GALLETAS

Capítulo 8: Epílogo

Sentada en una banca del parque que estaba cerca de la salida de la ciudad, Hinata observó la pantalla de su celular para verificar la hora. Seis minutos después de las ocho. Bueno, ahora era Sasuke el que estaba retrasado. Qué raro. Él era fanático de la puntualidad. Tal vez le había pasado algo. Como que lo confundieron con una celebridad (ya había pasado) o que su madre lo hubiera retenido en casa con cualquier pretexto.

Su madre. Mikoto Uchiha.

Ella, Hinata, sabía que no era la persona favorita en el mundo de su suegra. Ni siquiera estaba en su "top 10", pero qué se le iba a hacer. Era normal que su suegra le tuviera mala voluntad, después de todo ella se estaba llevando el cariño de su hijo más pequeño (y guapo). Aunque a veces Hinata deseaba que Mikoto no fuera tan sobreprotectora… y envidiosa.

Recordó su primer encuentro con la señora Uchiha hacía más de dos años casi tres, apenas un mes justo de que ella y Sasuke "intentaran" estar juntos. Uchiha la había llevado a su casa a que conociera a sus progenitores y ella temblaba como hoja al viento, como el papel debería temblar ante una trituradora.

—No pasa nada —le había dicho su novio, pero ella sabía que él también había estado nervioso.

Mikoto los había hecho pasar a ambos (pues fue un día después de la escuela) con una cara de aparente amabilidad y tranquilidad. Sentó a Hinata en el sofá y mandó a Sasuke a comprar leche, huevos y harina. Sasuke había protestado (¡era obvio que su madre quería acorralar a Hinata!), pero acabó haciendo lo que su mamá había pedido.

Joder, era un hijo de mami.

Le había hecho pasar a Hinata un momento realmente bochornoso. Preguntándole por cosas íntimas, como la talla del sujetador, hasta dónde había llegado con Sasuke, el nombre de sus padres, en donde trabajaban y hasta dónde habían sido criados sus abuelos, por qué creía que era lo suficientemente buena para su hijo y más preguntas bochornosas de ese tipo. Hinata las había contestado todas con la mejor disposición y cuidándose de no tartamudear ni lucir nerviosa… por lo menos mucho.

No había salido muy airosa de la experiencia, pero se había defendido lo suficiente; de igual manera, Mikoto no la acabó de aprobar. Ni esa ni la vez siguiente ni la siguiente ni la siguiente, ni las mil veces que le siguieron a esa siguiente. Por eso la mayor aspiración de Hinata para con su suegra era que lograra agradarle antes de su muerte… bueno, de la muerte de alguna de las dos. Con la delincuencia y los niveles alarmantes de SIDA y cáncer por el mundo no se sabía quién tenía el pie más cerca de la tumba ya.

Los recuerdos de Hinata fueron cortados por su novio, Sasuke, que se acercaba hasta ella.

—Se me ha hecho tarde. Lo siento —por respuesta, Hinata le sonrió. Qué se le iba a hacer. De cualquier manera, ya estaba allí, así que no había ningún motivo para regañarlo.

La muchachita se levantó de su lugar en la banca del parque, se sacudió la falda blanca con las palmas de las manos y caminó a la par de Sasuke hasta llegar a su carro. Él tomó la pesada bolsa que ella sostenía sobre su hombro derecho para poder sostenerle la mano. A Sasuke no le gustaban mucho las demostraciones de afecto en público, pero le había cogido manía a tomarse de la amo nada más estuvieran cerca el uno del otro desde el primer día en que Hinata fue oficialmente su novia.

Ese día, si Hinata no mal recordaba, se había puesto de acuerdo de una manera telepática (pues no habían hablado acerca del tema) y escalofriante para llegar al mismo tiempo a la escuela.

Desde el principio todos los habían mirado como si estuvieran viendo a un extraterrestre y, si bien Hinata esperaba decírselo al mundo cuando estuviera preparada, el abrazo que le dio Naruto nada más verla y las felicitaciones que le otorgó (¡Has atrapado a Sasuke, Hina! ¡Quién lo diría, de veras!) no ayudaron mucho a su plan, así que, desde el principio, Hinata tuvo que luchar contra las molestas fanáticas de Sasuke que parecían no rendirse.

Cerca de la hora del receso, al salir de gimnasia, fue cuando Hinata le reveló sus temores a Sasuke.

Me asusta que me hagan algo. Que me jalen el cabello —había dicho a media voz, tímida y mirando al suelo, sin admitir que ese día se había sujetado el cabello en rodete para que no se lo jalaran.

Con esa simple declaración los ojos de Sasuke se habían llenado de determinación. ¡Nadie heriría a su novia! Así que, molesto y valiente como se sentía, tomó a Hinata de la mano y entrelazó sus dedos con los de ella. Caminó por todos los pasillos de la escuela de esa manera con una cara de "intenten hacernos algo, idiotas" y el asunto se fue resolviendo parcialmente de esa manera.

Nadie se metería con Sasuke ni con lo que le pertenecía (en este caso, Hinata). Solamente un tonto. Y tontos salían a cada tanto, pero nada comparado contra la turba furiosa que Hinata esperaba al principio.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Sasuke, abriendo la puerta del asiento del copiloto para su novia, soltando su mano para esa maniobra.

—Nada importante —dijo Hinata y subió al auto. Sasuke rodeó el vehículo y lo abordó por el asiento del conductor.

Sin decir una palabra, arrancó el sedán negro y en pocos segundos encontraron la carretera. Se dirigían a la casa de playa de los padres de Sasuke. Solos. Sin nadie que los acompañara. ¿El motivo? La universidad. Sasuke y Hinata, aunque partirían a la misma ciudad para continuar sus estudios, estudiarían en universidades distintas y carreras distintas y su tiempo juntos se vería reducido considerablemente, por eso mismo estaban empleando las vacaciones al máximo para disfrutar juntos lo que les quedaba de libertad antes de convertirse en adultos.

El viaje les había costado un montón, y no se referían a dinero. Convencer a los padres de Sasuke (a Mikoto, principalmente) y a Hiashi había sido una proeza digna de un libro. Y es que ¿cómo unos padres tan protectores iban a dejar que sus niños se fueran solos a una casa durante tres días?

Pero los muchachos tenían la determinación de irse, así que lo consiguieron después de una bochornosa charla de educación sexual, muchos regaños y prometer que estarían en contacto. También una ristra de condones, cortesía de Itachi y Naruto. Y, aunque eso último les hubiera dado mucha vergüenza, los habían guardado en el bolso compartido.

Que sí, que llevaban siendo novios más de dos años, pero jamás habían hecho eso (¡si para su primer beso se habían demorado alrededor de tres semanas!), sin embargo, eran jóvenes saludables de dieciocho años que pasarían varios días solos y juntos, descartar la posibilidad de que sucediera lo que no había sucedido en dos años era una estupidez.

El camino hasta la casa de playa Uchiha (cuatro eternas e infernales horas en la carretera) había sucedido entre risas, una improvisada y desafinada sesión de karaoke y Hinata diciéndole a Sasuke que prestara atención al camino y que la dejara escuchar su música en paz, y que no, que no cambiaría a One Direction por The Mars Volta. Que lo supiera.

Arribaron a la residencia después del mediodía. Desempacaron y tiraron todo en la sala. Tenían flojera y ya habría tiempo de poner todo en su lugar después, ahora era más interesante tirarse en el frío suelo y descansar ahí.

—Siento que el culo se me ha puesto plano de tanto estar sentada —se quejó Hinata.

—No creo que eso sea posible —Sasuke bromeó, haciendo referencia a los grandes atributos femeninos con los que contaba su novia.

Hinata medio se levantó de su lugar y gateó hasta Sasuke, quedando arriba de él lo tomó por ambos mofletes y los jaló hasta dejarlo colorado en venganza.

—¿Así estamos?

—Sí. Así estamos —desafió Hinata.

Desde su posición en el suelo, Sasuke estiró las manos y atacó a su novia con cosquillas. Hinata no pudo resistirse y acabó nuevamente en el suelo. Esta vez Sasuke estaba arriba de ella, con las manos a los costados de rostro sosteniendo su peso. Hinata se contorsionó de manera extraña, esperando que su nueva posición la salvara de la nueva tanta de risas que Sasuke le proporcionaría, pero eso nunca llegó. Sasuke se quedó simplemente mirándola desde arriba con la misma mirada de hombre enamorado que le había estado dedicando los últimos dos años sin que él mismo lo supiera.

—Te quiero —dijo él, de repente y de la nada. Hinata se sonrojó al instante, sin apartar los ojos de Uchiha. Esas palabras le habían cortado la respiración nada más oírlas. Siempre sucedía eso cuando el chico decía algo dulce, algo romántico, lo cual sucedía muy esporádicamente, ya que Sasuke era más un hombre de acciones que de palabras.

Para responde a su declaración, Hinata levantó la cabeza lo suficiente para alcanzar los labios de Sasuke con los suyos, entrelazando sus manos detrás de la nuca del chico, enredando los dedos en su cabello negro carbón.

—Sasuke —lo llamó Hinata cuando se hubo separado de él, normalizando la respiración y pensando en qué decir ahora que valiera la pena después de lo que él había afirmado—. Traje galletas.

Una sonrisa ladina se dibujó en la cara de Sasuke y pasó el dorso de su mano por la sonrosada mejilla de Hinata.

—Tú eres mejor que las galletas.

La besó de nuevo.


¡Se acabó! ¡No saben lo mucho que sufrí escribiendo esto para que quedara… así!

Dios, ahora es cuando me pongo moquienta y nostálgica. ¡Galletas se acabó! Estos seis meses de camino que recorrimos en ocho capítulos se acaban aquí. muchas gracias a todas las personas que me comentaron, a los que agregaron la historia a alertas y/o favoritos. Aquellos que me hicieron reír con sus comentarios. Los que empezaron y no terminaron. A los que lleguen a último momento.

Este fanfic es suyo. Ha sido creado para ustedes y ha sido modificado de acuerdo a ustedes. La idea inicial era una, pero acabó siendo esto debido a sus maravillosas opiniones.

Estoy muy orgullosa de este pequeño long fic. El segundo que termino (que no es one shot) y el primero en el fandom de Naruto. También es mi historia "larga" más popular. No puedo creer que la idea de mi yo de hace dos o tres años (ya no me acuerdo) haya sido tan aceptada.

Pero bueno, basta de tonterías y sentimentalismos.

Muchas gracias a las personas que comentaron y me hicieron sonreir:

Estrellaazuldeyukimuraysasuke

Sakusa

Okashira janet

Tokeijikakeno orenji

LULYHIME

Kona kana lee

Sami-chan hina-ino

LaCrazyWriter

Annii Gabiiz

Yusha

Magiu

We are fighting dreamers

Andrea

wolfmika

Vejibra Striker

Kage ni Hime

Stefany BM

Dark Amy-chan

Rose129

Tsuki Tsuruga (¡lo lamento muchooo!)

(¿no faltó nadie?)

¡Muchas gracias por su apoyo y por llegar hasta aquí conmigo!

Ahora en otras noticias (¿?):

Vejibra Striker me ha hecho dos peticiones: una, incluir un SasuHina en mi colección de oneshots de Facebook (si eres tú, ¿verdad xD?) lamentablemente, eso no será posible. Al colección ha sido planeada en su totalidad y ya solamente falta escribirla para terminarla. Sin embargo, estaré de vuelta con oneshots de humor acá en el fandom SasuHinero con una temática similar a la de Facebook.

La segunda petición es sobre un fanfic basado en los diseños de Sasuke y Hinata para la nueva película. Te juro que me lo estoy planteando. Probablemente sea una colección de one shots que tengan continuidad uno con el otro o, si no me alcanza la imaginación, únicamente será un capítulo. Pero primero quiero acabar con otros pendientes antes de enjaretarme más deudas.

Bueno, eso sí ya es todo.

Los quiero y les deseo una bonita vida.

¡Besos embarrados de Nutella a todos!

Miss Pringles

PD: Perdonen la mega nota de autor.