Nota del autor: Saludos a todos en
Este es mi primer fanfic, en serio es el primero, y como notaran trata de la famosa Evil Saga de Vocaloid. Se que muchos fanfic se han escrtio y qu la historia está por demas conocida, pero me gustó tanto que no pude evitar escribir esta historia.
Una cosa les aclaro, y es que esto estara escrito a mi modo, por lo que muchas cosas pueden no ser iguales o parecidas a la historia original de Mothy. Por ahora dejo el prologo proximo el capitulo uno.

Prologo.

The Story of Evil

Un largo camino. Esto todo lo que veo.

A lo largo solo puedo ver la extensa carretera de color gris, interminable para mis ojos. A los costados, inmensas y verdes llanuras dan color al solitario paraje; no se ve casa alguna cerca, ni rebaños pastando en las llanuras. Ni siquiera en el camino pasan más automóviles, solo el que rente acababa con la tranquilidad del lugar.

Un ambiente pacifico y silencioso. Calma. Paz. Serenidad.

Sigo avanzando. El camino no ha cambiado en nada, y me comienzo a preguntar si esta carretera llevara a algún lado. ¿A dónde me llevara? No importa, a donde sea esta bien.

Pocos minutos después, comienzo a distinguir unas construcciones mas adelante. Al llegar frente a estos edificios me doy cuenta de que en realidad son casas que, por su aspecto, estaban ahí desde la época del Renacimiento. Una vez cerca, pude apreciarles mejor. Las casas que me rodeaban estaban bastante dañadas, manchas de carbón causadas por el fuego habían ennegrecido los muros. Y las ventanas, todas con los cristales rotos, quizá a causa del fuego, el tiempo o simplemente victimas del vandalismo. Estas construcciones no son más que ruinas, tan frágiles a la vista que da la impresión de que hasta la más ligera brisa les puede derribar por completo.

Sigo adelante en mi camino. Las casas se hacen más numerosas con cada metro que avanzo. Y ya no son solo casas; comienzan a aparecer a mi alrededor pequeños caminos empedrados que conducen a otros edificios igual e incluso aun más dañados. Uno en especial, más grande que el resto de las vías, conducía a lo que algún día fue la plaza del pueblo, o al menos, esa era la impresión que me daba. De pronto detengo el auto, decidí bajarme y admirar mejor el lugar.

Ya fuera del vehiculo me di cuenta que para construir esa carretera fue necesario derribar unas casas, a las orillas del asfalto aun sobresalían algunos restos de madera y piedra. Mi tranquilo caminar rompía con el silencio del lugar, cada paso resonaba mas que el anterior conforme me adentraba en ese pueblo fantasma. Finalmente, llegue a la plaza, en su centro quedaban algunas columnas de piedra. He de suponer que antes era un kiosco; no puedo asegurarlo pues solo quedaban cuatro columnas.

Miré las casas detenidamente. Por unos momentos, no pude evitar imaginarme la vida en tan pintoresco lugar, sin duda, en sus años de esplendor fue un lugar bello. En mi mente se proyectaban las imágenes de personas caminando por la plaza, llena de actores ambulantes y varios vendedores; niños que corriendo alrededor de lo que fue el kiosco perturbaban la calma de un anciano que con dificultad se movía entre la multitud. Damas que salían de sus casas cargando su lujoso abanico, necesario para poder sobrevivir a esos ajustados vestidos y corsés que usaban en aquella época; y por supuesto, soldados que dentro de sus pesadas armaduras, deambulaban por las callezuelas procurando que todo estuviera en orden.

Pero ahora solo eran ruinas: casas altas, todas con la madera podrida y sin puertas. Dentro de estas un montón de escombros, vigas, tejas, piedras, todo en un montículo que ocupaba la mayoría de la planta baja de cada vivienda. En el mejor de los casos, aun tenían la mitad de su techo, pero la mayoría de las residencias carecían de este, incluso de su segundo piso. Y las ventanas, solo quedaba un marco vacío, sin cristal. Un ambiente de lo más desolado, donde parecía que ni la luz del sol había estado presente en muchos años y la naturaleza comenzaba a reclamar lo que era suyo, apoderándose de las antiguas casas y de la plaza.

¿Qué fue lo que ocurrió en este lugar para quedar en tales condiciones?

Sin duda alguna, fue la guerra la que hizo que esto quedara reducido a simples ruinas que rodean el camino. Quizá, soy la primera persona en poner un pie ahí en cientos de años. De pronto, una fresca brisa llega hasta mi rostro. Como si el mismo viento me llamara, dirijo la mirada hacia su fuente y lo veo.

A lo lejos, logro distinguir la figura de un castillo.

Para mi fortuna, la carretera conducía directo al castillo que logre ver desde el castillo. A diferencia de éste, el palacio se encuentra en perfecto estado. El muro que rodeaba su perímetro está completo, no le falta ni un solo ladrillo. A lo largo del mismo, ondean varias banderas de color rojo que en su centro tienen por insignia una rosa, totalmente abierta, de color amarillo. Y las rejas de color blanco, claramente pintadas hace solo unos días, resplandecen con la luz del sol al atardecer.

Con paso decidido, me adentro en los terrenos que encierra la muralla. Antes de se poner siquiera un pie dentro de aquel basto jardín, lleno de verde pasto y numerosos rosales amarillos, una placa dorada llama mi atención. Atornillada a la barda, la dorada placa reflejaba la tenue luz de la pequeña lámpara que le iluminaba; alrededor tiene grabadas varias rosas y en su centro, escrito con una fina letra, decía: "Aquí vivió la hija del mal".

Ahora con más curiosidad, me dirijo al interior del castillo. Su estructura se encontraba intacta, los cristales de sus ventanas estaban en buen estado, no se les apreciaba ni el más mínimo rayón. Los enormes muros del palacio carecían de cualquier daño, igual que los vidrios, se encontraban intactos. Parecía que el paso del tiempo no le había afectado.

Ya estando a unos pasos del primer escalón que conducía a la puerta del palacio, una delicada voz femenina llama mi atención.

-Disculpe señor- me dice- Pero ya estamos cerrando. Si gusta regresar mañana, los recorridos comienzan a las 9 a.m.

Era una chica de unos 20 años de edad. Su cabello negro, con mechones rosas, caía delicadamente sobre sus hombros. Sin detenerme mucho en su indumentaria, solo notó una blusa blanca con delgadas rayas azules y un gañere con su nombre: Rika Shimasaki.

-Oh, lo siento- digo- No sabia siquiera que existía este castillo; nadie me lo dijo en la ciudad.

-Descuide, descuide.

-Supongo que mañana volveré a las 9. Antes, ¿podría decirme quien es la hija del mal?

-Claro señor. Vea esa pintura- me dice, señalando un marco dorado. Dentro está el retrato de una joven rubia, de cabello corto y sombríos ojos azules. Sentada al trono, sostiene con su mano derecha un fino abanico negro con detalles dorados, que hacia juego con su fino y detallado vestido con la misma combinación de colores. Su mano izquierda, un tanto levantada, era sostenida por un chico rubio, de rostro similar, que vestía un traje negro. Su sirviente personal, sin duda alguna.

-Ella es la hija del mal. Gobernó este reino ya hace mucho tiempo.

-Pero… ¿Por qué se le llama así?

-Como la mayoría de los gobernantes de ese tiempo, ella se caracterizó por sus excesos… tan joven y el poder la echó a perder.

Así que por eso se le llama la hija del mal. Me cuesta trabajo creer que aquella niña de si mucho 15 años de edad cometiera actos tan terribles como para ganarse ese sobrenombre. O, ¿en verdad fueron acciones tan terribles que justifican el porque aquella joven rubia fuera y aun sea conocida como "La hija del mal"?

Hace mucho, mucho tiempo en algún lugar
existió el reino de la inhumanidad…