Digimon no me pertenece.
Tabla: 30 besos | Reto: #05 "¿Sabes?"
Notas de autor: como dice el Sr. Cara de Papa, ¡TRES AÑOS O MÁS! ¡TRES AÑOS O MÁS! ¡ESO DICE MI CAJA, NO ESTOY PARA QUE UNA BEBÉ ME ESTÉ BABEANDO! Ah pues así yo, lucho para salir del vacío en el que yo misma decidí vivir. XD


¿Sabes?


Tras abrir el casillero, una hoja cayó lentamente hasta caer en el suelo. Mimi Tachikawa saltó emocionada y aplaudió, festejando la quinta sorpresa que le dejaban esa semana. Habían sido cinco los garabatos que alguien ―un romántico admirador secreto, daba por hecho― deslizaba por la puerta de su casillero.

Con cuidado de no pisarlo, lo levantó del suelo y observó el dibujo. En esta ocasión habían dibujado una bonita flor y aunque no era su favorita, le pareció muy bonita y consideró meterla en su top 10 de flores favoritas. Acercó el papel a su pecho y se dio la vuelta para ver si alguien la observaba, con un poquito de suerte su admirador se había quedado a esperarla solo para admirar su reacción.

Y como su pecho no era bodega, ella tenía cientos de palabras de gratitud que expresar. Tenía un miles de temas de conversación para cruzar con él y, sobretodo, tenía millones de preguntas que hacerle.

Cuando se dio la vuelta, se sintió derrotada al observar que el flujo del pasillo escolar era tan monótono como siempre: estudiantes yendo y viniendo a clases. Los grupitos de amigos chismeaban o hacían sus planes para el fin de semana y nadie le prestaba atención a ella.

El mundo no dejaba de girar para mostrarle quién era el admirador secreto de Mimi Tachikawa.

¡Buen día, Mimi!

Se sobresaltó al escuchar su nombre y cuando se relajó un poco, se giró hacia donde la llamaban.

―¡Sora! ―exclamó aliviada de verla ―¡No creí verte tan temprano! Creí que este día entrabas tarde.

La pelirroja sonrió y se encogió de hombros. ―Quedé de verme con Tai antes de entrar.

―¿Los dos solos? ―Mimi arqueó una ceja y con una insinuante sonrisa la vio a los ojos, Sora se sonrojó de inmediato tras traducir su mirada.

―Eh… bueno sí ―dudó antes de responder, la castaña amplió su sonrisa ―¡Pero no es lo que crees! ―al verla negar, agitó su mano y meneó su cabeza, sintiendo como el rubor de su rostro aumentaba ―¡Le voy a explicar unas cosas antes del examen!

―Te creo ―Mimi colocó sus manos sobre los hombros de su amiga, Sora suspiró aliviada aunque su intuición le decía que con Mimi Tachikawa en plan de celestina, jamás debía confiarse ―y también creo que no por cualquiera alguien se despierta tan temprano, teniendo oportunidad de dormir.

Sora tragó saliva, a sabiendas de que Mimi la estaba empujando a aceptar en voz alta que tan importante era Tai para ella.

―¿Nunca has escuchado el dicho que dice "A quien madruga, Dios le ayuda"? ―una tercera voz, esta vez masculina, se unió a las dos, haciendo que ambas chicas se apartaran y se giraran hacia donde se unía Taichi Yagami.

―¡Tai! ―para la castaña no pasó desapercibido el hecho de cómo se iluminó el rostro de Sora y la pelirroja, en cambio, se sentía salvada.

―¿Crees que con madrugar un día, vas a aprender lo que no aprendiste en todo el parcial?

Tai sonrió ampliamente y asintió… ―Sí ―con uno de sus brazos rodeó el hombro se Sora ―es posible si tengo a la mejor maestra de todas.

Mimi suspiró, sonriendo y apreciando cada uno de esos recuerdos que fabricaba con sus amigos.

―Oye, por cierto ―Tai cambió bruscamente el tema y estiró su mano disponible hacia ella ―¿Te dejaron otro?

Abrió los ojos y asintió. Accedió a pasarle el garabato para que los dos lo vieran. ―Con este son cinco.

―¿¡Cinco!? ―Sora se sorprendió ―¿Y sigues sin idea de quién es?

Rodó los ojos. ―Solo sé que dibuja algo y luego los desliza en mi casillero, nunca van firmados y los garabatos no me dan pista de quién es… plasma cosas diferentes; ahora dejó el garabato de una flor, primero fue el cielo nocturno lleno de estrellas, luego fue el mar con un barco, una especie de hada y por último una mariposa, yo no puedo encontrarle relación.

Taichi achicó los ojos y gruñó, ese era su podo de sobrenalizar una situación. Revisaba cada punto del garabato, buscando pista de quién era el artista anónimo. ―Creo que es muy obvio.

Mimi abrió los ojos con sorpresa. ―¿De verdad? ―Tai asintió, haciendo que el corazón de la castaña latiera tan fuerte que podía sentir que este se iba a salir de su pecho.

―Tai, ¿Tú sabes quién es? ―el moreno volvió asentir, esta vez viendo a Sora. Ella se separó de él para tener una mejor visión de su rostro y tras mantener la mirada y sentir la confianza de Tai, terminó asintiendo.

―¡Dime, por favor! ―Mimi le suplicó, jalando una de sus manos.

Su amigo aclaró su garganta antes de anunciar. ―Por sus dibujos y acciones, debo decir que es un artista.

Sora palmeó su rostro, debió suponer y Mimi lo vio con tanto odio y soltó su mano. Ofendida por creer que el tarado de Taichi podría saber quién es su admirador secreto.

―¡Esto no es juego! ―exclamó indignada ―¡Sora, dile algo! ―Mimi chilló.

―¡No estoy jugando, princesa! ―Tai alzó las manos en señal de rendición ―soy un hombre y por lo tanto, entiendo cómo trabajan los demás hombres.

―¡Sora! ―Mimi pataleó, pidiendo el auxilio de su amiga.

La pelirroja intercambió la mirada entre ambos y suspiró. ―Quiero entender el punto de Tai.

El moreno le agradeció y siguió explicando. ―Si me pides un nombre, no podré dártelo porque no lo tengo. Solo te puedo ayudar a describirlo para ver si conoces a alguien con ese perfil.

Y tras escucharlo, por primera vez en cinco días Mimi se sintió cerca de descubrir quién era ese poeta oculto. ¿Por qué no se le había ocurrido antes? Y si no estuviera tan indignada con Tai, lo hubiera abrazado para agradecerle su brillante idea. Así mantuvo su posición de siempre diva y habló con desdén.

―Bueno, peor es nada…

Tai iba a contestarle de igual manera pero se calmó cuando Sora palmeó su hombro. Sintiéndose como un niño regañado, se disculpó con la pelirroja y habló, haciendo su orgullo a un lado.

―Es un artista.

―Eso es obvio ―Mimi siguió peleando por no darle la razón.

―Y por sus acciones resulta ser alguien tímido.

―Eso está más claro que el agua.

―También digo que es alguien sensible, mira estos trazos… son bastante delicados ―señaló, atrayendo la atención de las dos chicas, Tai sonrió cuando miró que Mimi al fin se había calmado ―el dibujo de las estrellas me dice que es alguien nostálgico, tal vez se siente solo ―la castaña asintió, ansiosa de descubrir cada detalle tras los garabatos ―a lo mejor esa persona se sentía atrapada en la oscuridad pero encontró a una persona que ilumina sus noches… tú serías la estrella aquí, Mimi.

La castaña se sonrojó. ―¿Yo sería su luz?

El moreno asintió, viendo cómo se mordía el labio inferior. Nerviosa y contenta por la interpretación del arte.

―¿Qué más? ¿Qué te dicen los otros dibujos? ―Mimi lo apuró para que continuara.

―Ah pues, el de la mariposa habla sobre la metamorfosis. Quizás este sea un nuevo cambio para él, esta persona quiere dejar la soledad para unirse a su estrella ―le guiñó el ojo, haciendo que el rostro de la castaña se pusiera totalmente rojo. La vio cubrirse la boca con sus manos para amortiguar un chillido.

Sora los observó en silencio. ―Me sorprenden tus dotes artísticos, Tai ―se animó a decir, algo andaba mal porque ella conocía mejor que nadie a Tachi… El moreno se encogió de hombros.

―¿Qué te puedo decir? Me gusta el arte.

―¡Qué más Tai! ¡Dime de los demás dibujos!

Él le sonrió a Sora con tranquilidad, ella se serenó ante eso.

―El barco nos dice que está haciendo un viaje a través de los sentimientos para acercarse a ti.

―¿Y el hada?

Tai dudó unos segundos… ―El hada es una criatura mágica, ¿no?

Mimi asintió desesperada.

―Ahí lo tienes, Tachikawa: eres mágica. Curas sus dolores, sus penas, sus problemas. Eres la respuesta a ese viaje a través de sus sentimientos, eres la luz al final del túnel.

Mimi suspiró más romántica que nunca, en ninguna película de romance había visto algo tan top, tan sublime… ¡Ni Darcy sintiéndose hechizado en cuerpo y alma por Elizabeth Bennet!

―¿Y la flor?

―¿La flor?

―Sí, la flor… ¿Qué significa?

―Supongo que es algo más personal, ¿tú perfume es de floral?

Mimi abrió los ojos y volvió a sonrojarse hasta las orejas. El corazón le retumbó y en cámara lenta asintió.

―Creo que se admirador está más cerca de lo que crees.

―¿De ver-dad?

Él afirmó con toda la seguridad del mundo.

―Pero tal vez deberías ir con un experto en arte.

―¿Experto? ―la pobre aún estaba pasmada por los efectos del amor en su cuerpo.

―Con Matt, él es músico y tiene más sensibilidad para esto…

―¡Tienes razón! ―ella se apuró al salir, tomó antes el último garabato y se echó a correr ―¡Gracias!

Al verla desaparecer como un rayo, Tai secó el sudor de su frente. ―Eso estuvo cerca ―bufó aliviado.

―¿Me puedes explicar todo esto? ―la pelirroja reclamó, preocupada por el corazón de su amiga. Sabía que todo era un invento de Tai y aunque empezó bien, lo último sonaba tan absurdo que solo alguien ingenua y con la cabeza llena de romanticismo podía creerle.

―No te preocupes Sora, todo estará bien. ¡Te lo aseguro!

Ella dudó.

―Ven, vamos a estudiar, mejor ―la tomó de la mano y la arrastró hacia la biblioteca.


Cuando se estaba quedando sin aliento, tras correr como loca por varios pasillos y asomarse en varias aulas para buscarlo, logró encontrarlo en el salón dedicado a las clases de música. Mimi se detuvo a pocos metros de él, quien dejó de guardar su guitarra en su funda tras verla.

―¿Mimi?

―H-ola ―dijo, aun recuperando el aire. Sentía que sus pulmones ardían ―… tu ayuda.

―¿Cómo? ―preguntó, sin lograr entender lo que la castaña le decía.

Le tomó varios minutos a Mimi medio recuperarse, aún le faltaba el aire y su estómago le seguía doliendo. Sentía que la cara la tenía roja y que su imagen no era la más presentable y pulcra de todas, pero estaba desesperada.

―Tu ayuda ―repitió, el rubio ladeó el rostro ―yo necesito de tu ayuda.

―Está bien ―rodó los ojos, terminó de guardar su guitarra y la dejó sobre una de las sillas―. ¿Qué es lo que necesitas?

Mimi abrió la boca pero solo expulsó aire de esta. No lo pensó hasta ese momento pero ¿cómo se lo decía sin sonar muy tonta? Se regañó por salir disparada y no pensarlo con calma.

―Necesito de tu vena artística ―comentó atropelladamente, eso fue lo primer que se le ocurrió.

―¿Para qué?

―Para encontrar a alguien.

Achicó los ojos. ―No estoy comprendiendo.

Las mejillas de Mimi se colorearon de rosa y desvió la mirada. ―Aun admirador secreto, supongo que eso es ―¿Por qué frente a Yamato se sentía insegura?

La analizó críticamente… ―Le vas a quitar lo romántico, ¿no eres defensora del romanticismo? ―infló sus mejillas ―en fin, no entiendo en qué puedo ayudarte.

―A saber más de esa persona ―dijo ella con un poco de timidez.

―¿Y yo por qué debería saber de esa persona?

―Tai dijo que entenderías más a esa persona porque también eres un artista.

―¿Crees en lo que te dice Tai? ―preguntó, burlón.

Ella asintió. ―Claro es una persona inteligente y Sora lo prepara para que sea más listo.

Yamato sonrió de medio lado. Mimi sabía que seguía burlándose de ella pero trató de ignorarlo porque necesitaba de su conocimiento. ―Está bien, lo compró… ¿Qué es lo que tengo que interpretar?

Le sonrió agradecida. ―Unos garabatos ―le mostró el de la flor y rebuscó, después, en su mochila los otros.

―Veamos: una flor…

―Como mi perfume.

Yamato negó. ―Como sea; un barquito de papel.

―Que navega por un mar de sentimientos.

La escuchó pero prefirió no continuar. ―Estrellas.

―La luz y la oscuridad ―presumió.

Volvió a ignorarla.

―Una mariposa.

―Que representa el cambio hacia algo nuevo.

Por un momento se asqueó.

―Y un ¿hada?

Mimi asintió. ―Por la magia del amor.

Yamato la observó inexpresivamente, ella le sonreía y se removía nerviosa, se sentía juzgada por el rubio. Él sacudió la cabeza y revolvió su cabello.

―No entiendo qué quieres ―dijo, luego de unos minutos en silencio.

―Que me ayudes a describir a esta persona para encontrarla ―no borró su sonrisa pero sentía que los nervios se la comían viva, ¿por qué le era tan difícil hablar con Yamato?

Afirmó y retrocedió unos pasos. ―¿Para qué quieres saberlo? ¿No estarías arruinando su obra si descubres su anonimato?

―Quiero agradecerle los detalles, ¿eso está mal?

Él negó. ―No pero es egoísta. Si él está actuando así tal vez sea porque aún no reúne valor y ni las palabras necesarias para decírtelo… Imagina cómo se va a sentir esta persona si llegas a agradecerle de la nada… no sé, deberías darle tiempo y comprender su forma de expresarse.

Y sin nada qué replicar, agachó la cabeza, sintiéndose mal. Matt se reprochó su rudeza y añadió algo más para consolarla.

―Lo que puedo decirte de esta persona es que, a mi juicio, es que esta persona está peleando consigo mismo. Está luchando por encontrar las palabras correctas, algunos de sus dibujos son detallados y los otros más simples. También apuesto por alguien dedicado y que te conoce, te ha dado cosas que te gustan ¿no? ―ella volteó a verlo para responderle, afirmó a su pregunta ―entonces, tal vez deberías poner más atención a tu alrededor.

―Eres la segunda persona que me lo dice.

―Supongo que Tai sí es inteligente ―Mimi se rió.

―Recapitulando, entonces debo ser paciente ―él asintió ―y estar atenta a mi alrededor porque pueden surgir detalles…. Puede ser alguien cercano a mí ―volvió a afirmar ―pero ¿sabes algo?

―¿Qué?

―Mis amigos más cercanos saben que mi flor favorita es el girasol, no la rosa… ¡No es tan cercano!

Alzó los hombros, sonriente. ―Error de cálculos.


Y para el lunes de la semana siguiente, cuando Mimi Tachikawa abrió su casillero, otra hoja garabateada se deslizó hasta sus pies. Sin agacharse por completo, vio lo que había trazado en ella: un girasol, que a diferencia de los demás dibujos, este estaba coloreada y tenía unas letras escritas.

Para poder leerlas, recogió el papel del piso:

Lamento el error de cálculos ―leyó, sintiendo como las mariposas invadían su estómago. Y fiel a su costumbre de girarse para ver si ese admirador secreto, ya no tanto, estaba viéndola… se giró sobre sus talones, llevando el garabato hasta su pecho.

Su corazón latió con más fuerza al ver que estaba frente a ella, ella sonrió y él solo alzó los hombros, tímido y calmado a la vez. Mimi caminó rápido hacia él.

―¿Siempre fuiste el poeta oculto?

―Creo.

Ella se rió, entendiendo muchas cosas. Sin pensarlo, se aproximó más a él y depositó un corto beso en su mejilla, logrando sonrojarlo.

―Hace una semana quería decirlo, ¡Gracias!

Y no muy lejos de ahí, dos jóvenes los observaban.

―Te dije que todo estaría bien ―Tai abrazó a Sora por los hombros.

Ella sonrió mientras veía el cuadro de sus amigos.


¿Fin?


Siento la tardanza, peleo por abandonar el hiatus. He intentado escribir de Gintama, SnK, Black Clover, One Piece, Bleach y al final, lo que sirvió fue mi fandom madre D: y esto era para el Jeankasa pero estoy enojada con Mikasa y lo cambié a Mimato. Al inicio Matt recibía los garabatos pero se me antojó cambiarlo por Mimi. XDDDDD Me gustó, debí profundizar más pero mis dedos están oxidados y dolieron (?) algo es algo, peor es nada.

Review, crítica y sugerencia, bienvenidos.

Gracias por sus reviews uwu.

Por cierto, énfasis en:

Prompt: school AU where Person A draws cute little doodles and then slips them into Person B's locker. Person B had no idea who's doing it.