Título: The French Mistake

Beta: Ibrahil_Prang (Gracias preciosa, eres la mejor)

Resumen: (Situado tras el capítulo 15 de la sexta temporada.)

Esa mañana en Nueva Orleans, cuando Sam sale del baño, nunca espera encontrarse a Dean y a Castiel inconscientes en el suelo de la habitación. Mucho menos espera que Dean entre por la puerta, que Dean no sea Dean y use morado, ni que Castiel pelee con su propia mano y no, Dean, no es Padaleche, es Padalecki.

Advertencias:

Muchas: Spoiler de toda la serie hasta la sexta temporada. Algunos OC y palabras malsonantes, futuros lemons súper gráficos, sangre, porno, J2, futuro Wincest, JaredxDean, JensenxSam, algo de JensenxDean y JaredxSam, si es que descubro cómo un posible J2xWincest, además de MishaxCas e insinuaciones M&CxBalthazar y sí, esperen lo peor y lo más retorcido, porque estoy loca y me gustan las cosas sucias, eso si, es mi primer fic con este Fandom, pero prometo darle el peso a la serie.

The French Mistake

Capítulo Uno:

Nueva Orleans, Luisiana.

No había pasado siquiera una semana desde que Castiel los usara como carnada viva, enviándolos a esa dimensión del terror en la que eran actores y Dean seguía con su ¿Quién carajos se puede llamar Jensen? y no puedo creer que tú seas polaco, Sammy. Tuvieron que darle la explicación del siglo a Bobby de porqué su ventana estaba rota y repararla, obviamente, y todo fue culpa de Cas, Bobby, a él deberías cobrarle y Bobby con ese insulto que era casi escupido: sólo repárenla, idiotas.

Al final, partieron a Nueva Orleans para cazar un par de vampiros. Era una cacearía simple, algo para distraerse teniendo en cuenta toda la mierda en la que estaban inmersos últimamente, que la guerra civil de los ángeles y Balthazar con sus malos chistes de monos sin pelo, y la cacería consistía en eliminar una pareja de vampiros que se creían los protagonistas de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice.

Pan tragado.

– Pan comido, Dean. Se dice pan comido.

– Para mí fue tragado, Sam, tragado, porque cayeron como moscas en la miel.

Y sí, efectivamente había sido como Dean dijo:

¿Qué "vampiro Lestat, príncipe de los condenados"? Basura, era todo bla-bla y nada de acción ¿Qué "vampiro Louis, nostálgico y romántico"? Más basura, mucha, demasiada. Ése último cayó aún más rápido, si pareció que se dejó matar tras la muerte de su compañero y la verdad es que les dio algo de pena matar a los malditos.

Es que… parecían enamorados de verdad, Dean. Pero eso no les importó a la hora de darse un lindo festín con una docena de personas, Sammy.

¿Recuerdas? Cazar cosas, salvar personas.

– El negocio familiar, Sammy.

– A la mierda tu frase hecha, Dean.

Decapitados, muertos y quemados. Fin de la historia.

Decidieron intentar descansar en una posada algo más cómoda de lo normal, con camas grandes con colchones firmes y sábanas con olor a limpio, porque: Nos lo merecemos Sammy, que siempre quise ir al Mardi Gras, Sammy y está bien, está bien, lo que quieras, Dean.

Así que estaban en la posada en Nueva Orleans y ni siquiera era época de Mardi Gras, pero no importaba, a Dean no le importaba, quería descansar y había vudú y Sammy, aquí están las bases del Rock.

– ¿No que aquí nació el Jazz y el Blues?

– El Rock también, Sammy, el Rock también.

Como fuese, era de mañana y Dean había ido por café y esas cosas que comen los franceses, Sam, ¿Cómo se llaman? "Croissant", Dean.

Sam está en el baño, terminando de afeitarse y todo está tranquilo, muy tranquilo, tal vez demasiado, pero le da tiempo de tararear Non Je Ne Regrette Rien de Edith Piaf y todo es "Non rien de rien, non je ne regrette rien" y ¡PUF, PAF, POW! un gran estruendo en la habitación.

– ¿Dean?

Termina de esparcir un poco de loción por su cara y corre a encontrarse con lo que se supone debía ser su hermano con los cafés en el suelo y los jodidos pasteles franceses reventados, pero mierda ¿qué carajo?, se queda como un bobo de pie en la puerta del baño, totalmente inmóvil y es que Cristo ¡Dios! Está observando boquiabierto los dos bultos que están apilados a los pies de su cama.

No le cuesta nada reconocer el bulto que está hasta abajo, con su cabello rubio oscuro y sus labios que no son de chica, Sam, y ese rostro esculpido por los dioses, Sammy ¡por los dioses! y Dean está tirado cuan largo es, de espalda en el suelo, con alguien encima

¿Quién? No lo sabe, pero viste como un hippie, con lana teñida con pigmentos naturales y jeans holgados.

Es hombre, de eso no hay duda, o sea, obvio Sam, una mujer no tendría esa espalda, pero tal vez si tendría esas nalgas, como sea, ese bulto, que no es una mujer pero tiene el culo de una y que parece un amante de la naturaleza, amor y paz, no a las guerras, gracias, al parecer y sólo al parecer es Castiel.

¿Cómo lo sabe? Pues obvio, por ese peinado post coital que tiene el ángel y por esa piel blanca y la barba sin afeitar. Ahora, ¿qué mierda hace Castiel vestido así? Ni idea ¿Qué hace sobre su hermano? Bueno… ahí entran a otros terrenos y se le ocurren un par de teorías que incluyen algo menos de ropa y más contexto homoerótico, pero Sam, concéntrate Sam, eso no viene al caso. Dean y Castiel están tirados en el piso y no parecen muy conscientes.

– Mmm…

O tal vez lo estén un poco.

El quejido que suelta su hermano lo devuelve a la realidad, reactivando su cuerpo que hasta el momento no se ha movido para nada, si incluso una mosca se le posa en la cara, asco, quizás dónde estuvo parada antes la mugrosa, y llena sus pulmones de aire y se siente como si quemara ¿hace cuanto que no respira? Respira, Sam, ¡Respira!

Con unos cuantos largos pasos ya está junto a los dos cuerpos y con todo el cuidado que la sorpresa y el miedo le permiten hace rodar el cuerpo de Castiel hacia un lado, liberando a Dean del peso extra que no le permite respirar bien.

Otro quejido y con una mirada Sam comprueba que ni Dean ni Castiel tienen heridas sangrantes, por lo menos, así que termina posando una de esas grandísimas y monstruosas manos que tienes, Sammy, sobre la frente de su hermano, que se remueve igual que un gato buscando más contacto, reconociéndolo y puto Dean maldita sea, hasta se ve lindo haciendo eso. Sam suelta un suspiro, aliviado, si Dean tiene energía para restregar su cabeza de esa forma contra su mano no puede estar tan mal, pero tampoco hace ningún intento por levantarse, así que posiblemente si esté algo mal.

– ¿Estás bien, Dean?

Un poco más repuesto del susto Sam aparta la mano de la frente de Dean, quien descontento bufa ¡Bufa! Y sin detenerse a pensar demasiado en mierda Dean, seguramente tienes una contusión, Sam comienza a buscar heridas internas, algo roto, una pierna o una costilla por lo menos, un dedo que sea, un moretón, una picadura de pulga, mierda, incluso se descubre rogando por una contusión cerebral, por favor, contusión cerebral porque Dios Dean ¡Dios! Dean se está riendo, así suavecito, sólo con la nariz, una risita escapando de esos labios regordetes que tiene y que si parecen de chica, Dean, si parecen de chica y llevan brillo, mierda, BRILLO.

– Me haces cosquillas…

¿Cosquillas? ¡¿COSQUILLAS? Dean soy-tan-macho-que-no-me-despeina-ni-un-Wendigo Winchester, ese Dean que mierda Sam, esa camarera es la puta diosa de las mamadas, ese Dean, tosco y bruto y anoche usé condones con textura con la morena, Sammy, ese Dean ¿con cosquillas?

Contusión cerebral, Sam, es obvio que tiene una GRAN contusión cerebral.

– ¿Te encuentras bien?

Miedo. Es un tipo de casi dos metros, con más músculos que pelos en la cabeza y es incuestionable que tiene una melena aleonada y córtate esas greñas, Sam, ya te pareces a Slash, pero tiene miedo y no puede ocultarlo, las manos le tiemblan y no sabe si va a hiperventilar cuando Dean abre los ojos y lo hace en cámara lenta, así con esas pestañas largas que si Dean, también son de chica, y esa mirada que es un puto bosque en plena primavera y mierda Dean mierda ¿Por qué carajo te ves tan bonito hoy?

– Sí, me encuentro bien.

¡Sí hasta habla más bonito! ¿Dónde quedó el "Sí, carajo, no preguntes estupideces"? Contusión cerebral, Sam, recuérdalo, contusión cerebral. Dean se sienta lentamente, ayudado por Sam, que no sabe si exorcizarlo ahí mismo o buscar su teléfono para sacarle una foto, porque contusión cerebral o no Dean Winchester está distinto y no en plan: "Oh, carajo, tienes orejas de conejo y usas taparrabo".

No, es OTRA cosa.

Dean… no parece Dean, o sea sí, pero no y sí es Dean, es su cara de escultura griega del siglo de oro, Dean, las del siglo de oro, esas son las buenas, es su pelo sin gel y cayendo en su frente, son sus pecas sobre la nariz que las chicas aman, Sammy, a las chicas les gustan las pecas.

Es Dean, algo pálido y con la mirada más limpia, pero es Dean y a la vez no es Dean, porque Dean "el morado es de maricas" Winchester, no usa, si quiera bajo amenaza de muerte, ropa tipo anuncio de perfume. No usa pantalones Armani de caída recta, no usa zapatos Gucci de veté tú a saber que animal, mucho menos usa camisas moradas de algodón egipcio, porque para Dean Winchester existen 4 colores: verde, azul, negro y café ¿Rojo? Sólo el de la sangre ¿Rosa? El del interior de las mujeres ¿Morado? Un invento de los maricas, Sammy, ellos inventaron la puta arcoíris. Porque para Dean Winchester la "Rosa Cromática" es una conspiración.

– ¿Y Misha?

– ¿Quién?

Dean sólo levanta elegantemente una de sus cejas, Dean y elegante en la misma frase, mal. Contusión cerebral, Sam, contusión cerebral. Y esa ceja alzada sólo deja en claro que quien sea "Misha" es un sacrilegio que él no lo sepa.

– Te juro, Sammy, me acosté con una mujer que llamaba Misha. – Había confesado su hermano una vez que volvieron de esa mierda de dimensión bizarra.

– ¿No será una "Sasha", Dean?

– Sasha, Misha… ¿No es todo lo mismo, Sammy? Tienen pechos, caderas, vaginas y pezones, Sammy, lindos pezones europeos.

Ahora sí que le sonaba el nombre Misha y oh Dios oh Cristo que no sea el mismo Misha del que está hablando ahora porque mierda carajo y la puta que parió al diablo, ahora sí tiene sentido que Castiel vista como hippie.

– ¿Cómo está Misha? Lo vi saltar hacia mí cuando el reflector se cayó.

– ¿De qué estás hablando?

Y sí, esta vez Dean lo ignora, pasando olímpicamente de él y de su cara de "¿Estás escuchando Amy Winehouse, Dean?" Y voltea a mirar a Castiel, quien sigue boca arriba en el suelo sin hacer el menor intento por despertar.

– ¿Misha?

Oh no… le habla a Castiel.

– ¡Misha!

Y si le queda alguna duda, ahora mueve a Castiel.

– ¡Jared!

Bien, debe admitir que en esta parte se le escapa el hilo de la conversación ¿Ahora le habla a él? Jared, Jared… Es él, ¿cierto? Jared Padaleche, Sammy, Padaleche y estoy muy seguro que es Lecki, Dean, Padalecki. Dean le está hablando a él.

Y una vez más: Contusión cerebral, Sam, es sólo una contusión cerebral.

– No te quedes ahí, Jared, llama una ambulancia ¡Misha no reacciona!

¿No que a Misha lo habían matado? Recuerda muy bien a Gene-Ruby gritando con el rímel corrido "Oh, Dios, mataron a Misha a puñaladas" y si Misha está muerto ese sólo puede ser Castiel, Castiel vestido como hippie aunque te juro que Cas debe tener esa gabardina pegada al culo, Sam, Castiel vestido raro pero Castiel al fin y al cavo.

Y a partir de ese segundo pasan muchas cosas a la vez: Dean abraza el cuerpo inconsciente de Castiel disfrazado de Misha y lo acuna ¡Con cariño! A la mierda la contusión cerebral, Dean necesita un exorcismo y no alcanza ni a decir "Exorcizamus te" cuando la puerta de entrada se abre con dificultad y aparece Dean con dos cafés y un montón de croissants y una porción de tarta de manzana y el Dean que está con Castiel alza la mirada y se le desorbitan los ojos y Castiel sigue inconsciente y mierda no sabe qué hacer cuando el Dean que está en la puerta arroja las cosas sobre la mesa más cercana y saca su Colt de mango labrado con un sólo movimiento y el Dean que está a su lado pega un respingo y mierda, mierda, carajo ¿qué está pasando ahí?

– ¿Sam?

Sí, esa si es la voz de Dean y él es todo Dean, con su ropa gastada de marcas de dudosa originalidad y su Colt favorita en la mano, con sus pecas que apenas se notan en su piel tostada por el sol y sus ojos salvajes y un gruñido en sus labios que oh Dios gracias no tienen brillo.

– Sí, Dean, soy yo.

Sam cuenta uno dos y Dean está junto a él, tres cuatro y sin dejar de apuntar al otro Dean que parece que en cualquier momento se va a infartar le arroja su daga de plata y córtate y Sam lo hace y no, él no es un Cambia formas, y ya va contando siete y ocho cuando tiene la Beretta en las manos, nueve y ambos le apuntaban al otro Dean en la cabeza, Sammy, en la cabeza para asegurarnos de que quede bien muerto.

– ¿Qué es él, Sammy? ¿Un "Cambia-Formas"?

Dean se empotra a su lado, indicándole con una mirada ponte de pie, Sam, yo te cubro y juntos se alejan dos pasos de la copia de Dean, quien sólo apretuja a Castiel, pero no le hace daño, sólo lo abraza, lo acuna, y sus ojos son verdes, mierda, esos ojos verdes que son iguales y distintos a los de Dean no paran de mirarlos asustados.

– Ni idea. Estaba en el baño cuando escuché algo en la habitación y de repente están él y Cas tirados e inconscientes en el piso.

Dean frunce el ceño, haciendo ese gesto tan Dean que ah que alivio es Dean y parece concentrado pensando en sus posibilidades. El ceño y los labios fruncidos, muy Dean.

– ¿Atacaste a Cas?

El Dean, el que no es Dean, abre un poco más los ojos, porque no entiende y no puede creer lo que pasa y ¿dónde estoy? y ¿quiénes son? y mierda... tienen pistolas.

– Te pregunté ¿Atacaste a Cas?

– Cas no tiene heridas, Dean.

No puede evitarlo, Sam quiso ser abogado para defender causas perdidas, como su familia, como Dean y esa vampira que no se alimentaba de humanos, y ahora lo defiende, un poco, sólo un poquito, porque no es justo y no se vale, estaban los dos inconscientes y el otro Dean se reía suavecito y usando sólo la nariz y el morado le quedaba incluso lindo y Dean, él no parece peligroso.

– ¿Estoy… estoy en coma?

Y a ambos Winchester los sorprende esa voz grave pero dulce, parecida a la de Dean cuando intenta ser un poco, sólo un poco, menos bruto y habla desde el corazón, pero la voz del otro Dean es mucho más suave, es mucho más amable, es Dean antes de que Sam se fuera a Stamford, es Dean antes de que Sam creciera un kilómetro y es Dean, pero no es Dean, porque Dean habla grave y ronco, con pocas palabras y sin acento, porque se han criado aquí y allá y no hay acento que se le pegue a quien no tiene a que apegarse.

Dean, siempre tan Dean y sí, cada vez es más obvio, ése es el Dean de Sam. Habla brusco y pregunta sólo lo que necesita saber ¿Coma? Y si no queda claro su tono de pregunta bien marcado, una grosería y la colt apuntando entre las cejas siempre lo aclaran todo ¿De qué carajos hablas?

– ¿Me cayó el reflector en la cabeza? ¿Es eso?

Y como si no lo escucharan, ése Dean, el no Dean, sigue hablando.

– El reflector. El reflector se soltó y Misha intentó salvarme y… y Misha no pudo y ahora estoy en coma. Y no le respondí a Jared, Jared quería saber si yo… y yo…

Y Jared y el reflector y otra vez Misha aquí, Jared allá, que si no es el reflector es Misha y si no es Misha es Jared o el coma.

El Dean que no es Dean balbucea algunas cosas más, intentando explicarles, explicarse y comprender lo que sucede y Dean tan poco paciente y poco sutil, que tiene miedo, Dean y al carajo su miedo, Sammy, nadie se roba mi cara y queda vivo para contarlo.

– ¡Woh, woh! Para la cháchara ahí mismo, chico lindo. No entiendo nada de lo que hablas. Aquí no hay reflectores y no hay Mishas y para el cuento con Jared, que no sé quién es. No estás en coma y no vas a despertar porque no estás dormido, pero te puedo asegurar que vas a terminar muerto.

– Dean.

– ¿Qué? Es la verdad, Sam. No vengas con tu complejo de madre Teresa.

– No es eso, Dean, es que no creo que él sea un Cambia-Formas.

¿Cómo no va a ser un "Cambia-Formas", Sam? Es una muy mala copia, Dean, míralo nada más. Y Dean se fija en todas esas cosas en las que Sam se ha fijado antes, en la piel blanca, el pelo sin gel, la ropa cara y si, mierda, la camisa morada y ¡¿Eso es brillo labial?

– Es bálsamo, para que no se partan mis labios con el frío.

Y si, obvio, como no. El no Dean tiene una respuesta para eso. Sam pone esa carita de epifanía que pone siempre que descubre las cosas importantes, con las cejas arqueadas, los ojos entrecerrados y los labios haciendo una sola línea, crack, crack, crack los engranajes en su cabeza moviéndose a mil por hora. Crack, crack, clic. Ya tiene la respuesta.

– Creo que es Jensen Ackles.

Dean alza una ceja, no como lo hace Jensen, no, Dean la alza y parece que esta se dispara hacia arriba, no es sutil y elegante como Jensen, no, Dean es rápido y no pierde el tiempo, su cara quiere decir qué mierda y su ceja corre a la posición que le corresponde.

– ¿Jensen? ¿Jensen Ackles? ¿El falso yo de la dimensión bizarra?

Sam asiente, Dean gruñe y Jensen sólo los observa discutir sobre quién es él y si importa o no que sea de Texas o si su helicóptero de juguete realmente funcionaba o no, los Winchester discuten y sólo Jensen se da cuenta de que Castiel se mueve.

– ¿Misha?

Voz suave y ojos como faros, Jensen se enajena totalmente de toda la discusión que tienen los hermanos y aliviado ve como Misha abre sus ojos. El azul divino se rebela y Jensen no sabe su chillar de alegría porque Oh Dios mío Misha está despierto o si sólo debe quedarse muy callado y escabullirse de ahí porque mierda, ellos aún tienen armas.

– ¿Estás bien, Misha?

Un susurro, bajito, cerca de la oreja de Misha. Jensen se dobló un poco sobre sí mismo para hablarle al ángel sin interrumpir a los Winchester, que ahora hablaban de Jared y que es Pocasleches, Sam, Padalecki, Dean, Padalecki.

– Sí, estoy bien, Jenny. ¿Y tú?

Jensen asiente y se le escapa un suspiro de alivio y otra vez tiene a los Winchester apuntándole en la cabeza y quieto Jensen, no te muevas Jensen, que son Sam y Dean y los conoces y sabes que te volarán la cabeza si les das un motivo, pero no puede moverse, no quiere y no puede, y es Misha, Castiel o ambos el que se mueve, poniéndose de pie como si flotara, serio, mortalmente serio, le apuntan con las pistolas y él no se inmuta y mierda Misha, o eres muy valiente o muy tonto y Jensen llega a la conclusión de que posiblemente sea ambas cosas.

– Él no es peligroso. Pueden bajar las armas.

Sam duda, pero baja el arma cuando Dean lo hace. Dean también duda oh si duda mucho, pero lo hace porque reconoce a Castiel bajo ese vómito de colores y lana y los camellos que tiene tejidos y Sam con su son alpacas, Dean, no camellos.

Jensen sigue en el suelo, los observa y todo el universo deja de estar en su contra cuando los Winchester le ponen los seguros de sus armas y las guardan en sus pantalones. Misha se le acerca, aún serio, y le tiende la mano para levantarlo, Jensen acepta y se siente flotar y a la mierda la dieta, que lo levantó Misha con un sólo brazo y sin hacer ni una sola mueca de esfuerzo.

– Misha… ¿qué está pasando?

Y ahí está, ahí está Misha con su sonrisa fácil y la expresión de Oh el mundo es maravillosos y el aire hace cosquillas, Misha lo mira a los ojos y cree que va a desmayarse ahí mismo, porque ha mirado antes a Misha a los ojos y mierda que lo parta un rayo porque no se fijó que esos ojos azules son demasiado y ridículamente azules y no, no es Misha pero es Misha.

– Estamos en una realidad paralela. Este es el universo de los Winchester.

Jensen estuvo a punto de creérselo, a punto, casi-casi, pero Dios ¡Dios! Es Misha Collins el que se lo dice, el mismo Misha que tranquilamente se pone un vestido y bailotea por el set, el mismo que disfrazado de Castiel se convulsiona de risa entre escena y escena, el mismo que se alía con Jared para jugarle bromas pesadas y lo siento Jensen, reía, no pensamos que tu cabello fuese a quedar rosa de verdad.

A la mierda con creerle a Misha.

– No, ya enserio ¿Estoy en coma, no?

– Sí Jensen, lo estás.

Castiel es un ángel de señor. Lo fue, lo es y lo será, espera que por mucho tiempo y espera de corazón que Rafael no logre matarlo antes de restaurar el orden en el cielo.

Como buen ángel del señor Castiel no cae en el pecado, bueno, a veces un poco, pero si lo puede evitar lo hace, pero ahora Castiel está en el cuerpo de Misha y es difícil controlarlo, porque Misha no le dio su permiso para estar ahí, sólo fue puesto ahí y Misha no se opone, pero tampoco sede, así que se le escapa una sonrisa y se le escapa esa mentirita blanca para calmar a Jensen porque escucha Cas, conozco a Jenny mejor que tú y si le dices eso algo le va a dar y ¿cuándo te vas a ir? Que ocupas mucho espacio y oye, me haces cosquillas con tus plumas.

– Linda imaginación la mía. – Jensen parece calmado, total, está en coma, no es como si estuviese en real peligro. Está en coma, fin. – Eres mi Misha y su Castiel al mismo tiempo y Sam y Dean tienen armas y… ¿dónde está Jared? ¿No he imaginado a Jared?

Jensen divaga, que su imaginación esto y su imaginación lo otro, que las cortinas no combinan con los cobertores y que Nueva Orleans le gusta, pero preferiría estar en su casa y Jared, Dios, Jared ¿Dónde estás? Te estoy imaginando frente a mí, aparece.

– Cas… ¿qué hace él aquí?

– No estoy seguro, Sam. Pero es peligroso que vuelva ahora.

– ¿Qué? ¿Por qué?

– Sentí una fuerte presencia demoniaca antes de ser transportados hasta acá.

Sam pregunta y Cas contesta, Dean los ignora porque está ultra concentrado en Jensen que camina en círculos invocando a Jared, esperando tal vez que a Jensen se le pongan los ojos negros o que se le lance al cuello y por favor, por favor, cambia de forma, pero Jensen no hace nada más que seguir hablando con el cosmos y Jared, Jared, Jared.

– Creí que Jared y tú no se hablaban.

Jensen se frena en seco. Dean ha avanzado dos pasos hacia él, convencido de que es inofensivo, y están compartiendo el mismo metro cuadrado, puede ver sus pecas difusas y sus ojos fieros, pero ahora calmos, curiosos, tal vez algo molestos, pero muy curiosos.

– ¿Con Jared? Por supuesto que hablo con Jared, es imposible no hablar con él, habla todo el día.

Ok. En ese caso ¿qué era esa mierda del mundo bizarro de que el falso él y el falso Sam no se hablaban?

– Entonces… ¿Es tu amigo?

– ¿Amigo? Para ser parte de mi imaginación estás muy mal informado. Jared es mi novio.

Novio. Esa palabra le llega como patada en la cara y en el estómago, y dale otra más en la entrepierna y la puta y eso significa que oh mierda están juntos ¡JUNTOS!

– ¡¿NOVIO?

Todo se paraliza. Sam y Castiel dejan de hablar y Jensen está con los ojos muy abiertos porque imaginación mala, no quiero que Dean me grite y de repente Castiel Misha estalla en risas y Sam sigue ahí esperando que algo pase y no pasa nada hasta que Jensen reacciona y levanta su mano derecha, lento, lento… no vaya a ser que se asusten y lo ataquen, deja su mano a la vista de los Winchester y mueve apenas un poquito su dedo anular, mostrando el grueso y caro anillo que lo adorna.

– Prometido, en realidad. Jared me pidió matrimonio antes toda la cosa del reflector, pero aun no le respondo.

Sam no atina a nada. Blanco, cero, todo el súper motor que es su cerebro se paraliza por completo. Es crack, crock, pow… y reiniciando sistemas. Lo primero que logra recordar es como contar, porque contar lo calma, cuenta del uno al diez, lentamente, cuenta uno y Dean se vuelve blanco como el papel, cuenta dos y Cas deja de carcajearse para comenzar a reír algo más controlado, cuenta tres y Jensen comienza a preocuparse porque su imaginación está descontrolada, cuenta cuatro y sistemas operáticos ciento por ciento funcionales, cuenta cinco y lo multiplica por dos porque Oh Dios Oh mierda respira Dean ¡Respira!

– ¿Estás bien, Dean?

Pregunta Sam, pero sabe que Dean no está bien, oh, no, Dean está mal, Dean está muy, mucho, demasiado mal.

– Marica, Sam… el falso yo es un marica y se va a casar con el falso tú marica.

– El término políticamente correcto es homosexual. Gracias.

Jensen lo corrige y Dean quiere golpearlo.

– ¡Cas!

Y cuando no quedan más opciones, echarle la culpa a Castiel es la solución a todos sus problemas.

– El falso yo es marica.

Escupe e ignora a Sam que incómodo y sonrojado felicita a Jensen por su compromiso e ignora a Jensen que se regodea de felicidad y se lanza a abrazar a su hermano porque Oh mi Dios que Sam le dé su bendición parece muy importante para él, e ignora a Misha, pese a tenerlo en frente, sólo se concentra en Castiel, que es lo mismo que concentrarse en Misha, pero ignora también esa risita de idiota que tiene y esa sonrisa que no, mierda, le queda casi bien y Sí, Dean. Jensen práctica la sodomía con Jared y cuando Castiel lo dice de esa forma tan apocalíptica se escucha mucho peor.

– Y se va a casar con otro marica.

– Sí todo sale bien, sí.

– Y ese marica es el falso Sam.

– Correcto.

– ¿Y cuándo carajos, puto emplumado de mierda, pensabas decírmelo, ¡maldición!

Castiel se ríe porque Misha se ríe y no puede controlar las cosas que Misha hace, la cara de Dean enfadado es divertida y Misha ríe mucho antes de que Castiel logre contestarle algo y Cas no seas tan gruñón, ríete también, pero Castiel no se ríe, sólo ladea la cabeza y frunce un poco el ceño, sin comprender, y no ríe, así que Misha deja de hacerlo también.

– No necesitabas saberlo. Cuando los envié a la dimensión de Jensen modifiqué algunos detalles para que no fuese tan difícil para ustedes adaptarse.

– Así que moriste y casaste a Sam con Ruby ¿no?

– Murió Misha, por un rato, y casé a Jared con Genevieve.

Misha ríe un poco, pero Cas apenas sonríe y Cas pregúntale si hubiese preferido que lo casara Sam y Castiel lo hace, no muy seguro del porqué, pero el sentido de humor de Misha es chorrocientas veces más grande y más retorcido que el pasivo Jimmy Novak y Castiel se contagia de lo que Misha llama "Joderle la mente a gente"

– ¿Qué? ¡No!

– ¿Entonces?

– ¡Que es marica, mierda!

– ¿Podrías parar con la rabieta, Dean?

El que interviene es Jensen, que una vez que suelta a un sonrojadísimo Sam que tiene bálsamo labial en las mejillas, se harta de los gritos y réplicas de Dean.

– Amo a Jared, lo amo tanto como tú amas a Sam.

Dean va a replicar eso, pero Jensen lo para con sólo una orden.

– Cállate. – Duro y sólido, muy Dean. – Es mi imaginación, carajo. – Y a Jensen las groserías se le escuchan raro, pero no pierde esa expresión fiera y de Dean. – Dean, cállate, y no me vengas con esa mierda de los Machos y las cosas rosas. Yo inventé el término, Dean, y te di tu personalidad. Mi culo es tu culo y mi culo es gay.

Supéralo.

– Amas a Sam como imbécil, lo sé. Yo me enamoré de Sam al mismo tiempo que me enamoré de Jared, y eso pasó cuando estaba haciendo el papel de Dean. Ahora, es mi coma y en mi coma tú no gritas ni me juzgas.

Punto final. Jensen es frío y cortante, usando el mismo tono que usa Dean para ladrar órdenes. Está cansado, Dean grita un montón, Sam no es Jared, pero por lo menos es lo bastante Sam para calmarlo, y Misha Castiel es una montaña rusa de emociones que ríe y está serio al mismo tiempo y Jensen no lo aguanta y mierda quiero despertar YA.

– Necesito mi contenedor.

Es Castiel el que rompe el silencio. Está incómodo compartiendo el cuerpo de Misha, su gracia es grande y el alma de Misha es inquieta, se retuerce de cosquillas cuando intenta abrazarla para contenerla y se niega a quedarse en segundo plano. Tus plumas, Cas, tus plumas me hacen cosquillas y Castiel no lo entiende porque es sólo un alma y no se supone que las almas sientan cosquillas, pero Misha insiste y se revuelve, revoloteando de aquí a allá sobre la gracia de Castiel y el ángel casi puede jurar que el mismo comienza a sentir cosquillas, su mano izquierda hormiguea y Misha exige algo de atención.

– Pero antes me comería uno de esos croissants.

Y claro, Misha no puede quedarse callado y tiene hambre y ríe de cosquillas y de la cara de desconcierto de Sam y Dean, porque ¿hablas enserio?

– No, lo ángeles no comemos mierda, Cas, es mi cuerpo y quiero un croissant.

Se cubre la boca con la mano derecha y la izquierda jala su manga y luego su oreja e intenta picarse un ojo y Jensen comienza a reír porque Castiel es arrastrado por Misha hacia la mesa, es raro, su mano izquierda es la que lo jala del cabello y Castiel no sabe como retomar el control y se deja hacer por Misha, todo bajo la atenta mirada de los Winchester que no entienden por qué el ángel se ataca a sí mismo.

– ¿Cas?

Castiel se voltea, con medio croissant en la boca y una sonrisa que no le cabe en la cara. Dean jura que va a colapsar en cualquier momento y Sam comienza a cuestionarse su salud mental, que por fin sucedió, Dean, nos volvimos locos. Sólo Jensen parece entender que sucede y ríe antes de acercarse a Misha y quitarle el pedazo de croissant que le queda.

– Misha, deja de jugar.

– Pero Jenny, cariño, Cas no es divertido.

Las risas de los actores llenan la habitación, Misha hace de loco, obligando a Castiel a hacer muecas, algunas bromas sobre lo cuadrado que es el ángel y de repente Misha ya no está al mando, porque está serio, con la boca llena de crema y una expresión de molestia.

– Es suficiente. – Gruñe Castiel. – Basta de juegos. Iremos por mi contenedor ahora.

¡Puf! y ¡Plaf, plaf, plaf!

Sonido de aleteo y Castiel Misha ya no está en la habitación.

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Primer capítulo arriba.

Subiré seguido hasta ir a la par del resto de mis publicaciones.