Luego de un millón de vueltas, decidí como iba a arreglar esta metida de patas.

Volveré a subir Imposibles, a su vez le daré el tiempo necesario a cada capitulo ya que están siendo beteados y algunas cosas (frases o conceptos) mejorados.

Pero obviamente no tendré a las lectoras esperando siglos por un nuevo capi, así que en cuanto tenga el cap que sigue (al último que alcancé a subir) abriré otra historia y subiré lo que falta ¿Se entiende? Espero que sí.

Explicado esto... a lo que vamos.

Los personajes no me pertenecen, pero la trama es completamente mía, resultado de mi mente maquiavelica a ratos.

Prohibida su copia parcial o completa y sobre todo prohibida su "Adaptación"

Gracias Eri!


Prólogo

…No quiero volver…

Esa frase se repetía una y mil veces en mi interior, revolviéndome el alma, despertando viejas inseguridades.

Me era tan difícil de creer que realmente estaba volando, rumbo al lugar donde todas mis pesadillas y equivocaciones desembocaban en un solo ser.

Tenía que volver, eso era indiscutible y no por mí, sino por ella, por ellos. Mi autoexilio no podía seguir alejando a mis seres queridos de su tierra, de sus raíces, de su historia y su gente…de su vida, de la vida que les correspondía vivir, no a la cual yo los había arrastrado.

Debía volver, porque en aquella horrible ciudad soleada, me necesitaban. Las mismas personas que estuvieron para mí cuando los necesite, ahora, con un mudo lamento gritaban por mi presencia, por ellos volvía y porque el pasado sólo sería pasado una vez que me probase a mí misma que lo había dejado atrás.

Ya habían transcurrido casi tres años, mi vida entera había dado un vuelco, mis prioridades ahora se resumían a esa pequeña-gran persona sentada a mi derecha. Yo no era la misma que despegó rota en aquel avión hace tanto y tampoco era la misma que volvía a pisar ese suelo. Ya nada es lo que era.

Cuando el avión aterrizó sentí el pánico invadirme súbitamente, todo lo establecido amenazaba con volver a romperse, mi vida volvía a dar vueltas a mí alrededor y mi cuerpo pedía seguir de largo, volver a despegar, volver a escapar.

¿Estás bien? — preguntó aquella ronca voz tan familiar desde mi izquierda. Alcé el rostro y lo miré fijamente mientras asentía, mi mentira no fue muy convincente, me conocía demasiado bien como para engatusarle tan fácilmente.

Todo estará bien—me reconfortó tomando mi mano entre las suyas—Sigo estando aquí…a tu lado- me recordó con esa honesta y sensata sonrisa en sus labios. Y de pronto el nudo en mi estómago se relajó, pero sólo un poco; aspiré profundamente y aclaré mis ideas.

No había nada que temer, porque si yo había cambiado tanto en todo este tiempo, de seguro él también, no había nada que temer por que sabia que él no estaría esperándome, seguramente él me había olvidado hace tiempo, debió de seguir con su vida normal, con su rutina de siempre, con sus vicios habituales

Yo sólo fui un imprevisto, un inconveniente ó un traspié…si es que llegué a ser algo en su vida.

A mí me costaba un poco más enterrarlo en el ayer, tenía un recordatorio a diario de su presencia en mi historia saltando por los rincones de mi corazón, aunque ya no dolía como antes, recordarlo era un hábito, uno desagradable y masoquista, él aún seguía presente.

Mi vida era otra, algo totalmente distinta a lo planeado, a lo que soñé, no sé si era una mujer feliz, pero al menos vivía en paz, podía despertarme a diario y respirar tranquila. Y aquella sensación era impagable.

Mi existencia se resumía a las dos personas sentadas a mi lado, una a mi izquierda aferrando mi mano como lo venía haciendo hace años y la otra a mi derecha, con sus ojitos cerrados, soñando, viajando en un mundo absolutamente distinto a mi cruel infierno personal. Mis pilares volvían conmigo a cerrar viejos círculos, a ayudarme a dar cuenta de que las heridas estaban cicatrizando al fin, a demostrarme que mi presente sería mi futuro feliz y que ya no había por que seguir atormentándome con el pasado.

Pero aún así me era inevitable no sentir miedo al no saber que estaba por enfrentar. Al no saber como reaccionaría mi alma si él se volvía a cruzar en mi camino.