Disclaimer: Nada de lo que reconozcan me pertenece, es obra de nuestra querida Rowling.

Advertencia: Esta historia contiene slash, relación chico/chico. Si no te sientes cómodo con ello, te invito a abandonar el fic ahora mismo.


Uno

—¿Cuántos años?

—Diecinueve —mintió Albus.

El chico enarcó una ceja y se tomó unos segundos para decidir si iba a creerle o no. Optó por la primera opción, pues se quedó callado y se limitó a sonreír con picardía. Se pasó una mano por el cabello castaño-cobrizo y luego ensanchó todavía más su incandescente sonrisa, en un claro intento de parecer todavía más atractivo, si es que cabía esa posibilidad.

—¿Y cómo te llamabas? —preguntó, mientras echaba mano de una lata de cerveza a medio acabar que descansaba sobre la mesa, frente a él.

—Jake —volvió a mentir Albus, mientras le dirigía una mirada fugaz a su propia lata de cerveza, aún intacta. Nunca había probado cerveza muggle, pero sabía de buena fuente que no era nada parecida a la cerveza de mantequilla, cuyo efecto era nulo. Prefirió no arriesgarse.

—Entonces… —ronroneó el chico—, ¿no te hace calor?

Y acto seguido se quitó la camiseta. Albus se tomó unos segundos para admirar el escultural cuerpo de aquel joven. Cada músculo estaba tallado a la perfección y sobresalían esas sugerentes líneas en la ingle, que se perdían debajo del pantalón…

Aún no había acabado de disfrutar la vista cuando sintió un par de fuertes brazos levantarlo de la silla y empujarlo sobre la cama. Albus sintió el cuerpo de aquel chico restregarse contra el suyo. Sintió sus besos húmedos y excitantes en su cuello, matizados con el roce áspero de su barba. Pero, a diferencia de lo que había esperado, aquellas caricias no despertaron nada en él. O al menos no lo que él hubiese querido.

—¿Te gusta? —le preguntó el chico.

Albus lo miró a la cara unos segundos, a los ojos. Esos ojos verdes que despedían lujuria. Y se imaginó que, por un momento, no eran verdes sino grises. Observó su cabello desaliñado, y lo imaginó más rubio, casi platinado. Lo pensó sin barba y pálido, mucho más pálido. Cerró los ojos y pensó en Scorpius.

—Tengo que irme —se excusó de repente, con la respiración agitada y levantándose de la cama de un salto.

—¿Qué? —exclamó el chico, confundido.

—Tengo que irme —repitió Albus—. Hasta luego… —pero no recordaba su nombre, así que abandonó el piso sin decir nada más.

Bajó las escaleras a toda prisa, mientras se acomodaba un poco la ropa y e intentaba no pensar en lo que había estado a punto de hacer. Pero no podía, no podía no pensar. Había estado a punto de acostarse con un completo desconocido de un chat de mala muerte. (La culpa era de Rose, por haberle enseñado a usar una computadora). Había aceptado reunirse con él única y exclusivamente porque había pensado que estar con alguien lo iba a ayudar a olvidar. Pero claramente no había sido el caso.

Porque por más que quisiera, Albus jamás se iba a poder olvidar de Scorpius. Era su amigo, su mejor amigo, y ya estaba demasiado arraigado en su corazón como para intentar sacarlo así sin más. Había creído que lo que sentía por él no era más que un poderoso cariño fraternal, pero se había equivocado. Albus quería a Scorpius de verdad. Lo deseaba. Y ahora no sabía cómo demonios iba a enfrentarse a él dentro de una semana, cuando lo volviese a ver en el andén 9 y ¾.


Notas: Hasta aquí llega el primer drabble. Este proyecto es mi primer Albus S./Scorpius, una pareja que me encanta, así que espero que les haya gustado y que vaya a gustarles aún más. Ya saben que los reviews hacen feliz al escritor. Así que eso, háganme feliz :)

Saludos,

Alex Franco.