N/A: Bueeeeeeeno~ ya sé que no hace mucho que no escribo nada...se nota bastante la falta de clases que me inspiren ¿eh? jajaja~ prometo ponerme al día con el resto de mis fics que dejé pendientes pero cuando vi el Just Be Friends de Dinamarca y Noruega en youtube no pude resistirme a hacer un fic de ello. Normal, ¿no?~ Realmente odio esa pareja. Odio que me emparejen al noruego con el danés...en mi opinión queda mejor con Islandia en la camita */*~

Aún así, el fic no va sobre NorIce o IceNor~

Este fic va sobre las conseqüencias que trae al grupo la ruptura de Søren y de Lukas, y de como afecta a la relación entre Berwald y Tino.

Y una segunda cosa, en este fic el uso de la cursiva no es para pensamientos como en el resto de mis fics, sino es la narración que aporta Søren a la historia.

Dicho esto, ¡disfruten!


Capitulo 1 - Ruptura

Siempre fuimos cinco...Cinco chicos, cinco amigos, cinco hermanos, cinco sonrisas...

Desde pequeños, siempre juntos, siempre enfrentados, siempre preocupados por los demás, siempre siendo cinco.

Los cinco nórdicos. Tino, Berwald, Lukas, Emil y yo. Cinco.

Pero, ese dichoso numero acabaría siendo lo que rompería nuestra relación de hermandad. El simple numero cinco. Porque, después de todo, el numero cinco es impar...y...el amor es a dúo...

Siempre pensábamos que el que sobraba era Emil. Emil, el único que tenía los cabellos distintos a los demás. Él único que vivía realmente lejos de los demás. Él que menos edad tenía y el que pertenecía al grupo simplemente por su lazo de sangre con Lukas.

Siempre pensé que Emil sobraba por ser el único que no tenía pareja dentro del grupo, pues, al cabo de los años yo y Lukas acabemos enamorándonos el uno del otro y Berwald y Tino incluso llegaron a casarse siendo menores de edad.

Quien pensaría que, tras años de amistad, nuestro grupo acabaría destrozándose, como el fino cristal, simplemente por el hecho de que Emil no era el que sobraba. Por el hecho de que, al final de todo, él que sobraba era yo...

Quien iba a pensar que aquel día iba a destrozar el lazo de los nordic five...

Cinco hombres. Cinco compañeros. Cinco amigos. Cinco nórdicos. Cinco rubios. Cinco sonrisas. Cinco palabras que acabaron con el grupo...

La taza de café resbaló de sus temblorosos dedos, rozando la palma de la mano con suma delicadeza, cayendo en círculos por el peso del asa hacía el suelo de la acera, estrellándose contra este y partiéndose en miles de pequeños fragmentos que una atosigada camarera se apresuró a barrer con una leve señal de enfurecimiento en forma de arrugas en la frente.

-¿Q...qué...?-su voz surgía entrecortada de su garganta mientras su mente trataba de asimilar las cinco palabras que su amado acababa de pronunciar.

Lukas miraba a otro lado apoyando la barbilla en el dorso de la mano. No quería mirarle, porque sabría que se arrepentiría si lo hacía. Y no, no podía arrepentirse ahora, no podía. No debía alargar aquello más o sino le dolería más a Søren el día que se enterara por terceras personas.

Ni su corazón ni su respiración trabajaba con normalidad. Ambas habían sido alteradas al oír las hirientes palabras del menor al que tanto amaba, de oír lo que este pensaba en realidad.

Miles de recuerdos golpeaban su mente. Miles de millones. Unos buenos y otros que no tanto, pero todos junto al chico que se sentaba frente a él. Todos con esa persona a su lado para ayudarle, animarle y hacerle compañía hasta en la más horrible soledad.

-Yo...ya no...te amo...-repitió cerrando los ojos con fuerza.

Notaba aquel pinchazo de dolor en su pecho, como si le asestaran una gran puñalada en su pecho y esta no hiciera otra cosa que abrirse cada vez más y más, destruyendo todo su cuerpo en el acto. Le dolía. Le dolía demasiado. El sentir como el corazón del chico al que un día amó, y por el que hoy solo sentía un cariño fraternal, era realmente doloroso.

Por un breve momento, todos los sonidos cotidianos de la ciudad que solían pasar desapercibidos por todos, es decir, los cláxones de los coches, las charlas de los adultos que caminaban o tomaban algo, los gritos de los niños, el ruido de los teléfonos móviles, el de los botones de las videoconsolas al ser apretados...todos aquellos sonidos martillearon su cerebro con fuerza tratando de arrancar las palabras que el rubio había dicho. Tratando hacerle creer que nunca había dicho y que seguía mirando silenciosamente el asfalto.

Una valiente lagrima surgió del ojo derecho del mayor, recorriendo la mejilla de dicho lado y el contorno de la mejilla para acabar convirtiéndose en un pequeño toque fresco que quedó absorbido en uno de sus guantes negros.

-No...-protestó.-No...no es verdad...¿Verdad...? ¡Deja de bromear cariño!-exclamó riendo como un tonto mientras se secaba las estúpidas lagrimas que se atrevían a manchar su rostro de piel albina.

-No es broma.-anunció fríamente el noruego girando su rostro y clavando su fría mirada azul oscura en la mirada azul clara y energética del danés.-Amo a otra persona, Søren...-la voz del chico sonaba fría, lejana e incluso indiferente ante el dolido rostro que el danés mostraba.-...te amé...en el pasado...no sabes cuanto te amé...pero en los últimos tiempos tu y yo...ya sabes...no hemos echo otra cosa que discutir, insultarnos y...golpearnos...

-¡P...pero yo...!

-Entiendelo...-suplicó acabándose la taza de café que había pedido un buen rato antes.-Entiende que me he enamorado de otro...ahora...solo somos amigos Søren...

"¡Crack!"

Algo en su interior quebró de mala manera al escuchar aquellas palabras dando permiso a las lagrimas, que había retenido momentos antes para sonreír convencido de que era una broma de su amado, para surgir de nuevo y dominar al completo su rostro.

-Luk...

-Me voy.-dijo a modo de saludo el rubio cerrando los ojos con cansancio.

-¡Luk...!-masculló el danés incapaz de levantarse de la mesa debido a las punzadas de dolor que golpeaban su mente, su corazón y su cuerpo. Sabía que debía ir tras él, abrazarle y pedirle una nueva oportunidad. Sabía que debía luchar por aquel amor...pero su cuerpo le negó la oportunidad.

Apenas tardó unos minutos en ponerse su abrigo, sacar un par de billetes, los cuales depositó en la mesa de acero gris, y alejarse de la mesa donde un lloroso danés era atendido por la misma camarera que antes le miraba enfadada.


N/A:

Por cierto, los nombres usados para el fic no son los oficiales ya que estos caracteres carecen de ellos.

**Lista de personajes con nombre NO OFICIAL en este capitulo:

-Berwald Oxenstierna - Suecia.

-Lukas Bondevik - Noruega.

-Emil Steilsson - Islandia.

-Søren Densen - Dinamarca.

-Tino Väinämöinen - Finlandia.

Los personajes de este fanfic pertenecen en su totalidad a Hidekaz Himaruya, creador de la mítica serie "Axis Powers: Hetalia". Por otro lado el argumento y la trama si me pertenecen a mí.

Espero que os llegue a gustar esta historia tanto como a mi me esta gustando escribirla~ Ciao!

Capitulo 2: Una sonrisa que nunca desaparece.