Disclaimer: Los personajes y lugares pertenecen a JoTaKa Rowling. Yo no gano dinero, solo me divierto con ellos.

Capítulo único: ¿enamorado de una pelirroja?

La veía pasar con aquel idiota de Dean Thomas, mi compañero de grado y habitación, sentí como la sangre comenzaba a hervirme de la rabia al ver que el posaba sus labios en los de ella, nunca pensé que me enamoraría de ella de la pequeña hermana de mi mejor amigo, Ginny Weasley.

Ella es…

¿Cómo la definiría?

Pues creo que no hay palabras para definir la belleza que posee, la sonrisa que hace que tu día mejore sin importar que tan mala estuvo, esos labios rosados que incitan a besarlos por toda la vida, sus pecas que hacen resaltar más la belleza de su rostro, su piel lechosa que es tan suave ¡que daría por tocarla!, daría todo mi oro por solo un roce con ella… y lo que más me encanta de ella es ese cabello rojo fuego que posee.

Ese cabello largo, lacio que cae como cascada, pero no de agua sino de lava; lava de un volcán que ya hizo erupción. Así como ella que a sus casi 16 años ya dejó aquel cuerpo de niña, ahora posee aquel cuerpo de mujer que me enloquece, que me hace suspirar cada vez que la veo.

Hace un año creí que me había enamorado de Cho Chang una chica un año mayor que yo. Pero parece que al final Sirius tenía razón y los Potter tenemos esa maldición o ¿debería llamarle bendición? De enamorarnos de pelirrojas…

— ¡oh vamos, Sirius! ¿Es en serio? —le dije.

Sirius ante la incredulidad de su ahijado sonrió de lado.

—¿crees que te mentiría? —respondió.

Harry alzo una ceja y Sirius empezó a reír.

— es que, es algo difícil de creer ¿la maldición de la pelirrojas? ¡Por favor! Es difícil de creer además yo no estoy enamorado de una pelirroja

—¿acaso crees que James tuvo una solo novia? ¡Tuvo miles! ¡Todas las chicas de Hogwarts caían ante él, la única que no lo hizo fue tu madre hasta llegar a séptimo donde ambos fueron nombrados premios anuales!

—¡estás loco Sirius! Además si fuera cierto la única chica pelirroja que conozco es la hermana de Ron, Ginny, y yo no estoy enamorado de ella —dije.

¡Que equivocado estaba! Tantos años que ella intento que la viera como algo más que la hermanita de mi mejor amigo y ahora resulta que soy ahora el que daría todo porque ella me mirase, ¡joder!