¡Hola! ¿Que tal? Os tengo que irformar de algo, la primera escena de este capitulo (incluido el flashback) no estaba pensada desde un principio, me decidí a escribirla después de los exclamativos comentarios donde más de uno me preguntaba con pena porque no había sido más explicita en cuanto a Law y Eustass. Si no os gusta recae sobre vuestros actos, vosotros me lo habeis pedido y yo, como buena persona que soy, os lo he dado.
Capitulo 55. Un cruce en el camino
Eustass abrió los ojos muy lentamente, encontrándose tumbado de lado en su cama. Tras él escuchó un tranquilo aliento que le hizo girarse. El pecho de Law subía y bajaba lentamente con su respiración.
El pelirrojo se acercó a él y acarició su cara, sin poder evitar recordar la conversación que tuvieron en su graduación.
O0FlashBack0o
-¿Qué haces aquí?- dijo al encontrarlo en el jardín trasero dándole la espalda.
-Necesitaba aire.-contestó evasivo sin volverse.
-Ya... yo también. Pero no te preocupes, ya me iré a otra parte.
-¡Espera!- siguió sin volverse, pero el pelirrojo creyó notar un quiebro en su voz.- Tengo que decirte algo.-tomó aire.- el otro día hablé con Bonney.
-¡Ah! Esa maldita... le dije que no interfiriera. Lo siento.
-No, se lo agradezco, me hizo darme cuenta de cosas que no había visto.-Los dos callaron.- Eustass... no quiero acabar con nuestra relación de esta manera. Bonney y tu habéis sido mis amigos desde que íbamos al parvulario.- El otro no hablaba, sus pulsaciones lo hacían por él.- Sin embargo, no quiero mantenerme cerca de ti.
Bajó la cabeza resignado. Era algo evidente, sin embargo, su pecho empezó a dolerle.
-No quiero hacerte más daño del que ya te he hecho.- esa vez el quiebro fue resaltante.- no quiero que todo vuelva a ser como antes, como si nada hubiese pasado solo para que tu escondas lo que sientes en ti mismo. Y que al tratarte como siempre te hundas aún más.
El pelirrojo suspiró.
-No te tortures en esta última noche, soy realista y consciente de lo que hay. No me haré ilusiones.
-Pero yo si.- el otro abrió mucho los ojos.- siempre estaré ilusionado con tenerte solo para mi, me pondré celoso si te enamoras de otra persona y haré lo que sea para fastidiar esa relación. Porque soy rastrero e interesado y sé que si aceptar ahora tus sentimientos tarde o temprano se acabaría como el resto de mis relaciones. Y yo no solo perderé una pareja, perderé a una amigo... te perderé por completo. No lo podría soportar.
Sintió como agarraban su brazo con brusquedad y le daban la vuelta, mostrándole a Eustass todas sus lágrimas.
-¿¡Como lo sabes!? ¿¡Cómo puedes saber que se va a terminar!? No me compares con el resto de novias que has tenido.
-¡No lo digo por ti! ¡Ya te lo he dicho, acabaré cansándome! ¡Por mucho que ahora te quiera seguro que solo es un capricho mio porque eres un hombre!
Todo quedó parado.
-¿Que... que has dicho?
-Que... eres un hombre.
-Lo otro.
-Que acabaré cansándome.
-No, lo otro.
El de las ojeras tembló aún más, y tras tragar duro dijo:
-Que te quiero.
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El moreno se despertó pausadamente y con una sonrisa dormida miró al pelirrojo. Agarrándose a su cuello con suavidad le besó.
No iban a ser un pareja fácil, se harían mucho daño y... puede que en un futuro Law tuviese razón y acabarían cortando. Pero en ese momento no podía dejar de pensar que valía la pena.
Se mantenía quieto en su pupitre, con las manos sobre la mesa y su dedo indice derecho golpeando continuamente la madera. Cuando la profesora Robin se acercó a su mesa con el sobre de sus notas se obligó a respirar profundamente. Eso momentos en que estuvo esperando a que toda la clase estuviese servida se le hicieron eternos. Esas notas cambiaban demasiado su vida como para tomárselas con parsimonia.
-Bien.- dijo la profesora una vez ya detrás de su mesa. Sonreía con la calidez de siempre.- ya podéis abrir los sobres.
Nadie esperó a una palabra más, y abrieron las cartas como Luffy su bocadillos en el recreo. El peliverde desplegó el papel y observó atentamente lo que estaba leyendo sin poder creérselo. Incluso su corazón latía más fuerte.
-Estoy muy contenta con vosotros.- volvió a hablar la mujer.- habéis trabajado duro y lo habéis conseguido. Todos y cada uno de vosotros habéis superado este curso y os habéis graduado. Estoy muy orgullosa de haber sido vuestra tutora durante estos dos años y creedme cuando os digo que os echaré de menos una vez nos despidamos tras selectividad. Muchas felicidades. Os deseo mucha suerte para todo lo que os propongáis en la vida.
Toda la clase se levantó aplaudiendo y vitoreando. Finalmente, esa etapa de su vida había acabado.
Pedaleaba con mucha fuerza a la vez que era impulsado por el viento. Se sentía lleno de energía. Aún no podía creerse que precisamente él las hubiera aprobado todas. Su media era mediocre, pero eso era lo de menos. Solo podía pensar "más deprisa, más deprisa. Tengo que llegar a casa y contárselo".
Frenó derrapando justo delante de la entrada.
-¿Uh?- No todo estaba como siempre. Dentro del recinto privado, delante de las escaleras que daban a la puerta principal y al lado del coche de Mihawk estaba otro vehículo.
Con la bici a su vera, abrió la verja y fue andando hacia la mansión. El coche no era el deportivo rojo y descapotable de Shanks, tampoco la limusina pomposa de Bon Clay. No lo conocía ni sonaba de nada, además era un coche normal, que podía permitirse cualquier persona con un sueldo estándar.
Entonces, cuando ya estaba a la altura de los dos coches, las puertas de la casa se abrieron, dejando paso a su tutor y a otro tipo. Este era algo más alto que Mihawk, con el pelo negro y completamente echado para atrás con gomina; la ropa que traía era bastante normal, no más que unos pantalones y una blusa de mangas cortas; pero su cara, adornada con un puro y una cicatriz de oreja a oreja, llamaba bastante la atención. Además, ese hombre no parecía estar bien, daba la impresión que estaba completamente agotado. Abatido.
-Muchas gracias Mihawk.- le apretó la mano con fuerza.- te lo devolveré en cuanto puedas.
-Lo sé, no te preocupes. Tómate tu tiempo.
-Gracias.- aquel hombre le dio la espalda al otro, bajó las escaleras y se colocó al lado de la puerta de su coche. Solo en ese instante se dio cuenta de que Zoro estaba allí, pero tratándole como si fuera un adorno no le hizo el menor caso.- Ah, se me olvidaba- volvió a mirar a Mihawk.- Por favor, no le informes a nadie de mi visita.
-Descuida, en algunos casos, por no decir constantemente, deseo que me consideren desaparecido en Italia.
El hombre rió entre dientes y se despidió alzando la mano a la vez que abría la puerta de su coche.
Zoro, tras perder de vista el coche miró al mayor.
-¿Quién era?
-Un viejo amigo.- contestó bajando las escaleras y acercándose al peliverde.- Necesitaba dinero. Por razones que no me ha querido contar perdió toda su fortuna en Italia.
-Por eso parecía tan destrozado.
-Si, pero se recuperará.-dijo observando por donde se había ido el coche de su antiguo compañero.- Es ambicioso y tiene fuerza de voluntad.- tras suspirar volvió a mirar al peliverde.- ¿Que tal ha ido?
No pudo reprimir su cara de felicidad ante esa pregunta y rápidamente sacó del bolsillo de su pantalón el sobre con las notas para dárselas a su tutor. Mihawk, haciendo un débil mohín a como el chico le traía las notas, abrió el sobre y desplegó el papel. No pasaron ni tres segundo cuando él también sonrió.
-Esto para mi no es ninguna sorpresa.- le revolvió el verde cabello con sus manos.- Estoy orgulloso de ti.
No todo fue felicidad eso días, es más, la selectividad solo fue una repetición de la temporada de exámenes; más corta ciertamente, pero mucho más intensa; y los alumnos del todo el país que se jugaban la nota media que le permitiría entrar a su carrera gritaban interiormente en agonía como si estuviera sufriendo un transformación en un ser destructivo y sediento de sangre que solo deseaba ver la muerte de la raza humana y el exterminio del mundo.
-Oye, Zoro ¿tu sabes porqué esta todo el mundo tan agobiado?-le preguntó Luffy hurgándose la nariz sentado tranquilamente en uno de los bancos de la facultad donde se examinaban todos.
-Porque si no aprueban no entran en lo que quieren estudiar.- le contestó igual de tranquilo pasando las hojas de su libro de historia, parecía que estudiaba, pero él estaba allí como Luffy, por estar.
-Ah... ¡pues que suerte tenemos tu y yo! ¡Jajajaja! ¡Como no vamos a entrar en la universidad!
Entonces sintió un aura maligna que le hizo sudar en frío. Al volverse vio a Nami, cuya cara daba miedo.
-Una palabra más maldito parásito social y escribo mi examen con tu sangre.
-¡Buenos días a todos!- llegó feliz y contento Usopp.- ¿preparados para el examen?
¿Habéis visto alguna vez Pokémon? ¿Habéis visto alguna vez cuando Charizard agarraba a otro Pokémon, alzaba el vuelo y daba vueltas en el aire hasta marear a su contrincante para después lanzarlo de bruces contra el suelo realizando así el Movimiento Sísmico? Bueno, pues eso fue exactamente lo que Nami hizo en ese momento con Usopp.
-¡Ya estoy harta de tantas tonterías! ¡Si esto no significa nada para vosotros iros a casa y dejadnos tranquilos a los que nos lo jugamos todo! ¡Solo tenéis que mirar a Law para daros cuenta de lo importante que es esto!
Efectivamente, Law; que sacando de las mejores notas siempre se había tomado los exámenes con tranquilidad, filosofía y a veces incluso con altenería y vagancia; ahora estaba con los codos hincados en las rodillas sin apartar la vista del libro, muy concentrado y evadido del mundo pasando las hojas tan rápido como sus ojos escaneaban las letras de izquierda a derecha y de arriba abajo.
-Pero Nami.- intervino la peliazul.- Usopp también quiere entrar en una carrera, pero ha estudiado tanto estos meses para recuperar que se puede permitir el lujo de estar tranquilo.
-¡Me importa un pito!
Pero una vez pasada la tormenta todo volvió a su lugar y una vez más se reunieron junto al mar picado vestidos de uniforme.
-¿Alguien me puede recordar a quien se le ocurrió esto?- preguntó Sanji con cara de peo.
-¿A quien va a ser?- contestó de manera retórica Usopp con la misma cara.
-¡Venga tíos!- les animó Luffy.- ya que no tuvimos noche de San Juan por los exámenes al menos vamos ha hacer esto.
-¿Tu no te quejas Zoro?- le preguntó Chopper.
-¿Yo que puedo hacer a parte de obedecer ordenes?- se alzó de hombros.- ademas, si no queréis hacerlo no lo hagáis, pero después de todo esta va a ser la última tontería que hagamos juntos.
-En eso tienes razón Zoro.-le sonrió el monito.- Por eso quería hacer esto, puede que dentro de unos años nos volvamos a reunir todos juntos, pero ya seremos mayores y no podemos hacer este tipo de locuras. Porqué... -miró al mar alegre a a vez que algo nostálgico.- se que de alguna manera, al separarnos, todos iremos cambiando. Pero se que siempre seremos amigos.
-Pues claro que si colega.- la pasó el narizotas el brazo tras el cuello.- ¿Que serías tu sin mi como tu amigo?
-Se las apañaba bien sin ti cuando no estabas.- le comentó sonriente Gin.
-¡Tu a callar!
-¿Alguien apuesta a que dentro de no se sabe cuantos años volveremos a hacer esto?- dejó caer la idea Nami, aunque sabía que era un afirmación.
-¡Basta de cháchara!- gritó Luffy tomando la muñeca de Vivi y echando a correr.- ¡El último en lanzarse al agua nos invita a comer!
-¡Eh, has salido antes! ¡Eso es trampa!
-¡Que tengo las patas cortas!
Y se lanzaron al agua, luchando contra las olas, sin importar las miradas que había puestos en ellos. Reían y jugaban como si tuviesen cinco años, vestidos con el uniforme que tanto tiempo habían llevado. Sería el último recuerdo que compartirían juntos en mucho tiempo, pero se asegurarían de que no fuera el final.
-Lesbia ¿Has visto a Zoro?
La chica le miró con lagrimas en los ojos.
-Está.. en...en... -sus sollozos e hipidos no la dejaban habla con normalidad.- el desván... ¡Despidiéndose de su bicicleta!- berreo lanzándose a la carrera derramando ríos de lagrimas.- ¡Buaaaa!
Mihawk quedó mirando su estela y tras un suspiró comenzó a caminar. Al entrar en el desván encontró al peliverde dándole la espalda, sentado en el suelo sin dejar de mirar su vieja bicicleta.
Parecía un momento tan intimo que el mayor se resistió a romperlo. Sin embargo, anduvo hasta el joven quedando tras su espalda.
-Zoro, es hora de irnos.
-Ya. Lo sé.- contestó sin mirarle.
-Sabes que la cuidaremos muy bien. Hermes se encargará de su mantenimiento.
-Ya... ¿Puedes dejarme un momento a solas? En seguida bajaré.
-Por supuesto.
Zoro escuchó los pasos de sus tutor alejarse. Acercó su mano a la bicicleta, acariciándola con la yema de los dedos. Sonrió.
Entonces, tomando la tela blanca que había a su vera se levantó; seguía sonriendo, aunque en sus ojos hubiera un deje de tristeza.
-Muchas gracias por todo.- dijo cubriéndola con la tela.- Y adiós.
El coche iba en un extraño silencio, que ni tan siquiera Shanks, que estaba en el asiento del copiloto, era capaz de romper. Zoro, con la cabeza apoyada en el hombro de Mihawk, no dejaba de mirar por la ventana, observando ese mar que un día le pareció el fin de todo sin darse cuenta de que había sido un principio. Todo ese gran azul ahora estaba lleno de recuerdos y, era extraño, pero ahora que iba a dejar de verlo todos los días... tenía frío.
El coche paró en uno de los estacionamientos del parking, y seguido todos salieron del vehículo, siendo el anciano Hermes el último, que fue directamente al maletero para sacar el escueto equipaje del señorito.
-¿No queréis que os acompañe?- preguntó el pelirrojo.- Ya que estoy aquí...
-No.- negó Mihawk.- preferimos ir los dos solos.
-Aquí tiene señorito.- le ofreció el ya veterano mayordomo su equipaje al joven. Zoro recogió su mochila con una sola mano.- Es la primera vez que lleva tan poco equipaje. Llame si quiere que le enviemos algo.
El peliverde, casi sin poder evitarlo, se inclinó para abrazar al bajo anciano.
-Os echaré de menos.
El viejo Hermes, recuperándose de su sorpresa, correspondió el abrazo del joven y dándole palmaditas en la espalda dijo:
-Venga señorito, no pierda el tiempo conmigo, o perderá el tren.
Zoro se separó con una sonrisa algo triste.
-Cuídese.- le dijo el mayordomo.
-Tu también Hermes.
El pelirrojo miró como los dos se iban, mientras que Hermes se limpiaba sus gafas empañadas.
-Da pena ¿verdad?- comentó Shanks.- Aunque es de naturaleza, las despedidas siempre son tristes.
-Cierto es Señor Akagami. Sin embargo, no siempre es lo mismo un "adiós" que un "hasta luego".
-¿Llevas todo lo que necesitas? ¿Documentación, móvil, dinero...?
-No te preocupes, lo llevo todo.
-Alguien tan desastre como tu no puede decirme que no me preocupe. Desde que llegaste aquí hace dos años no has hecho más que darme dolores de cabeza.
-Anda que los que me has dado tu a mi.- le dijo con mirada afilada.
El tren, parando en la estación, cortó su charla y acto seguido se levantaron hacia sus puertas. Mihawk observó serio al joven sin que este se diera cuenta.
-Zoro.- sus ojos se cruzaron, entre ellos pasó el silencio. Lentamente, la mano de Mihawk acarició la mejilla del peliverde hasta colorase en su nuca, agarrando suavemente sus cabellos.- Intenta no perderte.
Débilmente y con algo de temblor, el peliverde curvó sus labios en una sonrisa.
-Ya... ya no soy ningún crío estúpido.
El mayor sonrió y aferró al joven contra su pecho, queriendo retenerlo por última vez.
-Te quiero mucho.- dijo el peliverde.
Mihawk, sin dejar de abrazarlo y dejándolo a escondida de todos le dio un corto beso en los labios.
El tren avisó de su partida, y ambos se apartaron yendo el peliverde tras las puertas pero evitando cortar el contacto hasta el último momento. Con el cristal de por medio juntaron las palmas de sus manos. El tren había comenzado a partir, pero Mihawk anduvo todo lo que pudo a su lado.
-¡Te llamaré! -gritó e peliverde.- lo haré en cuanto llegue a mi destino.
Pudo haber muchas más palabras, pero Mihawk ya no podía seguirle, y el tren definitivamente partió levantando una gran ruido y viento. No podía ver el final de la vía.
Zoro no se apartó del vano hasta que su tutor, que había tenido que parar al final del escalón de la estación, se escondió de su vista. Apretó los ojos y suspiró expulsando todo el aire que tenía; tras volver a abrilos sacó de su bolsillo su tiquet de viaje para buscar su asiento. Después de pasar pos dos vagones finalmente encontró su sitio al lado de la ventana.
Tan centrado estaba en el paisaje que no se percató de que alguien se había sentado a su lado.
-Vaya, vaya. Esto es lo que llaman destino.- el peliverde abrió por completo los ojos y volviendo la cabeza vio que su compañero de asiento no era otro que el canoso- Nunca pensé que mi asiento estaría a tu lado.
-¡Gin! ¿¡Que haces aquí!?
-Bueno...-se alzó de hombros.- simplemente pensé en todas las cosas que quería hacer, en todos lo sitios que quería ver y me dije "¿Por qué no me voy con Zoro?"
-Pero Gin, tu tienes muy buenas notas. Ahora mismo puedes entrar en la universidad que te de la gana. Yo me voy a un viaje sin rumbo.
-La universidad no lo es todo, y mucho menos lo que quiero en este momento. Hay tiempo para todo Zoro. Déjame ser tu compañero de viaje.
El otro lo pensó unos segundos. Resopló.
-Haz lo que te de la gana.- se apoyó de brazos cruzado a la ventana.
-Se que estás feliz.
-No estoy feliz.
-Si, si que lo estás.
-Que no.
-Que si.
-Te voy a tirar del tren.
Shanks se puso al lado de su compañero que aún miraba los raíles vacío que se perdían a lo lejos.
-¿Sabes? Estuve pensando en algo. Eres un manipulador.
-¿Uhm? ¿A que te refieres?
-Es evidente Mihawk. Puedes hacerte el noble diciendo que quieres que Zoro viva su vida y sea feliz sin tu carga. Sin embargo, tú no lo has dejado ir para que sea feliz, sino para retenerlo. Sabes perfectamente que puede encontrar otro amor allí donde vaya, pero rogarle porque no sé vaya solo lo aprisionaría y a la larga querría huir. Prefieres arriesgarte comportándote como un buen tipo, para que te extrañe y en el caso de que encuentre a otra persona la culpabilidad le golpee en el pecho.
El moreno suspiró.
-No dejo de preguntarme cuando dejarás de hablar.-dijo dándose a vuelta para volver al coche.
-¿Eso significa que he acertado?- le siguió.
-No.
-Uhm... ¡Oye Mihawk!- le dio un codazo en el hombro.- ¿Por qué no nos echamos una carrera hasta el coche? Como en lo viejos tiempos.
-Porque ya no somos unos críos y estamos en un sitio público lleno de gente.
-Venga.- le hizo un puchero.
-No.
Entonces Shanks hizo un mohín, pero pensando, de repente se le encendió la bombilla y puso una sonrisa bastante maléfica.
-Ah, Mihawk, que feliz debes estar, pasará un poco de tiempo, pero seguro que cuando vuelva el pequeño Zoro se ha convertido en todo un hombre. Ya sabes, más alto, más fornido, más protector.
-¿Y eso que tiene que ver con mi felicidad?
-No sé amigo mio, yo siempre te he visto muy... "pasivo".
El de la mirada áurea paró en seco y miró al pelirrojo sonriente con una cara de mosqueó.
-Esta bien. -dijo desanudándose la corbata.- Haré un excepción de madurez por hoy solo para darte una lección.
-¡Ja! Ese es el Mihawk que a mi me gusta.
Ambos se pusieron en posición esperando el pistoletazo de salida.
-¿Preparados?
-¿Listos?
-¡Ya!
Cada camino te lleva a un lugar, no todos los que escoges son los mismos que los de la gente que quieres, pero siempre queda la posibilidad de que los vuelvas a ver en un cruce.
2 AÑOS DESPUÉS
-¿Donde estás ahora?
-En un albergue, cerca de la Gran Vía. Por eso hablo bajito, la gente está ya durmiendo.
-A pasado mucho tiempo desde que estuviste allí.
-Si, la verdad es que si. Se me hace todo muy nostálgico.
-Te entiendo.
Ninguno de los dos oyó durante un par de segundos nada a través del móvil. El peliverde mordió el labio inquieto a la vez que que apretaba su puño. No era fácil decirle aquello.
-Mihawk, no quiero que vengas a verme.
Se levantó un caluroso día de Julio en Madrid, pero como si eso no importara la gente salía a la calle, ya fuera andando o en coche, creando los famosos climas abarrotados de grandes ciudades.
-No mamá, no me he dejado nada en la habitación del albergue.- hablaba el peliverde por el móvil.
-¿Estás seguro? Siempre eres muy despistado... ¿Que llevas puesto?
-¿Cómo que que llevo puesto? Camiseta, vaqueros y tenis.
-¿No te parece que vas muy desabrigado?
-Mama, estoy en Madrid en pleno Julio sudando la gota gorda. Si no fuera una persona decente me desnudaría ahora mismo.
-¿Y has desayunado?
-¿Quieres dejar de preocuparte tanto? Ya tengo diecinueve años, se cuidarme solo.
-¡Ja! Diecinueve años dice el niño.- habló con sorna- ¿Y qué? ¿Te crees que ya lo sabes todo? ¿Te crees que sabes más que tu madre? ¿Quieres que te diga la cantidad de tonterías que yo hice a los diecinueve años? ¡Porque ahora mismo estoy hablando con una de ellas!
-Vale mamá, yo también te quiero.
-Cuídate ¡Y come sano!
Colgó el móvil con un suspiro pensando que esa sobrepotección era demasiado para él. Guardando el teléfono sacó su cartera.
-Bien, tengo dinero para un viaje corto en taxi. Son un robo, pero si cojo una de esas malditas vías de metro pensadas para que te pierdas no llegaré en la vida.
Se acercó a la vía esperando un taxi al que llamar levantando la mano, sin embargo su destino ocurrió de otra manera. Alguien tocó su hombro hombro por detrás, y al voltear la cabeza encontró a alguien conocido.
-Agente Smoker.
-Veo que me reconoces -le dio un apretón de manos-. A mi me ha costado hacerlo -y añadió-. si no fuera por tu pelo ¿Cómo estas? No sabía que vivieras en Madrid.
-No vivo aquí. Solo estoy de paso para ver a unos viejos amigos.
-Entiendo ¿Vas a algún lado en concreto?
-Si, a Music Apoo.
-¿Uhm? ¿Al estudio de grabación discográfico?- el más joven asintió.- Que coincidencia, yo también iba para allá, si quieres te llevo.
-Se lo agradecería mucho porque estaba a punto de gastarme dinero en un taxi.
-Creo que te sale más rentable el metro.
-Psicológicamente no.
Music Apoo no estaba muy lejos, sin embargo se comieron un buen atasco.
-Lo siento chico.
-No se preocupe, no tengo prisa. -miró por la ventana.- Antes no se lo he preguntado pero ¿Qué hace aquí? Este coche no parece de alquiler.
-Si, desde hace un par de años tras terminar un caso fui trasladado.-expiró humo de su puro.- A veces pienso que esta ciudad es demasiado grande para mi, está llena de problemas.
-¿Se arrepiente?
-No, no lo hago.
Zoro se fijó en el hueco que había por encima de la radio, en el había una caratula de disco.
-¿Le importa?- preguntó haciendo el gesto de ir a cogerlo.
-No, adelante.
Alcanzó la caratula y dejándola entre sus mano la observó. En primer plano podía ver a Ace abrazado a Noyiko como dos modelos vestidos de gala, y en segundo a Marco y a Luffy, también vestidos de chaqueta como el pecoso y cada uno con su guitarra y mirada al cielo.
-Perdone que se lo diga, pero no parece alguien del perfil que le guste Spade Pirate.
-Es de mi pareja. Me hace llevármelo siempre en el coche para que lo escuche.
-Ah ¿Sabe que son de Nowaki como nosotros? Me refiero al grupo. Aunque cuando vivían allí se hacían llamar los Piratas de Barbablanca.
-Si, cambiaron el nombre por uno más comercial a partir de su contrato con la discográfica que opinaban que así tendrían más éxito.
-Vaya, su pareja debe ser toda una fanática del grupo.
-Ni te lo imaginas. Supongo que le viene de profesión.
-Ah, ya entiendo, trabaja en Music Apoo, por eso va allí ¿no?
-Si, así es.
Llegaron a su destino y con el coche aparcado entraron en el estudio de grabación donde gracias al aire acondicionado se podía vivir.
-¡Zoro!
El peliverde, al escuchar su nombre vio a una chica vestida con una camiseta de tirantes blanca y una falda larga azul cielo igual que su pelo recogido en una coleta.
-Vivi,- sonrió recibiendo el abrazo de la chica.
-Cuanto tiempo.- dijo apartándose de él para observarle.- Que alto estás.
-Lo mio no es nada comparado con Gin. Me saca bastante ahora.
-¿De verdad? No me lo imagino, pero ven conmigo, todos se alegraran mucho de verte. Ah, agente Smoker ¿Ha venido a ver a Ace?
-¿A Ace?- se sorprendió el peliverde segundos antes de pensar "ah, claro, ya lo entiendo todo".
La peliazul lo guió por el edificio.
-Ahora están con un videoclip y están haciendo pruebas de vestuario. Creo que va a ser muy divertido.
-Luffy me dijo que te habías convertido en su manager, seguro que estas hasta el tope de trabajo.
-Si, y a veces creo que soy demasiado joven, apenas pude ayudarles el primer año y hace poco que terminé un módulo de publicista, más de una vez he pensado que si no fuera por el regreso de Noyiko el grupo no habríamos salido adelante. Pero me divierto mucho y soy muy feliz ayudándolos. Ah, es ahí.
-Yo creo que me hace demasiado gordo, mira mis caderas.- reconoció la voz de Ace tras la puerta abierta.- además, este color no me favorece nada.
-Yo creo que te queda estupendo.
-¿De verdad Noyiko?
-Es mi opinión. Pero mejor preguntale a Vivi, después de todo es nuestra manager.
-Si tienes razón ¡Vivi!- la cabeza del pecoso apareció en el vano de la puerta.- ¿Qué te parece...? ¡Zoro!- se le iluminó la cara. Entonces, con energía salió al mismo tiempo que la cara del peliverde se ponía blanca de puro terror e incomprensión.
Nota intermedia:
Gracias Natsuki Takaya por tu gran inspiración.
Vestido con un traje de novia de una excesiva falda abierta y un ramo de rosas entre las manos, Ace se acercaba feliz y a cámara lenta hacia el peliverde iluminado por una luz celestial.
-Zooorooo.
-Se aproxima algo. Que viene. Un objeto desconocido se aproxima.
-¿Pero como que un objeto desconocido mi pichurri?- le abrazó con fuerza sobándole con su mejilla mientras que el otro había perdido su alma del susto y había quedado inconsciente.- Si soy yo, tu querido Ace.
Un silencio más que incómodo se prolongó cuando Ace se dio cuenta de que allí estaba su pareja con una cara sin sentimiento.
-Vine para decirte que ha sacado las entradas de ese musical que te apetecía tanto ir, pero ya veo que no estas interesado en ir conmigo. Supongo que todavía puedo invitar a esa chica nueva del departamento que me han puesto de compañera.
-¡No Smoker, No!- se agarró a su pierna siendo arrastrado mas el otro intentaba irse.- ¡Era una broma! ¡Solo una broma! ¡Tu eres mi único pichurri!
-¡Ace! ¡No arrastres el vestido!- le regañó preocupada la peliazul.
-¿Como te encuentras?- le preguntó Noyiko tras darle un Redbull.
-Mejor.
-Ya te habrás dado cuenta de que hay cosas que no cambian.
-Si, solo empeoran ¿Donde está Luffy?
-Ha salido a comer.- le contestó Marco.- pero volverá en nada. Ah, perdonadme un momento, tengo una llamada.- se apartó del grupo para contestar él móvil.
-Es un placer conocerte Zoro.- vino un chico estrechándole la mano con gran energía.- No sabes las ganas que tenía de poder hablar contigo.
-Y tu eres...
-Me llamo Sabo, conozco a Ace y a Luffy desde que eramos unos enanos y trabajo con Vivi en temas de producción. Quiero que sepas que te has llevado toda mi admiración.
-Pero.. ¿Por qué?
-Por ser la primera persona que le da calabazas a Ace. No sé si lo sabes pero antes de conocerte era un depravado que iba de flor en flor. Le diste su merecido.
-Sigue siendo un depravado.
-No sé como no se ha roto el traje.- suspiró cansada Vivi entrando por la puerta con vestido en mano y seguido de Ace que ya iba vestido normal. Entonces Zoro se dio cuenta de que le había crecido el pelo, tanto como para llevarlo recogido en una coleta.
-No sufras cuñada mía, es de tela buena, seguro que si lo exponemos a un lanzallamas sobrevive ¿Lo probamos?
-¡No!- contestó alarmada.
-Si, es cierto ¿Por qué profanar así lo que llevaras al altar en el que te esperará mi hermano? ¡JAJAJAJA! ¡Oye Zoro! ¿Has visto cuanta razón tenía?
-¿En qué?
-En que crecerías y te convertirías en un machote. Ains... me alegro tanto de haber robado tus días inocentes.
-...
-Si, Bay, yo también te echo de menos.- todos miraron a Marco que hablaba sonriente y cariñoso por teléfono.- Si, el siguiente fin de semana iré a verte.
-¡Claro que si Bay!- gritó el pecoso apropiándose del móvil de su amigo.- ¡Ira a verte justo después de hacerme guarradas por la noche! ¡Juasjuasjuas!
En un parpadeo la cabeza de Ace estaba aprisionada en la pared por el puñetazo de Marco que había seguido hablando como si nada.
-¡Ya estoy aquí! ¡Con la tripa llena y listo para darle a la guitarra!.- apareció Luffy con los brazos alzados, quedándose quieto y sorprendido al encontrar a su amigo.- ¡Zoro!- se abalanzó sobre él tirándolo al suelo haciendo un sonoro "¡pum!"
-¿¡Vas a participar en las olimpiadas!? ¡Eso es genial!
Los dos amigos estaban fuera en el pasillo mientras los demás trabajaban en el videoclip.
-Coincidí con el entrenador del equipo español y me ha fichado. El kendo no está reconocido en las olimpiadas, pero participaré en versión espada.
-Pero lo tuyo era el kendo.
-Es lo que mejor se me da, pero desde que partí en mi viaje he entrenado mucho y he conocido diferentes maestros en diferentes tipos de esgrima. Tengo muchas ganas de probarme a mi mismo.
El monito sonrió.
-Seguro que llegas muy alto, me alegro mucho por ti. Aunque también tengo mucha envidia, has estado en muchos lugares y conocido mucha gente.
-Tu también tendrás la oportunidad.
-Si, si este disco tiene éxito planearemos una gira. Ojalá todo salga bien.
-Seguro que si.
-Oye ¿Y Gin? ¿No se había ido contigo?- el peliverde apartó la cara con mosqueo.-¿Que pasa?
-Que es un traidor, eso es lo que pasa. "Déjame ser tu compañero de viaje", eso me dijo, y cuando llegamos a París me mando a tomar viento ¿Y por qué? Por una tía más alta que una jirafa, de larga cabellera rubia y dos tetas como dos carretas. Estuvieron tonteando durante nuestra estancia allí, y cuando llegó la hora de irnos me dice "lo siento Zoro, tengo que ver a una chica" y se bajó del tren casi en marcha.
-¡Jajaja! ¡pareces una mujer despechada!
-¡Yo no parezco eso!- suspiró.- pero me alegro por él, no solo se había enamorado de esa tía de buen culo y poco cerebro cuyo nombre no me quiero acordar,-hizo una pausa.- también se había enamorado de París, viéndole se notaba que había encontrado su lugar.
-Me alegro por él ¡Oye! ¿¡Has estado en Venecia!?
-Eh... si.
-¿Has visto al Guerriero Ceccini? Todas las noticias hablan últimamente de él. Usopp me dijo que lo ha visto y que es increíble.
-Si, si que lo es.- sonrió sin poder creer que Luffy no se hubiese dado cuenta. Era muy típico de él.
-Me encartaría estar ahora donde Usopp solo para verlo. Aunque... ¿Que demonios se le perdió a Usopp en Venecia? Porque periodismo lo podía haber estudiado en otro sitio más cerca.
-Dios sabe ¿Cómo están los demás?
-Descansando después de estudiar como mulas y, según dice Noyiko, Nami ligando. Sanji ha vuelto a pasar el verano
-Él que puede permitirse los viajes desde el extranjero.
-Si, sino mira al pobre Chopper. Como es becado en Estados Unidos esta ahí atrapado hasta que termine el pobrecillo.
-Eso me sorprendió por su parte, tiene más determinación de la que creemos.
-¡Jaja! ¡Yo ya sabía que era grande!- suspiró.- Bueno, y que piensas hacer ahora.
El peliverde curvó sus labios en una sonrisa.
-Volver a casa durante un pequeña temporada.
Mihawk se echó el agua del grifo en la cara para despejarse y seguido se secó con una toalla. Al retirar la tela, sin darse cuenta, quedó observando su imagen en el espejo.
-Señor, una persona de treinta y seis a treinta y ocho años no cambia mucho.- le dijo Hermes trayéndole su ropa.- seguro que el señori... perdón, el señor Roronoa ha cambiado mucho más que usted en estos dos años.
-Lo sé.- suspiró.- pero no podemos negar el paso del tiempo.
El anciano sonrió.
-Parece mentira lo rápido que pasa todo. Juraría que fue ayer cuando el señor Roronoa le llamó diciendo que había llegado a París y usted a la hora estaba cogiendo un vuelo para ir a verle.
-Fue como un impulso.
-Tuvo varios impulsos después de esos creo recordar.
-Si, tiene razón.- sonrió nostálgico sin evitar recordar su última conversación con el peliverde. "No quiero que vengas a verme".- sigue siendo un crío.
El tren mantenía su ritmo mientras que Zoro veía a través de la ventana como dejaba atrás el paisaje y como el mar se mantenía a su lado. El mar... durante largas temporadas no lo había visto, durante otras había vuelto a ser su compañero trayéndole de nuevo a sus recuerdos, pero nunca como el mar que tenía ahora ante sus ojos, el mar de su hogar.
Apoyó su codo en el vano y la mejilla en su puño, sonriendo.
-Todavía recuerdo esa noche con claridad, y mis palabra suenan en mi mente como si las hubiese dicho otra persona.
O0FlashBack0o
-Voy a ser sincero,-habló alto y claro para que todos los presentes en la graduación pudieran oírle.- cuando llegue aquí no lo hice de buena gana. Pensé que iba a pasar los dos peores años de mi vida rodeado de niños mimados y superficiales que nunca me aceptarían en su restringido club, y...-miró un momento de reojo a su tutor.- también pensé que, en esos dos años, mi único hogar sería una enorme, oscura y fría casa que tendría que compartir con un viejo avaro lleno de manías. Me monté una buena película y no acerté en nada, porque ni por asomo me acerqué a la realidad.-hizo una pausa.- Pero el caso es... que cuando el tren paró y escuché "próxima parada: Nowaki" se me revolvieron las tripas, puede que si hubiera tenido diez años menos hubiera pataleado y berreado. Ahora.. sé que mi vida va a estar llena de "próximas paradas" y aunque me gustaría sé que no todas van a ser buenas, aun así, espero que una de esas "próximas paradas" me vuelvan a llevar a este lugar y me vuelvan a llevar al lado de la gente que esta aquí esta noche.
El silencio se fue propagando entre los invitados hasta que un aplauso sucedió a otro convirtiéndose en una lluvia de palmadas. Zoro miró a su tutor, el también aplaudía, pero no le alegró tanto el gesto como la expresión de su cara que denotaba un gran orgullo.
-¡Bonney está llorando!
-¡No estoy llorando maldito ojerón!
O0FinFlashBack0o
-Aún mantengo lo que dije esa noche. Por eso no quería que vinieras a verme, quería evitar a todas costa que fueras a buscarme. Porque quería oír una vez más esas palabras.
-Próxima parada: Nowaki- se oyó a través del interfono.
Zoro, recogiendo su mochila, se levantó para esperar tras las puertas a que estas se abrieran. Una vez le dieron paso pisó el suelo de la estación.
-Te he extrañado.- al escuchar esa voz giró la cabeza a un lado al instante encontrando al que un día fue su tutor que le esperaba con los labios curvados en una sonrisa. Él tampoco pudo evitar sonreír.
-Quería volver a escuchar esas palabras y encontrarte. Porque da igual a donde me lleven los trenes. Siempre querré que tú seas mi próxima parada.
FIN
Notas finales: Parece mentira que haya terminado... para mi no solo ha sido el fic más largo, sino también el que más he disfrutado escribiendo, además de revivir mi época de bachillerato en cierto modo (xD). Espero que os hayáis divertido tanto como yo, y sabed que esto no es el final. Bueno, si que lo es, pero no de los MiZos que yo vaya a escribir xD No sé para cuando pero va uno en camino.
He de decir que me da mucha pena haber terminado Próxima parada, pero me alegro de haberla disfrutado tanto. Creo que esta es la historia que más de mi se ha llevado... ¡Y ya está! ¡Buenos días! y por si no nos vemos... ¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches!