Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, todo esto es por obra y gracia de la maravillosa JK Rowling y de la Warner Bros., si fuera mío obviamente Harry y Hermione hubieran quedado juntos.

Summary: -AU- Hermione Granger es la hija del mas aclamado diseñador de modas del mundo, esta próxima a casarse con el heredero de los Diggory, Cedric. Es una chica malcriada, prepotente, consentida y mimada que tiene todo lo que desea al instante.

Ante todos de vida es perfecta y ella es la princesa en su propio cuento de hadas, pero la verdad es que ya no soporta que todos manejen su vida sin tomar en cuenta su opinión.

Harry Potter es un mecánico que vive en un pequeño cuarto con su amigo del alma, Ron Weasley, sus padres desaparecieron cuando apenas tenía dos años quedándose a cargo de sus tíos que solo hicieron que su infancia fuera la peor de su experiencia de su vida; él esta seguro de que sus padres siguen vivos y no parara hasta encontrarlos.

¿Como es que el destino de una heredera con su futuro escrito desde el momento en que nació se junta con el de un simple mecánico que apenas y tiene dinero para comer?

¿Como fue que fueron onligados a casarse siendo de mundos tan diferentes?

Mas extraño aún ¿como fue que terminaron total y completamente enamorados?


Estaba aburrida. Muy aburrida.

Desde pequeña se había visto envuelta en fiestas de ese tipo y sabía como debía comportarse, pero eso no quería decir que le gustaran. Desearía estar en cualquier otro lugar menos ahí, en su fiesta, con sus futuros suegros y a punto de anunciar su compromiso.

Si, Hermione Granger, la hija del más aclamado diseñador de modas en el mundo, estaba pronta a casarse. Y aunque la idea no le agradaba del todo, se convencía de que ese era su destino.

Se encontraba a minutos de hacer público un secreto a voces en el que solo faltaba fijar una fecha, y a punto de cambiar su apellido para pasar a ser Hermione Diggory.

En unos meses, exactamente dos meses más ¡dos meses!, se casaría con el hijo del dueño y heredero absoluto de "Diggory Corporations"; Cedric Diggory.

Se habían conocido el pasado Julio, cuando Cedric supervisaba "Diggory Corporations" sede en Estados Unidos y ella se encontraba cursando el último semestre de Ciencias Políticas en Hardvard.

Muchos habían dicho que lo suyo fue amor a primera vista pero la realidad era otra: fue dinero a primera vista.

Al poco tiempo de conocerse, Cedric se le había propuesto y, prácticamente, sus papas habían dado el sí por ella. Comenzaron su relación al mes de haberse conocido y no existía una sola revista en donde no se mencionara su relación y hablaran acerca de las posibilidades de una boda.

Y no es que no le gustara Cedric, al contrario era perfecto. Alto (solo un poco mas que ella), con facciones finas, tez clara, delgado, cabellos castaño cobrizo y unos impresionantes ojos grises que derretían y hacían imposible negarle cualquier absurda petición. Se podría decir que Cedric Diggory era el sueño de cualquier mujer hecho realidad: guapo, rico, famoso, inteligente, caballeroso…

Claro, para cualquier mujer que no la conociera a ella. Clarisse Diggory.

-Entonces Hermione, ¿tu que piensas? –una voz chillona la saco de sus cavilaciones. Su futura suegra.-

Clarisse Rollier de Diggory, mejor conocida como Clarisse Diggory, era el problema de cualquier mujer que pensara comenzar una relación con Cedric; si solo una loca lo haría, ella se consideraba una desquiciada por intentar casarse con él.

La mujer, fina de los pies a la cabeza, de unos cincuenta años (que no se le notaban en absoluto), era la persona más culta, refinada, sociable y educada que hubiera conocido (después de su madre, claro). Con unos hermosos ojos azules, rubia y de tez casi pálida, cualquiera que la conociera diría que, tal como su hijo, era la perfección andando; pero no.

Si Clarisse tenía un defecto, era su hijo. Cedric.

A pesar de que el joven tenía veintitrés años, la señora lo seguía tratando como si tuviera tres; y eso la volvía insoportable

-Perdón Clarisse, no le comprendí, usted decía… -pregunto educadamente-

-Decía, querida, que si crees apropiado el hecho de pedirle a las señoritas Lavender Brown y Parvati Patil desde este preciso momento que acepten ser tus damas de honor o mejor esperamos hasta hacer pública la noticia… sabes bien que soy unas damas muy ocupadas y es mejor avisarles con tiempo suficiente para que nos puedan hacer un espacio en su agenda tan apretada, recuerda que después de todo ellas fueron las damas de la hija de la duquesa el día de su boda y fue una fecha inolvidable…- le pregunto la mujer sin darse cuenta de la cara de fastidio que ponía la castaña-

-Yo creo que… -fue magistralmente interrumpida por el grito que soltó la rubia-

-¡Mi bebe llegó! –no fue necesario alzar la vista para que Hermione supiera que Cedric había regresado de la junta a la que había tenido que asistir en representación de su padre-

En un abrir y cerrar de ojos, la Señora Diggory se encontraba frente a su hijo. Hermione dio un gran suspiro y se acerco a ellos, era hora de decirle al mundo que se casaba.

-Mi amor, parece que no sabes comer, mira como tienes esa barbilla… haber hay que limpiar a mi querubín –Clarisse saco de su bolso un pañuelo, lo mojo ¡con su saliva! y comenzó a limpiarle la barbilla a Cedric-

La castaña se puso roja de vergüenza, claramente oía los murmullos de las mujeres y los bufidos de los hombres que, por motivos de niveles sociales, no se atrevían a hacer en voz alta. No quería vivir toda su vida así; no quería ni podía.

-Ahora si mi amor, es hora de que tú y la señorita Granger hagan público lo que será el evento más importante del año… ¡NO! espera… Cedric que te he dicho, debes de traer ese esmoquin impecable, no me gusta que te andes ensuciando todo… haber date la vuelta para que te sacuda –y sin esperar respuesta del ojigris lo puso de espaldas y comenzó a sacudirle el traje y a limpiarlo de pies a cabeza tal como cualquier madre haría con su hijo… ¡de dos años!

-Querida no te quedes ahí, ayúdame a sacudir a mi peste pillín, debes acostumbrarte a que mi angelito siempre se ensucia y si no soy yo, tu debes limpiarlo, no podemos dejar que el heredero de los Diggory ande todo cochino ¿o si? –para este punto los cotilleos de las mujeres y la molestia de los varones era palpable, ya ni siquiera se molestaban en disimular; pero claro, al mencionar que Cedric era el heredero de su fortuna, todos callaron inmediatamente-

-Mami ¿ya estoy listo? –habló por fin el muchacho-

-Si querido, procura mantenerte así por el resto de la fiesta...

El primogénito de los Diggory se volteo hacia su novia y futura esposa y como si recién se hubiera percatado de su presencia y como si anterior no lo hubieran presenciado todos los invitados, sonrió. Todos reanudaron sus antiguas conversaciones como si nada.

-Hermy, amor, te ves radiante hoy, estoy seguro que es por la noticia que estamos a punto de dar… a partir de ahora no habrá marcha atrás, estaremos juntos para siempre… seguro que con la influencia de mi madre, y por supuesto de la tuya, te convertirás en la esposa perfecta, tal como ellas…

Estaremos juntos para siempre… seguro que con la influencia de mi madre, y por supuesto de la tuya, te convertirás en la esposa perfecta, tal como ellas… Esas palabras resonaron en su cabeza, ¿se convertirá en alguien parecida a Clarisse Diggory? ¿Soportaría que su suegra tratara a su marido igual que trataría a sus nietos? ¡¿Sus hijos serían como Cedric?

Tuvo que sostenerse de la mesa y tomar asiento ya que la cabeza le daba miles de vueltas, de repente se sintió mal.

-Amor, ¿estas bien? –oyó la voz de Cedric lejana-

-No me siento bien, creo que es mejor que me marche… -se levanto de la silla en donde se encontraba y con una mueca de disculpa, sonrisas fingidas y uno que otro Un placer verlo, con su permiso, salio disparada (literalmente, claro; después de todo una dama jamás corría) de la casa en dirección al estacionamiento.

Segundos después, oyó pasos tras de ella y no tardo en comprender que su novio la seguía.

-Cariño, Hermy, ¿estas bien? ¿Qué paso allá dentro? –el castaño la había alcanzado y en un movimiento rápido, la tomo de la mano para que lo mirara- ¿Ya estas bien, cierto? Mira que podemos regresar, anunciar nuestro compromiso y adjudicar todo esto a los nervios por nuestra boda…

-No Cedric, no quiero regresar, no quiero anunciar nuestro compromiso y… y ya ni siquiera se si me quiero casar contigo… -soltó y sintió como si su alma descansara- el agarre que el joven Diggory tenía sobre ella desapareció un poco-

-¿Q-que d-diji… dijiste? –tartamudeo su novio-

-Lo que oíste, Dios, yo quiero un marido que me quiera, que sepa tomar sus propias decisiones, no uno que ante cualquier cosa que le suceda corra a refugiarse en su madre… tienes veintitrés años, ¡demuéstralo! Todas las personas se burlan a espaladas tuyas del trato que te da tu madre… ¡Yo no quiero eso para mi!-

El ojigris se quedo en shock. Sabía como era su madre, especialmente con él, pero jamás pensó que le molestara a Hermione, es más pensó que eso le agradaba. Además, tampoco sabía que la demás gente hablara de él, nunca nadie le había dicho nada al respecto.

El valet parking llegó con el Mercedes negro de la castaña, está, sin esperar reacción por parte de su novio, subió a su auto y arranco, eso pareció sacarlo de su estado y la llamo rogándole que volviera y jurándole que cambiaría. La castaña ni se inmuto y no dio marcha atrás.

Hermione Granger no regreso.


-OoOoO-

Solo, aburrido, cansado; son solo algunos adjetivos que lo describirían perfectamente a lo largo de su vida

Harry James Potter Evans, Harry Potter para efectos prácticos, se encontraba en un pequeño cuarto de alquiler con su inseparable mejor amigo Ron Weasley, solos, y sin nada que alegrara su vida en ese momento. Bonita manera de celebrar que dentro de pocas horas comenzaría un nuevo año. Si, hermosa manera.

Molly Weasley les había ofrecido ir a la Madriguera a pasar estas fechas pero, ¿Qué sentido tiene ir a una casa que esta completamente vacía? Ninguno, por eso preferían quedarse en su "habitación", total solo unas horas mas y sería un nuevo día, no difería mucho de sus actividades diarias.

Giro su cabeza un poco solo para ver a su mejor amigo dormido y roncando ligeramente. Sonrió ante la imagen. Irónico, así fue como se conocieron: durmiendo.

Resulta que Harry, en uno de sus tantos días de soledad, fue a dar una vuelta por el Hyde Park y se decidió recostar junto a un árbol que le proporcionaba una excelente sombra en ese inusual día de calor.

Sin darse cuenta se quedo dormido y cuando despertó se encontró a un pelirrojo, de aproximadamente su misma edad… ¡junto a él!, pero la cosa no terminaba ahí, claro que no… ¡como rayos habían terminado durmiendo juntos, sin conocerse y abrazados!

Rápidamente Harry se levanto y sin darse cuenta pateo la cabeza del muchacho y este se dio santo golpazo… Lo demás es historia: se levanto molesto, discutieron y mas rápido que inmediato se comenzaron a reír a carcajadas por lo sucedido; después Ron (como se había presentado el pelirrojo) lo invito a comer a su casa donde entró para no salir.

El teléfono comenzó a sonar como loco sobresaltando al pelinegro, Ron apenas si se movió, lo único que hizo fue soltar un ligero gruñido. Harry volvió a reír.

Levanto la bocina y una voz grave y algo ajetreada lo recibió.

-¿Harry Potter? –le dijo el desconocido al otro lado del auricular-

-A sus ordenes –contesto el aludido algo desconcertado ¿Quién podría saber su nombre?-

-¡Harry! Son Dean, Dean Thomas

-¡Dean! ¿Como estas, amigo? Hace tanto… ¿Dónde te has metido? ¿Y ese milagro? Para que soy bueno –el moreno estaba feliz por oír la voz de su antiguo amigo-

-¿Bueno?, para nada –el ojiverde bufó y el joven al otro lado comenzó a reír- sabes que es mentira Harry… En fin, llevó prisa así que a lo que te marque… Pasando por la autopista M25 en dirección sur, cerca del Aeropuerto de Heathrow, un coche se averió, la chica esta histérica, dice que le urge llegar a Hampshire, pero por como lo vi creo que será imposible… bueno yo cumplí con avisarte, ojala y puedas ayudarla; me tengo que ir, aún me queda un largo camino por recorrer, espero verte pronto. Hasta luego Harry.

-Adiós Dean y gracias –y colgó-

Sin quererlo una sonrisa se dibujo en su rostro. Había conseguido un pequeño "trabajo" y no se vería obligado a continuar aburrido en su diminuta "habitación".

Se dirigió a donde su amigo dormía y decidió despertarlo para que lo acompañara, si bien le agradaba el hecho de haber conseguido trabajo, no le gustaba la idea de salir solo a esas horas de la noche.

-¡Ron! –movió a su amigo una vez-, ¡Ron! –dos veces- ¡Ron! –cinco veces- ¡RON! ¡Despierta! –solo consiguió que su amigo dejara escapar un nuevo gruñido. Al ver que el pelirrojo no tenía intenciones de levantarse, decidió dejarlo dormir y escribirle un recado en caso de que se le ocurriera levantarse (cosa imposible, pensó él).

Después de escribirle una pequeña nota y darle la dirección del lugar al que se dirigía, tomo las llaves de su vieja motocicleta y salió en dirección al lugar en donde una nueva clienta se encontraba esperando.

En el camino Harry pensaba quien sería la persona a la que se le había ocurrido salir de casa rumbo a una de las autopistas mas grandes de Londres sin ningún conocimiento de autos. Y no es que se molestara con el pequeño trabajito que tenía, al contrario casi le arma una fiesta al afectado pero es que en ese tiempo era muy difícil que a alguien tuviera un coche y no supiera que hacer cuando se le descomponía.

Media hora después, con el viento congelándole hasta el mas diminuto hueso, se percato de que se encontraba muy cerca de la dirección que le había proporcionado Dean; si sus conocimientos de la geografía del lugar no le fallaban (y estaba seguro de que no era así ya que desde que tenía uso de razón vagaba por la ciudad entera por el simple placer de conocerla)… estaba a tan solo una desviación del Aeropuerto de Heathrow, la chica y su auto averiado deberían de estar…

-Pensé que jamás llegaría… -una voz femenina con un toque de molestia y alegría le habló de la nada-

-Perdone, pero a estas horas es muy difícil ubicarse en esta enorme autopista –mintió el ojiverde, la verdad es que venía sin ninguna prisa. Estaciono su moto al lado del –magnifico, hermoso, excelente, carísimo- Mercedes Benz que conducía la mujer; no tardo mucho en comprender que la chica era rica. Perfecto-

-Perdone mi comportamiento –se disculpo educadamente la linda castaña- pero llevo varias horas aquí y me temía que no llegara nadie a ayudarme, vera, necesito llegar a Hampshire urgentemente… la verdad es que no me apetece recibir el Año Nuevo en esta carretera, sola y totalmente congelada…

-Entonces veamos que es lo que le pasa a su auto –y sin más preámbulos el pelinegro se dirigió a la parte delantera del Mercedes para comenzar a revisarlo-

Quince minutos después y luego de dos intentos fallidos por arrancarlo le pidió ayuda a la ojimiel.

-Señorita necesito su ayuda. Cuando cuente tres, intente encender el auto, ¿de acuerdo? –pidió el ojiverde cuando se hubo quitado la chaqueta que llevaba, arremangado la camisa blanca y hundido dentro del cofre del Mercedes. La castaña tomo asiento en el lugar del piloto y se preparo para recibir órdenes (algo bastante inusual en ella)-

-Uno –comenzó Potter-, dos, tres… ¡Ahora! –y sin esperar mas la chica encendió el motor esperando que el auto cobrara vida; sin embargo, lo único que pudo apreciar a través del parabrisas fue como un chorro de un líquido negro, espeso, asqueroso y algo oloroso salio del interior seguido de un grito y una maldición-

-¡Maldita sea! –grito el mecánico. Al salir para tratar de limpiarse un poco oyó como la "señorita" se reía como loca, al parecer encontraba divertido el hecho de que por su culpa terminara como El monstruo del Lago Ness.

Como pudo, Hermione se bajo de su automóvil y avanzo –aún riéndose- hacia el moreno. Harry, con rostro de total enfado e indignación, se acerco un poco a ella para reclamarle su falta de cortesía; si, la niñita se veía con clase y que era muy rica, pero en lo que a amabilidad, cortesía y tacto se refería, él la superaba en años luz.

-Ten –la ojimiel sonrió ligeramente y saco de su –pequeña- cartera un pañuelo inmaculadamente blanco, cuando lo tomo pudo notar que en el extremo inferior izquierdo estaban bordadas –con hilo dorado- las letras HJG, el moreno supuso que serían sus iniciales.

-Gracias –no pudo hacer mas que devolverle la sonrisa y comenzar a reírse el también, después de algunos minutos –en donde el muchacho se limpio completamente y el pañuelo (antes blanco) quedo de un negro petróleo- guardo el pañuelo en su bolso ya que se le hacía descortés entregárselo así de sucio.

-Bueno señorita, como habrá notado su coche no funciona, lo mejor será que llamé una grúa que lo remolque hasta mi taller y ahí hacerle las reparaciones necesarias…-

-¿Qué es lo que le paso? Jamás se me había detenido y mucho menos había salido esa cosa negra… ese… ese…

-Aceite –termino Harry-… ¿Sabía que a los coches es necesario ponerles agua y aceite y cambiarlo después de, aproximadamente, seis meses? –pregunto enarcando una ceja y recargándose en el cofre ya cerrado-

-Amm, pues… yo -la verdad es que ella no tenía ni idea de lo que hablaba, lo único había entendido –a medias- es que a su hermoso Mercedes le faltaba agua. Pensó en quien había sido el idiota de no preparárselo correctamente, cuando recordó que justamente a ese idiota –John Shio- lo había despedido después de que había visto sus llantas llenas de una asquerosa tierra. ¡Rayos! se reprendió, debía conseguir alguien que hiciera eso de nuevo-

-¿No, verdad? –ella solo negó con la cabeza- de acuerdo, cuando llegue a mi casa llamare a una grúa para que vengan por su auto, pero eso será hasta mañana… -lo miro horrorizada… ¡¿tendría que pasar la noche allí?-

Él, al ver el cambio de emociones en su fino rostro decidió ayudarla, después de todo probablemente le daría una propina por su amabilidad.

-¿Tiene que llegar a Hampshire, cierto? –asintió con la cabeza- Bueno, permítame llevarla, se que no esta acostumbrada a este tipo de transportes –señalo su moto- pero será mejor viajar unos momentos incomoda que pasar la noche aquí ¿no cree?-

Hermione estudio mentalmente sus opciones: quedarse ahí, sola y con ese frío o montarse –sí, montarse, no se le llamaría de otro modo a ir en esa cosa- con él en la moto, sufrir unos minutos –u horas- y dejarla en la comodidad de su casa tratando de olvidar ese horrible episodio con un buen baño de burbujas y sales minerales en el enorme jacuzzi de su habitación. Se decidió por la segunda opción.

-De acuerdo, iré con usted, tan solo… procure ir tranquilamente –dijo casi tartamudeando-

Harry le sonrió pícaramente y ella tragó saliva… Ya no se veía tan desagradable su primera opción.

No supo ni como termino arriba de la motocicleta, -¡con las piernas abiertas!- y su precioso vestido D&G roído de la parte inferior por el mal trato… ¡tendría que regresar a Suiza y pedir que le crearan algo nuevo! Bueno, su papa pagaría por todo lo que le estaba haciendo sufrir ¿no?

Llegó a su casa rápidamente –¡y se lo agradecía enormemente a todos los santos a los que le estuvo rogando!- y al poner un pie sobre tierra firme se sintió mucho mejor. Era obvio que devolver los canapés y el caviar que había degustado en la fiesta no era propio ni de buen gusto… ¡mucho menos en una señorita como ella!

Camino directamente al enorme portón en que mantenía segura su casa y mediante el interphone ordeno que le abrieran… una vez, dos veces… ¡diez veces! ¡NO había NADIE en su casa! ¡Esta vez si que se encargaría de convencer a su papi de que despidiera a todos los incompetentes que tenía como empleados! ¡Les había ordenado específicamente que no salieran esa noche porque no habría nadie en casa y se podría presentar cualquier inconveniente!... ¡JUSTO COMO ESE!

-Pasa algo señorita –ya ni se acordaba que el mecánico venía con ella-

-¡SI! –grito casi al borde de la histeria- ¡No hay nadie en casa, los empleados –dijo esto último con desdén- salieron y no tengo manera de entrar; ni los de vigilancia, ni las mucamas, mayordomos, choféres… ¡NADIE! ¡NO HAY NADIE! ¡De que sirve tener a cientos de personas a tu servicio si no hay nadie cuando lo necesitas! –termino furiosa-

Harry solo la contemplaba realizar su monologo y lo único que se le venía a la mente al verla eran palabras como: Ególatra, prepotente, déspota, malcriada, mimada, consentida y todo tipo de adjetivos parecidos. Claro que jamás los diría, aún esperaba su propina, y más le valía fuera buena o de lo contrario…

-¿Y no trae llaves? –sugirió-

-¿Llaves? –le miro como si estuviera loco y fuera un pequeño de un año que no sabe nada del mundo- ¿Llaves? –repitió- ¿En que mundo vives….? Las llaves dejaron de usarse desde antes de que yo naciera, ahora se utilizan las tarjetas o, como es el caso de mi casa, las claves y controles de… ¡voz! ¡Eso es! ¡Es usted un genio!-

La chica rápidamente comenzó a teclear una infinidad de números, el ojiverde solo veía su dedo índice moverse como un as de luz; cuando por fin termino –diez minutos después- comenzó a hablar en una lengua que inmediatamente reconoció, no era inglés, pero que no tenía ni idea de cual fuera; definitivamente esa casa era impenetrable, pensó.

Segundos después, las enormes puertas se comenzaron a abrir dejando paso a unas rejas que al apretar un diminuto botón –que nunca hubiera visto sino es porque ella movió su mano- se levantaron para mostrar una puerta de lo que pensó, era madera finísima y muy cotosa. Ella solo empujo un poco y dejo ver una enorme mansión.

-Bueno señorita la dejó sana y salva, ahora… –era justo que, después de lo que le hizo pasar, le diera una excelente propina, y no se pensaba ir hasta conseguirla-

Por estar pensando en la jugosa cantidad de dinero que pediría, nunca se fijo que sus ojos, como la miel, se llenaron de lágrimas y su rostro se contrajo en una mueca de verdadero miedo.

-¿Sucede algo? –pregunto cuando noto el cambio de expresión-

-Es que… bueno… yo… -tartamudeaba, su cara se tiño de un adorable tono carmín- vera –suspiro hondo- mi casa esta completamente sola y…. y… ¡no me gusta estar sola! ¡Me da mucho miedo! –y sus delicados ojos se pusieron rojos y comenzaron a derramar lágrimas de miedo-

-¿Y hay algo que pueda hacer por usted? –pregunto exasperado al no entender su petición-

-Si, -se tranquilizo y respiro hondo para infundirse valor- ¿Le gustaría quedarse conmigo esta noche?

-OoOoO-


Bueno aquí otro fic, espero les guste; la idea nació mientras veía una película con mi abuelita, de ahí el nombre de la historia, solo que esta basada pero no es lo mismo. Esta historia ya esta terminada así que publicare al menos una vez por semana, ¡lo juro!

Ojala que sea de su agrado y sea merecedora de uno de su valiosisímos reviews.

Por cierto, para los que me siguen es StarStruck, ya casi termino el capítulo, solo falta pasarlo a edición y revisión y... ¡listo!

Los quiere... EriqitaPotterGranger