Gui: He vuelto a la carga. Pero no, esto no es ningún long-fic. Ni una serie de viñetas en plan "gran familia". Es una serie de viñetas (eso no cambia) en plan "único Pairing". Y no, no se me ha ocurrido a mi. Es un reto que podríamos denominar "Palabras" porque entre Cookie's Monster (si no la conocéis, que sepáis que es una muy buena lectora, recomienda muchas cosas geniales, dibuja que te pasas y se le ocurren ideas como esta) y yo vamos a mandarnos palabras con mala idea la una a la otra. Y a ver qué sacamos de ellas. Así que voy a llamar a los capítulos como la palabra que les concierne.

Que empiece el reto.

Disclaimer: Por cierto, Rowling y yo somos muy amigas, como os vea robándole personajes, os mato.


Nada es lo que parece

Dorado
o qué no hacer si Peeves te chantajea.

La verdad, aún se pregunta qué hace aquí con esta chica tan repelente delante. No es que la odie ni nada de eso, la encuentra insufrible. Lo que él no sabe es que la encuentra insufriblemente atractiva. Lo que le da malas vibraciones es que le guste tanto. Claro que todo esto son peleas interiores de su subconsciente. Él no se da cuenta. No es que sea tonto, no se da cuenta. Punto y final.

Por ejemplo, ahora mismo están los dos agachados debajo de una estatua voladora que Peeves mueve no se sabe muy bien cómo. No están ahí porque sean incapaces de salir corriendo, están colaborando con Peeves. O Peeves les ha engañado para que acaben colaborando con él. Ya los persiguió a cada uno por su lado en Navidad con el muérdago en la mano para intentar que se besaran. Si no es que el poltergeist se lo haya puesto fácil, no, parece que todo el mundo quiere juntarlos. Menos ella. Pero eso no es un tema que debamos tratar ahora.

Esta mañana todo iba bien: Draco se regodeaba por estar en Hogwarts de nuevo y no tener que aguantar a Potter (la sola idea de Potter se había vuelto insufrible. Por su madre y su maldita debilidad, porque los salvó a él y a Goyle del fuego asqueroso, porque intervino por su padre en los juicios del Winzengamot y muchos etcéteras más). La verdad, solo su mente se regodeaba. Él se había vuelto algo más maduro. No mucho, porque nunca se madura de golpe y sopetón.

A lo que íbamos, estaba él sentado tan tranquilo y desayunando, maldiciendo a los Gryffindor – inconscientemente, por supuesto – y a la rata de biblioteca que le había dado una noche intranquila (no penséis mal, ella le obligaba a no sé qué por ser antiguo prefecto y él no quería hacerlo) que provocaba su minimo dolor de cabeza cuando apareció nada más y nada menos que Miss Todo Me Resbala Astoria Greengrass, esa chica un año menor que él, hermana de Daphne y tan endemoniadamente guapa. O por lo menos a sus ojos.

El caso es que entra, se sienta al lado de su amiga Como Se Llame y dice en tono amenazante:

-Malditos sean los Gryffindor y su estúpido color dorado. ¿Qué hay de malo en el plateado? Es mucho más bonito, he de decir. Pero no, a Stewarts Ackerley le tenía que dar alergia el maldito plateado y venerar el maldito dorado y yo me digo que es una excusa pobre y barata eso del dorado. En serio.

-Astoria, no sé de qué me hablas.

Draco no escuchaba la conversación. Que va.

-Pues, de Ackerley, ya te lo he dicho.

-¿Y qué pasa con Ackerley?

-Que aspira a ser el rey Midas.

-Bueno, da igual. Ya me lo contarás cuando te calmes. Habla con Draco Malfoy, está mirando hacia aquí.

Mierda en los malditos y roñosos calzoncillos de las pulgas de Merlín. Draco mira para otro lado, esto no ha pasado. Se levanta y se va – la amiga. Y se quedan los dos. Solos. Sí, lo sabe, no son horas para desayunar pero no podía dormir. Y qué si la maldita niña también madruga un domingo. Estaban solos en el Gran Comedor. Él y Ella. Y Peeves.

-¡El amor florece Malfoy! Tendrías que haberla besado cuando tuviste la oportunidad. Te la puse bajo el muérdago.

-¡Cállate!

-No me callo, ¡A Malfoy le gusta ...!

-¡Que te calles!-Draco ha sacado la varita y apunta al maldito bicho.

-¿Quieres que me calle? Tendrás que colaborar amigo. Y tú también, Pequeñaja...

No sé, Peeves seguro que tiene poderes similares al hechizo imperius porque Draco Malfoy no se doblega ante una frase como esa. Da igual que implique a Astoria Greengrass, muy cabreada por culpa de un color, sin pensar en lo que hace. No sabe cómo va a acabar eso.

De hecho, sí lo sabe. Peeves ha soltado la armadura. Y se dirige rápidamente hacia ellos, arrodillados justo debajo. Recuérdale por qué decidió hacerle caso a Peeves, porque su supuesto amor por Astoria no basta.


Voilà. Esto es todo por hoy.

Los reviews adelgazan - si les añades un tratamiento quemagrasas...

Gui
SdlN