Disclaimer: Todo, absolutamente todo es de Rowling, ¡Hasta yo! Ehm, quizás no… Eso seria esclavitud y/o trata de blancas.


"EL LLAMADO DE LA LUNA"

Otra luna llena más.
Otro día más de terrible dolor.
Otro día más de sentir como su carne se desgarraba dándole paso al lobo que llevaba dentro, no por opción propia, más bien como una maldición de la cual era victima.
Él había perdido su pureza nata e infantil aquél día que ese maldito lo había mordido.
Dumbledore lo acompaño hasta la entrada del sauce boxeador, donde con un silencioso encantamiento levito una rama que presiono el nudo que poseía el fuerte tronco.
Remus cabizbajo entro por el tan conocido túnel, esperando que su conocido amigo lo llevara al séptimo infierno al que pertenecia.
Pero había algo extraño ahí.
Una rata correteaba por los rincones, buscando un sitió apropiado para ocultarse.
En la esquina derecha se encontraba un ciervo con una cornamenta erigida sobre su cráneo y a su lado, un inquieto perro negro, que se perseguía la cola como si fuere a ser la última vez que lo hacía. Remus se quedo estatico… ¿Qué hacían esos animales ahí?
Poco a poco, los animales fueron tomando su forma humana, quedándose como Peter, James y Sirius. Los tres le sonrierón.
-Ya lo sabemos, Remus.
Remus trago gordo.
-¿El qué?
-Sobre tu pequeño problema peludo. –Contesto James, guiñándole un ojo tras las gafas.
-¿Cómo…?
-No importa, pero te apoyamos. –Contesto ahora Sirius.
-Si, lo hacemos, lo hacemos. –Repitió Peter.
Remus sonrió.
No podía creer que sus amigos lo supieran, menos aún que lo aceptaran y para acabar, se había convertido en animagos… Pero, ¿Para qué?
-Espera… Ustedes son animagos, ¿Vale? ¿Por qué?
-Porque nos quedaremos contigo para tu transformación, Remy. –Simplifico Sirius y se dejo caer sobre la descuidada cama que había allí.
-¡Oh, no! ¡No, no, no! ¡Me niego a que me vean de tal forma! –Soltó Remus.
-No te preguntamos, amigo. Nos quedaremos. –Sentenció James mientras que se sentaba a un lado de Sirius.
-Pero es que yo… -Trato de excusarse el licántropo.
-Nada. Ahora silencio, ya esta por salir la luna llena. –Susurró James, mientras que tomaba de nuevo su forma animaga de ciervo, a este le siguió después un perro y el imperceptible chillido de una rata.
Remus sonrió, sabiendo que por primera vez, no se encontraba solo.
Y así empezó de nuevo su ya tan conocida transformación, con el mismo dolor de siempre.
Pero ahora había un toque de dulzura en medio del mar de dolor, sus amigos.
Ellos le otorgaban la luz que el necesitaba en esa noche oscura y desolada.
Ellos se sentían como una manta calentita en medio de una tormenta.
Ellos eran eso, simplemente sus amigos. Y los quería por ello.
Y el hombre lobo quedo expuesto ante el ciervo, el perro y la rata.


Probablemente muchas personas ya han escrito acerca de ello, pero se me hizo muy necesario escribir mi punto de vista de ello. Es como algo que toda escrito de Fanfiction debe de hacer.
Avadas, desmaius y tomatazos están permitidos. Claro, también queda la opción de visitar mi casa y degollarme para que no escriba historias tan malas. =)