Disclaimer: los personajes, historia y situaciones originales de Naruto no me pertenecen La historia fue adaptada y estructurada sin fines de lucro. Su objetivo no es otro sino el de entretener.

Este fic refiere a la petición de un lector que pidiera una historia NaruIno. Va en contra de mi religión escribir algo fuera del NaruSaku, pero siempre hay una primera vez para todo. Si no me agrada, al menos intentaré escribir algo que tiente el corazón de los lectores. Así abro la caja de Pandora: Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

Ironía.

Ino siempre fue una persona que gustaba buscar la forma de divertirse con su oficio. Ella era especialista en espionaje, y con ello se puede decir que tomaba sus libertades para obtener información importante para cualquier misión. Sus métodos iban desde la lectura de mentes (especialidad de la familia Yamanaka) hasta convivir con el objetivo de espionaje. Nunca antes había tenido problemas para obtener información. Nunca… hasta que tuvo que obtener información sobre si misma.

El día que Naruto regresó a la aldea triunfante después de encarar a Pain en el bosque fue un día que cambió completamente su mundo. Hasta ese entonces no había contemplado tener una relación seria con nadie. Pero verlo triunfante tras de todo lo que había pasado tanto en su niñez como en la actualidad… siendo el ninja más querido en todo Konoha y otros sitios extra, le hizo pensar en lo increíble que resultaba ser Naruto. Resultaba ser un buen partido, pese a la enorme historia que le precedía a ambos. Y aún así, la historia del rubio era su mejor carta de presentación con una chica. Decidido, Inquebrantable, Amable… todo un partido. Pero había un pequeño problema: su corazón siempre ha estado ocupado.

Comenzaba a preocuparse un poco con esto de "Traer a Sasuke de regreso." Estaba por lograrlo, pero siempre pasaba uno u otro asunto que le impedía cumplir la promesa que le hiciera hace cinco años a Sakura. Después de tanto, uno pensaría que debiera darse por vencido de una vez y para siempre. No era el naruto que todos conocían. Estaba empeñado en traer a Sasuke de regreso para Sakura, que se había olvidado de vivir para si mismo. Esta era la mayor preocupación. Por este asunto había dejado de lado la confesión de Hinata, que al final terminó aceptando a Kiba como una pareja sólida. Ahora Naruto se quedaba sin posibilidades de enamorarse, o ser aceptado. Sakura era una opción, pero por algún motivo jamás pareció estar interesada en aceptar las atenciones de Naruto. Una, pensando que tal vez esta era una oportunidad dorada para acercarse al rubio, comenzó a analizar situaciones. Sin embargo, Naruto no se encontraba en Konoha ahora mismo. Estaba en una de sus eternas cruzadas por encontrar una forma de regresar al azabache a Konoha voluntariamente. Eso, al final no podía ser bueno. Es por ello que, confinada al hospital, Ino debía esperar un poco y buscar entre su poco tiempo libre una respuesta a su preocupación. La primera respuesta vendría directo de la pregunta: ¿Por qué se preocupaba tanto por Naruto?

El hospital pasaba por un periodo de paz, por lo que solo había enfermos de resfriado o alguno que otro incidente laboral de vez en cuando. Este era un tiempo libre para pensar un poco entre rondas. En la sala de enfermeras pensaba para si misma, cuando su amiga Sakura se acercó a ella.

–Ino, ¿Te sientes bien?

–Es algo que me pregunto yo misma muchas veces, pero casi nunca tengo una respuesta.

– ¿Qué te preocupa?

–Es Naruto. De vez en cuando lo noto abatido y triste. Ahora consiguió el respeto de toda Konoha, pero no lo veo suficientemente feliz por esto. Incluso es posible sea la siguiente elección para hokage. Y sigue…

–Lo entiendo…

–No lo creo. Gran parte de esa depresión se iría si tan solo…

–No puedo hacer nada por ello. Se que Naruto tiene sentimientos por mi, pero al corazón no se le manda, Ino. No es que no entienda lo que siente por mí. Sino que no siento lo mismo por él. Merece tener a alguien que lo pueda amar. Y esa no puedo ser yo.

–Es cierto. Pero por alguna razón esa idea no me mantiene ni remotamente tranquila.

Sakura comenzó a reír en sus adentros, notando que en Ino comenzaba a nacer algo por Naruto. Era Gracioso, pensar que era Ino quien podría ser la adecuada para Naruto. Ni remotamente le habría llegado esa idea, pero cada que notaba a Ino preocupándose por Naruto era más que evidente.

– ¿Por qué no lo vas a ver? Naruto no es un chico complicado. Si le invitas un tazón de Ramen tendrás completamente su atención.

–Eso no fue agradable. –Dijo Ino.

–Venga, intenta sacarlo de su apatía. Si voy yo le curaré un instante la tristeza, y después caerá en una depresión peor. Ya lo intenté… y no puedo hacer micho. Incluso intenté que aceptara la declaración de amor de Hinata. Pero dijo que no tenía tiempo para el amor. Simplemente es imposible.

– ¿Crees que estoy enamorada de él?

–Solo quiero que busques una manera de despistarlo. Ya lo intenté todo… o al menos todo cuanto me permito. No quiero lastimarlo.

Ino comprendía el cómo podía sentirse Naruto. Sai era un caso que jamás se llegó a dar. Para cuando ella logró olvidar a Sai ya habían pasado dos años. También era necesario distraerse ella, intentar convivir con los demás.

–Loaré como un favor para mi misma. Intentaré salir con él.

–Solo… intenta no molestarlo hablándole de mí. Ya ha pasado por mucho.

Cuando Naruto regresó a Konoha, derrotado en sus intenciones una vez más, fue directo a su casa a descansar. Estaba agotado, terminado por dentro y fuera. Durante dos días no se supo nada de él. Al amanecer del tercer día algunos notaron en su rostro una mueca de derrota. Parecía haber estado despierto toda la noche anterior, según lo mostraban sus marcas en los ojos. Mantenía un perfil bajo pese a ser conocido por toda la aldea. Y siempre mostraba una sonrisa fingida a quien le saludaba sin llegar a decir oraciones mayores a las tres palabras. Era el rostro de la derrota, y nada más. El único sitio al que pensaba ir antes de encerrarse nuevamente en su habitación era el súper mercado, donde compraría ramen instantáneo y volvería a su mundo oscuro y gris. El pasillo era conocido por él, era el único que visitaba además de los lácteos. Estiró la mano para tomar una presentación de carne de res, cuando una mano le detuvo. Esa blanca y aterciopelada mano pertenecía a Ino, que también había deseado tomar un poco de ramen. Cruzarse con él no era planeado. Simplemente ocurrió. Y aquí entre dos, no le molestaba verlo en este momento.

–Hola, Naruto.

–Ino. –Naruto mostró una sonrisa fingida. Cada vez le costaba más fingir que todo estaba bien con su vida. –Creí que cuidabas tu figura y evitabas harinas a toda costa.

–Es un gusto adquirido, Chouji celebró su cumpleaños anterior en Ichiraku, y me encantó el sabor y rapidez. Pero no lo como seguido. Solo una vez…cada que mi cabeza quiere explotar por la tentación. –Ino notaba la tristeza de Naruto, pero como lo sugiriese Sakura tiempo atrás no lo abrumaría haciéndole explicar o recordar los motivos por los que se privaba su alegría. –Y, ¿Me recomiendas algo para probar?

–Si de verdad quieres disfrutar el Ramen, con el viejo Ichiraku son más deliciosos.

–Si, he querido ir durante días. Pero ir allí sin compañía es una especie de "te lo dije" por parte de Chouji y Shikamaru. Dije cosas que no agradaron mucho… y me advirtieron que regresaría tentada por el sabor. –Ino veía a Naruto como si se tratase de algo que usar. –Naruto… ¿Podrías….?

–Quieres que te acompañe con Ichiraku para que esté justificada tu visita creyendo que tenemos una cita.

–Eso último suena mal. Dejémoslo en un "Te invito un tazón de Ramen, si me acompañas a darme un gusto extra.

El rubio siguió tomando vasos de ramen instantáneo, demasiados para una sola persona. Ino simplemente agachó la cabeza y sintió que lo había hecho mal.

–Para futuros antojos. Camarón, pollo y surimi. –Naruto echó algunos vasos dentro de su canasta. Con una pequeña señal hizo entender a Ino que volteara un momento a la puerta, donde se encontraban Shikamaru y Chouji. En un susurro le dijo que él se llevaría algunos para ella, que saliera con las compras que haría, y le esperaría en la florería para darle sus ramens instantáneos.

–Gracias. –Susurró Ino en verdad agradecida.

Ino y Naruto tomaron caminos separados. Naruto fue el primero en salir, encontrándose afuera con Shikamaru y charlando un rato mientras Chouji hacía las compras para su comida. Ino salió no mucho después de que lo hizo Naruto, pasando de largo a su compañero de equipo y llegando a su florería, donde no tardó mucho en recapacitar en lo que había pasado poco atrás. Naruto había aceptado una cita con ella. Pese a que solo fuera a comer Ramen, eso era una cita.

–Debo estar loca. –Ino dejó sus compras en la isla y comenzó a verse en un espejo. No era como si se viera mal, era su orgullo verse bien todo el tiempo. Comenzó a quitarse la liga que sostenía su cola de caballo y tomó el cepillo, pasó a alaciarse un poco el pelo y revisarse la ropa. Pronto se detuvo pensando en lo que estaba haciendo. –Dios, ¿Por qué estoy haciendo esto? Solo iremos a cenar Ramen en Ichiraku. No tiene nada que ver con él.

Ino se quitó solamente el delantal que había estado usando todo el día y se sentó en una silla cercana. Las cosas resultaban ser diferentes ahora que se había decidido poner una sonrisa en el rostro de Naruto. Todo por lo mucho que lo admiraba. O será que…

–Estará aquí muy pronto. Tengo que terminar de ordenar las compras y…

Ding… Dong.

–Y ya está aquí. El momento menor oportuno para esto…

Ino se recogió nuevamente el cabello en la misma cola de caballo que solía usar y pasó a abrir la puerta. En verdad era Naruto con la bolsa de ramen en manos. Al abrirle la puerta, Naruto le entregó la ración que había comprado para ella.

–Naruto, lo siento. No te dí dinero para pagar esto…

–Descuida, no son caros.

–Pasa, ayúdame antes de salir. –Ino lo condujo hasta la cocina, donde estaban las compras extras que se había traído del supermercado. –Lamento el tiradero, pero desde que mis padres se mudaron tengo que salir adelante por mi propia cuenta. Sabes a lo que me refiero.

–Si, lo sé.

–Claro. (Idiota, no le hagas pensar en cosas tristes). Verás, acabo de llegar. ¿Puedes ayudarme a ordenar esto? Si lo haces invitaré yo.

–Claro.

Ino comenzó ordenando las verduras mientras Naruto se encargaba de los alimentos empaquetados. Conforme acomodaba todo en su sitio fue notando que Ino en verdad comía cosas extrañas. El café sin cafeína, cereales sin azúcar… había un paquete de aceite de canola que jamás en su vida había visto. Todo era reducido en azucares, grasas, harinas, carbohidratos… no es que Naruto revisara eso precisamente, sino que en letras resaltadas se podía leer "bajo en esto," o "bajo en aquello." "la mejor opción sin calorías."

–Con razón quedaste encantada con el Ramen. Nada de esto tiene sabor o provecho.

–Claro. Si tan solo comiera eso que a Chouji le gusta tan seguido terminaría tan gorda como él.

–O, lo olvidaba. Cuidar la figura es importante para la mayoría de ustedes.

–No, solo que me cuido. Me gusta estar delgada y bien formada. En cambio a Chouji…

–A mi me gusta el Ramen. Casi no como otra cosa que no sea Ramen y aún así no estoy ni gordo ni relleno. Es más, me veo mejor que cualquier Shinobi promedio en Konoha.

–Por eso te ocultas debajo de esa enorme chaqueta negro-anaranjada que jamás que quitas.

Naruto bajó la mirada observándose la chaqueta. Mirándose de frente, la chaqueta le hacía ver más regordete de lo que en verdad era. Teniendo a Ino dándole la espalda, Naruto se quitó la chaqueta. Se vio como realmente era, notando que de verdad podía verse los músculos. Aunque si había sitios un poco "blanditos", no eran demasiados.

–No estoy gordo.

–No digo que seas gordo, solo que me molesta que tanto tu como Chouji coman como pordioseros sin cuidar su propia salud. Si fueran tan cuidadosos como Sai, o Sasu… –Ino se detuvo un instante antes de decir lo que estaba por decir. Mencionar a Sasuke no era apropiado ahora. Dejó todo cuanto estaba haciendo y se dio la vuelta, tratando de ignorar que estuvo a punto de arruinar la sonrisa de Naruto. No obstante, la que pintó una sonrisa en su rostro fue Ino al ver a Naruto sin su camisa, tocando cada uno de sus músculos para ver si estaba gordo o delgado. – ¿Qué estás haciendo?

–No estoy gordo.

– (Pareciera estar ofendido por decirle gordo. De seguro ni siquiera me escuchó cuando estuve a punto de mencionar a Sasuke). Si te ofendí, lo siento. Terminemos con esto para irnos.

Ino no podía dejar de ver a Naruto buscándose residuos de grasa en el cuerpo. Pese a la mala alimentación de Naruto, tenía muy buena figura. De hecho, bastante atractivo para ser un amante del ramen. Verlo revisarse el cuerpo le hizo perder un poco el tiempo y cordura. Cuando se dio cuenta que Naruto se había detenido ya tenía su mirada atenta a ella.

– ¿Sucede algo?

–No… nada. –La pena de Ino le hizo volverse sobre su eje tratando de esconder su bochorno. –Vamos, terminemos para ir por el ramen de Ichiraku. –Avergonzada por estar a punto de ser atrapada contemplando el cuerpo del rubio comenzó a acelerar el paso para librarse de esto de la cita. Naruto parecía sonreír un poco por verla tan nerviosa. Esta era la primera vez que la veía tan nerviosa por cualquier motivo. Tomó los productos que faltaban para acomodar y se sentó frente a la puerta. De paso, observaba a Ino apenada por lo que había hecho. En verdad parecía cohibida, pero no sabía exactamente el por qué.

–No sé por que tienes el rostro como manzana, pero no puede ser para tanto.

–Déjame en paz. –Ino terminó y tomó las llaves de la florería. –Vámonos, antes de que me arrepienta.

–Ino, ¿Exactamente que tratas de hacer?

– ¿No me crees que de verdad quiero disfrutar de un plato de ramen?

–No, eso como sea. Pero desde que te conocí me has tratado como si fuera un cero a la izquierda. Y ahora te comportas atenta conmigo.

–Eres la única salida que tengo para invitar a comer ramen. Sakura no gusta tanto de ello, y no quiero invitar a mis compañeros de equipo. Si invito a alguien más… muy posiblemente me contestará como tu me contestas ahora. Tú eres el único que conozco que podrías ayudarme… ahora, no es que sea tan importante para mí…

–Ya, tranquila. Ven, vamos a comer si es lo que tanto deseas.

Naruto estiró el brazo, ofreciéndoselo a Ino. Ella tomó su brazo en señal de aceptación. Esa tarde ellos pasarían un tiempo juntos. Salir para ambos era solo un motivo para olvidar lo que dejaban atrás. Solo un paso para pasarla bien en compañía de un amigo.

Este es el primer capitulo de una serie encargada por un lector. Me encantó que me dieran un reto que escribir, y me motivo a idear algo que jamás había hecho. Si sigues hasta aquí, nos vemos en el segundo capitulo. Por cierto, si alguien me puede recordar como se llama el anciano que atiende el Ichiraku's se los agradecería. Un comentario, de preferencia constructivo, para este pobre limosnero literario. See Yaa!