Orgullo y Prejuicio

Nota: Aquí comienza "lo bueno", usaré la novela de Austen para la perspectiva de Naruto y la de Aidan para la de Sasuke, más o menos…

S&N forever

CAPÍTULO III

El baile

De muchas formas intento la señora Uzumaki convencer a su esposo de que soltara alguna descripción sobre el señor Inuzuka, sin embargo, después de muchos besos, abrazos en los que lo apretaba contra sus enormes senos, tazas de té, suplicas desesperadas, lloriqueos, rabietas, berrinches y golpes tuvieron que contentarse con la información proporcionada por su vecina, la esposa de sir. Maito, y su hija mayor la señorita Temari —de 27 años— que era la mejor amiga de Naruto. Ambas les dieron una impresión bastante favorable respecto al caballero, además Sir. Maito estaba encantado con el joven. Tenía unos 24 años, era guapo, agradable y pensaba asistir al baile próximo, nada podía ser mejor para la parte femenina Uzumaki; el hecho de ser aficionado al baile daba oportunidad a las jóvenes de ganar su corazón, lo cual despertó grades esperanzas en ellas.

—Lo que más deseo es ver a una de mis hijas viviendo en Netherfield, y a las demás bien casadas, así dejaría de preocuparme por su futuro— le decía Tsunade al señor Uzumaki.

Para deleite de las damas y diversión de los hombres, el señor Inuzuka devolvió la visita a Jiraya a los pocos días, aunque sólo pasó con él en la biblioteca unos cuantos minutos; aunque el joven tenía esperanzas de ver a las hijas de Jiraya, ya que había oído hablar de mucho de su belleza pero sólo vio al Sr. Uzumaki. Sin embargo, los chicos pudieron ver al menos su abrigo gris y su caballo negro desde la ventana del segundo piso, donde los había confinado su padre.

Poco después, a insistencia de Tsunade fue invitado a cenar, ya se tenían planeados los platillos recibieron una negativa con la excusa de que el sr. Inuzuka había partido a Londres por algunos asuntos que reclamaban su atención. Tsunade estaba hecha una furia hasta que recibió un consuelo mucho mayor que el problema, aunque sólo fueran especulaciones. Se decía que el Sr. Inuzuka había ido a recoger a algunos amigos para la fiesta, dijeron que eran doce mujeres y siete caballeros, lo cual perturbó a las chicas, luego escucharon que eran solo seis mujeres, pero el día del baile cuando entraron eran sólo cinco personas: el señor Inuzuka, sus dos hermanas, el marido de la mayor y otro joven.


El señor Inuzuka era ciertamente guapo, tenía porte de caballero, rostro agradable y modales sencillos. Sus hermanas eran bastante hermosas y elegantes aunque se notaban orgullosas, su cuñado, el señor Nara, no tenía tanto aspecto de caballero, más bien se notaba aburrido. Pero fue su amigo quien despertó el interés de todos, tenía una distinguida personalidad, era alto, de bellas facciones y porte aristocrático, era bastante elegante, lo que a Naruto le indicó que seguramente poseía una gran fortuna; aunque intimidó a todos los del salón él no le tomó más importancia que a Inuzuka.

Poco después de su entrada le calculaban unas 10'000 libras de renta y todos aseguraban que tenía mucha clase y las damas insistían en que era mucho más guapo que Inuzuka. Fue admirado hasta casi la mitad de la velada, cuando el encanto se arruinó.

Sasuke Uchiha se levantó de su sitio en el carruaje de los Inuzuka y descendió con lentitud ante el salón de fiestas que había en la única posada que poseía la pequeña localidad de Meryton. Pudo escuchar desde la ventana abierta del salón una alegre cancioncilla popular ejecutada con escasa maestría, lo cual le ocasionó una mueca de disgusto, bajó del carruaje colocándose el sombrero en el ángulo preciso.

¿Cómo has permitido que Kiba te haya convencido a venir a una incursión en la vida pueblerina? —Se reprochó mentalmente.

Se volvió al resto de sus acompañantes y se dio cuenta de que las hermanas y el cuñado de su amigo tenían las mismas expectativas que él sobre disfrutar la velada. Entonces se fijó en su amigo y vio que su rostro reflejaba entusiasmo y curiosidad, suspiró resignado mientras se preguntaba cómo podían Karin y Sakura ser sus hermanas. Kiba tenía la costumbre de tratar a alguien que acababan de presentarle como su amigo íntimo, mientras la señora Nara y la srita. Inuzuka irradiaban un estudiado aburrimiento ante todo lo que no se incluyera entre las diversiones más exclusivas, Kiba, en cambio disfrutaba de todo.

—¿Entramos? —preguntó Kiba al ponerse a su lado— La música parece esplendida y yo espero que las damas también lo sean— ofreció su brazo a su hermana soltera con entusiasmo— vamos a conocer a nuestros vecinos Sakura.

Sasuke se colocó en segundo plano, dejando paso a los Inuzuka que ya estaban entrando, tras colocar los sombreros y capas en su lugar destinado, los caballeros escoltaron a las damas hasta la entrada. Se detuvieron a observar el salón y sus pueblerinos ocupantes. En ese momento terminó la música y desafortunadamente todas las miradas cayeron sobre los recién llegados.

Sasuke empujó levemente a Kiba hacia el interior mientras los bailarines abandonaban la pista. Pudo sentir sobre él los ojos de la gente y se preguntaba cómo había podido dudar alguna vez de la vulgaridad de los provincianos. Se escuchó un hervidero de especulaciones y sintió como él y los Inuzuka eran examinados hasta la última guinea. Casi podía escuchar claramente como calculaban su fortuna mientras avanzaban. En poco tiempo se acercó el hombre que al parecer era el culpable de la invitación a ese baile; realizó una entusiasta inclinación y estrechó vigorosamente la mano de Kiba.

—Bienvenido, bienvenido sea señor Inuzuka —Exclamó sir Maito Gai— Sean bienvenidos usted y sus acompañantes, todos estamos ansiosos por conocer a sus distinguidos acompañantes.

Con el entusiasmo que lo caracterizaba, Kiba realizó las presentaciones reglamentarias; Sasuke sólo se dignó a responder el saludo con una leve inclinación de cabeza; después de que las damas y el señor Nara fueron presentados, Sir. Maito los acompañó a una mesa de refrescos donde se encontraba el resto de su familia. Allí conocieron a toda la familia Maito, de acuerdo con sus obligaciones sociales, Kiba se ofreció bailar con la señorita Maito la siguiente pieza y Sir. Maito le ofreció su brazo a la señorita Inuzuka, los Nara siguieron a las otras dos parejas a la pista de baile.

Mientras sus compañeros bailaban, Sasuke se escondió en un rincón dispuesto a odiar a todo el mundo. Detestaba la atención de la que estaba siendo objeto, sabía que todos ya habían determinado cuánto era lo que recibía al año y estaban dispuestos a casarlo con cualquiera de las poco agraciadas jovencitas que había en el lugar.

Cuando la música terminó, Sasuke busco con la mirada a Kiba, finalmente lo encontró al otro lado del salón, en el momento en que le presentaban a una mujer rodeada de varios jóvenes. Sasuke miró con resignación cómo Kiba hacía una inclinación a todos y le ofrecía su brazo a una de ellas. Se admiró de la facilidad con que su amigo se movía en las reuniones sociales, sus ojos siguieron a Kiba y su pareja durante los primeros pasos del baile y luego se fijaron en la mujer que perecía ser la madre de los chicos; lo que vio allí le causó un enorme disgusto; la mujer tenía una expresión de tigre comiéndose un filete particularmente jugoso, el gesto de satisfacción y triunfó al ver a la chica bailar con Inuzuka casi se podía tocar.

Probablemente su hija— dedujo Sasuke— aunque no se parecen mucho, la joven se ve agradable además su cabello es oscuro.

Sasuke se acercó a una mesa a tomar un refresco, en ese momento apareció Kiba junto a él y tomó una copa de ponche y le dijo:

—Bueno, Uchiha, ¿Alguna vez en tu vida habías visto tantas jovencitas adorables reunidas en un sólo sitio? —al parecer alguien estaba pasándola bien— ¿Qué piensas ahora de los modales campesinos?

—Pienso lo mismo que siempre he pensado, no ha habido nada que me haya hecho cambiar de opinión.

—Pero Sasuke, no es posible que te hayan molestado las atenciones de sir. Maito, es un buen tipo. Quizá un poco insistente pero...

—No estaba pensando en Sir. Maito, no es posible que no te hayas dado cuenta del chismorreo del que somos objeto incluso en este momento— respondió con frialdad.

—Probablemente se están preguntando al igual que yo, porque aún no has bailado esta noche. Vamos, Sasuke, tienes que bailar, no quiero verte allí parado como tonto. Hay muchas muchachas bonitas que seguramente...

—No pienso hacerlo, sabes que detesto bailar. En una fiesta como ésta me resultaría insoportable— dijo recorriendo el salón con una mirada de desprecio— Tus hermanas están comprometidas y bailar con otra mujer sería como un castigo para mí.

—No deberías ser tan exigente— se quejó Kiba— Te juro que nunca había visto tan muchachas simpáticas como en esta noche, y hay algunas que son particularmente bonitas.

—Tu estas bailando con la única muchacha guapa del salón —replicó Sasuke observando la larga melena oscura de la anterior pareja de Kiba.

—¡Ah! ¡Es la criatura más hermosa que he visto en mi vida! Pero ella tiene dos hermanas muy guapas también y un hermano muy simpático con el que seguramente te gustaría charlar si te empeñas en no bailar esta noche.

—¿A quién te refieres? —preguntó Sasuke girándose y siguiendo la mirada de Kiba.

Sentados cerca de ellos estaban dos jóvenes, la muchacha era de escasa belleza y se notaba muy aburrida, el chico tenía cerca de veinte años y parecía que no le molestaba en lo absoluto la fiesta, incluso sus pies se estaban moviendo al compás de la música. Sasuke no entendía por qué no sacaba a bailar a ninguna de las jovencitas que estaban por ahí. Tenía los ojos increíblemente azules muy brillantes, parecía ser bastante popular entre la gente pues tanto damas como caballeros lo saludaban al pasar junto a él. Estaba lo suficientemente cerca como para que Sasuke se preguntara si había estado escuchando su conversación. Tenía una enigmática sonrisa que no sabía cómo interpretar

¿Qué estará pensando?— Se preguntóintrigado, Sasuke se permitió examinarlo.

Mientras lo observaba, el joven se volvió y lo atrapó observándolo; después de enviarle una mirada de desaprobación regresó su mirada hacia la pista. Sasuke al ver su rostro se dio cuenta inmediatamente de por qué no estaba bailando con ninguna dama, ¡era un hombre fértil!, para cualquier mujer sería humillante tener que bailar con él y los caballeros no querían arriesgarse a que la gente pensara que tenían interés en el chico. A pesar de su descubrimiento, Sasuke se molestó por haber sido descubierto espiándolo; además, si Kiba creía que se iba a exponer a las habladurías de la gente al entablar una conversación con ese jovencito estaba en un error.

oSNo

Nota: En el siguiente explicaré qué onda con los hombres fértiles.

Saludos.

Nota de la edición: Me desaparecí y ni siquiera me di cuenta de que dejé mal este capítulo. En fin, aquí estoy otra vez. Haré un último intento.