Eiit tengo una idea nueva para una adaptación de un libro

Básicamente les tengo que platicas que, como ya leí muchas veces los libros de La saga, mi mamá me ha comenzado a comprar pequeñas colecciones cuando va al súper, todos están muy bueno pero hay uno que me llamo la atención en particular. Este se llama "TRES AMORES". la autora se llama Lois Faye Dyer. Espero sinceramente que sea de su agrado, espero sus Review.

:[ Karii :[


SUMMARY

Edward Cullen era analista financiero en la fundación de la familia y estaba acostumbrado a hacer números, no a cambiar pañales. Por eso, cuando se entero de que acababa de ser nombrado tutor de tres pequeñas niñas, ¡trillizas!, se dio cuenta de que necesitaba una niñera lo antes posible. Las niñas enseguida le robaron el corazón a Isabella, al igual que su tutor. Era sexy, pero era su jefe y era prohibido. Aunque su trabajo fuera solo temporal. A no ser que él le hiciera otra oferta... una que no pudiera rechazar.


CAPÍTULO I

Edward Cullen cerró el archivo de datos financieros de su ordenador y se estiró. Mientras bostezaba, apartó la silla del escritorio y se puso de pie. Su despacho estaba en el piso más alto del edificio de la fundación Cullen y por los enormes ventanales que hacían esquina se veía la noche de Texas, sin luna, como una cúpula negra salpicada de estrellas.

-Muy diferente a la de Los Ángeles- se dijo a sí mismo en voz alta, siguiendo con la mirada las luces de un avión. La vista desde la ventana de su ultimo despacho en los Ángeles casi siempre había estado cubierta por una niebla toxica que solía ocultar las estrellas. No, Red Rock, en Texas, no estaba solo a unos kilómetros de California, era todo un mundo aparte.

En general, se alegraba de haberse trasladado allí un mes antes. Se había cansado de su trabajo de analista en la Kline corporatión y había necesitado nuevos retos. Así que había decidido que, mientras trabajaba para la fundación de su familia, pensaría que nuevo rumbo darle a su carrera. Y una de las ventajas de estar allí era pasar más tiempo con su hermana Alice.

A excepción del ruido de una aspiradora, todo el edificio estaba en silencio, tanto como la calle. Edward se aparto de la ventana y volvió a su escritorio para guardar el ordenador portátil en su funda de piel. Estaba poniéndose la chaqueta cuando le sonó el teléfono móvil.

Se miro el reloj, Eran las once y cuarto. No reconoció el número, pero contesto de todos modos, sin saber por qué.

-¿dígame?

-¿señor Cullen? ¿Edward Cullen?-tampoco conoció la voz de aquel hombre.

-si

-ah estupendo-dijo el otro hombre, aliviado-siento llamarlo tan tarde, pero llevaba tres dos tratando de localizarlo y mi secretaria acaba de encontrar este número. Soy Jasón Jenks, soy el abogado que lleva la herencia del señor Denali.

Edward se quedo helado, agarro el teléfono con fuerza

-¿la herencia de Eleazar? ¿Le ha ocurrido algo a Eleazar?

-siento tener que ser yo quien le de la mala noticia, el señor Denali y su esposa fallecieron hace tres días en un accidente de trafico

Edward se quedo sin habla.

-¿señor Cullen?

-si-consiguió contestar, a pesar del nido que tenía en la garganta.

-tengo entendido que usted y el señor Denali eran muy amigos.

-compartimos habitación en la facultad, hacia un año que no lo veía pero seguíamos en contacto por medio del correo electrónico- éramos como hermanos pensó Edward

-ya veo supongo que ese es el motivo, por el que lo nombro tutor de sus hijas, en estos momentos las niñas están bien en una familia de acogida, pero la trabajadora social está deseando pasarle la custodia a usted. Cuanto antes estén en un ambiente estable, mejor.

-Eh, espere un minuto-Edward sacudió la cabeza convencido de que había escucho mal al abogado-¿Eleazar me dejo a sus hijas a cargo?

-sí, es eso-el abogado hizo una pausa-¿no lo sabía?

Edward intento recordar que le hab1a comentado Eleazar sobre su testamento. Ambos habían decidido ocuparse del negocio del otro si algo les ocurría. Él había sido su padrino de boda y recordaba que este le había pedido que cuidase a Carmen si algo le pasaba. A pesar de haber tenido esa conversación después de haber bebido mucho champan, él le había dado su palabra de corazón. ¿Pero y los bebes? Y no era uno sino tres.

-las trillizas no habían nacido cuando acordamos cuidar el patrimonio del otro si algo ocurría-le dijo al abogado-pero le prometí que cuidaría de su familia si él no podía hacerlo.

-excelente-comento el abogado aliviado-¿podemos vernos en mi despacho mañana?

-¿mañana?-repitió Edward sorprendido.

-sé que es muy pronto, pero como ya le he dicho la trabajadora social está muy preocupada con los bebes y quiere que estén en un entorno estable lo antes posible.

-ah sí, supongo que tiene razón-contesto Edward pasándose una mano por el cabello e intentando concentrarse en el calendario que tenia sobre el escritorio- tengo una reunión que no es posible conocerla por la mañana, pero tomare el primer vuelo que salga después de comer.

Edward apunto la dirección del bufete y colgó el teléfono. Tardo varios segundos en darse cuenta que continuaba apoyado en el borde del escritorio, con la mano extendida aun con el teléfono en ella. Se paso la mano por lacara y las lagrimas mojaron sus dedos, lagrimas de dolor por a ver perdido a su mejor amigo. Respiro hondo no tenía tiempo de llorar a Eleazar y Carmen. Su muerte había dejado a sus tres hijas solas, sin la protección de sus padres. Lo que no entendía es como ellos pensaron que dejarlas con el sería lo mejor.

Tenía treinta y siete años y no había pasado un día de su vida con un bebe. Tenía dos hermanos pero no estaba casado. Las únicas mujeres cercanas eran su hermana Alice, su madre Ese y Rosalie, la mujer de su hermano Emmett. Rosalie estaba embarazada, ¿eso significaba que debería de saber algo de bebes? Edward no tenía ni idea y para un hombre que había pasado toda su vida en la predicción de los números, no tener idea de algo era desconcertante. Pero no tenía elección.

A pesar de no estar preparado para aquel trabajo iría a amarillo al día siguiente.

Se llevaría a casa a las tres niñas. No sabía nada de niños, mucho menos de niñas pero, pero tendría que aprender pronto…

Isabella Swan, Bella como le agradaba que la llamaran, recorrió a paso lento la explanada del aeropuerto de Red rock y llego casi corriendo a la puerta. El vuelo de amarillo ya estaba embarcado y solo quedaba por subir a bordo un par de rezagados, como ella.

Por primera vez en la última hora, tomo aire y se relajo. Las tres últimas semanas habían sido difíciles y frenéticas. Había sido muy duro romper con su novio de tres años, pero dejar su trabajo había sido agotador.

Le dio un trago al café con leche que llevaba en la mano, mientras esperaba para embarcara entrar en el avión vio que estaba completo y agradeció haber utilizado los puntos que tenía en la aerolínea para comprarse un boleto de primero clase. Miro su billete y busco el asiento que le correspondía.

-disculpe

El hombre se levanto y salió al pasillo para dejar que ella ocupara el asiento de la ventanilla. Olía muy bien. Bella no reconoció la colonia, pero su aroma era sutil y fresco. Y probablemente muy cara "menos mal que no llevaba la misma colonia que Jacob "pensó.

-¿quiere que la ayude?-la profunda voz masculina saco a Bella de sus pensamientos.

-¿qué?

El hombre de al lado estaba mirando la pequeña maleta que tenía en la mano.

-ah sí, gracias-respondió.

El hombre subió la maleta con facilidad mientras ella se sentaba, se abrochaba el cinturón y colocaba el bolso debajo del asiento. El avión se había puesto en marcha cuando miro bien a su vecino.

Este estaba mirando fijamente la revista de la aerolínea, pero Bella tubo la impresión de que no la leía en realidad. Tenía los pómulos altos, los labios bien definidos y la mandíbula fuerte. Llevaba el pelo un poco crecido, despeinado y de un extraño color cobrizo y, de perfil, se apreciaban unas pestañas muy largas y gruesas. Bella se pregunto qué color de ojos tendría. No tardo mucho en descubrirlo. El hombre levanto la vista y sus miradas se cruzaron.

Verdes. Tenía unos ojos verde esmeralda unos ojos en los que se podría perder cualquier mujer pensó. Estaba tan sorprendida de su propia reacción que no pudo apartar los ojos de los de él.

A pesar de estar preocupado por lo que lo esperaba en amarillo, Edward no pudo ignorar el repentino interés que le suscito la mujer que esperaba en el pasillo del avión

Cuando se levanto para dejarla pasar ella lo rozo y despertó todos sus sentidos. Observo como el pelo color chocolate caía Asia adelante mientras metía el bolso debajo del asiento y ella se lo metía detrás de la oreja. Cuando pudo estudiarla mejor se dio cuenta que tenia las pestañas largas y gruesas y los ojos café obscuro.

No era solo guapa. Era preciosa. Y si el rubor de sus mejillas no lo engañaba, ella también debió de sentirse atraído por él cuando sus miradas sé encontraron.

-¿va todo bien?-le pregunto al ver que no dejaba de mirarlo, pero no decía nada

Ella parpadeo y la expresiones su rostro cambio –Si, he llegado casi corriendo y odio llegar tarde

Edward asintió y abría dicho algo mas si no hubiese sido por el avión que hizo ruido de despegar. Miro a la mujer que tenia alado y se dio cuenta de que se estaba agarrando con fuerza a los reposa brazos con los ojos cerrados. Estaba claro que no le gustaba volar, a él no le molestaba hacerlo, pero espero a que el avión dejara de subir para volver a hablar.

-Soy Edward-dijo, omitiendo apropósito su apellido que era muy conocido en Red Rock. El hecho de formar parte de una familia rica y poderosa, como la Cullen, también tenía sus inconvenientes.

-Isabella Swan, pero llámame Bella-respondió ella mientras sacaba una botella de agua del bolso-¿vas a amarillo por negocios?-pregunto dando un trago.

-no exactamente- respondió él frunciendo el ceño

Bella se metió un mechón de cabello detrás de la oreja y se pregunto que significaría eso.

-ah

El se rio

-no pretendía ser tan poco explicito. Es un viaje de negocios y personal al mismo tiempo.

-ya

Bella por naturaleza era curiosa, pero no pretendía bombardearlo a preguntas. En la parte de atrás del avión, un bebe comenzó a llorar. Edward se puso tenso y escucho atentamente hasta que los gritase redujeron a sollozos. Miro a Bella había agitación en sus ojos.

-Mi compañero de habitación de la facultad y su esposa fallecieron y soy el tutor de sus hijas. Voy a amarillo por ellas. Son trillizas - suspiro- trillizas de un año.

Bella abrió mucho los ojos sorprendida. No supo que decir por un momento –Es una broma-comento por fin.

-no- le dijo el con expresión seria, parecía asustado-no es una broma

-¿Tienes más hijos propios con tu mujer?

-no estoy casado y no tengo hijos-añadió el-lo único que eh tenido a mi cargo en toda mi vida ha sido mi perro Rufus

-¿y vas a cuidar a tres bebes solo?

-eso parece

-si me permites un consejo deberías de contratar a una niñera de tiempo completo-Edward pensó que sería una magnífica idea y llamaría a la agencia para buscar una inmediatamente

-perdona -bella se levanto y Edward se levanto para dejarla pasar. Ella se acerco a la joven madre-hola-le dijo sonriendo-seguro que estas agotada-Le tendió los brazos para que le entregara a la niña, la madre dudo pero termino por pasársela, ella acomodo a la bebe sobre su brazo y la meció un momento, la pequeña se fue quedando dormida gradualmente hasta que cayó profundamente dormida.

-¿cómo lo has conseguido?-pregunto la madre de la niña tomándola en brazos-muchas gracias

-no hay de que, tu iras consiguiéndolo con la experiencia-las dos regresaron a su asiento y nuevamente Edward se levanto para dejarla pasar

-impresionante-dijo cuando estuvieron los dos nuevamente en sus asientos

-es algo básico cuando has ayudado a criar un bebe. Por desgracia las madres primerizas no suelen averiguarlo hasta que hablan con alguien que tuviera el mismo problema.

-tiene sentido la experiencia cuanta mucho, necesito alguien con esa experiencia ¿estarías disponible?-le pregunto

-¿disponible?

-para ser la niñera de las trillizas. Te pagare el doble de lo normal.

-lo siento pero buscare trabajo en amarillo. Además no me necesitas

-si, te necesito-refuto-estoy tan seguro que eres la indicada para las trillizas que te pagare una bonificación inicial y otra cuando ya no te necesite de veinticinco mil dólares.

-¿su tía se quedara con las trillizas?

-si, no tengo la custodia permanente, solo temporal mientras encuentran a la hermana de Carmen, Tanya-por un momento Edward pensó que aceptaría

-lo siento, pero no puedo

-si cambias de opinión, llámame-le tendió una tarjeta

-ok-cuando termino su conversación ya habían aterrizado ya estaban bajando del avión. Edward se dio vuelta y se fue.

De alguna manera Bella se dio cuenta que Edward le importaba y no solo era la atracción física. Bajo del avión y vio a su madre se dirigió a ella y la saludo con un gran abrazo.

-y que tal el piso, no extrañas tu casa-Renée habia vendido su casa para vivir en un departamento mas pequeño.

-estupendo, he tenido mucho trabajo y conocí a alguien-suspiro

-¿y estas saliendo?

-si salimos una temporada y hace dos semanas lo convencí a venia a vivir conmigo-Renée se escuchaba contenta y eso le bastaba a ella para ser feliz, lo único que le preocupaba era que tendría que cambiar sus planes.

Edward fue directamente al despacho del abogado para ver qué era lo que le informaba de los avances de la búsqueda de Tanya. Pero aun no tenían noticias de donde pudiera estar.

-ya es tarde señor Cullen, me tome la libertad de reservarle una habitación de hotel y podemos ir a ver a las niñas mañana al medio día, así me da tiempo a mí para ir arreglando el papeleo para que se las pueda llevar.

A la mañana siguiente

Edward se levanto y cambio, bajo a desayunar al restauran del hotel y se preparo para salir a buscar a las niñas, el abogado había contratado un chofer y le dio la dirección para que lo llevara a la casa de acogida.

-ya hemos llegado-dijo el chofer aparcando.

Edward bajo del coche y toco la puertea de la casa con los nudillos, después de un rato apareció frente a él una mujer joven, vestida con unos vaqueros. Llevaba a una niña apoyada en la cadera

-hola tú debes de ser Edward Cullen yo soy Christie Williams, pasa las niñas están en la sala-Él la siguió y se encontró con una alfombra llena de juguetes esparcidos en una alfombra verde, en ella estaban dos niñas exactamente iguales a la que traía Christie

-¿son idénticas?

-si, es poco común, pero Jenny, Jackie y Jessie son idénticas-contesto-por suerte Carmen mando grabar una pulsera con su nombre para cada una, ellos no las necesitaban pero era útil cuando dejaban a las niñas a cargo de alguien más. Esta es Jackie-añadió tendiéndole a la niña

Él la tomo con brazos torpes y la apretó contra su pecho. La niña reacciono y le dio con su pequeña manita en un puño y golpe en la cabeza, después balbuceo algo inteligible para él.

-¿Qué ha dicho?

-No tengo idea pero se pondrá contenta si le respondes de algún modo-respondió la mujer

-ah-dijo Edward mirando nuevamente a la niña-si muy bien

A Jackie le susto la respuesta, sacudió los brazos y balbuceo otra vez

La mañana paso de igual manera, entre juegos y "platicas" con las niñas, Edward se fue encariñando poco a poco, era tiempo de que las pequeñas comieran y se prepararan para el viaje a Red Rock

-¿Llevaras a las niñas en avión?

-esa es la idea, ¿crees que sea buena?

-no, la verdad-respondió Christie-Jessie tiene una otitis y está tomando medicamentos y aunque no le hiciese mal tendrías que encargarte tu solo de las tres durante el vuelo

Los tres adultos miraron preocupados a las niñas, son embargo ellas jugaban contentas. El teléfono de Edward sonó rompiendo el breve silencio. No reconoció el número pero aun así respondió.

-hola-contesto una voz que ya conocía-soy Isabella Swan.

-¿dígame?

-si no es demasiado tarde, me gustaría aceptar tu oferta para el trabajo con las trillizas

-el puesto es tuyo. Salimos mañana a primera hora de regreso, iremos en coche dame tu dirección y pasaremos por ti cuando tenga el coche cargado.

A la mañana siguiente Edward luchaba contra las sillas de coche para las niñas en el todoterreno, por suerte era grande y cavia un adulto entre dos de las niñas sin complicaciones. Cuando lo consiguió subió lo demás del equipaje y se marcho a buscar a Bella.

Las trillizas duraron dormida la mayor parte del viaje a Red Rock y cuando despertaban era solo para comer o ser cambiadas de pañal y de eso se encargo Bella en todo momento. Ella también se encariño con las pequeñas muy pronto y a Edward le sorprendió que le gustaba y asustaba la idea de que ella fungiera el papel de madre sustituta mientras el hacia el de padre por un estimaba que llegarían hasta la mañana siguiente a casa, por lo que decidieron llegar a un hotel antes de continuar,. Las niñas durmieron muy bien y descansaron de las sillas de coche sonde llevaban todo el dia sentadas.