Hola, puntual y con nuevo capítulo n_n Nuevo y último.

... Eso me recuerda mi comentario del principio "para 3 mugrosos capítulos lo pongo todo en uno" Ja... destino, destino! Espero que hayan aprendido la lección y no escupan al cielo, chicas!

Por favor: si tienen dudas y tienen un perfil anónimo no tengo modo de responderles, pueden entrar a mi perfil y ver mi correo o entrar a mi facebook para que les pueda responder sin problemas!

Gracias por la companía que me hicieron, las dejo con la historia.


MIRAI VEGETA

Luego de dos años de cavilar en la Tierra con lograr su cometido del principio, estaba a dos pasos de hacerlo real. La puerta del laboratorio se abrió dejándolo pasar.

-¿Y? ¿Qué resultados tienen?- preguntó el rey entrando nuevamente en el laboratorio improvisado luego de la migración, una escolta de corpulentos soldados lo acompañaban. Los esclavos se observaron entre sí.

-Mi señor, no hemos podido decifrar el código que utiliza esta tecnología, con dos números en distintas secuencias logran miles de órdenes distintas... me temo que no podemos hacer más que contemplarla- explicó uno de rodillas, Vegeta respiró anonadado con la noticia.

-¿¡Cómo! ¡Pero si ustedes repararon la nave del muchacho cuando llegó!- protestó sacudiendo al esclavo por el aire, tomándolo por la túnica que utilizaba.

-Podemos... podemos cargar la energía y reparar el módulo de carga, eso es igual que en todas las naves- dijo otro- Si quiere podemos aumentar su carga energética para que soporte muchos más viajes.

-No es suficiente- dijo soltando al esclavo, se cruzó de brazos mirando la máquina para pensar.- Entonces ¿saben como darle coordenadas?- preguntó, otra vez negaron, Vegeta alzó una mano matando a un esclavo al azar, apuntó a los demás que temblaron en su sitio.

-Majestad, usted dijo que conocía al inventor ¿Por qué no viaja y lo trae? Puede utilizar al muchacho si no conoce los comandos... -la mirada furiosa del rey calló la voz de Nappa.

-Hagan eso de la energía... -ordenó mientras volvía sobre sus pasos y los soldados desaparecían detrás de él.

Los esclavos se quedaron solos contemplando la máquina del tiempo y volviendo al trabajo.

-Esperemos que eso le de otra oportunidad al muchacho del cabello extraño... no quiero que otros tiempos sufran igual que nosotros...

2

-Levántate- le ordenó la áspera voz de Vegeta mientras oprimía unos botones, Trunks yacía en el suelo y levantó los ojos con odio hacia su captor.- Iremos por tu madre.

-No- se negó el muchacho, una patada en la cabeza lo arrojó contra una pared de la habitación.

-No me hagas perder el tiempo... ya lo he hecho durante dos años. Ahora, vendrás conmigo. -le dijo jalándolo de los cabellos mientras lo arrastraba hacia el hangar, voló con él dentro de la nave que ya estaba preparada para salir.

-No lo haré- jadeó Trunks con un hilo de sangre colgando de sus labios. El rey lo miró, tenía sus ojos cansados y el rostro empapado de sudor- Prefiero morir aquí.

-No morirás- le explicó Vegeta sonriendo- Sufrirás cada segundo de tu vida y peor será cuando mis científicos descubran el mecanismo de esta nave, sólo lo utilizaré para traerla y torturarla delante de tus ojos... -le explicó.

- Eres un...

-... estratega- completó Vegeta sonriéndole mientras forzaba al muchacho sin energía a tocar los controles.- Anda, tengo muchas galaxias débiles que volver a someter...

Trunks se mantuvo quieto en su lugar, estaba dispuesto a morir. Hubiese querido hacer estallar la máquina pero no tenía suficiente energía, la batalla contra Vegeta y el príncipe heredero había sido demasiado dura, aún sentía el brazo roto y el pulmón perforado. Respiraba con dificultad manteniendo su cabeza agachas.

-Hm... ¿Qué es esto?- preguntó Vegeta mientras inspeccionaba el panel- Mira, una coordenada guardada, debe ser la que necesito- dijo intentando tocar el botón de despegue, pero se contuvo... ¿y si la coordenada guardada era la de su planeta a punto de estallar?

-¡Espere! - exclamó Trunks sosteniéndolo del brazo para que no lograra oprimir el botón, la coordenada que mostraba el panel era la del día que Freezer arribó a la Tierra. Allí, con el poder ilimitado de un saiyajin fase dos, Vegeta podría hacer destrozos... y arruinarían todos los tiempos.- Lo haré... -se resignó encontrando la sonrisa del rey mientras cerraba la cabina.

3

En medio de la ciudad, en un callejón, Vegeta abrió los ojos sintiendo los rayos del sol golpeando su rostro. Lentamente se incorporó sentándose en el suelo. Se miró las manos.

-Estoy vivo- dijo victorioso mientras apretaba los puños, de inmediato alzó vuelo llamando la atención de los trauseúntes, pero a él no le importó.

Todo se veía en paz, todo estaba quieto, solo él levantaba resquemor en el aire.

-¿¡Eres un androide! - le preguntaron desde la calle. Vegeta sonrió, había visto algo desde el infierno... vio arribar a Cell. Sabía de la victoria de su hijo.

No entendía lo que había pasado y porqué estaba allí, así que voló al único lugar en donde podría tener una respuesta... el único lugar donde alguien pediría resucitarlo.

La Corporación se veía igual a cuando la dejó, quizás con alguna reforma improvisada. Descendió con intriga observando todo alrededor, el techo del taller estaba abierto y entró por allí. Las luces seguían encendidas, Vegeta observaba todo con curiosidad mientras caminaba sigiloso por la casa... parecía que no había nadie. Al final buscó cualquier ki dentro y supo que definitivamente estaba sólo, decidió esperar a que la mujer o el muchacho volvieran de donde sea que estuvieran. Así que caminó por su casa, la conocía de memoria.

No llevaba muchas horas devuelto a la Tierra pero aún así se sentía extremadamente cansado, como si su cuerpo estuviera deshabituado al movimiento. Tomó algo del refrigerador hasta que estuvo satisfecho y sólo entonces caminó hacia su cuarto, el de la mujer.

Era extraño, un mundo de paz... él de nuevo allí... Miró el reloj digital de la sala: año 787. Había pasado mucho tiempo, caminó hasta el cuarto de ella como tenía planeado de un principio, planeaba dormir y si tenía suerte que ella lo despertara. Hoy se sentía cansado y con deseos de ser complacido, ya mañana experimentaría la vida de nuevo.

"Sigue igual..." meditó viendo la cama completamente desordenada, aunque los robots solían arreglar el desastre y ya para media mañana el cuarto de la mujer estaba impecable. No le importó, tomó una ducha rápida y caminó sólo con su toalla hasta la cama.

- No parece real... -murmuró llevando las manos a la nuca mientras observaba el techo de la habitación, hacía unos momentos estaba siendo torturado en el Infierno, estaba siendo castigado por la eternidad... y la eternidad se esfumó. Se sonrió triunfante.

No le cabían dudas de que había sido ella, él Abajo había perdido la noción del tiempo pero en cuanto Cell llegó al infierno y la amenaza terminó supo que la mujer tendría que ingeniárselas de alguna manera, por algún tiempo pensó que ya lo habían olvidado o que pensaron que era más conveniente para la humanidad y para el universo en general, dejarlo muerto. Jamás tuvo demasiadas esperanzas pero allí estaba.

No sabía muy bien qué haría de su vida de ahora en más. Sabía que Kakarotto no podría ser resucitado porque morir por causas naturales no era contemplado por Sheng Long. No sintió ningún ki importante, quizás debido a que los guerreros de aquel planeta sabían ocultarlo o quizás porque seguían muertos. Así que en resumen, era el más fuerte y no había enemigo disponible. Saboreó la idea con maldad mientras giraba en la cama para dormir de lado. Tomó la almohada en la que reposaba su cabeza y hundió la nariz en ella para volver a sentir el perfume de la mujer.

- ¿Qué es esto?- preguntó alzándose, quitó las sábanas y acolchados jalándolos mientras inspeccionaba con cuidado la sábana que cubría el colchón. La arrancó de un tirón y salió de la habitación buscando su ropa, se cambió aprisa lleno de rencor, de odio... y de celos. Mientras iba a irse sintió un estruendo en el patio, apretó el ceño y salió con prepotencia a ver de qué podría tratarse.

Vio una nave extraña, alta y larga. A unos pasos un joven yacía en el suelo, caminó hacia él viéndolo de boca al suelo. Sin delicadeza alguna lo movió con el pie dándolo vuelta.

El muchacho entreabrió los ojos, se veía muy golpeado. Vegeta vio sus ojos celestes y su cabello lila, le enseñó una sonrisa ladina al reconocerlo. No alcanzó a preguntarse qué ocurría cuando escuchó un portazo y pudo percibir una presencia acercándose a ellos. El ki lucía poderoso.

-¿Dónde esta tu madre? ¡Aún no ha...!- la voz se calló, Vegeta se dio la vuelta y quedó pasmado con el reflejo que le devolía el otro sujeto... ¿Él? Cada vez más parecía que esto era un sueño pesado que tenía en el Infierno. -¿Quién eres tú?- preguntó el hombre con la capa roja.

- ¿Quién pregunta?- devolvió Mirai Vegeta cruzándose de brazos para mostrar seguridad, el soldado frente a él lucía el sello de la casa real en el pecho... ¿podría ser? No le respondió, el extraño se limitó a llevar su mano al scoutter que cubría su ojo.

-Bah... eres insignificante- le dijo caminando por su lado sin prestarle atención mientras intentaba inclinarse para acercarse al muchacho, Vegeta le cortó el paso irguiendo el pecho para enfrentarlo.

-¿A quién le dices insignificante, insecto?- volvió a preguntar Vegeta.

4

Trunks se volteó viendo la escena, jadeó adolorido en el suelo ¿Quién era el otro sujeto? Era su padre otra vez... ¿Pero de qué dimensión, de qué tiempo lo había traído su madre? Intentó ajustar la visión para poder identificar si se trataba del Vegeta del pasado, aquel con el que habían combatido contra Cell y los androides, después de todo llevaba el mismo uniforme.

-¿Papá...?- le murmuró apoyándose contra un brazo para despegar su rostro del suelo, el hombre giró un poco la cabeza en respuesta como en un amague por mirarlo y luego la regresó al rey Vegeta.

-¿Papá?- preguntó él riéndose a carcajadas- Ahora veo porqué el parecido físico. -murmuró - Creí que estabas muerto...

-¿Tú quien eres?- arremetió Mirai Vegeta sin quitarle una gélida mirada de encima.

-¿Yo? Yo soy el rey Vegeta, líder de todos los saiyajins, soberano de las galaxias del norte, este, oeste y... casi por completar la conquista del sur... -una sonrisa arrogante acompañó sus palabras- Soy todo lo que podrías haber sido- murmuró con estudiada soberbia.

Mirai Vegeta apretó los puños.

-Pertenece a otro tiempo... -murmuraron a sus espaldas, Trunks comprendía la confusión de aquel otro Vegeta- Fue un accidente, es de otra dimensión... ¿Tú... de dónde vienes?- terminó de preguntar el muchacho mientras finalmente tomaba asiento apoyándose contra uno de los muros de la Corporación. Nuevamente la cabeza de Vegeta se ladeó noventa grados para que la respuesta llegara a sus oídos.

-Del Infierno. -contestó con simpleza, Trunks arrugó el ceño sin comprender.

5

-Es curioso... ¿la mujer mandó a llamarte?- se burló el rey mirándolo con desdén -¿Dónde está ella? La necesito- dijo con paciencia, ante este nuevo encuentro su curiosidad estaba encendida, tenía ganas de jugar un poco.

-No sé de quién hablas- mintió Mirai Vegeta, un gesto irritando sus labios se lo anunció al rey que lo observaba en detalle.

-¿Ah no?- preguntó arrugando el ceño- Ella tampoco quería hablar de tí- le contó haciendo que Vegeta le sonriera divertido negando lo que podría importarle- Salvo cuando me dijo que yo era mejor que tú- escupió el rey para provocarlo, la sonrisa de su contraparte desapareció tras un gesto hosco.

-Ella siempre dice eso- mintió para estudiar su reacción, pero el rey río muy divertido en respuesta.

-Todavía no entiendo qué es lo que quieres aquí, ya te dije que me digas dónde está la mujer- respondió perdiendo toda curiosidad y paciencia.

-Si lo supiera ¿por qué crees que se lo diriá a una basura como tu?- preguntó con el gélido y arrogante tono de siempre. Trunks se sonrió.

-No seas tonto Vegeta - lo apoyó con confianza el rey caminando hacia él - Vaya, suena extraño decir mi nombre- se sonrió confiado volviendo a mirar al hombre con seguridad- Eres un saiyajin sangre pura después de todo, sabes que nos apoyamos unos a otros...

-¿Existe un Nappa entre los tuyos?- preguntó el mercenario, el rey asintió -Pues aquí no, yo lo maté- dio como toda respuesta.

-Ya veo... ¿Intentas decirme que renuncias a la pertenencia de tu raza?- lo cuestionó parándose delante de él con el gesto relajado- En tu tiempo pudo estar bien, pero a partir de ahora te sería muy útil lo contrario. Somos poderosos, Vegeta... ¿Qué te has perdido en la vida, eh? ¿Sabes que ibas a ser rey? Pues lo eres... -le murmuró.

-Yo no, tú- confirió el saiyajin tomando por sorpresa a su contraparte.

-Bien, pero puedo darte un par de planetas ¿Qué me dices? Volverás a ser rey, yo no interferiré en tus decisiones... Ahora podría matarte- siguió como si nada- pero pareces un soldado prometedor... -mintió mientras sonreía con sarcazmo- Traeme a la mujer, tendrás todo lo que te ha sido arrebatado en esta época.

Vegeta alzó los ojos azabaches hacia el rey, se vio a sí mismo y un destino prometido en su niñez hecho realidad. Su nostalgia, su ambición, su cabeza y su pecho palpitaban pidiéndole aceptar la oferta... pero fue esa otra voz, la que lo ayudó a soportar la pérdida de aquel destino, la misma que ahora lo rechazaba de plano. Su orgullo no iba a permitirle ser subordinado de nadie.

-Ya te lo dije... de saber donde está no se lo diría a un gusano como tú- comentó con arrogancia mientras sonreía socarronamente, él se conocía y sabría cuál era el próximo movimiento. El rey se lanzó a golpearlo sin mediar más palabra, Trunks quiso ponerse de pie para ayudar pero vio como sin problemas Vegeta esquivaba los golpes del conquistador espacial.

Luego de una par de minutos peleando en el cielo ambos se distanciaron, el rey Vegeta respiró agitado, le sonrió con petulancia.

-¿Es que... no piensas atacarme?- lo increpó viendo que Vegeta se limitaba a la defensa. El saiyajin no dijo nada y el rey volvió al ataque y esta vez luego de errar un par de golpes recibió un rodillazo en las costillas y un haz de energía cayó sobre su nuca. -¡Eres una sabandija!- le gritó exasperado mientras se convertía en super saiyajin, Vegeta lo imitó. -Un verdadero saiyajin ataca, no espera a la defensiva.

-Un verdadero saiyajin usa la cabeza- se burló Vegeta.- ¿Crees que iría a atacarte cuando tú conoces todas mis técnicas? Lo siento, pero debo admitir que es muy divertido saber cuáles serán tus movimientos y por supuesto, conozco mis puntos débiles y los sectores que dejo desprotegidos cuando lanzo un ataque... -la arrogancia no le permitió ocultar su técnica victoriosa.

-Ya veo... -se rió el rey tomando una bocanada de aire- Pues ya me cansé de jugar - dijo convirtiéndose en super saiyajin fase dos. Vegeta abrió los ojos anonado por el despliegue de energía, un puñetazo en la mandíbula le dio vuelta el rostro para no ver la lluvia de golpes que impactaban contra su armadura. Por más que conociera los movimientos no podía defenderse a esa velocidad y con esa fuerza.

6

-Tengo que ayudarlo... -jadeó Trunks con lágrimas en los ojos mientras concentraba toda su energía en conseguir ponerse de pie. Se apoyó con una mano sobre la pared de la Corporación mientras instaba a sus piernas a alzarlo, jadeó un poco más lanzando un grito de dolor cuando acomodó su rodilla fuera de lugar.- Papá... -dijo apesadumbrado viendo como el rey Vegeta estampaba a su contraparte contra el techo de la Corporación.- ¡Espera, voy a ayudarte!- le gritó mientras trastabillaba apoyando una mano sobre la pared para no perder el equilibrio, siguió con la mirada la batalla titánica que se prolongaba en el cielo hasta que un bólido irrumpió en el firmamento. Trunks intentó afinar la visión con su ojo hinchado y morado -¡MAMÁ!- exclamó sin darse cuenta del volumen de voz que había utilizado, al momento la nave atravesó un par de casas para dirigirse sin ningún cuidado hacia el patio de la Corporación, Trunks cerró los ojos esperando el impacto contra él pero la nave frenó su viaje justo frente al muchacho, llenándolo de polvo.

7

-¿Te gusta así o más fuerte?- preguntó el rey presionando el rostro de Vegeta contra los escombros del taller, el saiyajin gruñó perdiendo su estado super saiyajin. De repente lo soltaron y cayó pesadamente al suelo.- Ha vuelto... -se sonrió perversamente el hombre alzando vuelo lejos de su víctima.

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-¡Mamá!- volvió a gritar Trunks mientras sentía que recuperaba sus energías y la ayudaba a salir de la minúscula nave. -¡Has vuelto! ¡Estás bien!- se apresuró Trunks sonriéndole, su madre lo miró muy preocupada.

-¿Qué te han hecho?- murmuró tomando su rostro para inspeccionar las heridas de su hijo.

-Vete de aquí, vete lejos... él está loco... quiere...

-Hola- la saludaron irrumpiendo las palabras de Trunks, el rey Vegeta aterrizó junto a ellos tomando a la mujer del brazo- ¿Vendrías conmigo?- el tono que usó fue ruín y la pregunta perdió total sentido de consulta, él la arrastró mientras Bulma forcejeaba sin significarle ninguna molestia.

9

Vegeta caminaba seriamente con la mujer de su mano cuando sintió un ardor en la mejilla, se tocó con su guante y vio la sangre manchando la tela blanca. Se dio la vuelta molesto, Trunks estaba de pie sosteniéndose en desequilibrio en una pose que sugería que acababa de lanzarle algún ataque.

-Tendré que matarte... -murmuró el rey alzando su brazo hacia él, Bulma lo detuvo.

-No, basta... iré contigo... -le rogó la mujer desesperada- Por favor...

El rey bajó el brazo observándola con frialdad.

-De todos modos vendrás -le comentó volviendo a lanzar el pequeño ataque que chocó de lleno con el pecho de Trunks arrojándolo en el suelo. Bulma abrió los ojos consternada mientras el rey la sujetó de la cintura para subirla a la nave. Esta vez sintió un tirón y vio que el rey había sido arrancado de su lado, cayó al suelo de espaldas y se puso de pie tan pronto como pudo para darse cuenta de que dos Vegetas se miraban fieramente.

-... Vegeta... -murmuró quebrada de tantas emociones juntas. El saiyajin ni siquiera la observó, ambos guerreros se lanzaron al ataque con salvajismo volviendo a tomar altura por los cielos. Bulma corrió para socorrer a Trunks, para su alivio aún respiraba.

-¿Quién...? -preguntó Trunks jadeando- ¿Quién es ese Vegeta?

-El nuestro... tu padre- explicó Bulma sonriéndole, Trunks abrió los ojos con entusiasmo- Te dije que lo reviviría...

10

-Aún no he terminado contigo- le murmuró Vegeta malherido mientras salía de entre un par de escombros, otra vez una nueva cámara de gravedad se había colapsado sobre él. El rey lo miró con desprecio.

-¡VEGETA, DEBES CONOCERLO! ¡USA SU PUNTO DÉBIL!- escuchó fastidiado la voz de la mujer desde el taller, el rey lo miró riéndose con gracia.

-Ya veo porqué peleas tan bien... te entrena la terrícola- observó estallando en carcajadas, Vegeta gruñó molesto. Odiaba que le dieran directivas.

-Ninguna mujer me da órdenes - observó quedando de pie frente a él.

-Me estoy aburriendo de tí... -manifestó su contraparte, acto seguido Vegeta sintió una nueva lluvia de golpes caer sobre su cuerpo, cayó inmovilizado de espaldas al suelo viendo que su enemigo formaba una poderosa bola de energía sobre su cabeza, se dispuso a morir sin perder la frialdad en sus gestos. Como sea, él ya estaba habituado al Infierno. -¿¡Qué...! ¡SUÉLTAME!

Vegeta vio que la bola de energía de su enemigo se esfumaba, Trunks sostenía al rey por la espalda trabando sus movimientos. El rey se sacudía mientras intentaba quitarse la molestia de la espalda. Vegeta frunció el ceño pensativamente.

"Punto débil" se repitió mirando todo alrededor, se sonrió con malicia y se esfumó de enfrente del guerrero.

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Trunks se quedó horrorizado cuando vio al otro Vegeta desaparecer sin atinar a ayudarlo. El rey se zafó de su agarre rápidamente, le propinó un golpe en la cabeza que lo tumbó al suelo y dio la vuelta para darle el golpe de gracia pero el poder que concentró en la palma de su mano se dirigió a un rumbo distinto.

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-Vegeta... -murmuró Bulma, el príncipe extendió su mano apuntando a la máquina del tiempo y lanzó un ataque que fue desviado, giró su mirada viendo al rey precipitarse sobre él pero Vegeta reaccionó rápido tocando la nave y acumulando una bola de energía para lograr su cometido. El rey desvió su marcha.

-¡ATRÉVETE!- le gritó el monarca tomando del cuello a Bulma y apuntándola con un haz de luz que salía de su dedo índice- ¡Estallas la nave, estalla la mujer!

El príncipe miró sus opciones.

-¡Ella no me importa!- escupió sin piedad manteniendo la mano contra la nave, el rey arrugó el ceño colocando a la mujer como escudo frente al mercenario. Bulma respiraba agitada observando con los ojos en ruego a Vegeta, al suyo.

Una gota de sudor corrió por la sien del rey que comenzó a reír malignamente llamando la atención de Vegeta.

-Entonces... ¿por qué no lo haces?- le preguntó mientras continuaba con su risa. Vegeta lo retó doblando la energía de su mano y tocando con ella la nave, el calor de la bola de energía comenzaba a derretir el chasis de la máquina del tiempo; el rey respondió acercando su mano a la mujer, Bulma chilló sintiendo que le quemaba el rostro.

En cuando bajó un poco su brazo sintió un golpe en la boca del estómago.

-¡PAPÁ! - gritó Trunks desesperado mientras intentaba llegar, pero fue tarde, un segundo ataque atravesó del pecho a la espalda al saiyajin. Vegeta iba a caer desplomado al suelo pero Bulma corrió hacia él y todo su peso se apoyó contra ella, la mujer intentó sostenerlo pero el lastre era demasiado, trastabilló apoyando su espalda contra una de las paredes del taller mientras sostenía al saiyajin por los hombros.

-¿Vegeta? - le susurró con lágrimas en los ojos buscando su rostro, la sangre de la herida goteaba en el suelo y manchaba su propia ropa. No podía ser... qué injusto...

-... Creo... -jadeó el saiyajin murmurando, con la cabeza recargada contra el hombro de la mujer, sin fuerzas para mantenerse de pie - ... creo que no tiene mis mismas debilidades... -dijo finalmente y cayó rendido en el suelo, Bulma se agachó a su lado cuando vio la sombra del rey sobre ella.

-Quítate, lo eliminaré y nos iremos- ordenó el rey cargando otra bola de energía, Bulma entendió que la necesitaba a ella y se arrojó abrazando al saiyajin caído para defenderlo del ataque- ¡QUÍTATE!

-¡NO!- respondió ella, ya lo había perdido una vez... no iba a perderlo dos veces. Trunks observaba desesperado la situación, alargó su mano y con sus últimas fuerzas arrojó una bola de energía a la nave para seguir con el plan de su padre pero el rey estaba atento y volvió a desviar el ataque.

-¡QUÍTATE, YA!- volvió a gritar mientras se agachaba para arrancarla de su lado y la arrojaba de mal modo, la débil mujer cayó golpeada contra un escritorio, un par de papeles se deslizaron al suelo llamando su atención.

13

-¡BASTA YA!- gritó Trunks lanzándose al ataque, el rey lo quitó sin molestarse demasiado y se preparó a darle el golpe final.

-¡Suficiente!- bramó la voz de Bulma llamando la atención de ambos guerreros- Ten... con esto no me necesitarás, pero déjalos en paz... -murmuró ella entregándole unas hojas, el rey la miró con recelo.

-¡No, mamá! - Trunks vio con horror como el saiyajin tomaba las hojas y las observaba.- ¿Qué... qué estás haciendo?

-Son los planos de la máquina del tiempo ¿no es lo que necesitabas?

-Gracias- se sonrió con perversidad el rey tomándola por la cintura.- ¡Pero tú vendrás!

-¡Espera!- Trunks caminó hasta ellos con dificultad -Iré yo, deja aquí a mis padres... -observó Trunks, el soberano no se veía muy conforme con el intercambio- Tienes los planos, nada le impedirá a tus científicos construir más de estas naves. Yo te llevaré de regreso a tu planeta.

-¡Trunks...! -murmuró Bulma anonadada, no quería que su hijo se fuera con él, de seguro no volvería.

-Hecho ¡VAMOS!- ordenó sin perder un minuto subiéndose a la cabina. Trunks lo siguió.

-¡Trunks, no seas tonto, no lo hagas! Yo programaré su nave para que vuele solo... yo...

-Mamá, yo lo traje aquí. -aseguró Trunks tranquilo mientras se colocaba el cinturón- Es mi responsabilidad ¡No te preocupes! Lo llevaré a su planeta.

-¡No te preocupes, mujer... volveremos!- apuntó sarcásticamente el rey Vegeta mientras sonreía con sadismo, Bulma mantuvo sus ojos furiosos sobre él mientras la nave volvía a elevarse y luego corrió la vista a Trunks, que percibiendo su mirada le sonrió de lado con la sonrisa mueca de su padre y le guiñó un ojo.

14

-Llegamos. -anunció Trunks cuando la luz blanca se esfumó permitiéndoles la visión del planeta- Tú mundo. -completó mientras el rey lo observaba con rabia.

-¡GUSANO! ¡Sácame de aquí! - le ordenó, Trunks abrió la escotilla por respuesta y salió fuera, asentándose en la temblorosa tierra rojiza de un mundo apocalíptico.- ¡No seas tonto! Si no volvemos, tú también morirás- murmuró el rey a su lado mirándolo con odio y desesperación.

"La próxima vez debes volver sin Vegeta" Trunks cambió las coordenadas pero no había roto su juramento, estaban en VeyitaSei, en el planeta y el tiempo al que pertenecía aquel Vegeta, con el mundo a punto de estallar.

-Es un riesgo que pienso correr por el universo- respondió Trunks tranquilamente sin dirigirle la mirada- Pero no significa que me quede aquí de brazos cruzados... Tú eres el que merece morir. -le aclaró volteando hacia él y convirtiéndose en super saiyajin. El rey se sonrió meneando la cabeza afirmativamente.

-¿Así que era eso? -preguntó con gélida suavidad- ¡Me iré al infierno, pero tú tendrás que acompañarme!- bramó el rey lanzándose a atacarlo.

Otra vez el duelo desigual se llevó a cabo, Trunks no tenía muchas esperanzas de ganar, lo sabía, pero tenía que intentarlo. Peleaba con tranquilidad ahora, sabía que su mundo estaba en paz y que estaba eliminando a una amenaza, al rey no le convenía matarlo porque él era el único que podía manejar la máquina del tiempo de regreso.

Sólo por eso aquel Vegeta lo atacaba en su modo natural, sin recurrir al super saiyajin. Trunks se concentró sonriendo por el recuerdo de su padre original, un ataque lo golpeó de frente derribándolo al suelo.

-¡¿Qué te ocurre? ¿No puedes entenderlo? ¡No eres rival para mí! ¡RÍNDETE Y LLÉVAME DE REGRESO!- le ordenó, Trunks se limpió con el puño la sangre que salía de su labio cortado, volvió a convirtirse en super saiyajin ganando la sonrisa divertida del rey.

-Quizás tu eres fuerte... nadie te ha vencido jamás... -reflexionó Trunks mientras se ponía de pie- ... Mi padre es diferente, él ha sido derrotado...

-Y tú eres débil, como él- aprobó el rey mientras se elevaba para no sufrir los terremotos que se sucedían en el planeta.

-... la derrota también enseña... por eso... -continuó Trunks levantando sus manos y extendiéndolas frente a su rostro- ... por más fuerte que sea el rival... -jadeó casi sin aliento- mientras el enemigo siga en pie... -murmuró acumulando su ki- ¡YO SEGUIRÉ PELEANDO!

15

-Basura... -masculló la voz de Vegeta detrás de ella mientras la máquina del tiempo desaparecía.

-Vegeta... -la mujer intentó volver a él para socorrerlo pero el príncipe ya estaba de pie y caminaba sin rumbo fijo fuera del taller.

-Debo alcanzarlos... nadie se burla de mí... -se ofendió por los sucesos, sabía que ella había vuelto con una nave espacial, debía encontrarla, debía seguirlos... Las fuerzas fueron insuficientes y sus piernas se vencieron obligándolo a arrodillarse en el suelo. Estaba muy agotado. Bulma se acercó a su lado respirando con agitación.

-Vegeta, no podrás... se fueron en una máquina del tiempo- el hombre volteó hacia ella- Están en un presente alterno ahora... él no pertenece a esta dimensión.

El príncipe no pudo comprender, la quitó con un ademán violento y volvió a ponerse de pie para continuar la búsqueda de su nave.

-¡Estás muy mal herido!- le gritó ella mientras se acercaba para obstaculizarle el camino, él se volvió a rehusar y cayó inconsciente en el suelo. Bulma miró hacia atrás, Vegeta había regado un charco de sangre por todo el taller, no tuvo tiempo de apenarse... debía ayudarlo como antaño.

16

Bulma miraba a Vegeta largamente mientras el sol se ocultaba por la ventana. Él yacía dormido en la cama, estaba vendado y ella misma se había encargado de coser la herida en su pecho. Sentía angustia y temor por Trunks ¿Por qué aún no había vuelto?

Pasaba una toalla húmeda por el rostro del guerrero lavando el rastro de sangre de la batalla.

-Perdóname por traerte en estos momentos... -le susurró. Vegeta se veía pálido y frío, Bulma se quitó el calzado y alzó las piernas para entrar en la cama con él. Se sentía cansada, levantó una pierna para envolverlo junto con su brazo y lo estrechó lo más que pudo sollozando en silencio.- Te eché de menos... -le confesó con dolor pensando en la posibilidad de volver a perderlo, lo sintió quejarse y tuvo que incorporarse para observarlo.

-¿Qué hago aquí?- preguntó él con la voz murmurante, apenas entreabrió los ojos para inspeccionar la habitación. Todo había sido tan repentino y tan extraño que realmente pensó que era sueño y esperaba despertar en el Infierno.

-Bienvenido... -le dijo Bulma secando sus lágrimas. Vegeta la miró bien.

-Estás más vieja -alcanzó a decirle sonriendo un poco- No me gusta estar aquí - explicó sin más intentando sentarse en la cama, ella lo retuvo.

-Debes guardar tus fuerzas- le anunció- ¿Además qué tiene de malo aquí?- preguntó sabiendo que era mejor que él no hiciera ningún esfuerzo.

-Huele a él -soltó Vegeta dejándola tiesa mientras miraba fijamente el techo de la habitación. Bulma tragó saliva agachando la mirada.

-Sonará tonto, pero lo confundí contigo. -le explicó, él fingió no escuchar.- Construí una máquina del tiempo para salvar el pasado de los androides... algo ocurrió aquí y... él vino... yo pensé...

-No me importa- respondió él escuetamente. Bulma asintió.

-Tuvo algo de bueno, en este tiempo ya no existía una nave para volar al espacio y llegar a Namek... quizás haya sido una jugarreta del destino: Traerme un falso Vegeta para poder traer al original- le dijo mirándolo a los ojos, él seguía sin responder.

17

Trunks aterrizó, se limpió el sudor con el revés de la muñeca y una vez con los pies en el suelo alargó su mano haciendo desaparecer a la máquina del tiempo para siempre. Miró hacia la ciudad, donde resaltaba la Corporación Cápsula, buscó intensamente hasta que una sonrisa cruzó sus labios. Estaba vivo.

Voló emocionado y expectante, sólo se sintió así una vez, cuando viajó al pasado a encontrarse con su padre en aquella época... pero este era distinto, este era el que se había ido cuando era un bebé. Entró a la casa deprisa adivinando dónde podría encontrarse. Ansiaba estar frente a él, hablarle... contarle de todo y de ahora, cuando realizó la técnica que Gohan le había enseñado, que era de un antiguo guerrero de la Tierra, el Taioken, de cómo había cegado a Vegeta para aprovechar a marcharse antes de que el planeta estallara en mil pedazos.

Su ki no lo engañó, estaba en la habitación que seguramente le correspondía en el pasado. Caminó ansioso por el pasillo y asomó su rostro por la puerta entreabierta. Su madre y él conversaban, ella le acariciaba el rostro y los cabellos y él sólo la observaba a los ojos mientras le hablaba. Pensó que no sería una buena idea interrumpir, dio media vuelta para dejarlos a solas.

-Sal de ahí, puedo sentir tu ki -dijo la voz de su padre de repente, Trunks carraspeó acomodando su voz y tímidamente caminó un paso sobre el umbral terminando de abrir la puerta.

-¡Trunks!- exclamó su madre al tiempo que saltaba para abrazarlo y le deposita un beso en la mejilla, el muchacho se sonrojó sonriendo tímidamente mientras intentaba hacerse a un lado; y es que la presencia de su padre hacía que le dieran más pena esas escenas. -¡Lo lograste!

-Sí... -musitó en voz baja Trunks mientras bajaba la cabeza con humildad, sintió los ojos azabaches de su padre clavarse en él- ¿Cómo está, señor?- quiso saber alzando una mirada huidiza.

-No te importa... -respondió el príncipe saiyajin mientras lo observaba de pies a cabeza.

-¡Vegeta!- lo retó Bulma- Y no le digas señor, es muy formal... dile papá.

Trunks se sonrojó y Vegeta miró hacia otro lado avergonzado.

Él había muerto antes de que Trunks aprendiera a hablar, el muchacho dio un paso al frente mientras Bulma les sonreía a ambos hombres, que tenían la oportunidad de verse por primera vez.

Bulma se dispuso rápidamente a sentar a Trunks en una silla y le aplicó los primeros auxilios, entablillando su brazo y vendando los cortes, sabía que igualmente los saiyajins sanaban a un ritmo acelerado.

-Yo pude haberlo derrotado, no tenías que llevártelo de aquí- exigió Vegeta con petulancia sin querer mirar al muchacho a los ojos.

-Lo sé, lo siento... -murmuró Trunks viendo que este hombre se parecía mucho más al otro que conoció en el pasado.

- ¡Voy a prepararles una gran cena, se lo merecen, han gastado mucha energía! -exclamó Bulma, ella misma estaba demasiado agotada por los acontecimientos pero tener de nuevo en casa a Vegeta y tener sano y salvo a Trunks le renovaron las energías tan efectivamente como una semilla del ermitaño. Ya luego de la comida ella podría tenerlo a solas... Cerró la puerta a medias dejándolos en privado.

Trunks examinó la habitación con la mirada para disimular su nerviosismo.

-¿Cuál es tu máximo poder?- le preguntó Vegeta en la cama queriendo incorporarse un poco más. Trunks le sonrió contento de poder mostrarle sus habilidades, sin dudarlo un minuto se transformó en super saiyajin.

-Gran cosa... yo tengo tu mismo ki a pesar de haber pasado mucho tiempo sin entrenamiento, mañana mismo le pediré a la mujer que prepare una cámara de entrenamiento para recuperar el tiempo perdido.- Trunks aprobó volviendo a sentarse en una silla a su lado en su estado natural. -Y tú también debes entrenar, ese tonto con sus pocas habilidades te redujo muy pronto... -dijo eludiendo toda responsabilidad en la batalla.

-Sería un honor entrenar contigo... papá- completó sintiéndose extraño, Vegeta también se sintió raro por escuchar esa palabra. Ambos guardaron un tenso silencio. -En el pasado, es decir cuando yo viajé al Pasado por el asunto de...

-Lo sé, ya me lo contó tu madre, no puede mantener la boca cerrada- agregó el príncipe haciendo que Trunks sonriera.

-Es cierto... -contestó en complicidad.- Bien, el caso es que entrenamos en una habitación y...

Y Trunks compartió todas sus memorias con él, no quería dejar de hablar... quería quedarse junto a su padre compartiendo el mismo espacio físico si le era imposible hacer lo que más anhelaba: abrazarlo.

Bulma había llegado para avisarles que la comida estaba lista, se quedó con la bandeja detrás de la puerta mientras espiaba emocionada la reunión de padre e hijo. Su hijo había sufrido tanto todo ese tiempo, ansiaba tanto conocer a su papá y aunque volvió complacido del pasado, en él cabía la espina de saber que en aquel presente no lo tendría jamás.

Ella también pensaba igual. Había tanto tiempo perdido por recuperar.

"Gracias" elogió de nuevo en su fuero interno. Gracias a todos los kamis, al tiempo, al destino, al meteorito, al enemigo, a su hijo, a ella misma... Gracias universo entero por complotarse para traérselo de vuelta.

FIN


N.A.: No admito quejas ni devoluciones. Bien, como vieron así quedó la historia. Bulma ha recuperado a su Vege como siempre lo soñé xDDD Pero nada es gratis en la vida, hay que vivir un poco de aventuras en medio.

Así que aquí está el extraño oneshot de 3 capítulos... ¿vieron que dejar rw al final servía para algo? De no haberlo hecho quizás me guardaba mis ganas de escribir más por lograr mi objetivo oneshot xD

Me encantó esta experiencia, hacía mucho mucho tiempo que no escribía "inspirada" realmente. Quizás se note o quizás no xD pero yo lo noté mientras lo hacía, la fácilidad y la soltura, las situaciones proyectándose sin pausa en la mente... Para no perder el hilo de la historia, antes de escribirla digitalmente, iba enumerando premisas en un anotador xD y así evité muchos errores temporales y de situaciones y he nutrido un poco más la historia.

Espero que ninguna haya quedado inconforme y claro, que a nadie se le ocurra tener lástima por el amargo y maquiavélico rey Vegeta... que en el primer capítulo parecía tan cute y perfect para Bulma xD Por cierto, qué suertuda... 2 Veges! xD

Ah... se quedaron hasta el final de los créditos? No se mal-acostumbren eh...


EPÍLOGO

-Te eché tanto de menos... -repitió Bulma en su cama, el saiyajin sonrió divertido.

-Ya lo has dicho... unas cien veces- comentó en voz baja mientras cerraba los ojos, Bulma no quería dejar de mirarlo. El crepúsculo de la mañana comenzaba a asomar en el horizonte, la mujer recorrió con las yemas de sus dedos el delineado de los músculos del torso del saiyan pasando sobre los vendajes.

-Pero es cierto... No puedo dejar de decírtelo, si pudieras saberlo... -dijo buscando sus ojos, el mercenario los abrió cansado para observarla.- Jamás pensé que volvería a verte- dijo acongojada mientras se abrazaba a él, el saiya apenas pasó un brazo sobre ella para corresponderle.

-Aún así has encontrado un reemplazo -soltó con sarcazmo.

-Vamos, Vegeta... ¿Tú que hubieras hecho en mi lugar? -el saiya guardó silencio un momento- Además, dejame confirmarte que tú eres mucho mejor que él- comentó guiñándole el ojo. Vegeta la miró de soslayo sonriendo con arrogancia.

-Siempre dices lo mismo... -se quejó desorientando a Bulma mientras recordaba la discusión que tuvo con su contraparte del presente alterno.

-Sabes que no- le respondió ofendida, se giró para mirar el techo- Milk está muy contenta, pasará por el radar del dragón mañana para revivir a los demás, yo la ayudaré.

-Hmm... -fue toda la respuesta que obtuvo.

-He llegado a pensar que las esferas de Namek me estafaron el tercer deseo.- Vegeta se giró intrigado para mirarla. -¡Te ves muy joven aún, yo pedí exclusivamente que tu edad no fuera la misma de tu muerte sino que te adaptes a estos tiempo y...! -iba a seguir pero fue callada con un beso, sólo uno de los muchos que recibiría para compensar todo el tiempo perdido entre los dos.

FIN-FIN.


QUE LO HAYAN DISFRUTADO ES MI DESEO!