Bueno, aquí llegué con mi último capítulo de este largo fanfic! *O*

Ya me despido de todos hasta prontito, pues tengo una secuela (ya terminada así que cumpliría con plazos de entrega más rápidos) de este fanfic, pero de momento deseo más descansar unos días para dedicarme enteramente a mi libro :)

Les deseo mucha suerte a todos los que habéis leído, y espero me dejen un último comentario (será respondido a aquellos que la pagina de fanfiction me permita). Este capítulo lo dedico a todos los fans de Detective Conan, que siguen siendo muchos y seguimos esperando este cruel final que nuestro amado Aoyama Gosho-sama nos tiene preparado. Así que sean pacientes, porque sino tendremos que ir a meter al pobre autor a la cárcel por provocar más ataques al corazón entre fanáticos impacientes XD

Espero que puedan tener noticias mías bien pronto y que sus deseos se hagan realidad! *O*

Saigo no Yakusoku. El título de este capítulo está dedicado a una película de 'dorama' que protagonizaron los cinco miembros del grupo de J-Pop: 'Arashi'. Es una película que me inspiró a hacer todo este largo y pesado fanfic, para llegar hasta el título principal: Por los años. Saigo no Yakusoku, significa 'la última promesa' en japonés y es básicamente lo que en este capítulo van a ver ;) (sep, aquellos que no les gusten las cursiladas creo que este capítulo es el más cursi y tonto que he hecho en todos los fanfics que he escrito XD)

For all these years. Para aquellos que no sepan inglés: Por todos estos años. Este capitulo era el único que tenía pensado cuando inicié este fanfic. El hecho de que un Shinichi acabado de ser padre le hiciera una promesa a Ran en el día de su boda, diciendo un: por los años.

Así que sin nada más que decir, les dejo con el inicio de mis pensamientos que os han torturado estos 59 capitulos jejejejejejeje


Saigo no Yakusoku. For all these years.

Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.

François de La Rochefoucauld(Escritor francés).

13 de Julio

Cuando dieron sus votos, Shinichi estaba convencido de que eran el centro de atención en la mitad de Japón. Aún cuando no habían dejado pasar a los medios de comunicación dentro de la celebración, estaba convencido de que miles de ojos estaban clavados en ellos en esos momentos. Justo al terminar la boda, Kaito se plantó delante del sacerdote con un micrófono y estuvo poniéndose pesado hasta que Shinichi cantó una sola frase con él. La verdad era que tampoco era tan malo dejarse llevar por un día, pero cantar, todos sabían que no era el fuerte de Shinichi. Ran no hacía más que reírse de lo infantil que se llevaba Kaito en esos momentos y de el hecho de que su, ahora, marido, le siguiera el juego. Parecían un par de borrachos acabados de salir de un bar, pero ellos al menos aún no iban bebidos.

Después de la boda, Ran se sentía algo más aliviada. Si bien era que los medios de comunicación no habían hecho mucho escándalo con Asami, parecían dispuestos a fastidiar su boda, al conseguir entrar en la cena. A Shinichi no parecía importarle, pero ella temía que ese día terminara siendo el peor de su vida. Cuando se sentaron a comer, se dio cuenta de que ese lugar era el más idóneo para celebrar la ceremonia de su enlace. El comedor estaba adornado con rosas de colores rojos, rosados, blancos, azules y violetas, símbolos de amor, cariño, pureza, agradecimiento y larga vida. Estaban todos sentados en varias mesas cuadradas, algunas más largas que otras, dependiendo de cuanta gente estuviera sentada allí. Ellos estaban sentados en una mesa alargada, de cara al resto del local y junto a sus padres y a Yui.

Cuando estaban a media cena, un aburrido Kaito se hizo ver de nuevo, pidiendo que Shinichi se levantara para hablar. Ran se rió viendo que todos le seguían el juego, mientras Yui, al otro lado de ella, se entretenía en intentar hacer reír a una cansada Asami, de tan solo un mes.

— Lo mato... te juro que hoy le mato —susurró Shinichi mientras los gritos de la gente seguían llamándolo.
— Disfruta del día Shinichi —sonrió Ran agarrándole del brazo hacia arriba para que se levantara.
— ¿Por qué te pones de su parte? —preguntó el novio mirándola de reojo.
— Porque lo que ha hecho antes me ha parecido divertido, y estoy esperando más —sonrió ella.
Shinichi se puso una mano en la frente y se levantó. Haciendo que todos se callaran. Shinichi levantó su vaso y lo alargó en el aire hacia el ladrón.
— Un día de estos te mato —sonrió.
— Lo estaré esperando —se rió Kaito—. Aún tienes que saber a donde vivo y a donde trabajo.
— No tardaré mucho en saberlo —se rió Shinichi—. Estoy seguro de que tu mujer querrá decírmelo.
Kaito miró a Aoko a su lado que afirmó.
— Para aquellos que no lo sepan... —sonrió Shinichi de pie—. Sí yo soy el desastre de novio que me han definido por ese sector —añadió mirando hacia una esquina—. Y también para los que no lo sepan... mis últimos 6 años han sido realmente desagradables. Por ese mismo sector he oído que van a hacer una película —señaló a la misma esquina en donde los periodistas sonreían satisfechos—. Así que aquellos que no lo sepan podrán verlo en unos años —sonrió, la gente se echó a reír—. Buena suerte porque yo no pienso contar nada —añadió, haciendo que la gente riera con más fuerza mientras los periodistas ponían mala cara.
— Yo sí lo haré —sonrió Kaito por encima de la voz de la gente, haciendo que siguieran riendo.
Shinichi se rió también. Miró a su lado, al menos Ran lo disfrutaba. Esperó a que la gente se calmara un poco y dejó el vaso encima de la mesa. Se le estaba cansando el brazo.
— Sí, ahora sabéis dónde está la oveja negra de esta gran familia —suspiró Shinichi con cara de fastidio, haciendo que algunos volvieran a reírse—. La próxima vez traedme un cuchillo más grande para el pastel, se lo echaré por la cabeza —de nuevo algunos se rieron mientras Shinichi miraba a un camarero y sonreía. De nuevo esperó a que dejaran de reír—. No, ahora en serio, Kaito eres la oveja negra allá a donde vayas —añadió Shinichi—. Para los que no lo sepan él es el hijo de Kaito Kid.
Algunas palabras de asombro.
— Gracias que te acordaste de decir hijo, no fuera que todos esos detectives que me miran mal se me echen encima de una vez por todas —se quejó Kaito.
— Si quieres lo rectifico —se rió Shin.
— No gracias —respondió el ladrón—. Me conformo con ser el mago que va a superarlo. Qué suerte que mi padre siga en su tumba, ¿eh?
La gente hizo una risa pequeña y reconfortante.
— Bueno, a lo que iba... todos los que tienen que saber de eso ya lo saben —añadió el novio sonriendo hacia otro lado, en dónde estaban sentados Sonoko, Makoto, Heiji, Kazuha, Mamoru y un impaciente Akira—. Excepto Sonoko, porque si no, no entendería el porqué sigue queriendo matarme.
— Porque eres un mal novio —se quejó ella en la oscuridad de la sala.
— ¿Por qué me odia? —preguntó él mirando a Ran que se reía—. Da igual… gracias por tu aclaración.
— No hay de qué —respondió ella haciendo que los de su alrededor se rieran al igual que Shinichi.
— Bueno… la cuestión es que sin mis amigos aquí presentes, esto no hubiera sido posible —sonrió el novio recorriendo la sala con la mirada—. Aunque uno de ellos ahora mismo esté intentando huir —sonrió mientras la gente recorría la sala con la mirada sin entender.
Un camarero se giró y lo miró de brazos cruzados.
— ¿Cuándo te diste cuenta? —preguntó el hombre con la voz de Eisuke.
— Querido soy detective y eso no es sinónimo de idiota —respondió Shin haciendo que la gente se riera mientras Kaito y Shiho se levantaban de sus asientos.
Eisuke se quitó la máscara que llevaba encima.
— Tío, eres idéntico a Vermouth —se sorprendió el ladrón en voz quizás demasiado alta.
Quienes sabían quién era la mujer de la Organización se rieron.
— ¿Puedo matarlo ya? —se quejó Eisuke señalándolo.
— Luego cuando salgáis —respondió Shinichi, mientras Kaito lo fulminaba con la mirada—. ¿Qué? No quiero ensuciarme el traje tratando de deteneros, ya lo harán los demás por mí —Kaito se dejó caer en la silla mientras los demás se reían—. Lo que iba diciendo... —prosiguió en cuanto las voces se apagaron de nuevo—. Si es que me dejáis terminar, por supuesto —sonrió mirando al ladrón. El mago sonrió satisfecho mientras la gente se reía de nuevo—. Hondou Eisuke —continuó Shinichi mirando al camarero que seguía de pie en la sala de nuevo cuando se apagaron las voces—, fuiste alguien en quien confiar en los momentos más críticos. Kuroba Kaito, contigo no se puede confiar, pero… —las risas lo interrumpieron de nuevo y él sonrió intentando evitar reírse de la cara que había puesto el mago—, pero, tú fuiste el que me ayudaste a aguantar durante todos estos años y te lo agradezco de verdad —sonrió—. Miyano Shiho —giró la cabeza hacia la chica, sentada junto a Tetsuya, Kaito, Aoko, Takeshi, Hiro, Saguru y Akako.
— Si no hubiera sido por ella nada de esto hubiera ocurrido —sonrieron Kaito y Eisuke.
La mirada fulminante de la chica les dijo que se vengaría mientras quienes sabían del veneno de la científica volvían a reírse.
— Eso también es cierto —sonrió Shinichi—. Pero… —añadió antes de que alguien más se echara a reír—, aunque nos ayudaste mucho, cuando desapareciste por última vez, nos hiciste realmente preocuparnos.
— Eso no es cierto, tu no lo estabas—sonrió Heiji haciendo voz de borracho para que la gente volviera a reír.
Shinichi miró hacia Ran, la voz del detective había sonado completamente ebrio, pero él no podía verlo muy bien en la oscuridad de la sala. Sonrió mientras la gente volvía a reír.
— Por favor, que alguien le quite el agua a ese tipo, le está emborrachando —sonrió Shinichi haciendo que la gente se riera con más fuerza.
— No es agua, es cola —sonrió el moreno.
— Con más razón —respondió Shinichi mientras la gente seguía riendo. Ran miró a Shinichi mientras reía, se mordía el labio para no reírse más aún. En cuanto la gente dejó de reír él prosiguió su interminable discurso—. Ahora estoy contigo Hattori, tranquilo —Shinichi suspiró y miró de nuevo a la científica—. Nos preocupamos mucho, por tu seguridad —sonrió.
— No es cierto —respondió ella mirando a su lado en donde su hijo se peleaba por separar un trozo de pan de los restos de su papilla—, ¿verdad Tetsuya? —preguntó.
El niño la miró sin entender mientras ella sonreía.
— No —murmuró el niño haciendo que los que estaban a su alrededor se rieran por la pequeña y radiante sonrisa que puso.
— Así me gusta —sonrió Shiho.
— Por dios que alguien amordace al crio —se quejaron Shinichi, Kaito y Eisuke a la vez.
La gente volvió a reír, mientras la madre volvía a sentarse, esta vez para atender en ayuda al niño que parecía querer enfadarse con ese trozo de pan que no cabía en su boca.

— Aquellos que tengan algo contra Tetsuya que me lo diga, que le mostraré a disparar un arma contra ellos —Shiho miró sonriendo hacia Kaito.

— No me seas borde, científica, que el niño ya se pasa de listo —dijo Eisuke.

— Ya estáis en mi lista negra, ¿queréis además aligerar vuestro sufrimiento?

— Fue por ti por lo que estamos aquí, precisamente, loca —dijo Kaito.

— Tranquilos, un día de estos vais a sufrir mucho más que lo que yo os haya podido hacer —Shiho sonrió fríamente—. ¿Por qué supongo que recordaréis ese día en el prado, cierto?

— Sí, recordamos perfectamente ese día, no creo que haga falta que nos lo recuerdes —algunos de los agentes del FBI que estaban presentes se rieron ante el comentario de Shinichi.

— Me pido su cuello —dijo Eisuke levantando la mano.

— Su cabeza es mía —añadió Kaito de mal humor y cruzando sus brazos.

—Vale, vale, que tampoco hay para ponerse así, solo fue un accidente —dijo Shinichi mientras los agentes seguían reírse.

— ¡Por qué no fuiste tú el que terminó metido debajo de esas 40 vacas! —gritó Kaito.

— Solo fueron tres —Shiho se rió—. Hubieras prestado más atención a las ciencias, sabrías cuando un pobre animal se iba a dormir —respondió.

— Vale, vale, como he dicho antes si os queréis matar a la salida haremos un descuento —dijo Shinichi haciendo que todos se rieran de nuevo—. La verdad es que nos sorprendió a todos que llegases con ese niño —añadió Shinichi de nuevo en el silencio—. Estoy convencido de que les has dado una oportunidad a todos esos niños, que algún otro quizás no tenga.
— Mira ya está hablando de nosotras Asami-chan —sonrió Yui mirando a su pequeña hermana que tenía en brazos.
Ran y Shinichi las miraron al acto con sorpresa.
— ¿En qué sentido has tenido tu mala suerte? —preguntó el padre mientras algunos contenían la risa.
— En tenerte como padre —respondió ella—. Ran-oneechan es muy buena como mamá, pero tú eres un fracaso como papá.
Todos se rieron excepto Ran y Shinichi que se miraron.
— La próxima vez la castigas tú —respondió Shinichi.
— Pero si es un sol de niña —sonrió Ran.
— Por eso, te las arreglas tu con ella —se rió Shinichi, llevándose una mirada de 'ya veremos' de Ran. El silencio se hizo de nuevo—. Los agentes del FBI presentes aquí, nos habéis ayudado enormemente para conseguir que pudiéramos volver los cuatro a nuestra vida normal y aburrida. Y sé que no encontraréis otro mejor remplazo para mí, pero mi petición de dimisión sigue adelante.

— El FBI es como una secta, Kudo, puedes entrar muy fácil, pero no puedes salir tan rápido —dijo Jodie levantando su vaso a modo de brindis.

— Oye, que aún no he criticado el que te hayas casado con ese palo de hielo —se quejó él haciendo que todos se rieran de nuevo—. Hattori… gracias —sonrió finalmente—. Aún habiéndonos conocido muy tarde, y habiéndonos separado estuviste a mi lado y sé que te esforzaste en encontrarme. Espero poder ser tu compañero por el resto de nuestras vidas.

— Demasiado tiempo, Kudo —dijo él alzando su dedo índice para negar—. ¿No te importaría un par o tres de años?

— Aún así sigue siendo demasiado tiempo —dijo Kaito—. Te lo digo por experiencia.

Todos volvieron a reírse.

— Los compañeros los separan cuando alguien se muere, ¿en serio quieres entrar en ese tema, Hattori? —Shinichi sonrió y vio su pelo moviéndose hacia un lado y el otro—. En cuanto a Sonoko, estoy convencido de que seguirás odiándome toda tu vida así que esperaré a algún día caerte bien

— Yo te aseguro que no —más risas.

— Kazuha-san, Makoto-san, nos conocemos muy poco, pero aún así gracias por ayudarnos, en que esto funcionara —Shinichi sonrió hacia ellos y luego miró hacia los que estaban a ambos lados de la familia—. Kogoro-san, Eri-san, gracias por ser pacientes y apoyar a Ran.

— Ya le estaba buscando novios que valieran más la pena que tu, mocoso —dijo Kogoro haciendo que las risas se escucharan de nuevo.

— Sí, y seguro que los hubiera asustado a todos —respondió él, recibiendo un pequeño golpe de parte de Ran—. ¿Qué? No diría eso si no fuera cierto, ¿verdad?

— Seguro que sí —Kogoro se rió con fuerza llevándose un codazo de su mujer.

— ¡Papá! —Ran lo fulminó con la mirada mientras la gente seguía riéndose.

Shinichi de nuevo esperó a que todos se callaran.

— Papá, mamá… —los miró—. Sin comentarios.

— ¿Cómo que sin comentarios? —Yukiko se levantó de golpe con cara de enfado y Yusaku tiró de ella para hacerla sentar.

— Tendría algún comentario que hacer si no fuera porque me perseguisteis y secuestrasteis como cuatro veces, burlándoos de mí —Yusaku señaló a Yukiko para que todos entendieran que había sido culpa de ella—. Aprovechasteis para meterme en casos que ni siquiera me importaban; os seguisteis burlando de mí, hasta que descubrí vuestras identidades; o simplemente seguisteis negándome cualquier acceso a vuestras inteligentes mentes.

— Ah, eso último fui yo —se rió Yusaku cruzando sus brazos.

— ¡Pero bueno…! ¡¿Qué pasa con vosotros dos si se puede saber?! —Yukiko golpeó a Yusaku en el hombro mientras Shinichi se reía.

— Lo siento mamá, pero la mitad de todo esto lo ideaste tú solita —se quejó él.

— Nosotros también tenemos una queja de ti —dijo Yusaku—. De cuando nos enviaste a todos esos editores a ese avión.

— Ah, sí, ese día fue divertido —Shinichi se rió—. Ahora en serio. Me hicisteis ver el peligro que conllevaba todo eso y me ayudasteis en todo lo que pudisteis, hasta que ese tipo me secuestró. Gracias a los dos y perdonad por haber desaparecido los últimos seis años.
— Me aburro —gritó Kaito haciendo que se dormía llevándose una mirada fulminante de Shinichi.
— En cuanto a ti —se giró para mirar a Ran después de dejar que la gente riera nuevamente.
— Sí ahora se pone interesante —sonrió Kaito haciendo de nuevo que se rieran.
— Por favor los acomodadores que saquen a ese tipo de aquí que no me dejan ver la película —se quejó Hondou por encima las risas—. Y que alguien me traiga palomitas, ¿dónde están mis palomitas?
La gente siguió riendo mientras Shinichi rodaba los ojos ¿cómo podían hacerlo todo con tan poca importancia? Esperó a que todos dejaran de reír y cogió el vaso para levantarlo a modo de brindis.
— Hemos estado mucho tiempo separados… —susurró, aunque el silencio lo dejó escuchar incluso a la esquina en donde los periodistas estaban grabando con una grabadora—, y sé que tu padre me va a odiar siempre por eso —añadió medio riendo mientras Ran sonreía—. Siempre has sido amable y cariñosa y, aunque a veces des miedo o llores con facilidad, tu carácter es algo que me abrió el corazón desde bien pequeño —algunos murmurios de halago se oyeron por la sala haciendo enrojecer a la pareja. Por un momento Shinichi se había olvidado que estaban rodeados de gente—. Te doy las gracias igualmente y te pido perdón por todo lo que te he hecho sufrir, Ran… —algunos silbidos de parte de Kaito y del FBI—. Así que levántense y déjenme darles las gracias a todos dedicándoles este brindis, y sobre todo me gustaría brindar por ella —sonrió hacia la sala. La gente se levantaron con la copa en la mano mientras Ran se ruborizaba aún más—. Por las tres personas más importantes para toda mi vida —sonrió mirando como se levantaba ella también—, mi esposa y nuestras dos hijas —añadió mirando a Yui que seguía manteniendo a Asami entre sus brazos, mientras la pequeña empezaba a jugar con el pelo de la mayor—. Quiero brindar por todos estos seis años que han pasado y que no dejaré que vuelvan a ocurrir —añadió guiñando un ojo a Ran. Ella cogió su vaso y lo levantó—. Por nosotros y por nuestra felicidad —susurró ahora ya en una voz inaudible casi, apagada por los murmurios de la gente.
— Por los años, Shinichi —sonrió Ran levantando el vaso hacia él.
— Te quiero —susurró él.
Yui empezó a quejarse. Los dos se la miraron.
— ¿Pero se puede saber qué haces? —preguntó Shinichi mirando como Yui intentaba separar a Asami de ella.
— Se me ha cogido al pelo —se quejó mientras Asami sonreía y se reía.
— No, Asami eso no se hace —susurró Ran cogiéndola mientras Shinichi intentaba abrirle su pequeña mano.
En cuanto las separaron Yui suspiró.
— ¿Cómo puede hacer tanto daño siendo tan pequeña? —preguntó.
Los dos se echaron a reír.

— Ah, y por cierto —dijo Shinichi con voz elevada delante de todos—. Mañana nos mudamos de casa y no pienso decirlo a ninguno de los mencionados, no sea que vengáis a despertarme de nuevo.

— ¡No seas cruel! —gritaron Kaito, Heiji y Eisuke a la vez.

— Y mucho menos a mi madre —añadió viendo que la mujer se levantaba de nuevo—. Era broma, mamá, era broma…

Cuando llegaron a la casa, Yui se fue hacia su habitación, con Asami en brazos, dejándolos a ellos dos solos.

— ¿Y bien? —Shinichi la miró sonriendo.

— Ahora tendré que acostumbrarme a presentarme como la señora Kudo —dijo ella riéndose y abrazándolo.

— Qué bien suena esto —Shinichi la besó en la frente mientras la abrazaba igualmente.

Se quedaron en silencio durante un buen rato, abrazados. La calidez de sus cuerpos les hacía sentirse acompañados.

— De verdad espero que puedas perdonarme algún día, Ran —susurró él en un hilo de voz.

— Y yo espero que no vuelvas a dejarme jamás —respondió ella.

— Ran, no lo haré —respondió él—. Sabes que no lo haré, ya no. Ahora que hemos acabado con esto, solo quiero pasarme el resto de mi vida contigo y nuestras niñas, sin mentiras, ni opciones.

— Está bien —respondió ella—. Recuperaremos ese tiempo perdido.

— Es mi última promesa, Ran, por todos estos años que han pasado y que vendrán —Shinichi la besó con ternura—. No más mentiras. No más esconder.

Es una promesa… por todos estos años.


Espero que les haya gustado y les pido un último review!

Gracias por ser tan pacientes conmigo, por todos vuestros apoyos y vuestras críticas, que me han llevado a emocionarme en algunas ocasiones.

Deseo que sean felices y que puedan ver todos el final verdadero de Detective Conan! e.e

MATA NA!

^^Shihoran^^