Disclaimer: Los personajes les pertenecen a Stephanie Meyer, la trama es mía (:


POV BELLA.

Cap.44: Uno.

Él no habla ni se mueve, es una estatua. Evito poner los ojos en blanco, y respiro hondo. Voy hacia el interruptor y apago la luz. Edward debió sentir el click porque pregunta:

— ¿Qué haces?

Trato de dirigir mi vista hacia él, y lo encuentro, apenas iluminado. Una luz se filtra por la ventana, tapada por cortinas, y no sé bien si es de un faro o de la luna. No me interesa averiguarlo.

—Hacer esto más llevadero. Apague la luz y apenas veo —le explico, tratando de llegar a él sin tropezar con nada— ¿Quieres saber algo? Estoy que muero de los nervios, temblando por dentro y por fuera pero quiero esto, estoy segura.

—Bella…

—Shhh —lo acallo justo cuando estoy al frente. Él queda mudo nuevamente. Lo beso, sosteniendo su rostro entre mis manos, y las voy deslizando por su cuello. Siento satisfacción al notar que su piel se vuelve de gallina.

— ¿Seguro que estás segura? —murmura con voz ronca. Trato de no sonreír. Ya no es un no.

—Bien segura.

Él me besa, lento, tierno. Trato de contener el suspiro de alivio y me dejo llevar. Edward es suave, tranquilo. Me quita despacio el saco y yo lo ayudo encogiéndome de hombros mientras le sigo besando. Apenas hace ruido cuando cae en el suelo. Yo deslizo mis manos por sus brazos fornidos, luego termino sacándole la camiseta. Observo maravillada su pecho y lo toco apenas con las yemas de los dedos, eso lo hace gemir. Me ruborizo. Me pregunto cómo será la experiencia para él, que no puede verme. Por dentro, agradezco eso, aunque este mal. Soy muy insegura con mi cuerpo y no sé qué pensaría él al respecto…Probablemente si viera le hubiese rogado hacerlo con las luces apagadas, como ahora. Apenas se puede ver, pero no tan detalladamente.

Él me vuelve a besar, esta vez ferozmente. Mi pulso se aloca. Me toma como si no pesara nada y con una exactitud sorpresiva me recuesta en su cama, mientras hace que no soporte su peso, sosteniéndose con los brazos.

Aprovecho la oportunidad para acariciarle la espalda. Ahora la que casi gime soy yo, oh, se siente tan bien tocarlo. Mientras tanto sus besos descienden por mi cuello, lo cual hace que el fuego brote más. Me toma de nuevo, poniendo una mano en mi espalda para sentarme. Tratando de buscar aliento, veo que coloca sus manos a los costados de mi blusa, como pidiendo permiso.

—Hazlo —apenas susurro cuando encuentro el aire, muerta de vergüenza.

Ahora estoy casi como él, solo me queda el sostén blanco. Sé que estoy toda roja, y me pongo peor cuando sus manos descienden por ahí, apenas rozándome también, pero haciendo que sienta muchas cosas a la vez…ahí, abajo. Gimo, no lo puedo evitar.

Esta vez soy yo la que se inclina para besarlo, agarrando su cabello. Él me abraza y se siente muy placentero piel contra piel, aun cuando el sostén estorba. Mi piel es la que se vuelve de gallina cuando sus manos tocan mi espalda desnuda. Sus dedos se detienen en donde va agarrado el sostén.

—Quítalo.

Me muevo para ayudarlo y una parte de mi ropa interior también cae al suelo.

Avergonzada y sin poder evitarlo me alejo un poco, sintiendo mucho calor y nervios.

— ¿Bella? —pregunta desconcertado. Temo que se eche atrás pensando que no es correcto, pero me quedo donde estoy, sin saber que decir…o hacer.

Veo apenas como sus labios se arrugan en una mueca. Pero luego niega con la cabeza y sonríe para mi dirección.

—Tienes mucho miedo, ¿verdad?

No sé de donde le sale la voz…quizá no es lo mismo para él, yo siento que de pronto hablar es algo muy complicado, pero en voz baja me sale decirle:

—Sí.

Lanza una risilla y se acerca nuevamente.

—No hare nada que no quieras. Tu guíame.

Pienso que es patético que la situación se haya volteado. Que la que estaba rogando hace un momento era yo y él, el que se negaba. Me digo a mi misma en los segundos que transcurren que no tendremos pronto un momento para aprovechar como este, aparte si no es hoy, será otro día, pero será con él, estoy segura de eso. Ante ese pensamiento, mis manos se encuentran en su bello rostro.

—Te amo —admito y esta vez la voz me sale fuerte y clara.

Él me dedica esa sonrisa torcida suya que lo hace ver más lindo y sexy. Levanta una mano y la deja tendida en el aire, la coloco en una de mis mejillas al entender que quiere eso.

—Yo también.

Y nos besamos, abrazamos –la sensación es buenísima– y nos vamos entregando lentamente el uno con el otro…Siendo solo uno.

POV EDWARD.

Abro los ojos a la oscuridad de siempre. Me pregunto qué hora es…por la quietud que hay se me hace que es de madrugada pero no quiero tocar el reloj para que Bella no despierte.

Me levanto para dirigirme al baño, eso fue lo que me despertó: la urgente necesidad de hacer pis.

Al volver a la habitación casi me caigo por pisar una ropa. Mascullo entre dientes y tengo más cuidado para volver a la cama. Me parece que por la textura de la tela, era mi jean el que casi me hace caer.

Cuando me acuesto es inevitable buscar la piel delicada de Bella para tocarla y abrazarla. Es tan cálida y suave. Suspiro. Nunca pensé que llegaríamos a este momento…o aunque sea no tan pronto. Creí que ser ciego sería una desventaja, pero pienso que ha sido fantástico. Al guiarme solo por el tacto disfrute mucho…y creo que ella también. Busco sus cabellos e inhalo su peculiar aroma y me siento contento y satisfecho como nunca me sentí. Me debo llevar por los recuerdos y creo que me duermo con una sonrisa en el rostro.

POV BELLA.

Me siento como en una especie de trance. Sé que estoy despertándome y no quiero. Tuve un sueño maravilloso y me gustaría que continuara. Pero mi cuerpo pide otra cosa, tiene necesidades. Necesito ir al baño y luego buscar comida. Al pensarlo, siento que mi estómago ruge.

Abro los ojos fatigosamente. Veo cosas que no reconozco y siento calor…mucho calor. Una parte se debe al sol que se filtra por las cortinas, y la otra parte se debe a Edward, que sigue durmiendo, pero con un brazo estrechándome contra sí.

Así que al final no era un sueño…Claro, debí haberlo imaginado, ¿Cómo iba a soñar yo algo tan perfecto si no lo conocía? Ah, tonta Bella. Trato de no poner los ojos en blanco.

Estamos haciendo cucharita. Me doy vuelta lentamente para no despertarlo, pero no se inmuta. Lo miro y pienso que es un milagro que no babee, es tan hermoso con su rostro sereno, su boca entreabierta, su pecho y brazos fornidos. Algunos recuerdos florecen con intensidad y me ruborizo.

No voy a negar que doliera. No tanto pero si paso, supongo que es normal, ya que al ser virgen estaba muy cerrada…Trato de pensar otra cosa pero me es inevitable al pensar en que era virgen. Rayos ¿habré manchado con sangre? Me avergüenzo.

Decido hablarlo con Edward cuando despierte. Se me ocurre la genial idea de hacerle el desayuno y llevárselo a su cama, así que le doy un beso en la coronilla y me levanto. Veo que el reloj dice que son más de las nueve de la mañana, casi las diez. Hemos dormido mucho.

Mi cuerpo se siente extraño pero para nada incómodo. Busco mi ropa pero decido ponerme mi ropa interior y la camiseta de Edward…como en las películas.

Voy al baño y me encuentro con una versión mía nueva y alborotada. Los pómulos están ruborizados, pero claro, pensando en ciertas cosas es inevitable. Mis labios están algo hinchados. Mi cabello parece el de la melena de un león y aunque en las pelis se ve bien, la camiseta de Edward no me favorece en nada. Evito una risita, ¿Qué pensaba, que me iba hacer más sexy? Qué ridícula soy.

Tratando de ser lo menos ruidosa posible, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Como no conozco nada me encuentro mirando todas las alacenas y la heladera. Cuando encuentro todo me conformo juntar las frutas para hacerle un jugo de naranja, un café, y unas tostadas con mermelada, supongo que sí está en la heladera es porque le gusta, ya que es su casa. Tengo un dilema al pensar que quizás sea un gusto de Alice o de sus padres pero me encojo de hombros. Cuando le despierte le preguntare.

Estoy muy absorta, mientras exprimo las naranjas para quitarle su jugo, entonces es un susto cuando escucho su voz:

—Por un momento pensé que te habías ido.

— ¡Edward! —dejo mi tarea para pasarle los brazos alrededor de su cuello. Me encantaría acariciar su cara pero tengo las manos sucias —.Hola.

Y nos besamos tiernamente, hasta que él se separa y se ríe.

—Hola ¿Qué haces?

—El desayuno —contesto, soltándolo para seguir con la tarea de exprimir.

—Oh, ¿y cuál es el menú?

—Esto…Jugo de naranja, café y tostadas con mermelada... ¿está bien?

—Casi.

— ¿Tostadas sin mermelada?

Se ríe.

—No, cambiemos el café por el té, el café no es de mi agrado —me cuenta arrugando su nariz.

— ¡Ah!

Me reto mentalmente, supongo que como novia tenía que saberlo, pero su voz interviene el pensamiento:

—No es culpa tuya, sinceramente no pasamos a la etapa de las cosas que no nos gustan, vamos, yo te ayudo.

Me desconcentre de a ratos, viendo su escultural cuerpo, no lleva camiseta pero si unos joggings que le quedan muy bien.

— ¿Qué pasa? —pregunta al darse cuenta que estoy como una estatua. Supongo que se dio cuenta que deje untar la mermelada en la tostada.

—Eh nada, nada —solo babeándome un poco, pienso como la tonta que soy.

Luego de terminar de desayunar me parece que es un buen momento de aclarar algunas cosas:

—Oye, Edward…

— ¿Si?

—Esto es vergonzoso pero al fin y al cabo hay que hablarlo…he estado pensando que quizá…yo…—ahí viene el sonrojo de nuevo—, bueno, seguro que manche tus sábanas.

El rostro de Edward queda perplejo pero luego lanza una risita.

—Ah sí.

—Quizá tendría que llevármela para lavarla en casa…

—Bella aquí también tenemos lavarropas —me dice poniendo sus ojos en blanco.

—Ah sí, sí. Bueno…tendríamos que poner a lavarlas ahora…antes que venga Alice…

—Descuida, Alice no vendrá hasta el domingo, además si se enterara no podría decir nada ya que estoy segura que ha hecho lo mismo que nosotros —se burla.

Trato de no pensar eso de Alice y Jasper.

—Bueno, entonces supongo que mi presencia no te molestara por un tiempo más —le sonrío entusiasmada con la idea de estar un rato más con él.

—Por supuesto que no, lo que si tendrías que llamar para avisar a tus padres.

Como creo que tiene razón, a los minutos Edward insiste en lavar las tazas y los utensilios que usamos y me dice que aproveche para hablar: la conversación con Charlie es corta. Le aviso que volveré a la tarde y no dice nada, así que me despido alegremente ¿Por qué Renée no atiende el teléfono? Pobre papá.

Edward me abraza por atrás y me besa la cabeza.

— ¿Me parece o lo que estas usando es mi camiseta?

—Ah sí, ya te la devuelvo —me apresuro a decir, otra vez ruborizada. En estos momentos seria millonaria si me pagaran por sonrojarme.

—No sabes lo que daría por verte en estos momentos —dice dulcemente y me deja sin habla—.Vamos.

POV EDWARD.

Bella me pide permiso para utilizar el baño para darse una ducha. Trato de no ponerle los ojos en blanco, ¿acaso no piensa que es tonto pedirme permiso? En un momento de picardía le estaba por proponer que nos bañáramos juntos, pero no me imaginaba como iba a reaccionar, por lo que solo asiento con la cabeza, y luego recuerdo que le hará falta ciertas cosas:

—Las toallas están en el baño, en un cajón. Y puedes robarle ropa a Alice, ella estará encantada.

Ella se ríe mientras se va.

Me doy cuenta que soy un nuevo Edward. No un Edward engreído y estúpido ni tampoco el Edward ciego y resentido…bueno sigo siendo ciego pero me siento diferente. Obviamente la razón es mi novia que se está bañando, ella y la confianza que me brinda. Nunca creí que llegaríamos a hacer el amor, a hacer uno tan pronto. Es algo que deseaba, no lo voy a negar…soy hombre después de todo, pero pensé que pasaría mucho tiempo antes de que eso sucediera. Sorprendente. Y encima ya me estaba poniendo atrevido pensando en bañarme con ella y esas cosas, cambie rápidamente en cuestión de horas. Sonrió para mis adentros. Gracias a la milagrosa de Isabella.

Unos minutos después Bella sale del baño.

—Es mi turno —digo alegremente.

—Yo mientras reuniré toda la ropa sucia con las sábanas para ponerlas a lavar.

Quiero abrir la boca para negarle pero siento que se escabulle rápidamente.

Me siento fresco como una fruta luego de un buen baño. Me dirijo al cuarto y me detengo en seco en el marco de la puerta al sentir un ruido extraño. Presto más atención: aparte de estar Bella tarareando, siento algo que raspa el suelo y se va deslizando constantemente.

— ¿Estas barriendo mi habitación?

— ¡Aah! Edward, me asustaste.

— ¿Qué haces? —pregunto lo obvio.

—Estoy ayudándote a acomodar todo.

—No hacía falta que barrieras.

—Bah.

Recuerdo un pequeño detalle.

—Sé que te sonara extraño pero si no quieres que mis padres o Alice se enteren de lo que hicimos debo pedirte que te lleves…eh…esto…el envoltorio y la protección para que lo tires en tu casa. Alice vació los tachos antes de irse, ya sabes —me encojo de hombros, incómodo con el silencio de su parte—, los tipos que recolectan la basura pasan los viernes…

—Humm ok, aun así te recomiendo para la próxima que tengas tu propio cesto de basura en tu cuarto, es cómodo y te conviene.

— ¿Para la próxima vez? —insinúo, moviendo mis cejas, espero que en su dirección.

Ella se rio mientras se me acercaba.

—No lo dudes —y me beso cuando yo estaba pensando…o deseando que "la próxima vez" sea pronto. Sonrío contra sus labios.

POV BELLA.

No me quería ir pero no me quedaba otra opción. No quería dejar solo a Edward. Él dijo que no me preocupara, que estaría bien. Bueno pues, no pienso igual. Se me ocurre una idea y se la digo:

—Vamos a casa y convenzo a algunos de mis padres para aunque sea te quedes a dormir en el sillón.

—No quiero molestar…

—Ni hablar, vamos.

El muy sabio no discute conmigo, quizá por la resolución en mi voz, no iba a aceptar un no como respuesta.

Cuando llegamos a mi casa no hay nadie. Yo tomo la mano de Edward y lo llevo conmigo a mi habitación. Allí, mientras él espera sentando en mi cama, yo aprovecho para dejar la ropa lavada de anoche en el armario y cambiarme las ropas de Alice por unas mías, por si papá se pone muy quisquilloso y se le da por prestarme atención en todo detalle…

Al recordar, tiro el preservativo a la basura, y por las dudas, escondo el cesto debajo de la cama.

— ¿Quieres pasear un rato?

Con Edward caminamos unas cuadras, no las que está acostumbrado él a caminar –creo que me dijo que va por la cuadra numero treinta y seis–, pero si unas cuantas. Me doy cuenta que debo acostumbrarme si quiero seguirle el ritmo. Puede que sea precavido y no muy rápido al dar un paso y otro pero se lo ve seguro, en cambio yo, con lo torpe que soy puedo caerme por cualquier cosa, ya sea porque mis propios pies se enredan o me tropiezo con algo que no vi hasta que lo pise. Cuando me dijo la cifra de sus caminatas de costumbre sentí un estremecimiento. Era demasiado para mí, pero no importaba, yo le acompañaría siempre que él quisiera.

POV EDWARD.

Al volver de nuestra caminata, en la casa se encuentran Emmett y Rose por lo que nos ponemos a charlar entre los cuatro. De vez en cuando Emmett insinúa cosas que incomodan a Bella pero yo sonrió para que no sospechen nada, si ella no quiere decirle, me parece bien, su hermano no parece de esos que se callan las cosas.

Cuando aparecen Charlie y Renée, mi novia me deja solo por un momento para hablar con alguno de ellos para pedir el permiso de quedarme en la casa; Intenté disuadirla, pero no hubo cómo. En fin.

Como era de imaginar aceptan que me queden. Y me encuentro prestando atención como es la familia de Bella con ella y con los demás, ya que Rosalie también se queda, pero hasta la cena. Deduzco al final que Charlie es un hombre justo, de muy pocas palabras, en cambio su mujer es lo contrario, charlatana y cariñosa.

Al otro día, Bella me lleva en su camioneta hacia mi casa. En un momento de nostalgia pienso en el Volvo y como me gustaría volver a conducirlo.

Ella no se quedara conmigo esta vez porque tiene cosas que hacer, aun así me acompaña hasta la puerta.

— ¿Seguro que antes de irme no quieres que te ayude en algo?

—Bella…

—Bueno, bueno. Te amo, hasta mañana.

Nos besamos y se va.

Más tarde atiendo la llamada de mamá, que no puede con sus ansias, pregunta cómo va todo y respondo que de maravillas, pregunta por Alice y miento que está arriba dándose un baño.

Bueno hijo, nos vemos mañana, cuídense por favor.

—Adiós mamá, saludos a papá —murmuro aliviado de que la llamada no sea tan larga, ¿y si hubiese insistido de hablar con mi hermanita?

Alice llega un rato más tarde. Escucho como la puerta de entrada se abre y cierra, así que voy a su encuentro, y nos cruzamos en el pasillo.

— ¡Hola Edward!

Ella me abraza y yo rio.

—Hola pequeña.

—Al parecer todo está bien, he estado preocupada por ti…—me cuenta al soltarme.

Trato de no poner los ojos en blanco.

—Estas igual a mamá, Alice.

Ella se ríe dulcemente.

—Puede ser, ven, veré que puedo hacer de cenar mientras te cuento un montón de cosas, el lugar a donde fuimos es hermoso…

Y habla y habla. Sonrío porque lo que más me gusta de ella es su entusiasmo y su forma de describir cada cosa por mí, para que lo imagine ya que no lo poder ver.

—Suena fantástico.

—Así fue, Edward ¿y tú?

Lo pienso y decido ser sincero:

—Pues…mi fin de semana también ha sido fantástico, Alice.

Le sonreí y la imagine dedicándome una sonrisa gigantesca ¿Cuánto habrá cambiado mi hermana?

—Eso está bien.

Me deja extrañado que no me pregunte detalle por detalle de mí fin de semana, luego descubro que es para que yo no le pregunte que anduvo haciendo. Por dentro me rio. Ah, Alice, yo sé bien que has hecho, te conozco a ti, y a mi mejor amigo. Pero como no quiero incomodarla, yo tampoco menciono ni pregunto nada en específico.


Hola hola gente.

Tengo noticias: conseguí trabajo. Veremos cómo se dan las cosas –si el trabajo conviene o no-, en sí, el trabajo es pesado y voy a estar ocupada todooo los días, salvo una mañana o tarde que va a ser mi descanso x.x Espero que a pesar de todo pueda seguir escribiendo, sé que no actualizo bien rápido pero eso intento, así que voy a seguir tratando.

Pido disculpas por eso intento de lemmon…lo sé, soy pésima jajaja, en mi cabeza tenía otro escenario pero cuando trataba de escribirlo…es complicado, no podía jaja.

Vikkii Cullen jaja eso es bueno, supongo :P

Helenagonzalez26-athos jajaj así fue ;)

Eve Me alegra que el capítulo te haya gustado, esperemos que este también! Saludos.

Maryfer VC jajajja si, gracias por comentar!

Guest e.e no se quien sos jajaj, en fin, culpa mía que lo hayas tenido que leer todo de vuelta, me he tardado con algunas actualizaciones y una historia tan larga es complicada de recordar, y más cuando lees otras historias jajaj.

Darky1995 *-* nueva lectora! Gracias por animarte a comentar y me alegro que te gustara y te animaras a leerlo todo de golpe jaja.

Satorichiva hola, nunca es tarde para comentar, y menos conmigo, porque siempre me tardo unos días en actualizar ajjaja. La caballerosidad de Edward se fue(? Y todos fueron felices jaja. Gracias por comentar siempre!

Bueno nos leeremos la próxima, saludos!