigue con el ceño fruncido y los brazos cruzados.-¿Cómo te enteraste?-pegunta la miko.

-Por terceros, Hino, no por ti. Ami chan me contó de tu intercambio, supuso que yo ya sabía, me dijo que desayunaste con ella el miércoles, luego de su fiesta de bienvenida, y que le pediste consejos para viajar al extranjero.

-Si es verdad…¿Y de lo de Suu kun?

-Por la otra, Mina me llamó hoy en la mañana furiosa y alteada, parece que indagó la dirección de la oficina del primo sexy de Darien y fue a invitarlo a ir con ella a la boda, pero este le salió con la novedad de que lo lamenta mucho pero "Ya he invitado a Reiko"…¡Y te ríes! Imagina nuestra cara, Mina esta enojadísima contigo, así que espera su reclamo pronto, y yo igual ¿Qué pasó? ¿Por qué de repente la reina de hielo cambió? ¡Por qué mierda no me cuentas nada! ¿Qué no somos amigas? ¿Te enamoraste de Susumu?

-¡Claro que no! Que vaya a la boda con el no significa que mañana nos casemos, para nada, solo lo conocí mejor a raíz de la organización de la boda, y como ha cambiado mucho su actitud conmigo nos hemos vuelto buenos amigos, me invitó a ir con él y acepté, no sé por qué el alboroto.

-Hino, creo que Mina y yo tenemos derecho a estar asombradas, luego de que eras la señorita soledad y tratabas como balón de americano a cualquier chico que te sonreía…

-Lo sé, estaba siendo demasiado extrema y amagada, también con ustedes, no es muy sano encerrase solo en trabajo y estudio, digamos que me ayudó venir con Ikeda, no solo resolví mis problema de sueño sino que canalicé diferente mi vida, y debo agradecerte por recomendármelo.

-Cierto, quizá tengas razón, reconozco que Ikeda es muy bueno, no había relacionado tu asistencia a las psicoterapias con tu cambio… ¿Segura que fue solo eso?-inquiere la castaña.

-Bueno…creo que para demostrarte que eres mi amiga te contaré un poco más, pero debes prometerme que ni Ami ni Mina se enterarán.-se asegura la pelinegra, Makoto asiente.

-Tienes mi palabra de honor jupiteriana que no diré ni media palabra, pero debes explicarme de forma que pueda entender que detonó el cambio.

-Bien, hablé con Darien.-inicia la muchacha de ojos violeta, conduciendo el auto hacia Hikawa.

-¿Con Darien? ¿Tú?-se asombra cada vez más Mako.

-Sí, yo, Ikeda y sus terapias me hicieron darme cuenta de que todo mi desorden emocional estaba siendo provocado por no haber cerrado en su momento de forma sana y tranquila mis sentimientos por él. El origen de mi depresión, de mi mal carácter, de mi aislamiento y mi actitud eran porque seguía sintiendo algo por él y me estaba esforzando mucho por desterrar un sentimiento que me parecía malo, prohibido e indigno de mí, más que nada por ser totalmente unilateral..-explica la muchacha, Makoto sonríe un poco.

-¡Al fin! Fue lo mejor que pudiste hacer, siempre me pegunté cuanto eras capaz de fingir, aguantar, soportar y callar, por eso te recomendé a Ikeda, es experto en sacar a flote sentimientos viejos, me ayudó a mí con Andrew y ya ves, no nos fue tan mal, ahora salimos y vamos juntos a la boda.

-¿Te diste cuenta?-duda Rei, asombrada.-no me digas que fui tan obvia, intenté que nadie se percatara, menos Serena o el mismo Darien.

-Y lo hiciste de maravilla, amiga, te felicitaría si no fuera tan doloroso, yo misma no lo hubiera notado, eras muy buena ocultándolo, pero me di cuenta hace mucho que lo que sentías por él era muy fuerte, desde que Beryl y el Negaverso se lo llevaron y se descubrió su pasado con Serena, nunca te traté el tema como tal, porque suponía que dolía mucho, pero siempre lo supe, Rei.-sonríe la castaña, Rei comparte su sonrisa y toma su mano, presionándola un poco.

-Arigatou, Mako chan. En realidad ese era el origen de todo mi negativismo, en el fondo, era el orgullo herido de reconocer que no podía superar a Darien, por eso me impuse a mí misma la penitencia de ser la organizadora de la boda, si no cerraba por gusto, haría que cerrara a fuerzas, ayudando a Sere y viéndolos casarse, pero me equivoqué, sometí mi alma a una prueba demasiado grande y staba siendo muy injusta con todos, hasta con él.- explica la pelinegra a su amiga, conduciendo por la avenida Chūō-dori.

-¿Y qué pasó? Cuando hablaste con el.- pregunta la castaña.

-Nada catastrófico, sabes que Darien es muy ecuánime, me escuchó, los dos nos dijimos lo que debíamos decirnos, nos pedimos perdón por los malos entendidos y por el pasado, y fue todo. De hecho fue mucho más liberador de lo que creí, desde ese día puedo decir que me siento en paz.-asegura Rei tomando la calle de Hikawa.

-Ahora me explico el cambio…¿Y lo de la beca a Irlanda?

-Insistencia de mi padre, ya sabes, inicialmente me negué pero luego pensé mejor las cosas, cuando nos enteramos por Sere que por los estudios de Darien no tendrán luna de miel fuera de Japón, sino que se quedarán aquí, me dije que podía ser ecuánime con mis sentimientos y confesarlos pero no tan masoquista para quedarme a verlos felices, así que, hice feliz al senador Hino y acepté.

-¡Esa es mi amiga! ¿Sabes qué? Yo haría lo mismo, si Andrew siguiera de novio de Reika y no la hubiera terminado por teléfono, no me quedaría a verlos ser felices, me iría a París a estudiar.

-Agradece a los kamis que no tendrás era tortura, que Andrew y tu asumieron lo que sienten y que ya es tu novio, pero por otro lado no deseches la posibilidad de ir a París, me gustaría visitarte en Europa si te decides.

-Vale, lo pensaré y lo hablaré con mi novio…por cierto, te extrañaré mucho, Hino, ahora todos se van a Europa, Ami sigue en Alemania, tu a Irlanda, Mina a medio mundo con sus giras…¡Si! Definitivo Makoto, el extranjero te llama.-decide la castaña, y ambas ríe, mientras Rei dobla por las calles de Hikawa y se estaciona afuera.

-No hay más misterio que ese, Mako, necesitaba sacar lo que llevaba dentro sin dramas, y mi vida cambió por completo, estoy lista para ir a la boda de mi mejor amiga con sentimientos asentados y cerrados, y preparada para abrazarla sinceramente y desearles a los dos la mayor felicidad, y que sea de corazón y no respirando por la herida.

-Lo lamento, Rei chan, de verdad…el que la felicidad de una de tus amigas sea la infelicidad de otra, me hará disfrutarlo menos.

-No debes, así es la vida, no seré ni la primera ni la última que ama a quien no debe, y mejor tomarlo con calma y filosofía a volverse el ser amargado que estaba siendo, me conozco, seguro habría hecho cosas horribles si no lo asiento. El dolor amoroso es mal consejero, por surte disipé el sentimiento y ahora a seguir adelante.

-Bien, eso resuelve mis dudas y me deja más tranquila, y por favor, en adelante, no le ocultes a tu amiga Mako chan las cosas, un 50 por ciento es por entrometida, y el otro porque te quiero.-acepta la castaña y ella y Rei se funden en un abrazo sincero y fuerte.

-También yo te quiero, Mako, arigatou por darte cuenta de lo que nadie más se percató, significa mucho para mí.

-No te pongas sentimental, me harás llorar… ¡Y no debemos llorar! Ni ahora ni en la boda, somos las damas de honor, cielo santo.-se da aire Mako con las manos.

-Bajemos, el ramen debe estar listo y en su punto, hace mucho que no cenabas en Hikawa. Te encargaré a mi abuelito, no lo ha comentado pero sé que le dará tristeza que me vaya, Hotaru vendrá a ayudar como Miko y estará a cargo de Teana y Akiko, las chicas que sin mis apéndices, pero el abuelo estará solo mucho tiempo.

-Descuida, vendré una o dos veces por semana a cocinarle a Oji san y Andy y yo lo llevaremos de paseo, lo prometo.

-Arigatou Mako, vamos ya.-asegura Rei y sale del auto, seguida de su amiga que pasa su brazo por su espalda y suben juntas las escaleras de Hikawa, y mientras Rei escucha de Makoto el relato detallado de cómo fue ella quien se declaró con Andrew, se dice internamente que hizo bien en enterrar todo recuerdo de esa noche con Darien, nadie debía saber lo que pasó allí, ni lo que vivió, ni lo que sintió, ni lo que leyó en los ojos, caricias y besos del muchacho…¿Qué habría sido muy fácil ganarse el corazón de Darien en esos momentos de duda de él?...Si, sin duda, ella misma había sentido la tentación muy fuerte de hacerlo cuando él le dijo: "Si tú me pidieras no casarme…"

Podría haberlo hecho, ser un poco egoísta y tomar lo que se le daba, lo que siempre había querido, pero le quedarían dos grandes dudas, la primera, de su en realidad libremente Darien iba a ella y era solo reflejo de los sueños y deseos del Rey Endymion y su amor frustrado por Lady Mars, y ella no quería un amor forzado y a medias, y luego, Serena, nadie conocía mejor que ella lo intenso de los sentimientos de su amiga por el muchacho, ni la fuerte dependencia emocional que tenía con él, y jamás habría hecho nada por lastimarla, así que, era mejor olvidarlo, enterrar esa noche en lo más hondo y no déjala salir más, solo hacer e cuenta que no pasó. Ahora su vida iba mucho mejor, había demasiado por lo que luchar y estaba segura, confiaba…rogaba…que estando lejos y con Darien casado, su terco corazón dejara de torturarla.

Templo Hikawa, una semana después, día de la boda de Serena y Darien.

Rei Hino terminaba de arreglarse, colocándose los aretes frente al espejo, era el toque final que faltaba para completar su atuendo, el elegante vestido rojo de noche que se ceñía su figura con una elegancia que le era innata, su cabello cogido en alto con el broche de, fénix, una gargantilla y una pulsera terminaban el atuendo, ahora que se veía en el espejo completamente se decía que quizá exageraron las tres ese día en el centro comercial con los modelos para la boda.

Su vestido estrapless lucía una apertura en la pierna derecha que con sus tacones nuevos y sus piernas lucía de infarto, aunque claro, la espalda casi hasta el "derriere" de Minako y su vestido azul y el escote del verde de Makoto serían seguramente la comidilla de la boda.

Un suspiro y una sonrisa acompañan la visión de su reflejo en el espejo, pero poco a poco, comienza a notar que, tras ella, comienza a aparecer una silueta extraña que se dibuja por este, asustada voltea atrás pero no ve nada, sigue sola n su habitación, solo en el espejo pace formarse la imagen que va siendo más y más nítida.

-¿Lady Mars?-pregunta ella al ver con más claridad a la mujer exactamente igual a ella, con ese vestido rojo que ahora que esta maquillada y arreglada, s le asemeja mucho más.

-Sí, Reiko, yo misma, pero no me mires así de asustada, en realidad ya no tengo control alguno sobe tu persona ni sobre tus sueños, desde esa noche se ha cerrado para siempre el camino que tanto trabajo me costó encontrar para llegar a ti, solo uso lo que me resta de energía para hablarte. Rei…¡Aun es tiempo! Aun puedes impedir esa boda, él te lo dijo y tú lo sentiste, ahora tienes más poder sobe él del que has tenido nunca, el siente algo fuerte por ti.

-Quizá, pero tu pasado con Endymion no dicta mi presente, no quiero ser elegida por reflejo, no quiero un amor por compromiso de un pasado que no viví, y definitivo no quiero lastimar a Serena.

Reiko! No seas obstinada, antes nadie se tocó el corazón para destruir tu amor por Endymion.-se desespera el reflejo de la princesa de Marte.

-¿Eso pasó?...después del ataque…-rememora la sacerdotisa.

-El poder de Marte es fuerte, pero no tanto como el cristal de plata, Serenity te abatió, y el castigo en el milenio de plata por atacar a la reina, era muy puntual, cárcel para el atacante y declaración de guerra para su planeta de origen.

-¿Amenazaron a Lady Mars con la vida de su gente?-cuestiona indignada Rei al reflejo, y Lady Mars asiente.

-Tu y yo podemos ser muy valientes solas, cuando solo se trata de nosotros y nuestra vida, pero no cuando amenazan a quienes amamos…no puedes negar que somos la misma persona, ¿Verdad Reiko?

-Supongo que no… ¿Qué hicieron para que Endymion la olvidara?

-Borraron la cicatriz de sus manos, con el poder del cristal de plata, y Endymion olvidó todo cuando desapareció su marca de matrimonio. Con lo demás fueron muy prácticas, obligaron a Lady Uranus y Neptuno a callar, so pena de descubrir en sus reinos su prohibida relación, la consejera Gelach se ocupó de silenciar para siempre al sacerdote de Urano que nos casó, y me obligaron a jurar virginidad eterna al cristal de plata.

-Vaya…aun con el poder del cristal temían por ti y tu efecto en el príncipe, ¿verdad?

-Así es, tenían que estar seguras de que me mantendría lejos y no provocaría ninguno de sus recuerdos. El resto de la historia es tal como tú lo sabes.-comenta con dolor en su voz el reflejo de la desgracias Lady Mars.

-¿Tú también lo olvidaste?-pregunta Rei, visiblemente conmovida, y el reflejo niega con la cabeza.

-No, Reiko, tanto en el pasado como en el presente tu y yo estábamos condenadas a seguirlo amando y verlo unirse a otra… ¡Yo no pude hacer nada! No pude…pero tu si puedes, por eso estoy aquí…¡Lucha por él!.-reclama con fiereza el espíritu por el espejo y sus ojos púrpuras llenos de lágrimas se clavan en los violeta de la sacerdotisa, que niega con la cabeza.

-No puedo, no así, tal como tú no pudiste hacer nada para no lastimar a tu pueblo y por su bien, yo tampoco puedo hacer nada para lastimar a Serena, ella es mi amiga, y depende mucho de él para su felicidad, ella, y el mundo entero del futuro.

Es que acaso a ellos les importó tu futuro!-ruge Lady Mars por el espejo.

-No, pero a mi si, hacer lo correcto conlleva muchos sacrificios, tú lo sabes, y tampoco en eso somos diferentes. Gracias por tu esfuerzo y por intentar acercarme a él, quizá sin tu fiera lucha por poseerme y llevarme a él no habría pasado lo que pasó esa noche, me diste un regalo y una oportunidad que jamás habría buscado por mí misma, Lady Mars, y no me arrepiento de lo que pasó, para mi será el más bello recuerdo del que jamás hablé…lamento mucho no poder ayudarte a descansar en paz, ni a retribuirte por tu dolor, pero no puedo, no sobre la infelicidad de una buna mujer que ni en el pasado ni en el presente es culpable…¿Comprendes?.-Rei alarga su mano y toca el espejo, mientras una llorosa Lady Mars asiente.

-Después de todo eres como yo, Reiko…al menos lo intenté…-sonríe con pena el espíritu de la desdichada princesa de Marte y alarga su mano tocando la de Rei, y poco a poco se desvanece para siempre.

Cuando el reflejo se ha ido, alguien llama a la puerta de su habitación y ella rápidamente limpia sus ojos de lágrimas y abre, encontrándose con el guapo chico de ojos verdes y cabello castaño, vestido de frac que le sonríe radiante y al verla lanza un silbido.

-¡Por todos los Kamis! Estás preciosa… ¡Guapísima! Oye, si tu intensión como dijiste antes era no opacar a la novia fallaste miserablemente, estás para quita el aliento.-alaba Susumu Chiba, Rei ríe.

-Adulador, seguro les dices eso a todas.-añade ella yendo a buscar su bolso.

-Palabra de honor que no, fuera de mi madre a ninguna de mis ex novias he piropeado sinceramente.-asegura el chico.

-No sé si creerte, así que mejor vámonos o llegaremos tarde.

-No se preocupe Hino sama, mi chofer sabe conducir rápido, llegaremos bien.-asegura el guapo muchacho y le ofrece su brazo el cual ella toma con naturalidad, aunque no puede dejar de pensar en lo parecidos físicamente que son Darien y Susumu, aunque el sea amas joven y tenga cabello castaño, es como una versión más alegre y despreocupada del otro Chiba.-Reiko, una pegunta… ¿Qué pasa si de repente me entran unas ganas locas de irte a buscar a Dublín? ¿Te molestaría? O si tengo mucha suerte quizá te alegraría un poco.-pregunta el muchacho mientras caminan hacia afuera por la explanada del templo.

-¿Y por qué Susumu Chiba iba a búscame a mi en Dublín?-pregunta Rei, mientras bajan por las escaleras.

-Quizá porque te extrañe un poco…yo sé que me enamoraría muy fácilmente de ti, Rei, con un poco que me dieras oportunidad. ¿Qué dices?-cuestiona el joven Chiba.

-Digo que, quizá si sabes esperar un tiempo prudente a que asiente mis sentimientos y viajas a Dublín, no m disgustaría.-sonríe la bella muchacha, ganando otra sonrisa de Susumu.-me gustan los chicos que luchan por lo que quieren.

-Me gustan las chicas que les gustan los chicos que luchan por lo que quieren, así que creo que somos una pareja interesante.-resume el joven cuando llegan abajo y su correcto chofer les abe la puerta de su Opel negro de lujo, para conducirlos al lugar de la boda.

Iglesia de Santa María de Shibuya.

Esperando en uno de los salones anexos a la iglesia, se encuentra esa tarde Darien Chiba, vistiendo y traje de novio e intentando por todos los medios posibles hacer correctamente el nudo de su corbata, parecía mentira que luego de tanto hacerla y saberla de memoria, parcia que en esos minutos previos a la boda todo se había olvidado, la tensión y el estrés estaban acabando con sus nervios, y molesto lanzó sobre la mesa la corbata, frotando desesperado su cabello, luego miró la profunda marca de la cicatriz de su mano que había reaparecido, y cerró los ojos, consternado.

Cuando abrió los ojos y vio su reflejo en el espejo, se sorprendió de ver a su lado la imagen de sí mismo, con esa armadura gris con azul, del tiempo del milenio de plata.

-¿Príncipe Endymion?-cuestionó al verlo, y miró detrás, pero se dio cuenta que la imagen del soberano de la tierra se veía solo por el espejo.

-Yo mismo, Darien, hago uso de mis últimas fuerzas en esta dimensión par venir a advertirte que aun estas a tiempo de cancelar todo y de seguir lo que de verdad quiere tu corazón, y ambos sabemos que no es esta boda.

-Es muy tarde, príncipe, la decisión está tomada, no interrumpiré la boda.

-¡Pero tú no amas a Serena! Amas a Rei, a nuestra Reiko.-añade el reflejo.

-Ella dice que es solo una racha, un periodo de tiempo y dudas normales, que la intervención de usted y Lady Mars me confundió.-asegura Darien.

Mentira! Tu y yo sabemos la verdad, Darien, jamás habría podido tomar posesión de tu cuerpo y mente si tú no me habrías el camino, y ambos sabemos cuándo pasó, ese día, cuando ella pidió hablar contigo, al regresar de la batalla de Galaxia, cuando te contó todo sobre el estado anímico de Serena en tu ausencia, lo que ella notó que nadie más se dio cuenta, y cuando la viste llorar al suplicarte que cuidaras mucho de Serena, la amaras y la hicieras feliz, allí ella perdió sus defensas, y tú te diste cuenta de que seguía amándote, que nunca dejó de hacerlo y algo cambió, con o sin mi presencia en sus vidas, habrías estado aquí, delante del espejo, este día, sin saber como se ata la corbata y dudando de si serás feliz el resto de tu vida con Serena, bien, te resumiré las cosas ¡No los serás! Vas a darle a ella una imitación de felicidad y justo lo que quiere pero tu jamás serás la mitad de pleno que fuiste esa noche entre sus brazos, y en el futuro, cuando Tokio de Crystal sea una realidad y hayas pasado tantos años sumido en esa mediocre felicidad, no podrás más y caerás en sus brazos de nuevo.

-¡No puede asegurar eso!-lanza molesto Darien el reclamo al reflejo.

-Puedo y lo hago, yo soy tu, Serena es una excelente chica, buena y bondadosa, y te adora como un dios, eres su todo, vivirá por y para ti, pero ambos sabemos que no es eso lo que nos hace feliz, porque ella jamás tendrá la fuerza, la pasión, la posesión, la sensualidad y la salvaje fiereza de quien nos llena por completo, y si no es ahora, en el futuro, acabaras por rendirte a la verdad y darte cuenta de que estas por cometer un gran error ¿Acaso Serena no merece una felicidad completa y no las migajas que le darás?

-No lo haré…aun si me negara a casarme, Reiko me odiaría por lastimar a su amiga, por no hacerla feliz, por haber dejado que las cosas llegaran a este punto, si cancelo la boda Rei jamás me perdonaría, y nunca volvería conmigo por miedo a lastimar a Serena.-atrapado y desesperado lanza Darien, frotando su cabello.

-Ya te separaron de ella una vez, ya te obligaron a creer otra realidad, no luchamos por ella entonces, pero podemos luchar ahora. Darien, no te cases, no hagas infelices a tres personas otra vez…por favor…-suplica Endymion y poco a poco se va desdibujando del espejo, hasta que el sonido de la puerta de la habitación se escucha y aparece el joven rubio vestido de traje gris.

-¿Ya estás listo?... ¡Oye! pedazo de cretino, eres el novio, faltan 15 minutos para tu boda y estas despeinado y sin corbata ¿Qué pasa?-reclama Andrew a su amigo y saca un peine de su bolsillo acercándose a acomodar el cabello de Darien.

-Creo que me ganó es estrés, Andrew, simplemente no recuerdo como se hace el nudo de mi corbata.- se excusa Darien, el rubio niega con la cabeza y luego de peinarlo toma la corbata y se la pone.

-¿Qué harías sin tu flamante padrino?

-Lo siento de verdad Andrew yo solo…estoy muy tenso, algo nervioso.

-Ya me doy cuenta, pero no es solo hoy, ha sido así hace varias semanas. Escucha, Darien, te peguntaré algo que he querido decirte hace mucho pero no me atrevo… aunque creo que si no es ahora nunca lo haré y me sentiría mal como mejor amigo si no lo digo y…

-¡Ya! Furuhata, dilo.-se exaspera Darien y el termina de ajustar el nudo de la corbata que Andrew había atado, mirándose en el espejo.

-¿Estás seguro de casarte con Serena?-dice el rubio mirando seriamente a Darien por el reflejo. Darien se queda en silencio y acomoda el cuello de su traje y saco.-Mako me habló sobre los sentimientos de Rei, y que tú lo sabes… ¡Y no es chisme ni nada! Se le salió mientras le contaba que te veía dudoso y me preocupabas, solo… ¿Saberlo no movió nada en ti?

-Movió todo.-acepta Darien con una sonrisa triste y mira a su amigo posando su mano en su hombro.-pero ya es muy tarde, me apresuré con algunas cosas, me dejé llevar, permití que fuera muy lejos y ahora sería muy canalla de mi parte dejar a Serena, además sabes que ella jamás me lo perdonaría, me odiaría si hago sufrir a su amiga y jamás me aceptaría- Darien camina hacia el ventanal de la sacristía de la iglesia, y recorre las cortinas, mirando la explanada del templo católico.

Andrew camina al lado de su amigo y ve a Makoto y Ami que ríen al ver como Minako le reclama algo a la recién llegada Rei Hino.

-¿No es ese Susumu? ¡Rei viene a la boda con él! ¿Están saliendo?-lanza todas las peguntas el desconcertado rubio.

-A Susumu le gusta Rei, ya me lo dijo, y hará el intento por conquistarla, la invitó a la boda y ella dijo que sí.-responde Darien sin contener su molestia.

-Oye, amigo, esto no podemos permitirlo, si tu aun sientes algo por Rei no vas a dejarla para tu primo.

-No me queda más, Andrew, tengo que acabar con esto, casarme y olvidarme de ella, de lo bella que luce con ese maldito vestido rojo, de todo…

-Darien, espera, espera, una boda no es para esto, hermano, una boda es para prometer a la mujer que amas estar a su lado el resto de tu vida, y si tú no te visualizas así con Serena, si en tu alma hay la menor sombra de duda de que esa felicidad puede ser otra, entonces no te cases, esto no se acaba hasta que se acaba, aun delante del altar puedes decir "No acepto".-anima Andrew, Darien niega con la cabeza.

-No, ya no…

-¿Ya no? Oye me niego a ser padrino de una boda que no hará plenamente feliz a mi mejor amigo.

-Gracias Andrew, pero ya tomé mi decisión.-palmea su espalda Darien.-vamos, casi es hora.-dice escuchando las campanadas del reloj de la iglesia, y sale hacia esta con su amigo.

-Escucha, afuera esta tu motocicleta, vine en ella con Mako.-cuando se acercan al altar donde espera el sacerdote católico, Andrew pone las llaves en el bolsillo de Darien.-esto no se acaba hasta que digas SI, cretino, así que, la decisión es tuya.

Darien sonríe a su amigo y se acerca al lado del altar.

-Toma tu lugar de padrino y cállate.-pide el reuniendo valor, y suspira mirando como todos los invitados entran en la iglesia, Haruka, Michiru, Setsuna y Hotaru, la familia de Serena, amigos de su facultad y la de Andrew, vecinos de Serena y las chicas, Ami con su novio alemán, Makoto sola, Minako con su galán coreano y ella, ella del brazo de Susumu, como si todos los poderes del universo conspiraran contra él ese día, Reiko parecía mucho más bella que nunca, con ese maldito vestido rojo que dejaba ver perfectamente una de sus piernas, sonriendo y hablando quedo con el maldito de su primo, y la llamarada de celos que rugió en su pecho le confirmó a Darien que estaba por hacer la locura más grande de su vida, justo en el momento en que el auto blanco adornado con flores en que viajaba la novia se detenía en la puerta de la iglesia y bajaba de este Kenji Tsukino, vestido de traje blanco.

En ese momento se cruzaron al fin los orbes violetas de Rei con las pupilas azules del desesperado novio, y él instintivamente llevó su mano a su bolsillo, tocando las llaves de la motocicleta, pero como si Rei intuyera algo, lo miró suplicante y negó con la cabeza, Darien suspiró, resignado y soltó las llaves de su bolsillo mirando al frente, y esperando a la novia, y cuando la marcha nupcial sonó por toda la capilla y la cicatriz de su mano comenzó a arder, él supo que todo estaba dicho…

Dublín Irlanda, un mes después.

La joven de cabello negro detiene su bicicleta a las afueras de aquel edificio de departamentos del centro de la ciudad, por Benhaim Road, cerca de Dublín 2, y baja de esta con agilidad, cargando su portafolio en la espalda, y sacando sus llaves abre la puerta principal de la recepción y entra con la bicicleta roja.

-Buenos días, míster O´Conell ¿Cómo le va?-saluda en correcto inglés la muchacha japonesa.

-¡OH! Rei, eres tú.-responde el hombre canoso que cuida la recepción, mientras la chica deja su bicicleta en el estacionamiento interno y le pone la cadena.-hoy llegas temprano de clases.

-Acabamos antes, adelanté optativas, así que me soltaron temprano… ¿Todo bien?

-Todo bien, tengo cartas para ti, casi todas cobros y una de Grecia.-explica el anciano.

-Las chicas de seguro.-sonríe la muchacha de ojos violenta recibiéndolas.

-Tienes muchos amigos, Rei… ¡A sí! Lo olvidaba, vino alguien a buscarte hace una hora más o menos, un joven japonés, alto, bien parecido y distinguido, de traje, dijo que era tu novio y peguntó por ti.

-¿Novio?... ¿Dijo su nombre?-extrañada Rei.

-Lo dijo pero no lo recuerdo…solo su apellido…Chiba.-explica Thomas O´Conell a la jovencita, ella sonríe y niega con la cabeza. -Me tomé la libertad de prestarle la llave de emergencia, espero no haber hecho mal.

-Me imagino quién es, no se preocupe Míster O´Conell, yo me hago cargo.-asegura la muchacha y se despide, caminando hacia las escaleras, las cuales sube de prisa mientras mira su móvil. Tienes un mensaje de Ami, que la invita a Frankfurt el fin de mes, que es feriado, a pasarlo con ella y con Kurt esquiando en los Alpes, la lee de prisa y sonríe, tiene otro mensaje de Makoto diciéndole que Andrew pasa el fin de semana con ella en París y que la disculpe por no poder viajar como quedaron a visitarla, con una larga lista de emoticones, sonríe y le responde, luego, mientras llega al segundo piso y camina a su apartamento, mira la carta con timbres postales de Grecia, que esta vez no tiene escrito el remitente…algo raro que Minako no rotule sus cartas, además no le dijo que viajaba a dar conciertos a Grecia ni que usaría el correo tradicional. Así pensando abre la puerta y entra en su apartamento, cómodo, moderno y pequeño, y sonríe al ver la maleta negra de ruedas en la entrada junto con un elegante saco café colgado del perchero. Un Chiba es siempre un Chiba, piensa ella, elegantes y sobrios todos ellos, como su abuelo.

-¡Tadaima!-dice en japonés y se quita su propio abrigo morado para colgarlo, luego rasga el sobre de la carta sacándola de este.

-Okaeri.-responde la voz masculina en la sala.

-¡Susumu kun! Escucha, no es que no me agrade verte pero creí que hablamos esto antes de venir aquí, te dije UN TIEMPO PRUDENTE para asentar las cosas antes de intentar algo, ¿A ti te parece que un mes es bastante?-reclama Reiko al joven que de espaldas a ella mira algo por el ventanal.

-Es más que suficiente para quien ha esperado tanto por ti, Hobijin.-dice girando el joven y la muchacha se queda petrificada al ver delante de ella a un Chiba que jamás esperaba tener delante, no Susumu, sino…

-Darien…-balbucea ella confundida y dudosa de que sea verdad, y deja carta la carta con el sobre abierto en el sillón, hasta que el guapo muchacho cuza la sala y se acerca a ella sonriendo, y toma sus manos con las suyas.

-Yo mismo, estás bellísima, te ha asentado muy bien el clima de Dublín.-el joven se inclina y besa la pálida mejilla de la chica.

-Darien… ¿Qué haces aquí?

-Acabo de viajar, voy a estudiar la especialidad en Neurología en Edimburgo, Escocia no está lejos, acabo de iniciar la semana pasada y en cuanto estuve instalado he pensado en venir a verte, creí que te daría gusto saberlo, el abuelo está feliz porqué al fin tomaré mi especialidad y bueno…habría querido que fuera en el Trinity pero habría sido muy obvio que te vengo persiguiendo.-acepta el con naturalidad, Rei, confundida, se suelta de sus manos y camina hacia la ventana.

-¿Por qué harías algo así?...creí que habías viajado a Hokkaido a buscar a Serena, al menos eso me dijo Makoto cuando llegó la semana pasada-comenta la muchacha pelinegra y camina hacia la cocina para disimular su turbación, buscando un vaso con agua, odiándose a sí misma por sentir tan acelerado su corazón. ¿Qué no estaba todo dicho entre ellos?

-Lo hice, sí, creo que teníamos que tener una explicación luego de que ella huyó de la iglesia.-comenta el médico, caminando a prudente distancia tras ella sin dejar de mirarla con toda la calma del mundo, atento a cada detalle de sus movimientos y su ropa.

-¿Y te la dio?...a ninguna de nosotras quiso respondernos el móvil ni los mensajes, dijo la señora Ikuko que dejó el móvil en casa y se fue a Hokkaido sin nada, pensamos ir a buscarla pero nos pidió no hacerlo y ya no supe más solo por las llamadas de las chicas, Ami y yo viajamos al día siguiente.

-Haruka y Michiru intentaron hablar con ella, no lo lograron, finalmente Setsuna lo logró y me fue a buscar para decirme que ella quería verme.-asegura Darien aun cohibido, de alguna manera las cosas no cambiaban, con o sin impedimento en su vida, siempre que estaba con Rei Hino flotaba en el ambiente un halo de misterio, de lejanía, de enorme respeto que ella imponía, por más que deseara tomarla en sus brazos y decirle muchas cosas, había cosa que respetar, así era todo con ella siempre.

-¿Y finalmente se arreglaron? ¿Te explicó sus motivos?-pregunta la sacerdotisa con leve temblor en su voz que disimula bebiendo agua.

-Lo hizo, me explicó sus motivos, parece que tú y yo no fuimos los únicos acosados por Posesiones Nocturnas en nuestros sueños, Rei…solo que en el caso de Serena, fue la Neo Reina del futuro.

-¿Qué dices?...pero si ella nunca…nunca dijo…-se asombra Rei dejando el vaso.

-Lo sé, no se lo dijo a nadie, fue algo con lo que lidió sola, parece que mientras más se acercaba la boda, y mientras más se esforzaba ella en que todo saliera bien, la Neo Reina era más insistente en sus sueños y pesadillas por advertirle.-asegura el joven Chiba.

-¿Advertirle qué?-duda Rei y camina de regreso a la sala, seguida por el pelinegro.

-Que pensara mejor las cosas, que lo que ella juzgaba su felicidad quizá no lo sería, que no era bueno fundar un hogar y una familia cuando no eres madura emocionalmente y dependes en todo de otra persona, que la ahogas y la condicionas…todo eso que dolorosamente era verdad, y que yo sentía desde mi regreso.

-No comprendo, ¿Por qué la Neo Reina del futuro le diría eso a la Serena del presente?

-Serena dice que la Neo Reina quería que ella aprendiera, que valorara sus opciones y que comprendiera sus errores, parece que el día de la boda le mostró por el espejo algo del futuro que la hizo decidirse, no me dijo que fue, pero me aseguró que comprendió que mi desgano y desinterés por colaborar con la organización de la boda era porque le propuse matrimonio presionado, por hacerla feliz a ella aunque en el fondo no fuera lo que yo quería.

-Yo también vi a Lady Mars por última vez ese día en el espejo…y no hice caso alguno a sus reclamos.-confiesa la chica y camina hacia la ventana, cerrando las persianas por donde entran los rayos anaranjados de sol.

-Y yo vi a Endymion en el espejo de la sacristía de la iglesia, tampoco pude responder a sus exigencias, aunque lo dudé mucho y lo sabes, lo dudé demasiado, hasta casi el momento en que Kenji Tsukino entró solo en la iglesia y gritó la noticia de la huida de Serena.

-No tenía idea de que Serena hubiera sufrido lo mismo que nosotros, menos de que por esa razón haya decidido huir de ti, no ha querido responder uno solo de mis muchos mensajes.

-No, claro que no, cuando hablé con ella me dijo la razón, necesitaba tiempo para pensar y reordenar sus ideas, asimilar lo que vio y tomar una decisión.-responde Darien.

-¿Y lo hizo? ¿Se van a dar un tiempo?-pregunta Rei con toda la calma que puede, aunque por dentro se maldice de nuevo al sentir abrirse el dolor en su corazón.

-No, ella me deja en libertad de decidir mis pasos, dijo que se iría a Grecia un tiempo con unas amigas que conoció en Hokkaido, que necesita ver mundo y reordenar sus ideas, también dice que quiere visitar el templo de Artemisa en Turquía, me dio su dirección en Grecia y me dijo que si después de un tiempo decido ir a buscarla, allí estará, más madura y más segura de sí misma para continuar donde lo dejamos.

-Me parece muy bien.-responde Rei.

-Y sin embargo, luego de un mes, no estoy en Grecia, Reiko, sino aquí, en Dublín, siguiendo lo que dice mi corazón por primera vez, sin presiones ni imposiciones, eligiendo libremente qué quiero de mi vida.-el chico se acerca a la ventana y toma los hombros de Rei.

-Espera…Darien…espera…-lo detiene ella poniendo sus dos manos en su pecho.-Darien, no puedes decir así como así que me eliges a mí, Serena aun te ama, ustedes tienen toda una historia en el pasado y futuro que no vas a arruinar porque dos espíritus dementes nos hayan implantado recuerdos.

-No es así, Reiko, no lo es, la misma Serena me dio la libertad de elegir, como tú misma me dijiste, dice que ella no quiere ser elegida por compromiso o por inercia, lo quería antes, no le importaba, ella deseaba su felicidad conmigo, pero ahora no, ahora quiere que si la lijo s apoque la amo de verdad, y no puedo hacer eso cuando te amo a ti.-insiste vehemente como pocas veces el muchacho.

-De eso no estás seguro.-dice la chica con mirada asesina, cruzando sus ojos violetas con los de Darien y empujándolo violentamente lo hace estrellar su espalda contra la pared, le sonríe a pesar del dolor.

-¡Demonios! ¿Por qué tiene todo que ser tan difícil contigo siempre, Reiko?-se queja él y no la deja que se aleje, sino que de prisa la atrapa de la cintura por la espalda aprisionándola en sus brazos, ella se revuelve por instinto.

-¡Déjame! ¡Suéltame o te golpearé!-amenaza ella.

-Hazlo, no me importa, jamás en mi vida he hecho algo más libre que esto, nunca he puesto rumbo a si existencia con más conciencia y más libertad que ahora, eres tú lo que quiero, te amo, en una sola cosa Endymion tuvo razón, aunque él no hubiera poseído mi cuerpo y mi mente, el resultado había sido el mismo, yo habría dudado igual en casarme, porque me di cuenta que te amaba antes…-la fuerza del forcejeo de la muchacha cede con estas palabras, y se gira para mirar de frente al médico.

-¿Qué dices?

-Eso mismo, Rei…nunca te confesé esto, pero yo me di cuenta de que me seguías amando cuando volvimos de la batalla con Galaxia, ese día en que pediste háblame en privado, cuando me contaste tus percepciones sobre el estado emocional de Serena, cuando me detallaste con dolor cada situación pesada que ella vivió por mi ausencia, su depresión, su dolor, todo lo que ninguna de sus amigas notó, y me suplicaste casi llorando que cuidara de ella, que me encargara de hacerla feliz y compensarla por todo y que no la hiciera sufrir más, que fuéramos felices los dos y aprovecháramos el tiempo y la dicha de amarnos ¿Recuerdas?.-Rei baja la mirada, fue cierto que ese día ella se quebró por completo, perdió sus emociones y lloró, y el la abrazó. Darien levanta su barbilla y la hace mirarlo.-cuando te abracé y lloraste en mis brazos, me di cuenta, Reiko…

-Fui una imbécil al quebrarme así, no quería pero…estaba tan preocupada por ella, y creía que necesitabas saberlo para que la cuidaras como debías.-acepta ella.

-Me di cuenta, y me di cuenta de golpe de todo lo que eras capaz de hacer por tu mejor amiga, aun renunciar a tus sentimientos por su felicidad, y si…una pate de mí se asombró d que luego de mi comportamiento me siguieras amando, nadie me lo dijo, yo no noté, y algo cambió en mi cuando me percaté, empecé a mirarte diferente, a apreciarte diferente, a sentirme terrible al notar la frialdad con que m tratabas, porque me dejaba claro cuando t estaba costando, y fue allí, allí, Reiko, cuando comencé a dudar, cuando empecé a peguntarme ¿Y si yo la hubiera elegido a ella?...y cuando empezaron las comparaciones con Serena me di cuenta de que todo estaba perdido.-confiesa Darien mirándola con amor.

-Darien…-balbucea ella.

-Sí, Reiko, con o sin espíritus del pasado, yo habría dudado igual, con o sin sueños eróticos, yo habría ido a buscarte alguna noche, y seguramente te habría besado, tenía que descubrir que estaba sintiendo y qué había cambiado.

-Te hubiera golpeado tanto que te habrías tenido que casar en el hospital.-advierte ella, y casi sin darse cuenta deja sus manos sobre el pecho del chico que sonríe y la atrae más hacia él.

-No lo dudo, siempre eres imposible, difícil, inalcanzable, hay que dejar la vida para llegar a tocarte…-Darien acaricia su mejilla.-y eso es algo de lo mucho de ti que me vuelve loco, ahora lo sé, no hay una vida que quiera construir si no es contigo.

-¿Y qué va a pasar con el futuro? Con Rini, con Tokyo de Crystal con…-el pelinegro sonríe y coloca su dedo sobre los labios de la chica.

-Tú lo dijiste antes, ningún espíritu del pasado determina nuestro presente ni condiciona nuestro futuro, soy libre de elegir y lo estoy haciendo. Susumu me dijo que te gustan los chicos que luchan por lo que quieren.

-¿Hablaste con él?

-Sí, claro, me animó a venir y me advirtió que te conquiste de una vez o lo hará él, pero definitivamente serás una Chiba…el abuelo está de acuerdo….Reiko, por algo elegí esa universidad, quiero estar cerca y creer que tengo una oportunidad de ser ese chico que esperas que luche por ti, no va a ser sencillo, hay mucho que tenemos que vencer, pero lo prefiero así, lastimaremos menos y seremos más felices. ¿Qué dices?

-Te va a costar…y a mí también.-advierte la muchacha, Darien une su frente a la suya.

-Ya lo sé, pero estoy tomando mis decisiones.

-Quiero hablar con Serena, sea lo que sea que pase.-determina ella.

-Hazlo, ya sabe una parte, porque tuve que confesarle por qué mis dudas, seguramente pedirá habla contigo también, pero está tranquila. Hoy era el plazo para buscarla y no lo hice…por cierto ¿Puedo quedarme? O debo buscar un hotel.-pide el muchacho de ojos azules, Rei sonríe.

-Puedes, tengo dos habitaciones.-responde la sacerdotisa.

-Que aburrida…-los dos sonríen.-perdóname por todo, Rei, si algo aprendí de esto es que no se puede ocultar o ignorar un sentimiento, y que somos dueños de nuestras decisiones, buenas y malas.

-Aun dudo de que sea lo mejor para todos…-asegura la muchacha, Darien toma su barbilla de nuevo y la hace mirarla.

-Si es lo mejor para nosotros, Reiko, entonces está bien.-la calma él y acerca sus labios a los suyos para besarla, un toque que inicialmente le cuesta recibir, hacía mucho que no besaba a Darien ni era besada por él sin culpa y sin la sospecha de que en realidad no la amaba, poco a poco él abre sus labios con los suyos y la hace sentir la confianza suficiente para responder con la confianza qu siempre le costaba sentir, y cuando por fin la difícil reina de hielo vence sus temores y se permite abrir sus sentimientos, sube sus manos al cuello de Darien y responde a su beso con toda la fuerza e intensidad que el buscaba ansioso sentir otra vez, ya sin suspicacias, ya sin temores, siendo ella misma y lo que sentía.

Y mientras Darien la toma en sus brazos y la levanta en ellos sin dejar de besarla, entre las sombras de la ventana y las luces del atardecer, se materializan dos sombras en la sala del apartamento.

-¿Lo ves, Hobijin?...te dije que harían lo correcto, tarde pero lo hicieron.

-Ayudamos, pero no fuimos determinantes, ellos debían vencer sus propios temores para que fuera efectivo y fuera para siempre.-responde el espíritu de la princesa de Marte.

-Balanceamos el futuro…y evitamos peores desgracias y peores heridas.

-Mucho cambiará.-dice pensativa la sobra de la princesa.

-Pero cambiará para bien de todos, y ahora, tu y yo podemos estar en paz.-acaba el príncipe y la rodea con sus brazos, ambos sonríen y poco a poco se desvanecen con un viento delicado, cargado de chispas de fuego y pétalos de rosa, que entran por la ventana y mueven la hoja de la carta que Rei había abandonado sobre el sillón, una carta con irregular letra en Hiragana, no firmada por Minako Aino sino por alguien más…

Rei chan, te escribo estas líneas porque quiero que sepas algo, estoy bien, ahora sí pudo decirlo, luego de mi decisión me he dado cuenta que era lo mejor y era lo que necesitaba, tuviste razón siempre, yo era mucho más que solo la mujer que amaba a Darien, no era mi tiempo ni mi momento para casarme, había mucho que deseaba vivir, y dentro de todo, ignoré por completo lo que era evidente.

Debí molestarme mucho contigo por nunca tenerme la confianza de decirme sobre lo que sentías, y por insistir tanto en mi felicidad que era tu dolor, valorando las cosas, prefiero conservar tu amistad y dejarlo libre a él de elegir que continuar con esto.

Alguna vez en una de las reuniones te escuché decirle a Mako que tu deseabas un amor que luchara por ti, que te eligiera por ser tú y no por reflejo de un pasado, quiero lo mismo, y ahora estoy segura que Darien no lo era ni lo sería en el futuro, a pesar d nuestro pasado, no soy la mujer que lo hará plenamente feliz, estoy segura que no volverá por mí, una parte de mi temía que así fuera, pero lo asumo, y estoy seguro que lo primero que hará será ir a Dublín a buscarte, si lo hace, al fin tendrás a alguien que quiera luchar por ti, no lo eches ni te pongas difícil, no lo eches ni sientas culpa de nada, le di posibilidad de escoger y si te elige, asumiré eso tal como lo hiciste tú.

Quizá necesite tiempo para asimilarlo, por eso me fui, quiero conocer el mundo y encontrar algo que me apasione y me ayude a ser mejor, como tú con la política, Mina con el canto, Ami con la medicina y Mako con la cocina, en realidad nunca había pensado que me haría feliz más que mi boda y ser esposa, por eso decepcioné al abuelo de Darien, y me decepcioné a mí misma.

Maduraré, creceré, seré mejor, no quiero perder la amistad de la persona que fue capaz de renunciar a tanto por mí, de posponer sus sentimientos y de ayudarme a planear una boda que la lastimaba tanto, no quiero dejar de ser amiga de quien fue la única que comprendió como me sentía y que le rogó al hombre que aun amaba que me hiciera feliz…tampoco será muy rápido, pero cuando todo haya sanado, iré a verlos a los dos, y espero que los tres, seamos personas felices y realizadas, y no las terribles versiones que estábamos destinados a ser en el futuro, si yo no tomaba esa decisión.

Te quiere y recuerda siempre.

Serena…

YAAAAAA: Tarde pero seguro, lamento mucho la demora, mon amie, pero en realidad aunque ya tenía avanzado hasta la mitad no lograba que acabara como deseaba, el jueves lo acabé y no me gustó, no era el final que esperaba, digno de una historia así y que fuera consecuente…el viernes lo rehice como 3 veces y lo borré, y por fin ayer sábado salió todo como esperaba.

Cuando dijiste: SIN DRAMAS me metiste en un aprieto, pero dime honestamente si fue o no fue lo que esperabas, sé que no te va muy bien en los cumpleaños pero si logré una sonrisa, entonces podemos decir que me siento satisfecha con tu regalo. Pensándolo bien si es gratificante que acaben juntos, aunque no siempre aplico esta filosofía me encantó escribir todo esto, tendré que pensar un mejor regalo para el año que viene ¡Saludos Maguis! Gracias por mantener viva la flama del #FénixClan ñ_ñ ATTE: EBOLI

"Cuanto más complicado, mejor, cuanto más imposible, más bello"