Aquí estoy con un one-shot de la pareja de Hiroto x Midorikawa. Siento si salió emo, pero me inspiré viendo unos capítulos de Jujou Romantica.

¡Ah, sí! Si os gusta el yaoi y sois tan pervertidas como yo os aconsejo esa serie XD. Yo con solo ver el primer capi ya me emocioné, pero el que más me impactó fue el capi 6, fue tan bonito... de ahí salió este one-shot XD. Espero que os guste!

Podría decirse que se lo voy a dedicar a Kira Midorikawa, ya que me pidió un lemon pero esto se podía considerar un lime.

Disclaimer: Inazuma Eleven y sus personajes no me pertenecen, sino la serie se parecería muchísimo a Junjou Romantica XD.


Egoísmo

Siempre que le miraba estaba a su lado. Daba igual que fuera en el entrenamiento, en el instituto… daba igual donde, Hiroto siempre estaba al lado de Endo.

Midorikawa no sabía que pensar sobre eso. Para su corazón aquello era como una puñalada grande y demasiado dolorosa, como si un cuchillo se enterrase completamente en su órgano de la vida, lastimándolo más.

¿Enamorado? Sí, de una persona muy especial para mí.

Aquello fue lo que le contestó Hiroto hace apenas unas semanas… ¿podría ser que esa persona fuera Endo? Era lo más probable, siempre le sonreía, siempre estaba a su lado apoyándolo pero… ¿no era lo que hacía también con él?

Cuando Hiroto le animó que siguiera adelante y no se rindiera por nada del mundo, sintió algo cálido recorrerle el corazón, y no pudo más que sonreírle a ese pelirrojo por la ayuda que le estaba dando. ¿Sería ahí cuando empezó a enamorarse de él?

Midorikawa cogió la botella de agua después del entrenamiento, sintió una opresión en el pecho cuando vio a Hiroto otra vez con Endo. Bebió un poco y se sentó en la banca, cogiendo la toalla y secándose un poco el sudor del entrenamiento.

No sé porque tengo tantas dudas, se nota que está loco por Endo… yo no pinto nada ahí, no soy alguien importante para Hiroto. Supongo que en algunos momentos me creí demasiado, no soy… nadie para él, solo un simple amigo.

—Midorikawa, ¿te encuentras bien? —preguntó Kazemaru acercándose a él. El peli verde lo miró por un instante, pero después sonrió falsamente y dijo:

—Claro, no te preocupes… solo estoy cansado.

—Ah, bueno… —dijo el peli azul algo dudoso… no estaba seguro de lo que Midorikawa le decía era verdad.

El chico de ojos negros se dio la vuelta, dirigiéndose al vestuario a por sus cosas. No tenía ganas de hacer nada, siempre era lo mismo… era como si Hiroto disfrutara partiéndole el corazón cada vez más.

Siempre a su lado… yo no soy tan importante como él. Claro que no…

El chico cogió sus cosas dispuesto a marcharse, hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

—¿Ya te vas, Midorikawa?

El peli verde miró hacia atrás y vio a Hiroto mirándolo con una sonrisa mientras se acercaba a él y posaba una mano sobre su cabeza. Los ojos del chico se aguaron, él era demasiado amable, tanto… que le partía el alma.

—Sí, estoy cansado… y tengo mucho sueño —susurró con voz cansada. Hiroto lo miró con algo de preocupación y preguntó:

—Oye, ¿te encuentras bien? Últimamente te he notado algo apagado, y no estás comiendo como siempre… ¿acaso estás enfermo o algo? ¿Midorikawa?

No, es suficiente… ¡basta! No quiero me llames por mi apellido, ¡ni por mi nombre! ¡No me llames si no quieres nada conmigo! Solo harás… que te quiera más y que me sienta peor.

—Gomen… tengo que irme —musitó Ryuuji mientras quitaba la mano de Hiroto de su cabeza y salía de allí con algo de apuro. No quería que nadie le viera así, y aún menos Hiroto.

Saber que Hiroto estaba enamorado de Endo y que no sería correspondido, hacía que el corazón se rompiera aún más. ¿Dónde estaba ese chico fuerte y decidido que le prometió a Hiroto que no se rendiría? Se había esfumado en el mismo momento en que Hiroto le dijo que estaba enamorado.

Ya no me queda ninguna esperanza… solo hace falta que Endo le corresponda.

Cuando llegó a su casa no saludó para nada a sus padres adoptivos, se fue directamente a su cuarto, encerrándose en él… ni siquiera tenía ganas de cenar.

Soy un maldito egoísta, se supone que si él es feliz yo también debería de serlo, entonces… ¿por qué el pecho me duele tanto? Soy una mala persona, no quiero que sea feliz con nadie más que no sea conmigo… no quiero…

Unas rebeldes lágrimas escaparon de sus ojos negros, estaba muy triste… ¿acaso el dolor no se acabaría nunca?

—Ryuuji-kun, ¿te encuentras bien? —la suave voz de la señora Midorikawa sonó al otro lado de la puerta, miró hacia atrás y respondió:

—Sí, es solo que no tengo hambre.

—Ah… ¿en serio? —se extrañó la mujer, que Midorikawa Ryuuji no quisiera comer significa algo realmente malo, podía ser incluso que se acercara el apocalipsis—. ¿De verdad te encuentras bien?

—Sí oka-san, no te preocupes. Solo estoy muy cansado por el entrenamiento, no tengo ganas de hacer nada.

—Vale Ryuuji-kun, pero mañana tienes que desayunar bien ¿de acuerdo?

—Claro oka-san —respondió el muchacho mientras dejaba escapar un par de lágrimas más. La señora Midorikawa suspiró al otro lado de la puerta y susurró:

—Oyasumi nasai, Ryuuji-kun.

—Oyasumi nasai… oka-san.

Midorikawa oyó como los pasos de su madre se alejaban de su habitación. Se apoyó en la puerta y resbaló hasta quedar sentado en el suelo. Le dolía el pecho, mucho… era demasiado para él.

Al día siguiente…

Ese día no hubo entrenamiento. Sinceramente agradecía que no lo hubiera, ver más tiempo a Hiroto y Endo juntos era algo que le hacía aún más daño. ¿Por qué tenía que quererle tanto?

Era incomprensible, pero en realidad ya no podía hacer nada con ese sentimiento, ya se había enamorado y era un poco tarde para deshacerse de ese sentimiento.

Todavía no es seguro que ame a Endo pero… es lo más probable, y yo no soy el único que lo piensa, Kazemaru también lo cree así… aunque ese baka intentó decirme que Hiroto estaba enamorado de mí, sé que él también sufre al estar enamorado de Endo.

El amor dolía demasiado, ¿quién fue el idiota que dijo que era perfecto? ¡Era perfecto cuando el amor era correspondido! Y ese no era su caso, era muy doloroso tener que aguantar esa tristeza.

—Si tan solo me amaras… —susurró el muchacho peli verde intentando quitar de su cabeza la imagen del pelirrojo. ¿Por qué no podía dejar de pensar en él?

Iba caminando hacia casa perdido en sus pensamientos cuando, de repente, sintió un tirón en la manga de su camisa del uniforme. Se dio la vuelta y le vio… vio a Hiroto mirarlo con preocupación, de nuevo le miraba de esa manera.

—Midorikawa… hay algo que te ocurre y quiero saber qué te pasa. ¿Es que no te has mirado a un espejo? Estás completamente derrumbado. Ayer te llamé al móvil, pero lo tenías apagado. Necesito saber que te ocurre, quizás puedo ayudarte.

—No pasa nada. No, sí que pasa. No quiero que me veas así, vete. ¡Por favor Hiroto! ¡Vete! No quiero… que me veas así.

—¡No! ¡Sí que pasa! —gritó el pelirrojo algo enfadado, sorprendiendo un poco al peli verde—. Gomen, no quería gritarte pero… ¡estoy muy preocupado por ti! ¡Te estás alejando de los demás, especialmente de mí! ¡Solo te acercas a Kazemaru! Por favor, necesito saber qué te pasa… Ryuuji.

El chico de ojos negros abrió los ojos con impresión tras oír eso… ¿le había llamado por su nombre? Sus ojos se aguaron de nuevo, ¡no! ¡No quería llorar! ¡No quería mostrarse débil ante él!

—Déjame, no pasa nada —susurró el chico bajando la vista, dándose la vuelta otra vez para marcharse a casa.

Sin embargo, Hiroto lo agarró de la muñeca, haciendo que lo mirara a la cara.

No, no me mires por favor. No quiero que me veas así… ¡qué tengo que hacer para que entiendas que me haces daño! Vete con Endo, no me hagas… sufrir más.

—Ryuuji… —susurró Hiroto al ver sus ojos rebosantes de lágrimas—. ¿Qué ocurre? Dímelo, por favor.

—No pasa nada.

—Sí que pasa, dímelo.

—No tiene porque importarte, solo déjame ir —intentó Ryuuji librarse del agarre de la muñeca. Hiroto frunció el ceño y presionó más el agarre.

Mi voz, mi cuerpo… todo, todo tiembla. Tengo miedo de acabar diciéndole lo que siento por él, no quiero…

—¡Necesito saberlo! Desde hace un tiempo me esquivas, ¡no lo entiendo!

¡Basta! Basta, no quiero que sigas insistiendo… si sigues no podré contenerme y te lo acabaré contando, te acabaré diciendo lo mucho que te amo…

—Por favor, dímelo… ¿qué te pasa?

¡Es suficiente! ¡Para de una vez!

—¡Dímelo, por favor!

¡Cállate! ¡Cierra el pico!

—¡Ryuuji!

—¡Te amo! ¡Baka, ahou, teme! —gritó Midorikawa mientras unas lágrimas escapaban de sus ojos—. Te amo… ¿qué tiene eso de malo? ¡Baka!

Hiroto soltó la muñeca de Midorikawa y le miró con los ojos abiertos de par en par, como si no acabara de creer lo que sus oídos habían escuchado. ¿De verdad Midorikawa Ryuuji le amaba?

—Ryu…

Antes de que acabara de decir el nombre de ese chico, Midorikawa salió corriendo de allí hacia su casa.

¿Por qué? ¿Por qué se lo tuve que decir? ¡Ahora me siento aún peor! ¡Ahora me mirará con asco! ¡Me odiará! ¡No puedo soportarlo!

Justo cuando llegó a su casa se limpió las lágrimas para que sus padres adoptivos no se preocuparan, no quería contestar a ninguna pregunta… aunque seguramente sus ojos rojos le delatarían.

—¡Tadaima! —informó el chico entrando, pero al ver el silencio preguntó—. ¿Es qué no hay nadie?

Ryuuji avanzó hacia la sala y no vio a nadie, se acercó a la mesa, que había un papel allí, y lo cogió para leerlo.

Ryuuji-kun, tu padre y yo hemos ido a ver a tu abuela, resulta que se fracturó la cadera y vamos a cuidarla hasta que llegue tu tía de Estados Unidos. Te hemos dejado dinero en un sobre que está encima de la mesa de la cocina. Tenemos planeado volver el domingo. Cuídate mucho.

Hoy es miércoles… aún tardarán en venir —pensó Midorikawa mirando el papel. La nota se mojó en cuanto unas lágrimas cayeron de los ojos de Ryuuji.

¿Por qué? ¡No lo entiendo! ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué tuve que enamorarme de él? ¡¿Por qué? No es justo, ¡no lo es!

El timbre sonó. Ryuuji levantó la vista con los ojos completamente llorosos. ¿Quién sería? Se limpió las lágrimas con la manga de su camisa del uniforme y se dirigió a la puerta. Cuando la abrió vio que era Hiroto, intentó cerrar la puerta, pero Hiroto se lo impidió.

Cuando vio que el pelirrojo entraba en la casa, Midorikawa se alejó de él y se fue corriendo al piso de arriba, hacia su cuarto.

—¡Matte, Ryuuji!

No lo entiendo, ¿por qué está aquí? ¿Acaso no me odia? ¿Y por qué ahora me llama por mi nombre? ¡No entiendo nada! ¿No se da cuenta de que me hace daño?

—Ryuuji, para ya —dijo suavemente Hiroto mientras lo agarraba por la muñeca antes de que entrara en su cuarto. Midorikawa lo miró y fue empujado por Hiroto hacia dentro la habitación.

—¿Qué quieres? ¿Reírte de mí? —preguntó el peli verde bajando la vista, se sentía incapaz de mirarlo a los ojos. Midorikawa sintió como una fría mano de Hiroto se posaba sobre su mejilla, y le levantaba el rostro para mirarlo a la cara.

—Te amo —dijo Hiroto mirándolo seriamente. Ryuuji lo miró sorprendido y gritó:

—¡Tú no me amas! ¡Amas a Endo!

—¿Cómo dices? —preguntó sorprendido el pelirrojo. Midorikawa se mordió el labio inferior, pero después respondió:

—¡Siempre estás con Endo! ¡Siempre! ¡Sonriéndole, a su lado! ¡Siempre! ¡Además, me dijiste que amabas a alguien!

—Sí, a ti. A quien amo es a ti… Endo es solo un amigo, yo… estaba celoso ¿sabes?

—¿Eh? —preguntó Midorikawa—. No entiendo.

—Siempre te veía al lado de Kazemaru, y eso me ponía muy celoso. Un día Endo se acercó a mí a preguntarme que me pasaba y le acabé contando que estaba enamorado de ti. Desde ese día nos hicimos más cercanos, además, sabía que si me acercaba a ti Kazemaru estaría contigo y haría que apartara de ti… temía que te enfadaras o que me odiaras —explicó Hiroto mirándolo a la cara—. Te amo… Ryuuji…

Unas lágrimas escaparon de los ojos negros de Midorikawa tras oír eso.

¿Cuántas veces he soñado con oír esas palabras salir de sus labios? ¿Cuántas veces he soñado que me las decía?

—Baka… —susurró Ryuuji mientras empezaba a llorar de nuevo. Hiroto sonrió, se acercó a él y unió sus labios con los de Midorikawa. El chico le correspondió sin problemas, se aferró a él y dejó tumbarse en la cama por Hiroto.

Cuando se separaron volvieron a unir sus labios de nuevo. Se amaban, ya no había dudas… Hiroto le amaba y él a Hiroto.

Sintió como Hiroto le iba despojando de su ropa, lenta y tortuosamente. Primero su camisa, luego los pantalones… iba despacio, memorizando cada centímetro de su piel. Se acercó a él de nuevo, besando cada parte de su cuerpo, dejándole marcas rojas en su cuello y besando su pecho, sus piernas…

Midorikawa gemía y se ruborizaba al contacto frío de su piel con la suya. Sí, porque a pesar de que la piel de Hiroto estaba fría, sentía como le quemaba.

—Te amo —susurró Hiroto mientras se empezaba a introducir en él. Midorikawa ahogó una queja y dejó escapar un par de lágrimas por el dolor.

—Ittai… —susurró Midorikawa mientras temblaba en sus brazos. Hiroto le acarició el pelo y susurró:

—Tranquilo… pronto pasará…

Hiroto significa respeto… y es así como ahora me siento… respetado, amado, tranquilo… le amo tanto, no quiero que nunca se separe de mí.

—Te amo —musitó Ryuuji cuando el dolor empezaba a desaparecer, dándole paso al placer. Hiroto sonrió tras eso y empezó a dar pequeñas embestidas en las que Midorikawa se ruborizaba y se abrazaba a él. Enterró sus manos dentro del cabello pelirrojo de su amante cuando notó que las embestidas empezaban a ser más fuertes.

Lo amo tanto.

—¡Ah! ¡Hiro-chan! ¡No aguanto más! ¡Hiro…! ¡Ah! —gemía el peli verde, no podría aguantar mucho más, no si seguía con esas fuertes embestidas que lo excitaban más y más. Hiroto le acarició el cabello y susurró con la respiración entrecortada:

—Yo tampoco… ahora acabo… Ryu-chan.

Dentro de unos segundos, ambos soltaron un gemido conjunto, anunciando que ya habían acabado. Los dos respiraban agitadamente y se miraban a los ojos sin atreverse a apartar la vista. Hiroto salió de su interior y se tumbó a su lado en la cama. Seguidamente, puso su mano sobre la cabeza de Ryuuji e hizo que la pusiera sobre su pecho.

—Hiro-chan…

—¿Estás mejor? —preguntó el pelirrojo mientras tapaba a ambos con una sábana. Ryuuji se ruborizó y asintió levemente.

Tengo la sensación de que Hiroto nunca me abandonará… que siempre estará a mi lado. Puede que suene egoísta pero... ahora es solo mío.

Fin


¿Y? ¿qué os ha parecido? ¿Soso? ¿Cutre? ¿Genial? dudo que os haya parecido eso último.

Es lo primero más hot que escrito en mi vida.

Ah, sí, aquí un pequeño traductor por si no habéis entendido algunas palabras:

Gomen: Lo siento, perdona

Oka-san: madre, dicho de manera formal

Oyasumi nasai: buenas noches, que tengas dulces sueños

Baka, ahou, teme: Idiota, tonto, bastardo... (Mido-chan insulta mucho a Hiro-chan eh? XD)

Tadaima: Ya llegué, estoy en casa

¿Y bien? No seais muy duros conmigo, pero al menos decidme si puedo mejorar en algo. No es un lemon, lemon... es un lime para aclararnos mejor.

Sayo y cuidaos mucho.

P.D: Unos reviews no estarían mal ;D.