Este fanfiction esta creado con la historia base de la historia del mismo nombre del Manwa Tarot Café, modificado a Inazuma eleven, este es un drama romantico violento, pero en el fondo tierno, si leyeron esto y después me alegan en un review les juro que les llegara una patada en la jara! D: ya wn lean!
diclamier: si inazuma eleven fuera mio, por ultimo un seme mas bonito para shirou ; _ ; ya ps! Level 5 seamos level 6? ;D… … ; O ; no son mios!

El alquimista, El bufon y la princesa desalmada.

capitulo n°1.- la obra maestra nace

El era Tsunami Kousuke, Un alquimista reconocido, era parte de la corte de los Zaizen, la familia real.
a decir verdad, Tsunami se encontraba enamorado profundamente de la bella princesa de aquel Reino, Touko. Pero él no era el único que tenia las hormonas revueltas por la soberana, claro que no.

Desde que había nacido había sido destinada a ser hermosa, sus cabellos rojos con un pequeño toque de salmón pálido hacían que fuera único, caía hermosamente hasta sus hombros, por lo general usaba colores pálidos para sus hermosos vestidos, también eran sencillos, no le gustaba resaltar tanto como inconscientemente lo hacía, sus ojos azules como el majestuoso mar, su piel era miel clara, adoraba usar sombreros o adornos en el cabello, pero siempre se mantenía seria, de hecho, había una promesa que ella había hecho para cualquiera que pisara su reino, si ella se reía con ganas y se veía feliz, se casaría con la persona afortunada, porque aunque nadie lo crea, no se había reído jamás en toda su vida.

Tsunami no era simplemente un alquimista sin onda y aburrido, nada de eso, aunque si, su trabajo era bastante aburrido, el tenia una vida bastante relajada y cómoda para ser un simple alquimista, verán, el gozaba de una casona [por no decir mansión] con playa privada, el adoraba el mar , era supremo, el lugar donde todo había nacido, desde la mas mínima forma de vida, tal vez, su admiración casi obsesión por el mar habían hecho que estudiara tanto sobre el cómo las cosas existen y como se conforman, en un principio graduado de químico, miembro del propio ministerio de ciencias del reino que lo había visto nacer, pero su voluble mente era demasiada como para solo quedarse con reacciones químicas, él veía mas allá aun. Dentro de su modesto laboratorio [mentira era gigante! D:] había hecho la creación por la que era tan reconocido, el creaba humanos, tal como lo leyeron, humanos, de carne y hueso, casi todos casi moldeados por manos divinas que eran las suyas, su esplendor físico maravilla a quienes veían sus creaciones, que nunca pasaban de ser unos muñecos casi zombis, porque, aunque hablaran y tuvieran inteligencia, no sentían ni tenían sentimientos, carecían de alma, corazón , pero aun así el moreno de cabello rosado claro, ojos negros físico igual de extraordinario que sus creaciones se sentía orgulloso, que alquimista de 23 años lograba eso? Nadie! El sí que tenia onda!, además que, tenia buen sentido del humor y era del tipo de personas que adoras, cariñoso, amable etc.…

El Rey Zaizen había conversado con el connotado tsunami [salió flaite eso :B], porque él pensaba que era el hombre que podría sacarle risas a su hija, el hombre de piel miel y cabello azul siempre había querido ver sonreír a su pequeña touko, pero la chica con su naturaleza sin sentimientos ni expresión cada día iban haciendo que el rey perdiera las esperanzas, tsunami era el único que tenía el permiso real para estar cuanto quisiese en el castillo y que lo usara con toda comodidad y antojo, pero este era muy respetuoso con lo ajeno, cuando le presentaron a Touko quedo completamente embobado, ella hay sentada en su trono, con su vestido ajustado al cuerpo desde las caderas hacia arriba color amarillo pálido, ese cabello tan suave al tacto, pero lo que más lo enamoro, fue sin dudas esos cristalinos ojos azules y profundos como el infinito mar, además, el que fuera tan seria le atraía aun mas, era algo que explorar, y el cómo científico que era tenia quería conocer más afondo el sentir y el pensar de la chica, desde entonces iba todos los días al castillo a verla con algún regalo distinto,
aunque todos de su creación, ahora le había llevado otro de esos osos que tanto le gustaban, parecían ser de felpa, era tan tiernos como uno, y estaban rellenos de felpa, pero como era de tsunami y el sí que era genial para todo, les había dado vida. La princesa estaba llena de conejos, osos, gatos y mas osos lo miraba con la misma cara de nada de siempre, de un momento agarro a un oso que acariciaba, aunque insisto, su cara parecía no tener expresiones, su mano con una fuerza brutal arranco la cabeza del oso lentamente, se notaba que no hacia esfuerzo en degollar al felpudo, pero el grito de dolor del animalejo le habían sacado una pequeña [muy pequeña] y tétrica sonrisa que se esfumo en segundos.

- sabes tsunami? Me tienen aburrida todos estos peluches que se mueven, es que no sabes hacer más cosas?
-claro que si su alteza… pero como eres chica, bueno tu sabes! Pensé que te agradarían mas –le sonrió-
-para nada! –le lanzo la cabeza del peluche- no te permitiré entrar al castillo la próxima vez si no vienes con algo que de verdad me entretenga –sentencio-

Si que tenía un reto, se dirigió a su casona que se encontraba extremadamente cercana al castillo, de hecho caminando por la playa que estaba en el mismo castillo se podía llegar a su playa, ahora eso mismo hacia, descalzo caminaba pensando en cual podía ser su nueva creación, había intentado con cosas lindas y femeninas pero si ya no resultaban, estaba pensando seriamente en hacerle una marioneta, o como él le llamaba a sus humanos carentes de alma, al llegar a casa, tomo cera empezó a formar una masa que quedo del tamaño de un joven de unos 16 o 17 años, empezó a tallar y moldear, no tenía una idea clara de que estaba haciendo realmente, así que cuando ya había dejado algo así como el cuerpo hecho tomo un pequeño descanso, tomo un lápiz y una hoja que tenia mano y empezó a pensar en algo que fuera realmente lindo y tierno, pero al mismo tiempo real, sus manos empezaron a moverse por inercia según lo que se le ocurría, obviamente este cuerpo tenía que tener los ojos azules como el mar, y la cera que estaba ocupando era clara, así que pensó en cabello castaño claro, las facciones aniñadas, ojos grandes y redondos, cuando termino su boceto se enrojeció, el chico era bellísimo, tal vez la creación que más le había gustado, se sentía inspirado, ya casi llevaba un mes desde que había hecho el boceto, pero formar al niño se le estaba haciendo difícil, ahora mismo estaba en una tienda de muñecas de porcelana comprando ojos de cristal, los había encargado la semana pasada y por fin estaban listos, también compro el cabello [por lo que se, las figuras de cera utilizan cabello insertado al igual que el de nosotros ewe], se subió a su carruaje para llegar rápido a casa, miraba por la ventana mientras pensaba, realmente le estaba poniendo empeño al muñeco, ya casi olvidaba que era un simple regalo para la princesa Touko, pero es que desde que lo había dibujado había quedado fantaseado con terminarlo y ni el mismo se explicaba muy bien el por qué, por más que lo pensara una y otra vez, el tiempo pasaba volando pensando en las mil probabilidades de por qué terminarlo era tan importante, y tal como pensó, tal vez si el mismo chofer del carruaje no le abría la puerta, no se hubiera percatado de que ya había llegado, se disculpo con el, y se dirigió a su taller, se peino con una cola levantada, se puso sus lentes que acostumbraba llevar en la cabeza, quería ver mejor cada detalle, coloco cada cosa en su lugar, recorto el cabello de forma que quedara corto y alborotado, sus ojos relucían, cuando termino de ponerle los últimos colores y detalles retrocedió unos pasos, el chico realmente que era hermoso, sonrió, en cuento se moviera tendría toda la onda del mundo!, luego fue a preparar la bañera en donde ponía diversos tipos de elementos y materiales con los que finalmente hacia que estos simples muñecos de cera se transformaran en humanos, cuando termino de hacer signos, escribir en el piso símbolos [si, full metal alchemits total xD] tomo al muñeco, y con mucho cuidado lo sumergió, empezó a recitar las palabras que el texto decía, y el por primera vez había sumergido su mano toda esta mescolanzas, para sostener la mano del muñeco, sintió un apretón, se sentía nervioso, sentía polillas en su estomago y no podía dejar de sonreír, de a poco el muñeco se estaba moviendo, pudo sentir el cambio de material, de estar duro a ser más blando, era sorprendente, vio como del liquido salían burbujas, maldición! El muñeco se estaba ahogando, metió su otro brazo y tomo al muñeco con firmeza al sacarlo pudo ver como respiraba con dificultad, tenía los ojos cerrados, y sus cabellos mojados se apegaban graciosamente a su cara, cuando abrió los ojos miro a todas partes inspeccionando todo, pero cuando llego la hora de mirar a tsunami un sonrojo se apodero de sus mejillas y miro a otra parte nervioso, tsunami sonrió ante el gesto, así que con la mirada persiguió la del ojiazul, quien cada vez alejaba su mirada, el pelirosa empezó a reír casi a carcajadas, el chico sentado en la bañera lo miro dudoso pero aun enrojecido.

-que-e-e l…e ca..usa-a tan-taa ris…a? –pregunto apenas el muñeco, tsunami sorprendido miro a su reciente creación, primero tenía el poder de sonrojarse y ahora hablaba?... su voz era chillona y aniñada, pero masculina, tal como se la imagino, o tal vez mejor aun, realmente este era su obra maestra, le sonrió y luego le revolvió los cabellos, en respuesta el muñeco parecía tener cara de duda y sus manos levantadas como queriendo detener la acción del mayor-
-es que tienes toda la onda del mundo! |
-onda?... –repitió atento a las palabras del peli rosado-
-veamos… -poniendo su mano debajo de su barbilla- que nombre sonaría bien para ti… umi?
-umi? –miro la expresión del muñeco, parecía que no le gustara para nada, parecía que hubiera comido un limón de lo arrugado que estaba- que tal Tachi?
-tachi… -parecia que ese le era mas cómodo, aunque su cara de perdido le decía que algo faltaba… -no no! Que tal tachimukai! –exclamo emocionado el pelirosa, es que, por favor! Era primer muñeco que escogía su nombre!-
-si! Tachimukai yuuki!
-así que te quieres llamar tachimukai yuuki… me gusta! –le dio un pequeño golpecito en la espalda, el muñeco se notaba nervioso y sonrojado, pero contento- ahora tachimukai, levántate! O piensas quedarte en ese liquido toda la noche? –

Le sonrió, el muñeco le obedeció, ahora era tsunami el que estaba rojo hasta la punta de los pies, sabía que la figura de yuuki era linda, pero ahora en movimiento se veía tan tentadora… se golpeo, donde mierda había quedado touko? El muñeco al ver su acción no sabía como reaccionar, se iba a acercar a su amo, cuando sintió que este lo tomaba de la cintura y luego lo tomaba en brazos, casi de manera nupcial, el liquido escurría por todo el cuerpo del menor, se veía brillante, lo llevo hasta su propia habitación y llamo a Otomura que le trajera ropa adecuada a Tachimukai, el muñeco de cabello celestoso obedeció la orden de su amo, y a los minutos llevo hasta la habitación de tsunami toallas, una camisa con blondas y un short negro con ligueros, y para terminar una cinta grande para ponerle de corbata, iba a ayudar a ponerle el bello conjunto pero tsunami dijo que podía solo por lo que el muñeco de cabello celeste se retiro de la habitación, cuando lo vio salir miro a tachimukai que estaba aun desnudo encima de su cama, le puso una toalla encima, y empezó a secar el cabello, luego fue secando cada parte del cuerpo con una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas, si leve, por que compara con las mejillas de tachimukai si que era leve, aunque fuera atraves de una simple toalla tenia el placer de recorrer cada centímetro de ese pequeño. Cuando acabo con su labor, empezó a ponerle la camisa y luego a abotonarla, coloco la cinta, luego le coloco con mucho trabajo los short, colocar pantalones era fácil, pero teniendo a pedazo de carne hay y el siendo un perro muerto de hambre, maldición que fue difícil!, luego termino de colocarle los ligeros, poso sus manos en la cintura , mas manos cerradas el puño y una sonrisa desbordante.
-si que fuiste un éxito pequeño! –le revolvió el cabello-