Epílogo

Salí de la clase de matemáticas con una mueca de disgusto en mi rostro. Caminé por los pasillos, acompañada de Angela, en dirección a la cafetería. Observamos como las paredes estaban repletas de las obras de nuestros compañeros.

- Es un poco raro el pensar que ya no volveremos a hacer esto, ¿no? - Preguntó Angela, analizando los cuadros con tranquilidad.

- ¿A qué te refieres?

- Ya sabes, este es el último año que haremos esto.- Dijo, señalando la retahíla de cuadros que inundaban las paredes del centro con un gesto.

- Ya, es un poco nostálgico y todo...- Afirmé sonriendo.

- Bueno, para ti es más especial de lo normal. Fue el inicio de tu historia de amor.- Comentó con expresión soñadora antes de que una carcajada se escapara de sus labios.

- ¡Oye, no te burles! - Reclamé, fulminándola con la mirada. Pero ella sabía que lo hacía en broma, así que rió más fuertemente.

Seguimos caminando, haciendo caso omiso de las miradas extrañadas de los alumnos con los que nos cruzábamos. Estábamos a punto de terminar el último curso, bien podrían dejarnos ser un poco locas por una vez. Mis pensamientos se detuvieron en seco cuando, de refilón, vi uno de los trabajos de nuestros compañeros.

- ¡Oh...Dios... mío! - Lo dije lentamente, según avanzaba hacia el dibujo, sin poder creer lo que veía.

- ¿En serio pintó una...? - Dejó el resto de la frase en el aire. Mientras se mordía el labio, analizó lo que tenía delante con incredulidad.

- Sí, para el tema "Luz" ha decidido pintar una bombilla. Una obra del gran Mike Newton.

- Cómo se nota que se apuntó a clase de arte para conseguir chicas. Si al menos dibujara bien...

Dicho eso, volvimos a reír. Me sentía un poco malvada por hacer eso, pero no podía evitarlo. Mike no era una proeza en el mundo de las artes. Se bloqueaba tanto con la parte teórica como con la práctica. Sabiendo eso, podía haber intentado ser original, pero, en lugar de eso, había hecho lo más simple que se le había pasado por la mente. Además, los otros dos cuadros que había realizado seguían la misma idea: una farola y una mano sujetando firmemente una linterna. Con un gesto de negación y una sonrisa divertida inundando nuestros rostros, seguimos nuestro camino.

No tardamos demasiado en llegar al pasillo central, donde había una gran aglomeración de estudiantes, lo que era bastante raro puesto que a esa hora ya debería estar la cafetería inundada por ellos. No tardamos en acercarnos y descubrir que era lo que había causado tanta conmoción.

- Esto también te trae recuerdos, ¿no? - Cuestionó Angela con humor, dándome un codazo amistoso.

La razón por la que mi amiga me dijo eso era porque, lo que todo el mundo analizaba con curiosidad, eran tres obras. Las tres que yo había hecho. En primer lugar había un lobo enorme, de pelaje caoba oscuro, saltando en el aire, con la potente luz del sol tras él. El segundo, una promesa que había hecho mucho tiempo atrás, se trataba de Jasper, alzando juguetonamente en brazos a Alice, mientras ella reía. Estaban en un parque desconocido, a plena luz del día, y con farolillos de colores por doquier. El último, mi favorito y el de mayor tamaño, estaba ubicado en el centro y no tardé en descubrir que era el que más interés suscitaba. Se trataba de Edward, caminando animosamente sobre el árbol que servía de puente en aquel lago donde habíamos pasado un maravilloso fin de semana. Mantenía un pie en el aire y los brazos extendidos. El cabello cobrizo le brillaba con destellos dorados y rubís. Sus ojos esmeraldas destellaban, llenos de vida y alegría.

- ¡Oh! ¡Esto es increíble! ¡Es una preciosidad! - Exclamó Alice, apareciendo de entre todo el cúmulo de gente y quedándose a pocos centímetros del cuadro. - Me acabo de enamorar.

- Es un cuadro en el que apareces con Jazz, me sorprende que hayas tardado tanto en decirlo.- Dijo Rose con sorna, observando alegremente a la pequeña enana que no apartaba la vista de la pintura.

Después de su aparición, el resto de los Cullen y los Hale no tardó en hacer acto de presencia.

- Bueno Eddie, al parecer has vuelto a ser víctima del club de arte.- Comentó Emmett, mientras observaba de hito en hito mi trabajo.

- Si, bueno, al parecer hay a una cierta artista a la que le encanto.- Comenzó a decir, acercándose para poder leer los letreros donde estaba toda mi información.- Ves, Ela sigue haciendo de las suyas. También sigue cometiendo los mismos errores.

- ¿Y qué errores son esos, si se puede saber? - Cuestioné, caminando hacia él con los brazos en jarras.

Se volteó en mi dirección y, con una radiante sonrisa en los labios, se aproximó hacia mí, reuniéndonos a medio camino. Rodeó mi cintura con uno de sus brazos, con naturalidad, mientras colocaba con su mano libre un mechón rebelde tras mi oreja.

- No eres realista. Me haces parecer demasiado perfecto.

- Bueno, tú siempre dices que no me veo a mí misma correctamente. Siento decirte que a ti te ocurre lo mismo. Así que, el trabajo ya está terminado, deja de replicar Cullen.

- De acuerdo, de acuerdo, respetaré la sabiduría de la gran Ela.

- Claro que sí, soy una artista muy hábil. Ahora tengo pruebas que certifican que tengo razón.

Enarcó una ceja con curiosidad, pero esperó callado a que continuara. Busqué en mi mochila un sobre blanco, escondido dentro de mi libro de literatura, y se lo tendí. Lo abrió, sacando el papel que contenía, y leyó con que tenía escrito con avidez. No tardó en mirarme con sorpresa.

- ¿Te han aceptado?

- Sí, así que me temo que no vas a poder librarte de mí en una temporada. Como alumna becada del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York me voy con ustedes a la gran ciudad.

De repente, gritos de emoción se escucharon y pude sentir el peso de todos los Cullen y los Hale al lanzarse encima mío. Especialmente noté a Emmett, que nos estrujó como si fuéramos muñecos anti estrés. No podía entender todo lo que decían, pero escuché muchas felicitaciones y planes que tendríamos que llevar a cabo nada más llegar a Nueva York, esto último como cortesía de Alice.

Cuando nos separamos, en busca de un poco de aire, descubrimos que no quedaba nadie a nuestro alrededor. Pude ver a Angela perderse en los pasillos que llevaban a la cafetería acompañada de Ben. El estómago de Emmett rugió sonoramente, así que nosotros también decidimos irnos.

Eché una última mirada al corredor antes de continuar nuestro camino. Definitivamente, iba a echarlo de menos.

Fin


¡Hola a todos! He aquí el capítulo final, el epílogo, de "Muéstrame tu arte". Espero que este fic os haya gustado leerlo tanto como a mí escribirlo. Deja una sensación un poco extraña terminar una historia, pero supongo que me acostumbraré.

Tata XOXO, muchas gracias por tu review y por todos los que has escrito en realidad. La verdad es que estaba un poco insegura con el capítulo 23, sobretodo con el final. Nunca había escrito una escena lemmon y la había comunicado al mundo, así que tuve más nervios de los esperados. Para la próxima ocasión estaré más tranquila.

LauritaMarsYork, en algún momento tenía que darle punto y final a esta historia. Creo que los autores debemos intentar saber cuando parar. Yo particularmente detesto las historias que se eternizan. Me alegro de que te haya gustado, y espero despertar tu interés para futuras historias.

Janalez, gracias por tu review y por acompañarme con tus comentarios durante el transcurso de esta historia. Espero que te haya gustado.

Lupita-jely-C, muchas gracias por tu comentario. Estoy muy feliz de que te haya gustado. Espero tener noticias tuyas en futuras historias.

Por si alguien está interesado en mis nuevas publicaciones, he comenzado una historia de Crepúsculo titulada "Solo me enamoré de ti". Aquí les dejo la sinopsis:

"Sí, Edward, es exactamente lo que estás pensando. Yo... - comencé a decir, tratando de sonar segura de mí misma, aunque las manos me temblaban y tuve que apretar fuertemente el borde de la tela de la rebeca que cubría mi espalda para controlarlas.- Me he enamorado de Alice, tu hermana".

Tanto los que dejéis reviews como los que no, espero que hayáis disfrutado de este final y, sobre todo, de este fic.

¡Hasta pronto!