-¡Oh, shit! ¡Aquí terminan los Shots! [TT_TT] ¿Me creerán que este último me costó un hue…?

Hikari: Ni le continúes, que no tienes [¬¬] Se te secó casi todo el cerebro

-Ya lo sé [-.-] Fue difícil, no sabía como empezarlo, pero cuando lo empecé lo dejé a la mitad. Pero ya cuando estaba a punto de terminarlo, lo leí mientras escuchaba la canción y dije entre mí "¡Quedó hermoso!" Así que sólo bastó con agregarle los toques finales [:3] Sólo espero que les guste como quedó.

Hikari: Según Nee-san, el tiempo de este fic es después de la Saga del Agente Perdido. Aunque queda muy claro que tiene muuucho OoC, y de adelantado, les decimos que contiene ligero lime no explicito [xD]

-Estoy medio triste con eso de que Tite declaro que en el manga iniciará el arco final de Bleach, sobre todo que el 27 de marzo termina el anime y harán un OVA, pero que el manga continuará. Además de que Warner hará un Live Action [TT^TT] ¿Así o más triste? Esperemos que no sea cierto, que no lo quiero creer porque me parece muy ilógico [¬¬] Y de todos modos, recuerden ¡Arriba Bleach! [:D]

Hikari: Bueno, bueno…Agradecemos a quienes han seguido esta colección de One-Shots desde el inicio o a quienes leen pocos de estos y apenas se están adentrando. Pero recuerden, cada comentario es una sonrisa para Nee-san y para mí [:3] Así que respondemos por ultima vez los siguientes reviews:

Darkness Amaya: Con lo que escribes me quedó claro que te ha gustado [XD] Eso me alegra, ¡Gracias por leer! ¡Espero que la última entrega que agrade! ¡Nos leemos la próxima!

Darisu-chan: ¡GRACIAS POR COMENTAR DESDE EL INICIO CADA SHOT! [:3] Tus comentarios me levantan mucho el ánimo, no sabes cuanto. Me alegra que te haya gustado el ByaHisa, ojalá sea igual con este último que cierra la colección. ¡Nos leemos luego! ¡Cuídate mucho!

MikoBicho-chan: Lo sé, la historia de Byakuya con Hisana también es muy triste para mí, de hecho una de las más melancólicas de Bleach [u-u] Pero no deja de ser de las más hermosas [:3] lo bueno fue que te gustó el Shot. ¡Y arriba Maná! [xD] Y es Nadia no Nadie jajaja…Es broma, [;3] No te preocupes ¿ok? ¡He aquí la conti que la estabas esperando! ¡Gracias por tus comentarios! ¡Nos leemos luego!

-Y así también agradecemos a todos los lectores que comentaron los anteriores capítulos, (McCormick Girl, Claw-13 , Etterna Fanel) al igual de los que leen en silencio [:3] Antes de comenzar a leer, les recomiendo, como siempre, escuchar esta hermosa canción de Maná. Ahora sí ¡A leer se ha dicho!

DISCLAIMER: NI BLEACH ® NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE TITE KUBO, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES SÓLO MERA COINCIDENCIA.


AMOR CLANDESTINO

SHOT ADICIONAL: DEATH AND STRAWBERRY

El amor es una cosa inevitable; puede llegar en cualquier momento sin avisar, a primera vista, te puedes dar cuenta de él o no, este se abre paso a tu corazón teniendo ya una llave de la cerradura sin tu permiso. Se vuelve indispensable como el aire para los pulmones y el alimento para el estómago. Por él haces desde lo más sencillo hasta lo inimaginable. No importa si dicen que es un invento del cerebro por una dicha sustancia que produce tal hormona. Es un sentimiento especial. Y por especial me refiero a que puede abarcar desde lo más dulce hasta lo más amargo.

Luego de casi 17 meses de no verla, después de aquella despedida que marcó sus vidas para siempre y para mal, ahora vuelve a tenerla cerca y siente que el diluvio interno paró temporalmente. Lo malo es que no sabe cuanto le puede durar tanta felicidad. Han pasado sólo unos días desde que los problemas se apaciguaron y sabe la verdad. Sabe que el pasado, aun si fue cambiado o no, no importa del todo, lo que vale ahora es su presente y lo que puede hacer estando vivo. Más si ya volvió a tener sus poderes de Shinigami y aun mejorados.

Una mañana como cualquier otra, en la que se levantó para ir a la escuela, peleó con su padre de tonterías, esquivó los abrazos mañaneros de Keigo y estuvo un rato con sus amigos, al salir del instituto, se encontró con alguien inesperado. No porque no le pareciera que fuese ahí donde él estaba, sino que fue sorpresivo encontrarla ahí. En efecto, ahí se encontraba entre la muchedumbre de alumnos saliendo de la Preparatoria de Karakura, recargada en la pared y viendo al cielo mientras jugaba con su mechó, Rukia Kuchiki.

-¿Rukia? – le llamó él para captar su atención. Ella paró de jugar con su cabello, ahora corto, y se giró para verlo más de frente.

-Hola – saludó de lo más normal y con una sonrisa - ¿Qué cuentas? – soltó tranquila la joven Kuchiki, vistiendo un pesquero de color café y una blusa blanca. Ichigo no pudo evitar perderse en ella viendo como vestía y en lo mucho que había cambiado todo ese tiempo, se veía más madura. Y más linda para sus ojos, tenía que admitir.

-¿Qué haces aquí? Creí que estabas en la Sociedad de Almas – habló sin mucho tacto el pelinaranja a su nakama, quien algo indignada frunció su ceño.

-¿Qué tiene? ¿O es que ya te molesta que venga a saludarte? – inquirió un poco molesta – Si no quieres hablar conmigo, sólo dime. Puedo entonces ir a saludar a Inoue y a los otros…

-No, no es eso – respondió velozmente – Es…Es sólo que no pensé que vinieras, creí que estarías trabajando – Rukia sólo rio levemente porque logró convencer a Ichigo con su actuación natural.

-Es broma – dijo ella – Y ya saludé a los chicos. No lo había hecho bien desde…Bueno, tú ya sabes – ambos rieron, refiriéndose a aquella pelea con los Fullbringers, donde tuvieron su rencuentro.

-Ya veo – musitó el pelo pincho – Y…¿Viniste sólo a saludar o hay problemas? ¿Sabe Byakuya que viniste?

-¿Tú ya eres policía o qué? – soltó ya harta de tantas preguntas – Créeme que si todavía no sabes que vas a estudiar, ser policía puede ser una opción. Ya estás iniciando un interrogatorio.

-Jaja…Déjate de chistes malos, Rukia – nótese el completo sarcasmo por parte de Ichigo.

-Ay, ya hice que te enojaras, Kurosaki-kun – habló en esa voz fastidiosamente cantarina, frunciendo aun más el ceño de Ichigo – Ya, pues. Vine, como ya dije, a saludarte. Pensé conveniente tomarme un descanso…Dime ¿Qué harás ahora?

-Pues…- balbuceó él – Hoy no tengo trabajo – mintió, pero realmente no quería ir con Ikumi-san – Así que voy directo a casa. Si quieres, vamos. Apuesto que el viejo querrá que te quedes a cenar. Yuzu y Karin estarían contentas de verte otra vez.

-Bien, acepto la invitación…Kurosaki-kun – canturreó de nuevo.

-¡Deja de hablar así!

Llegaron a la casa Kurosaki y para las mellizas fue sorpresa, al igual que su hermano, ver a Rukia llegar por la puerta de la entrada tan diferente a la última vez que la vieron. Isshin sólo fingió desentendimiento y abrazó a su tercera hija, claro que no evitó hacer una de sus típicas escenas frente al poster de su amada y difunta Masaki. Para suerte de todos, Yuzu había preparado algo delicioso para la cena, todos comieron bastante a gusto y charlaron un rato.

-Oi, Rukia – le llamó el de ojos cafés – Vamos a dar una vuelta ¿Quieres? – sugirió el joven Kurosaki.

-Bueno – fue la única respuesta de Rukia tras levantarse de su silla y despedirse del resto de la familia para salir por la puerta de la casa, sin notar que todos le lanzaban miradas a Ichigo en señal de suerte y muy pícaramente, teniendo en claro los planes del chico.

"¡Oh, mi hijo ya creció! ¡Masaki, pronto seré abuelo!" eran los pensamientos de Isshin Kurosaki al ver a su primogénito marcharse con la Shinigami.

-Y…¿Qué cuentas, Teniente del Escuadrón 13? - preguntó Ichigo caminando a la par de Rukia mientras andaban cerca del río.

-Pues…aparte de eso – respondió ella un poco apenada por como se refirió él a su persona – Nada nuevo, sólo… Lo habitual, el trabajo es bueno, lo admito. Dejando a un lado los papeleos, los entrenamientos, las reuniones y demás, creo que estoy bien. Nii-sama ha reconocido mejor mi desempeño como Shinigami, eso me hace sentir más segura…¿Tu que me dices?

-Me gustaría decir que lo mismo, pero no es verdad – bromeó. Nunca lo había hecho de esa manera, pero pareciera que estando con ella sólo podía abrirse sin temor – Aparte de haber entrenado para recuperar mis poderes y casi morir, volverte a ver y a los demás…Creo que ya sabes que es mi ultimo año en la escuela, tengo planeado entrar a la Universidad, quizá irme a un departamento o hacerme cargo de mi vida yo solo. Conseguí un empleo que a veces es bueno y es malo, aunque lo único que me molesta es el hijo de mi jefa… Digo que también me encuentro bien.

-Me alegro de eso…- dijo Rukia, aun caminando a su lado y por aquel caminito de tierra cerca del río.

El sol no tardaría en esconderse y dar paso a la noche cálida de primavera, los rayos comenzaron a perderse entre las nueves y dejaron su rastro brillante sobre el agua, hasta hacerse invisibles. Los tonos carmesí del cielo se tornaron oscuros y la luna salió a resplandecer en medio de la noche despejada. Ambos se sentaron en el pasto y veían las estrellas desde el punto donde las luces de los edificios ya no impedían vislumbrarlas. Todo era calma, tranquilidad, aquella que siempre habían querido. Siempre y cuando estuviera el otro a su lado.

-¿Desde cuando lo planearon? – se escuchó su voz interrumpiendo las cavilaciones de Rukia, ella le miró confusa y él parecía estar serio. Sabía a lo que quería llegar.

-¿Qué cosa?

-El regresarme mis poderes y la espada de reiatsu – respondió el oji miel – Antes de que Ginjo me llevara con él, el viejo había estado actuando muy extraño; casi no llegaba a casa y se ausentaba mucho. Karin también lo hacía. Urahara-san ya no me había vuelto a ver desde hace mucho, hasta hace unos días… - se giró para verla de frente y sus ojos suplicantes parecían brillar llenos de determinación, una determinación que desde el inicio de todo hacía estremecer a la Shinigami y debilitarla cruelmente – Necesito saber la verdad ya, Rukia.

Ella cerró los ojos y suspiró con fuerza, tomó sus piernas y las atrajo hacia ella para después mirar al cielo y sonreír. Luego miró a Ichigo y le contestó:

-Desde que perdiste tus poderes…le supliqué al Comandante Yamamoto que pudieran hacer algo para darte otra oportunidad, nunca quiso dártela, nos había prohibido entonces a todos tener cualquier tipo de contacto contigo – habló ella tristemente – Nii-sama incluso estuvo a punto de hacerlo. Pero no fue así porque luego me convertí en Teniente. Yo había tenido contacto con tu padre y con Urahara para que pudieran ayudarte, yo no podía hacerlo porque el trabajo me había consumido más de lo que pensaba, creí que así podía venir más fácilmente al mundo humano, pero no. Entonces, cuando la Sociedad de Almas supo que estabas aliado con Kugo Ginjo, los superiores tenían planeado acabar con él, e incluso contigo. Yo me negué e incluso me peleé con Renji argumentando que tú no harías nada que fuese en contra de nosotros, o de quienes quieres…Y mira que no me equivoqué.

Ella sonrió y entonces él hiso lo mismo, decía la verdad, ella nunca le mentiría, no tenía la culpa de nada. Siempre supo, desde que la conoció, que todo lo que hacía era para ayudarle, aun por más penalizada que estuviera esa ayuda para el mundo entero.

-Urahara me había hablado de su plan; una espada sin filo que contuviera el reiatsu suficiente para volver a darte poderes. Pero necesitábamos más que sólo mi energía espiritual como aquella vez que nos conocimos. En ese entonces si tenías poderes, escondidos, pero no como en esta ocasión que perdiste todos. Por eso, al hablarlo con el Capitán Comandante, se nos autorizó que recolectáramos el reiatsu de todos los que te conocían en la Sociedad de Almas.

-Comprendo – dijo Ichigo – Pero ¿por qué esperar tanto, Rukia? ¡Fueron casi dos años de no verte ni saber de nadie más! – preguntó casi exasperado.

-Entiéndelo – replicó la Kuchiki – No es tan fácil…Recuerda que, además, mi Capitán quería saber si en realidad estabas tomando las decisiones de manera sensata y actuarías en favor de lo que creías correcto. Y no me vengas con reclamos – habló Rukia más seriamente – Según tu, estabas contento con la vida que llevabas hasta ahora; ya no tenías las preocupaciones de antes y volviste a ser un adolescente normal. Eso era lo que querías ¿no?

Notó inmediatamente que la cagó con ese comentario, las palabras de Rukia parecían estar hechas con completa decepción. Ella había hecho una promesa de verlo aunque él no pudiese hacerlo. Entonces se dio cuenta de que había cumplido con su palabra, sino no diría que él estaba feliz de vivir sin poderes.

-¿Creíste que me harías tonta? ¿Qué no escucharía cada palabra tuya de que estabas mejor? – inquirió de manera cortante, Ichigo sólo agachó la cabeza, sin responder, estaba avergonzado. Y Rukia muy dolida.

Rukia se levantó de la grama y comenzó a caminar en dirección contraria a donde se encontraba Ichigo, dejándolo ahí, pero este, cuando vio que se alejaba para irse definitivamente, se levantó lo más rápido que pudo y se puso frente a la menuda chica para impedir que siguiera.

-Quítate – ordenó fríamente la ojivioleta.

-No – fue la única respuesta de Ichigo – Lo siento – dos palabras que salieron de la boca del chico muy bajamente – Creo que fue muy estúpido de mi parte reclamarte las cosas cuando yo dije todas esas tonterías.

-¡Vaya! ¡Hasta que te das cuenta! – exclamó irónica Rukia.

-Bueno ¿Y qué quieres? - expresó molesto Ichigo de tanto sarcasmo – No te tomes las cosas tan a pecho como si yo fuera el culpable.

-Ah, entonces ¿Yo tengo la culpa de todo esto?

-¡No! No digo que así lo sea, sino que deja de reclamarme.

-¡Tú fuiste el primero que empezó con los reclamos! – soltó con ira la menuda joven - ¡Ah, no entiendes! ¡Siempre me haces sentir culpable de todo y…! ¡Eres un tonto! ¡Todo porque nunca te das cuenta de que yo te…! – calló bruscamente al notar que por poco y la regaba frente a Ichigo, no estaba bien decir eso tan pronto, no era el momento ni el lugar.

-¿Yo qué? – inquirió seriamente Ichigo – Habla de una vez, Rukia. No me dejes con las dudas.

-Es mejor así, Ichigo… - suspiró – Tengo que irme – pero justo cuando comenzaba a avanzar, una mano aprisionaba su brazo evitando que siguiera con sus pasos.

-No te irás hasta que termines de decir lo que interrumpiste – de nuevo en sus ojos esa tremenda determinación, la cual no la dejaría ir hasta que soltara toda la verdad. ¡Maldito! Se decía mentalmente porque él tenía siempre esa habilidad de hacerla decaer con esa simple mirada color miel que le hacía sentir mil y un emociones mezcladas.

Rukia sólo seguía ahí, son objetar, sin resistirse al agarre de Ichigo y entonces agachó la cabeza, escondiendo su rostro entre sus cabellos azabaches. Ichigo, por su parte, la notó extraña y lentamente comenzó a soltarle la muñeca, hasta que esta se dejó balancear tras ser liberada. Un incomodo silencio los abarcó y Rukia no sabía cómo responder, pero si sabía qué. Aunque no creía debido tal cosa.

-No puedo decírtelo, entiende – le dijo aun cabizbaja y muy lentamente – Tengo que irme, no es correcto que esté aquí por más tiempo…

-¿Cuándo te ha importado qué es correcto y qué no? – espetó Ichigo ya cansado de tanta indiferencia – Si te hubiesen importado realmente las consecuencias de tus acciones, entonces me hubieras dejado morir cuando te conocí.

Esa fue la gota que hiso, no sólo derramar el baso, sino hacerlo estallar. El pelinaranja se dio media vuelta, molesto y comenzó a caminar lejos de la menuda Shinigami. Siempre que discutían por tonterías se arreglaban a base de golpes, risas o insultos, pero ahora las cosas eran en serio. Y es que ninguno quería hablar de ello, ninguno quería revivir aquellos sentimientos dentro de sí mismos al estar separados de su más preciado nakama. Pero el destino quería que ocurriera todo lo contrario, así como cuando quiso que se cruzaran sus caminos.

-Ichigo… - habló queriendo que le oyera, pero él no se detenía – Ichigo – otra vez no - ¡Ichigo! ¡Detente! – no aguantó las ganas y se lanzó corriendo detrás de él, de repente, él si paró en seco y se giró sobre sus talones, viendo como Rukia chocaba contra su pecho y la sostenía de los brazos para que no se cayera hacia atrás –Yo… ¡Yo..!

-¿Qué…te pasa, enana? – le miró confundido y un poco nervioso ¿de cuando acá Rukia era así de impulsiva, nerviosa y trabada?

-Yo…¡Ya me cansé de hacerme la desentendida! – gritó frente a él llena de coraje y sus ojos comenzaron a hacerse de cristal, pero no iban a romperse todavía – Todo este tiempo…callando lo que siento, negando las cosas, engañándome a mí misma…

-Rukia, no hace fal…

-¡Cállate, déjame continuar! – le interrumpió - ¡Ichigo, yo…! ¡No puedo seguir guardándome esto! – gritó con desespero y agarró con sus uñas la camisa del pelo pincho – Ichigo, yo… - comenzó hablando más despacio y más bajo – Quiero decirte que yo… Yo te amo, Ichigo, aun si no sientes lo mismo por mí, aún si no me dejaran hacerlo ¿Entiendes? ¡Te amo, idiota!

Después de eso, ella no se animaba a levantar su rostro y mostrarle a Ichigo su cara llena de vergüenza mientras él podría, o estar perplejo como idiota, riéndose como un descarado o espantado como cuando ve a un adefesio. Pero nada de esto pasó, porque justo cuando iba a levantar la vista, él la había atrapado ya entre sus enormes brazos y había colocado su barbilla en el hombro de la menuda joven.

-Ichi…

-Shh… - rechistó el oji miel – Ahora me toca hablar a mí, Rukia; gracias – fue lo único que pudo decir concretamente – Gracias por hacerme tan feliz todo este tiempo… Te amo, Rukia.

La emoción era tan grande que no cabía en su pecho, tanto que comenzaron a aguársele los ojos y las gotas salinas recorrían su rostro, pero estas no eran de tristeza sino de felicidad. Abrazó con todas sus fuerzas el cuerpo que la aprisionaba e Ichigo depositó un suave beso en el cuello de la muchacha, sacándole un tierno suspiro al sentir ese hermoso calor rosar su piel.

Se separaron un poco para poder mirarse a los ojos, esos ojos que tanto los cautivaban y hacían perder la cordura. Lentamente acercaron sus rostros y unieron sus labios en un beso que pasó de lo inocente a lo furtivo. Sus labios y lenguas danzaban en un baile prohibido que estaban experimentando con gusto y conciencia casi inexistente. Poco a poco, Ichigo fue tomando más control y tomando la cintura de su Shinigami, fue bajándola hacia el pasto de aquel lugar, quedando sobre ella y besándose todavía más.

El crepúsculo apenas aparecía y ellos apenas empezaban a vivir ese hermoso momento que tal vez sería el más bello de sus vidas/existencias. Tanto tiempo perdido, ocultando lo que sentían y engañándose de aquello tan maravilloso que sentían, pero ahora ya no tenían nada que temer, de nuevo estaban juntos y así lo harían. Lo de ellos era más fuerte que sólo la amistad, pero nunca había sido tan complicado como una relación de amantes, por lo menos no hasta ahora que sus cuerpos se fundieron en la plenitud de sus almas.

-¿Está esto bien…I-Ichigo? – habló difícilmente la pelinegra al chico encima de ella.

-Claro que lo es… - le decía entre más besos y caricias, sacando sonoros gemidos de Rukia, música para sus oídos – Y si para los demás no lo es, entonces…No me importa, tu estarás conmigo aun si eres tú la que se niegue. No me importa si te vuelven a condenar a muerte, yo iré por ti…Y tus opiniones serán completamente denegadas.

-Te amo, Ichigo…

-Yo más, Rukia…Yo más…

Que importaba si Byakuya se oponía, si la familia de Ichigo también lo hacía, incluso todos sus conocidos, la Sociedad de Almas entera, todo el mundo humano y los que seguían, ese amor clandestino y a la vez hermoso jamás se terminaría, ni aunque ellos fueran los mismos que quisieran destruirlo.

Era más que la distancia, que la velocidad del mundo, el dolor, la alegría, los engaños, encuentros y despedidas. Algo más que sólo la zozobra ocasionada por la lluvia, ya no había más de ello. La Luna brillaba para el Sol pues él siempre, desde tiempos remotos, entrega su luz a la Luna para verla brillar y deleitarse sólo por su gusto. Porque sólo la quiere a ella.

En plena oscuridad entregaron sus cuerpos a quien amaban, Rukia le dio el lujo a Ichigo de entrar en su vida y él de hacerla sentir viva. No podían callarlo más, ya no había más miedo, ya no podían fingir más ese amor tan prohibido y clandestino, tan inevitable que eso mismo lo hacía verse hermoso. La tristeza de la lluvia dentro de cada uno de sus corazones ahora no era más que viento rosando en sus mejillas. Hace tanto que Ichigo había deseado una luz, y fue entonces que recibió a Rukia caída del cielo, ya no se podían engañar con algo tan hermoso. Y si el cielo se caía, que así lo hiciera también la tierra, pues ellos no se separarían jamás.

~FiN~


-¡He aquí la conclusión de las historias de estos amores! [:D] Espero que les haya gustado, por favor, comenten, que cualquier opinión es buena mientras no me ofendan a mi sagrada pero no tan santa madre [xD] NTC.

Hikari: ¡Ya se terminó! [TToTT] ¡Qué rápido pasó el tiempo, Nee-san!

~Esta obra fue escrita y publicada el 28 de agosto de 2011 y terminada el 25 de febrero de 2012. Todos los derechos reservados.

-¡Lo sé! [TToTT] ¡Gracias a ustedes mis lectores! ¡Ustedes hacen de mí una loca otaku escritora joven que cada día crece profesionalmente y personalmente! ¡Los amo! ¡Nos leemos la próxima! ¡Ay La!