SIGO VIVA! se que tuve una larga ausencia pero fue porque me emocione con otro fic al cual ni si quiera le he escrito el epilogo que le prometí. En realidad el usuk ya no me emociona tanto como lo hacía antes pero sigo teniendo ganas de terminar esta historia. Me disculpo si se siente mucho el cambio o si me notan algo mas desanimada (o por la historia en si que se que algunas personas querran matarme al terminar este capitulo jejeUu)

De todas maneras seguiré intentando hasta darle un final decente a esta historia. No olviden que acepto críticas y comentarios. Cualquier cosa que me quieran decir no es una ofensa, es una forma de mejorar uwu

Animo a todo mundo! por que se que a estas alturas del año a todos nos hace falta que nos digan eso!


New York, New York

VI

-DUDE ¿de dónde sacaste tantas cajas?

-cállate y pásame la siguiente

Luego de un tiempo de que insistiera y de yo le amenazara con tocar mis cosas sin mi permiso, decidí por fin que el rubio de lentes si me ayudaría con la pila de cajas que quedaba en mi departamento. Ambos estábamos algo cansados, pero yo no me detendría hasta terminar y no lo dejaría detenerse. Podía ver en su cara un pequeño gesto de arrepentimiento cosa que me dio más gracia que pena.

-¿Esto es goma de mascar?

-deja eso donde lo agarraste

-¡que cool! ¡Si es! –tomó un pedazo y lo metió en su boca antes de que pudiera detenerlo. Luego hizo un gesto estúpidamente gracioso y me empecé a reír de él- ¡¿Qué sabor de goma de mascar es ese? ¡Sabe horrible!

-es sabor inglés –hablé jugando-

-que mal gusto tienen…

Reí un poco más me inventé que seguramente estaba echada a perder. No tenía necesidad de decirle la verdad.

-Ahora esa caja

-y son libros ¿para qué quieres tantos libros aquí?

-me gustan los libros

-¿porqué? –se acercó a mi con una caja llena de otra cantidad de libros. –Pesan mucho y ni si quiera son tan entretenidos

-Ah ¿eso crees?

-¡claro que si! Las historias son mucho mejor cuando tienen imágenes geniales con explosiones y eso

Tomé uno a uno mis libros viendo que tenía de nuevo en mi posesión para ponerlos luego en un librero.

-¿te gustaría que todos los libros tuvieran dibujitos? ¿Cómo tus comics?

-¡También existen las novelas gráficas! ¡Y los comics son todo un arte!

-no ¡La literatura es un arte! Los comics y toda clase de cosas con imágenes limitan a tu imaginación, un mismo libro tiene la capacidad de crear un mundo diferente para cada persona y al mismo tiempo tiene el poder de unir a miles de personas en una misma historia. ESO es arte.

Al no escuchar respuesta alguna me volteé preparando un rostro victorioso, el cual no pudo ser visto porque el americano tenía la mirada clavada en una vieja libreta la cual yo recordaba muy bien. Entré el pánico y mi cuerpo se congeló, aunque mi voz sonó tan fuerte como me era posible.

-¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO?

-¿Qué parece que estoy haciendo? Estoy leyendo

Al fin mis manos reaccionaron y pude arrebatarle la libreta sintiendo el calor en mi rostro. Estaba completamente avergonzado y no me importaba demostrarlo, con tal de que él dejara de leer mi libreta.

-¡OYE!

-¡TE DIJE QUE NO TOCARAS MIS COSAS!

-¡PERO NO TENÍAS QUE QUITARME ESO!... la historia estaba interesante

-cállate

-¿tú escribiste eso? –Me quedé en silencio con el rostro completamente rojo y el corazón latiendo tan fuerte que realmente creo que pudo escucharlo- es en serio… estaba interesante

-deja de decir idioteces… es algo que escribí cuando estaba pequeño… es muy tonto…

-¿si es tonto, porqué aun lo guardas?

Di un largo suspiro sin querer responder y dándole la espalda para guardar la libreta. Esta desapareció de pronto y apareció en manos del maligno americano.

-¡JA! ¡ME QUEDARÉ CON ESTO!

-¡NO PUEDES QUEDARTE CON ESO! ¡DÁMELO!

-¡ES MI PAGA POR AYUDARTE!

-¡YA ME DEBÍAS UN FAVOR, IDIOTA!

Alzó su brazo por encima de mi cabeza haciéndome maldecir la altura de los americanos y a mis patéticos saltos. En un último intento desesperado, me le lancé encima, tacleándolo y haciendo que cayera al suelo. Siendo tan patético como siempre lo he sido en cuanto a lo físico, de alguna manera terminé recostado en el piso, con él deteniendo mis muñecas.

Me dirigió una mirada con la respiración algo agitada y se quedó ahí quieto mirándome un momento, antes de inclinarse y besarme. No pude poner resistencia alguna. Sus labios eran tan suaves como lo recordaba, pero el beso se fue alargando y volviendo mas profundo. Iba explorando cada lugar en mi boca, causándome escalofríos y arrancándome uno que otro pequeño gemido. Mis propias manos comenzaron a moverse solas por su espalda y por debajo de su camisa, alzando la tela tímidamente. A penas notó mi intención, se deshizo de su camisa y me quitó la mía sin dejar de prestar atención al beso. Sentía cómo el calor de mi cuerpo se iba acumulando en ciertos puntos clave.

En un impulso le empuje para que quedara boca arriba y quedé sentado a horcajadas encima de él. Se sorprendió bastante y se quedó viendo mi abdomen de una manera que me dio algo de vergüenza.

-T-tienes un tatuaje…

-¿eh?

Bajé la mirada como si no reconociera al dragón que llevaba tatuado en la piel desde los 19 años. Mi primer instinto fue el de querer cubrirme. Me sentí desnudo y muchas de mis inseguridades llegaron a mi cabeza. ¿Qué podía estar pensando de mí ahora? Sabía perfectamente que para él yo no era otra cosa que el clásico inglés siempre propio y perfecto, pero el verlo quieto solo mirando las cicatrices que el tiempo había dejado en mí me llenaba de inseguridad, evitando cualquier movimiento que pudiera llegar a hacer. Con la palma de la mano, acarició mi costado sobre el tatuaje y me miró directamente, dedicándome una sonrisa.

-me gusta…

Sentí mi rostro sumergirse en cierto calor, pero tomé sus palabras como señal para seguir avanzando. Desabroché su pantalón y me detuvo tomándome de las muñecas.

-e-espera…

-¿eres virgen?

Hablé por reflejo sin saber si debía o no apenarme

-n-no… bueno… nunca lo he hecho con un hombre

-oh… -De nuevo me dio un pequeño ataque de pánico. Ahora me sentía como si lo estuviera presionando demasiado. Intenté hablar pero mi voz puso en evidencia mi inseguridad –n-no tenemos que seguir si no quieres…

-n-no, está bien, s-solo…

Me parecían adorables esos escasos momentos en los que mostraba su lado vulnerable. Cuando vi su gesto dudoso sin saber bien donde poner sus manos, las tomé y las puse sobre mi cadera. Me incliné hacia su rostro y lo enmudecí con un nuevo beso.

Me gustaría decir que mis primeras experiencias con otro hombre fueron completamente placenteras. Me gustaría decir que eran en muy contadas ocasiones y que yo era una persona inocente. Lo que sucede es que las cosas no son siempre como nos gustarían. Al menos podría usar mi experiencia no solo para encargarme de que lo disfrutara, sino que también perdiera todo rastro de inseguridad.

Ya había pasado un tiempo desde que estuve en un momento tan íntimo con otra persona, y aunque siempre existen esa clase de sentimientos encontrados la primera vez que te acuestas con alguien, me sentía bien al estar con ese americano. Las miradas que me dirigía me apenaban un poco, pero me hacían sentir mas seguro de mostrar mi cuerpo desnudo. Me acariciaba con deseo, pero aun así con delicadeza. No se si es cosa de americanos, pero el estar con él se sentía mas cálido y sutil, algo que en realidad era nuevo para mi. De alguna manera, era una experiencia nueva para ambos.

Desperté dándome cuenta de que estaba desnudo, en el suelo, cubierto por un par de brazos y una sabana que había aparecido mágicamente. Tenía como almohada el pecho del rubio quien seguía dormido. Miré las figuras que se formaban en su abdomen y comencé a seguirlas con un dedo, subiendo poco a poco. Alcé la cabeza con intenciones de darle un beso pero luego me congelé. Era Alfred.

Por alguna razón mi desnudez se volvió desagradable y el momento dejó de ser un cálido e íntimo y se volvió algo aterrador. Me cubrí buscando su mirada pero él seguía dormido. Corrí a ponerme algo de ropa para cubrirme un poco y busque entre mis cosas una pequeña caja que al revisar su contenido, caí en cuenta de que estaba vacía. Era verdad, Alfred había comido el último pedazo de goma de mascar que me quedaba. La ansiedad me estaba comiendo vivo así que no encontré algo más para hacer que ponerme mi abrigo y salir a la calle.

Entré en la primera tienda que pude encontrar fallando en mi búsqueda de un sustituto de mi goma de mascar. Tendría que caer de nuevo en ese vicio que ya había logrado evitar desde hacía casi un año. Al diablo. Compré una cajetilla de cigarros y encendí uno con mi encendedor de la suerte. Eran de los más baratos, era un vicio horrible, era una muestra de que era una persona de vicios, pero a quién le importaba, ahora me sentía bien. Exhale el humo mirando como tomaba formas antes de desaparecer en el aire pensando en lo mucho que me odiaba a mi mismo.

Me había acostado con Alfred, ya no había vuelta atrás. Mis manos temblaban levemente aun sosteniendo el cigarro y no podía entender porque. Ni siquiera el frío invernal de la ciudad era suficiente para compararse con las cosas que había vivido de vuelta en casa, pero por una misteriosa razón, no podía dejar quietas las manos. Di otra calada al cigarro tratando de tranquilizarme.

-Ese es un horrible vicio

Casi doy un salto al reconocer esa voz

-no eres quién para hablarme de vicios

-mon chaton ¿así saludas a tus viejos amigos?

-tu no eres mi amigo

-pensé que ibas a dejar el cigarro por fin

-se me gastó la goma de mascar de nicotina

-pensé que encontrarías una mejor excusa

-just shut up, sodding frog –di una calada más y exhale el humo en su cara con la intención de que se ahogara -¿Cuándo llegaste? ¿Cómo me encontraste?

-no fue difícil encontrarte, solo tuve que buscar la tienda con cigarros mas cercana a tu departamento. Por cierto, lamento si es un lugar muy incómodo, fue lo mejor que pude encontrar en tan poco tiempo. Cuando quieras puedes tomar tus cosas y cambiarte conmigo, encontré este lindo lugar-

-¿estás bromeando? Acabo de desempacar todas mis cosas, no me puedo mover de ese lugar así como así.

-¿no será que te estás encariñando con ese triste departamento? –Dejó de reírse cuando vio mi rostro serio. Tenía la imagen de Alfred en el cerebro. -… ¿o es que acaso encontraste con quién pasar el tiempo? ¿Encontraste una americana?

-¡¿de que hablas?-

-¡entonces es un chico! Vaya, de verdad que tú no pierdes el tiempo. Me entristece que me dejaras a un lado tan fácilmente.

-cállate, como si tu no hubieras visto a otras personas mientras yo estaba lejos

-oh, pero mon chaton, yo tengo tanto amor dentro que necesito compartirlo ¡o sino me marchitare!

-creo que ya estás algo viejo para usar la palabra "marchitarse". Como sea, me iré a mi departamento… tengo… cosas que hacer…

Le di la espalda tomando dirección hacia el edificio del que había venido

-por cierto, ya casi está todo listo. Si yo fuera tú, comenzaría a preparar mis cosas para irme.

-Te dije que acabo de terminar de ordenar mis cosas, no puedo irme solo así.

-No se porque te acomodaste aquí en primer lugar, sabes que esto solo una parada.

-Si hubieras ordenado mis cosas de manera decente en las cajas, no hubiera necesitado sacarlo todo

-¿ahora es mi culpa?

-¡siempre es tu culpa!

Me sostuvo la mirada tratando de parecer amenazador pero comenzó a reírse haciéndome reír un poco a mí también. Alzó la cara y me robó un beso haciendo que me sonrojara y le empujara con fuerza. Mire a mi alrededor viendo que no hubiera gente mirando y rodeé su cuello con los brazos para besarle. Ahora Francis y yo estábamos juntos de nuevo.


No me lastimen. Aunque los reviews me ayudan a tener ánimos de escribir 6w6~