Los personajes fueron creados por la maravillosa Stephenie Meyer. Yo L.S únicamente juego con ellos. La historia es una locura de mi propia imaginación. DI. NO. Al. Plagio.


CAPÍTULO UNO: ¿DONDE ESTAN TODOS?

Jacksonville 2011

Edward

El clima en la ciudad se mantendrá cómo en los últimos días dado que la tormenta Larry se encuentra a 200 km…

—¡Lleven sus abrigos!

—¡Sí, tía Esme!

Las cuerdas vocales y la energía de mamá y Alice eran sorprendentes. Mi madre Esme y mi prima Alice habían ido al Spa, en el Gym, de compras y aun así no parecían exhaustas.

—¡Edward date prisa! —me regañó Alice, la pequeña de la familia, sólo de estatura porque su hiperactividad superaba los limites.

—¡Ya voy! —terminé de empacar y tomé mi abrigo, no quería ver a mi madre enojada.

—Los extrañaré —empezó a decir mi madre, a veces era muy sensible.

—Sólo será una noche —intenté tranquilizarla.

—Cuida mucho a tu prima —me susurró mientras me abrazaba, asentí con la cabeza aunque sabíamos que Alice era demasiado independiente.

—Adiós tía —Alice se lanzó a los brazos de mi madre.

—Cuídate mucho Alie y cuida a Edward.

Puse los ojos en blanco al escuchar sus risitas cómplices.

Mi padre, Carlisle nos llevó hasta la preparatoria.

—Honestamente no sé a quién poner a cargo —señaló divertido, indicando que ninguno era lo suficiente maduro. Sí, claro.

—¡Yo quiero estar a cargo! —expresó Alice entusiasmada.

—Alice puedo cuidarme solo —me defendí.

Discutimos un poco antes de bajar del auto y que papá nos diera a ambos el cuidado del otro.

¡Edward! —esa tenía que ser la voz única y chillona de Tanya.

—Tú puedes con ella —respondió Alice con una sonrisa burlona en su rostro.

—Cuídense entre ambos y estarán bien. Los quiero —mi padre se apresuró a despedirse de nosotros.

Tuve que poner los ojos en blancos por sus palabras de cariño, ¿acaso íbamos a morir?, luego nos abrazó rápidamente.

—Ya puedes soltarnos —pedí avergonzado porque casi cuarenta alumnos nos estaban observando, más bien veían como el Capitán del equipo de Basquetbol era abrazado por su padre.

—Nos vemos pronto —comentó mi padre como despedida final.

—Llevaré mi equipaje —me anunció Alice con su típica voz alegre cuando notó que Tanya se acercaba.

—Bien —le respondí.

Observé como mi novia se acercaba a mí moviendo sus caderas con exageración.

—Hola Eddy —saludó. Odiaba ese apodo.

—Hola Tanya —le sonreí y le ayudé con su equipaje—…y dime ¿Qué hiciste el sábado por la tarde? —pregunté con media sonrisa.

—Fui a jugar bolos con mi padre —contó—, por cierto te manda saludos.

Sólo podía pensar en que más hipócrita no se podía ser. Ella no lo sabía pero le estaba dando la oportunidad para confesar su error. Si tan siquiera supiera que la había visto ése sábado revolcándose con Mike Newton en su casa.

—Mándale los míos —respondí entre dientes.

—¿Qué te parece si compartimos casa de campaña? —ofreció coquetamente y sin discreción.

—Lo siento pero lo compartiré con Alice —en otro momento esa oferta hubiera sido tentadora, ahora me avergonzaba de pensar en aquello.

—¿Qué? ¿Alice ira? —gritó fuertemente haciendo que la mirara un poco enojado.

—¡Por supuesto que iré! —Tanya casi se cae al suelo del susto de encontrarse con Alice detrás de ella.

—¡Qué bien! —dijo Tanya sin mirarla—. Te veo en el autobús —me susurró y se alejó con su equipaje algo enfadada.

—Tienes una novia tan dulce —murmuró Alice con sarcasmo.

—No te hagas la víctima, disfrutas molestarla.

— ¿Yo?, Ed soy un ángel —me sonrió dulcemente.

—En el cuerpo de un duendecillo travieso —completé con una sonrisa bailando en mis labios.

La despeiné suavemente pero me alejó efusivamente para poder acomodar su cabello, reí divertido de su reacción infantil. Amaba a esa enana. Ojala hubiera sido mi hermana. O mejor no.

Esperaba que la excursión de fin de curso fuera divertido.

—Será divertido —aseguró Alice. ¿Acaso leía mentes? ¿Veía el futuro?

Jasper

—Tienen que ponerse protector solar, tomar fotografías para sus redes sociales, no se acerquen a...

—Mamá, ya sabemos que hacer —indicó Rosalie.

Justamente éste era el momento que más odiaba: cuando mi madre insistía en recordarnos los accidentes que habíamos tenido por no escuchar sus indicaciones. No era exclusivamente nuestra culpa, después de todo llevábamos en los genes la terquedad y ansia de aventura de mi padre.

—Rose no interrumpas a tu madre —le regañó mi padre, a mi hermana.

Mamá le agradeció a Papá con un beso en la mejilla.

—Basta nos avergüenzan —me quejé.

—Jasper, el amor jamás avergüenza —me regañó—. Cuando te enamores no te importara lo que el mundo diga, sólo lo que te mande tu corazón, entonces dirás: Mamá tenías razón, el amor no avergüenza —mi madre me sonrió con dulzura.

Ella era fantasiosa al respecto del amor, era claro que deseaba que tuviera una novia. ¿Acaso no se daba cuenta del daño que María me había provocado al huir con mi amigo Peter y casarse con él en México? Desde eso las cosas para mí cambiaron: dejé de sociabilizar y controlaba mis verdaderos sentimientos. Eso por supuesto, le preocupaba.

—Éste no es el momento para hablar de aquello. ¿Están llevando sus abrigos?

—Sí, papá —respondió Rose mostrando su chamarra rosa pastel, digna de una Barbie.

Rosalie era una chica popular, tan vanidosa, engreída y extravagante. Su grupito estaba conformado por las chicas rubias del instituto pero la única natural era Rose. Mi hermana era demasiado amigable en realidad pero su carácter difícil de domar la hacía difícil de comprender. Por mi parte, era lo opuesto a ella, podría pasar por emo, en realidad no tenía problemas con ese estereotipo.

—Tienen que rezar antes de dormir.

—¡Mama! —se quejó Rose fastidiada.

—Rosalie, Jasper cuídense, son nuestro mayor tesoro —cantó mamá.

—Lo sabemos —respondió mi hermana con orgullo.

—Por cualquier situación nos marcan e iremos por ustedes.

—Estaremos bien —aseguré y Rose concordó con la cabeza.

Cuando el Audi arrancó del estacionamiento nos despedimos de ellos con la mano.

—¿Jazz te molesta si…? —miré los ojos azules de mi hermana y comprendí.

—No, ve con tus amigas porque después pasaras toda la excursión conmigo —le dije al saber a lo qué se refería, era la ventaja de ser gemelos.

—¡Eres un amor Jazz, ya vengo! —corrió hasta sus amigas: Tanya y Jessica.

Suspiré y tomé sus maletas para llevarlas en el autobús. Admito que mi hermana era un poco molesta y vanidosa: estaba llevando a una excursión de una noche cerca de dos maletas, tres con su bolso de mano.

Saludé a la coordinadora del viaje y puse las maletas dentro del autobús.

—Creí ser la única con más de tres maletas —la voz suave y algo sorprendida hizo que la volteara a ver, sonreí con diversión.

—No son mías, son de mi hermana —señalé a Rosalie.

—Ahora entiendo. Soy Alice —la pequeña que tenía enfrente de mí me ofreció su mano, la tomé levemente confuso con su sociabilidad.

—Jasper. Creo que no compartimos clases juntos —murmuré para mí.

—Eso creo sino te reconocería —me dijo sonriendo. Asentí con la cabeza—. Nos vemos después.

—Adiós —susurré antes de verla irse dando saltitos, era una chica algo rara pero me agradó.

—No deberías hablar con ella, es rara —aconsejó mi hermana, acercándose a mí.

—Rosalie —la regañé.

—Ya perdón —se alzó de hombros contrariada—. Tanya dice que es...

—Rosalie, basta. Deja de criticar —le pedí.

—¡Yo sólo digo! —vociferó contrariada, suspiré profundamente antes de mirarla seriamente. No me gustaba que se comportara como una malcriada, simplemente no era mi hermana Rose.

—Sí y tú no deberías andar con Tanya, pero qué vamos a hacer —eso la dejo en silencio.

—Ya entendí, no diré nada —concordé con ella asintiendo, le sonreí ligeramente y ella me abrazó.

Esa era mi Rose, mí gemela molesta.

—Ojala que ésta excursión sea divertida —dije y me miro entre divertida y confundida—. ¿Qué?

—No eres del todo asocial —se empezó a reír.

Emmett POV

—¡Bella, Bella! —canté entrando en el cuarto de mi hermana.

—Dime —murmuró divertida mientras agarraba su abrigo.

—¿Crees que algún día pueda tener un Jeep rojo? —tal vez era una pregunta que no venía al caso pero necesitaba distraerla.

—Tal vez… ¡Emmett deja eso! —solté sin querer el celular de Bella.

Misión uno, intento número 5: Fallido.

En verdad quería borrar el número de Mike del pequeño celular.

—Soy yo quién debe terminar con Mike, ¿entendido? —pidió.

Aunque no estaba de acuerdo asentí.

—¡Emmett y Bella, dense prisa! —gritó mi adorada y alocada madre.

Estaba seguro de estar llevando lo necesario cuando tomé mi maleta y empecé a bajar.

Me pregunto si alguien se daría cuenta de que Mike desapareció…

—¿En qué piensas? —me sobresalté al escuchar a Bella a mi lado.

—En nada —no le podía decirle que planeaba el asesinato de su novio.

Phil, el novio de mi mamá, nos llevó en su Jeep hasta la escuela. Bella miraba ausentemente por la ventanilla, realmente deseaba romperle la cara de Mike Newton. Al principio me agradó, era el primer novio de Bells, parecía respetarla y quererla pero el idiota engañó a Bells, si no lo golpeaba era sólo porque Bella me lo había pedido.

Esa era un punto más para mi soltería, no quería estar atado a una mujer. Además en éste pueblo había demasiadas chicas presumidas que no eran mi tipo, después de todo era un chico rudo, aunque Bella decía que era un mentiroso porque que en realidad era como un osito de peluche.

Ella era tan linda. Mataré a Mike. ¿Cómo pudo serle infiel a una mujer como mi hermana?

—Llegamos —cantó Phil.

Ayudé a Bella a bajar del auto, era muy alto para ella y no queríamos accidentes tan temprano.

—Gracias Phil, adiós —dije demasiado rápido y empecé a caminar antes de que empezara la tortura.

—¡Emmett, despídete de tu madre como corresponde!

—Mamá...—me quejé.

¡Era el chico rudo de la escuela! ¡No le daría ningún abrazo!

Emmett.

—Bien —la abracé por menos de tres segundos y la solté, eso sería suficiente.

—Los extrañare chicos. Nada de bromas pesadas Emmett Swan, Bella querida, mira tu camino —mi hermana se ruborizó avergonzada.

¿Esperen dijo no bromas?

—Sí, mamá —crucé los dedos.

—Confió en ustedes, diviértanse —se despidió.

Subió a la camioneta con Phil. Apuesto a que ellos sí se divertirían esta noche. Puaj.

—Adiós chicos.

—adiós Phil.

El Jeep negro se alejó más y más y más, hasta que desapareció.

—¡Todos suban su equipaje al autobús! —gritó la profesora a cargo.

—Vamos Emmett.

Obedecí a mi hermana y la ayudé a no caer dos veces y luego la puse a salvo en una banca hasta que llegó su novio. Bella me advirtió con su mirada, entonces me alejé de ahí para no golpearlo. Compré dos cafés cruzando la calle y cuando regresé mi hermana estaba sola y seria. Terminar una relación siempre es difícil.

—Tranquila, ya te has quitado el peso de ese tipo —probablemente él solo se había aprovechado de la dulce Bella y su inteligencia porque era la chica más inteligente que conocía a parte de mi madre y la abuela Marie.

—No terminé con Mike —mi boca se desencajo.

—¿Qué? —grite.

—No pude, es tan difícil hacerlo —dijo decaída, la abracé.

—Tranquila, termina con él cuando estés lista nadie te presionara, pero debes terminar con él porque es un hijo de...

—¡Emmett! —me callé por ella.

Estuvimos unos minutos más esperando hasta que dieron la orden de subir al autobús, por la fama de chico malo no me fue difícil conseguir lugares disponibles. Este viaje le ayudaría a Bella, lo presentía.

BellaPOV.

—Todos, tomen su equipaje —ordenó la profesora.

Fue difícil sacar las maletas pero gracias a Emmett y su fuerza fue más rápido.

Caminamos en la tierra húmeda hasta llegar a una casa de vidrio situada dentro del bosque, nos registramos y nos pusieron un brazalete para después empezar a caminar de nuevo mientras el guía nos hablaba sobre el ecosistema del bosque.

Cuarenta minutos después nos dieron un descanso y rodos se fueron dispersaron para sentarse en algunas rocas planas.

—¡Fin del descanso! —anunció nuestro guía.

Poco a poco se empezó a formar una caravana de alumnos que seguían al hombre. Me sentía cansada pero empecé a caminar lentamente a un lado de mi hermano. Cerca de nosotros habían otros chicos que reconocí rápidamente: Jasper y Rosalie Hale, el capitán del equipo de basquetbol y Alice Brandon.

Rosalie Hale soltó un grito que nos hizo detenernos, Emmett se giró malhumorado para ayudar a la chica rubia hasta que observamos que el problema tenía que ver con una uña rota; todos estábamos un poco enojados ante su dramatismo. Segundos después nos detuvimos en seco al notal algo.

¿En dónde estaban todos?