PROLOGO
Desde el día en que nacemos, inicia nuestra historia, paso a paso formamos nuestro carácter, nuestras costumbre, cuando crecemos buscamos nuestra propia historia, no aquella que escuchamos de labios de los demás, no, esta vez queremos escribirla por nosotros mismos, cuantas veces no pasamos por aquellos momentos en que nos confundimos de rumbo, cuando nos equivocamos al elegir, en ocasiones las oportunidades no se repiten, pero en otras la vida te da una segunda oportunidad, tú decides tomarla o dejarla pasar como la primera vez.
El amor es el poder más grande que se le ha dado a la personas, el libre albedrió es una opción que cada persona es capaz de tomar, las cosas pueden variar de un momento a otro, las historias que se conocen pueden no ser tan reales como se creen, en esta historia conoceremos las etapas del desamor, el enamoramiento y la confusión.
Princesa… quieres casarte conmigo –Darién sostenía la mano de su princesa, esperando una respuestas, así años que quería ver de nuevo a su princesa y sabia que solo casándose con Serena Tsukino su princesa despertaría.
¡Darién! -susurro Serena mientras quedaba sorprendida ante tal declaración, no pensó que ese día llegaría tan pronto, ahora no sabia que era lo que quería, muchas cosas rondaban por su mente y no haia sido aclaradas nunca y ahora se veía en este dilema, casarse por que lo amaba o porque era una obligación para ambos.
Desde que no estás
el escenario duerme
sólo con tu voz despertará
Si pudieras ver
lo mucho que me faltas
mi guitarra se ha muerto de pie
Cada noche es un acto de amor
y el concierto se hace una cama
pero faltas tú, tu respiración
es la nana que me calma
Sin ti sería silencio
sin ti se muere mi voz
sin ti tiritan de frío
los sueños de cada canción
Porque si no estás
quien me va a curar
de mi soledad
porque sin tu voz
no me curaré, hoy quiero cantar
Desde que no estás
los minutos se hacen horas
la derrota silba una canción
Dime dónde estás
necesito que tus manos
maten mis miedos al aplaudir
Cada noche yo te imagino aquí
regalándome tu mirada
abrazándome con brazos de luz
tu sonrisa era mi almohada
Dile a las estrellas
ahora que eres eternidad
que te busque un buen sitio
una buena localidad
Necesito oírte
necesito que tu voz
nunca se borre de mi ser
-Mi adorada bombón, cada noche escribo una melodía para ti… -Seiya se encontraba en el balcón de su alcoba con la guitarra entre sus manos y su rostro recostado sobre ella, no había noche en que no pensara en aquella chica que robo su corazón.
Que había pasado, desde l momento en que la vio quedo prendido de ella, muchas veces quiso pensar que la confundió con su princesa, pero aunque pensara mucho eso, no lograba olvidarla, el amor lo había golpeado fuerte, que tenia aquella chica, aquella mirada era tan diferente a las demás, era como si por miles de años la conociera, el desamor lo había golpeado mas fuerte aun y no lograba olvidarla, su música, sus pensamientos y todo iba dirigido a la simple chica que conoció en aquel planeta gobernado por el hombre que la tenia junto a él.