Titulo: El día después.

Pareja:SasuSaku

Aclaraciones: Esta historia compite en el concurso de "Reto tu ingenio" en el grupo de Facebook "Escritoras y Lectoras de fanfics". Universo alterno. Tabla 1 - Emociones, Reto 3 – Arrepentimiento.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo la trama es de mi dominio.

Fiction Ranking: M

Summary: Ino una vez dijo que una buena borrachera tenía dos etapas, aquella que recuerdas, y la que no.

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"El día después"

El sonido de la molesta alarma hizo que me despertara al instante. Me senté de inmediato en la cama y estiré la mano para apagar aquel aparato del demonio. Una fuerte punzada siguió a muchas más en mi cabeza, anunciando el peor dolor de cabeza en la historia. Apenas abrí los ojos y la molesta luz pareció cegarme y empeorar la jaqueca. Era tan molesto tener que ir al trabajo ese día, más aún cuando estaba en ese estado.

Traté de levantarme pero las extremidades no me respondieron a la primera. ¿Pues qué tanto había bebido como para sentirme así? Claramente no debí aceptar ir a la fiesta de Naruto, tomando en cuenta lo mala que soy para tomar. Aunque esta vez parecía peor que otras ocasiones.

Apenas me puse de pie, el piso dio vueltas. Me aferré a la mesita de noche mientras reprimía unas ganas horrendas de vomitar. Mi aliento era ácido, lo que facilitaba aún más el correr hacía el inodoro. Aguanté ahí por varios minutos, soportando la peor resaca en años. Me temblaron las piernas y caí a un costado de la cama, realmente no podría sobrevivir a esa mañana en el estado en que me encontraba.

Ino una vez dijo que una buena borrachera tenía dos etapas, aquella que recuerdas, y la que no. Fui consciente de sus palabras al momento en que caí en cuenta de que estaba desnuda. Alarmada abrí por fin lo ojos, a pesar de que la luz dolía. Como máquina industrial mi cerebro trató de hacer memoria para sacar hasta el último detalle de lo que había sucedido.

Había bebido a reventar, de eso estaba segura, ¿pero cómo había llegado a mi casa? ¿Qué tan avergonzada debería estar en esos momentos? ¿Qué locuras me había atrevido a hacer? Recordé como una vez Naruto había bailado semidesnudo sobre su auto, interrumpiendo el tráfico de toda una avenida. Yo...no podría llegar a tales extremos.

Me levanté de golpe, y fue en ese preciso momento en que realmente me sentí arrepentida, al punto de jurarme nunca más volver a probar alcohol. La puerta de mi habitación estaba abierta, desde ahí se veía mi sostén tirado en el pasillo. En el marco de la puerta había una camisa blanca que desconocía. Una de mis zapatillas estaba sobre el tocador, junto un calcetín negro, que tampoco era mío. Mis bragas estaban enganchadas al perchero. Más cercano a mí, había un par de zapatos negros, justamente arriba de la falda que vestí la noche anterior.

¿Qué rayos había pasado? Con la culpa en su máximo nivel me giré lentamente hacía mi cama. Ahí había un chico al que apenas lo cubría una ligera sabana, tapando tan sólo su sexy trasero. No se le veía el rostro, pero sus cabellos negros y el cuerpo lo delataron.

—Sasuke-kun…susurré antes de caerme de bruces.

De eso me iba a arrepentir por mucho tiempo, ¿o no?