Stupid, Sadistic & Suicidial


¿De quién soy los personajes? Ryohgo Narita, Suzuhito Yasuda, ASCII Media Works... no sé cómo está eso de los derechos. De cualquier manera, míos no son.

¿Qué WTF es ésto? Una serie de drabbles. Divagaciones mías respecto a la relación de Izaya y Shizuo. Sin conexión aparente, pequeños retazos que salen a la superficie de toda una vida.

¿Cuántos drabbles serán? No sé. Muchos. Estoy amenazada y tengo la mala manía de vivir.

¿Advertencias D:? Slash.

El título del fic viene de una canción de Mindless Self Indulgence, y los títulos de los caps también serán nombres de sus canciones e_e


1. Get It up


Humanos.

Tan frágiles para romperse con un pequeño golpe, tan fuertes para seguir adelante a pesar de todo. Con tantas emociones, ¡tantas y tan diferentes! Y se pierden a sí mismos, de cientos de formas, cientos de veces. Aunque no se den cuenta, aunque no les importe. ¡Escondiéndose debajo de una máscara todo se ve igual ante sus ojos!

Fingen. A cada momento. Para no lastimar a los demás, para ayudarse a sí mismos. Mienten. Por tantas razones, sin comprender por qué la verdad es mejor. Mienten, porque es lo que mejor le va a su mundo. ¡Oh, y aún están aquellos que dicen amar! ¡Esos son los humanos más interesantes! Sí, tú lo sabes y sonríes al pensar en ellos. ¡Son tan tontos, tan crédulos en sentimientos que ni siquiera saben identificar!

Y sonríes. ¡Los humanos son tan maravillosos! ¡Tan ingenuos, tan terriblemente perfectos! Shizuo te está gritando. ¿Por qué sonríes, pulga? Sueltas una carcajada. Él está frente a ti, intentando demostrarte que no está cansado en lo absoluto. Que tus pequeños juegos y carreras de resistencia no son nada para él.

Shizuo se molesta. ¡Se molesta tanto de no poder entenderte! De que te creas tan superior, te que sólo aparezcas para empeorar su vida. ¿Y por qué sigues aquí, entonces?, preguntas, con tu tono habitual de voz y una sonrisa socarrona adornando tu rostro. Él te lanza la última máquina de sodas que está por ahí.

—Anda —das un paso hacía él. Luego otro más. Cuando él parece prepararse para lanzarte algo más, te detienes. Sonríes. Te encoges de hombros y sueltas tu navaja, dejando que se tambaleé en el frío pavimento—. Acábame.

Él abre los ojos, sus pupilas se dilatan. Está sorprendido y tú estás perfectamente consciente de ello. Y es exactamente lo que estabas esperando.

Comienzas a caminar hacía él. Pasos lentos, largos, solamente para hacer del momento algo más tortuoso. Y él no se mueve. Sólo te observa fijamente, siguiendo tu figura. Shizuo sabe que estás planeando algo; quizá sea eso lo que le hace quedarse quieto, te dices. Te paras a míseros centímetros alejado de él. Estiras tu cuello un poco. Niegas con la cabeza.

Jamás le entenderás. No a él.

Y lo besas.

Lo tomas de su chaleco, atrayéndolo a ti, acabando con la poca distancia que existía entre ustedes. Antes de que él pueda reaccionar, sonríes contra sus labios y te apartas, dejándolo con una graciosa expresión de confusión en su rostro.

—Sólo quería mostrarte —dices, con un tono irónico y despreocupado en tu voz—, porque sigues aquí.

Sueltas una carcajada mientras esquivas un árbol y te echas a correr.

Pero, Izaya, tú eres el que sigue intentando que Shizuo siga ahí. ¿No eres tú también un humano interesante?