Naruto, sus personajes y su historia base son obra y pertenencia de Masashi Kishimoto.
Narración
—Dialogo—
—Pensamiento—
— "frase anteriormente dicha por el u otro personaje" —
Resalte de palabras.
HERENCIA MAS AMBIENTE IGUAL… ¿AMOR?
Capítulo 22
La hermosa mañana del veinte de noviembre el mundo conoció por primera vez a la hija de Naruto, era hermosa con un grueso cabello rubio y ojos azules como los de su padre. Naruto había estado tan emocionado que no pudo cargar a su hija, en cambio Sasuke, tranquilamente se acercó a Ino y ésta le ofreció cargar a la pequeña cosa. Sin mayor problema Sasuke acomodó a la niña en sus brazos y notó que ésta le sonreía, o hacía el intento. Trató de tocar su mano y la pequeña le apretujó un dedo sin querer soltarlo.
– Serías un excelente padre, Sasuke– le reconoció Ino. Quien observaba cómo a la niña parecía agradarle alguien con rasgos tan fuertes como Sasuke.
– ¡Ya, Teme! ¡Devuélveme a mi hija! – reclamó Naruto. Quien al lograr que la niña soltara el dedo de Sasuke, cargó a la niña quien se durmió en sus brazos.
–Ya debo irme. – dijo Sasuke al notar la densa atmósfera de familia. Cuando vio que Naruto iba a replicar, Sasuke le señaló a Ino quien quería a la niña de regreso, en eso aprovechó escaparse. Pero no lo logró ya que la madre de Ino llegó corriendo empujándolo a él dentro de la habitación.
– ¡Ino-chan!– gritó la madre agitando una carta en su mano – ¡Hinata-chan ha enviado una carta para ti, acaba de llegar!
Sasuke sintió que el aire no le llegaba a los pulmones. Observó en cámara lenta cómo la carta llegaba a las entusiasmadas manos de Ino. Ésa carta era la prueba que Hinata sí había sido real. Que sí fue suya y que también así se fue. Sin aire para hablar salió de un salto por la ventana. Naruto observó preocupado la ventana, pero alentó a Ino que la leyera.
–Lo siento, Naruto, no debí entrar de esa manera– se disculpó la señora.
–No se preocupe, Yamanaka-chan, usted es inocente de todo, ¡Vamos, Ino-chan lee la carta-dattebayó!- intentó animar el ambiente.
Sasuke llegó a un claro en las afueras de la aldea, observando la dirección en la cual, estaba seguro, en dos días podría llegar a Suna.
–Sasuke– le habló Naruto con cautela, aunque él lo había notado buscándole – ¿Quieres ver la carta?
–No.– le respondió fríamente. Naruto esperaba esa respuesta de su orgulloso amigo.
–¿Ni siquiera un vistazo?– trató de convencerlo sonando divertido.
–No, Naruto, no me interesa. – replicó enojado, Naruto no se sorprendió y le propuso:
–Voy a dejar la carta aquí, por si quieres leerla, sino, la recoges y me la entregas después. – dijo dejando la carta sobre una alta raíz que sobresalía del suelo.
–Llévatela, Naruto, no quiero verla .– ordenó, pero Naruto ya se había ido. Volteo su cuerpo a la carta y la observó fijamente. Se acercó a ella y la tomó con calma. – "Para Ino Yamanaka. Hinata Hyuga, Suna." –Sasuke reconoció rápidamente la delicada caligrafía de Hinata.
Con picazón en las manos, Sasuke observó a su alrededor buscando al metiche de Naruto. Con tranquilidad de saber que le había dado privacidad, abrió lentamente el sobre.
"Querida Ino.
Me siento muy feliz que ya tengas a la pequeña Kushina contigo, no imagino la felicidad tuya y de Naruto. Neji me comentó que desean que sea la madrina, con toda la alegría de mi corazón les digo que sí. Aunque creo que deben convencer a Sasuke, él nunca pareció muy paciente con los niños. Pero tarde o temprano aceptará.
Aunque no lo creas, estoy embarazada y muy pronto regresaré a Konoha. Saludos de parte de los tres. Nos veremos luego.
Hinata Hyuga"
El latir del corazón le zumbaba en los oídos, por ser mencionado en la carta. La felicidad de ser recordado por Hinata se esfumó rápidamente cuando leyó el final de la carta. Se preguntó quienes eran esos 'tres' que envían saludos. ¿Eran ella, su hijo y el padre? Se preguntó colérico empuñando el sobre. Más no la carta pues recordó que Ino seguramente la quería de regreso.
– ¡Hey, hey!– trató de calmarlo Naruto que aparecio de la nada – Cuidado con la carta, dámela.
Sasuke le dio la carta, pero el sobre seguía hecho nada en su mano. – ¿Se supone que yo seré el padrino de la niña? – preguntó Sasuke antes que Naruto se burlara de él.
–Bueno, se suponía que Hinata y tú serían los padrinos, lo teníamos planeado desde mucho. ¿Qué dices? Hinata-chan ya dijo que sí, dime si le tengo que preguntar a Kakashi-sensei.
–No es necesario, voy a aceptar– prometio frío rápidamente. Haciendo sonreír a Naruto.
*.*.*
La mañana había traído la bienvenida al enternecedor mes de diciembre, Hinata ya había cumplido los siete meses, por lo que estaba dado que sus hijos nacerían a principios de febrero. Con Neji cerca, Hinata no sabía cómo sentirse, él era una gran persona y durante las dos semanas que llevaba viviendo con él, se dio cuenta de la permanencia de Tenten en los pensamientos de este.
Bebía chocolate caliente frente a uno de los ventanales del apartamento, meditando. Agradecía no tener tiempo para pensar en Sasuke y en Konoha, pero la comisión Hyuga no se lo hacía fácil. Estaban sobre ella casi todo el tiempo, cosa que la hacía sentirse inútil. Acarició su vientre por milésima vez en el día y no pudo evitar reír, Temari le había regalado tantas cremas para la piel que había una capa pegajosa en su vientre que no le permitía deslizar su mano. Se puso a pensar qué ojos tendrían sus hijos, no quería que los doctores investigaran eso. Pensaba en la reacción que mostraría su padre si sus pequeños poseían únicamente el Sharingan, cosa poco probable para ella. Escuchó que abrían la puerta principal y agradeció que fuera Neji y no Temari con otra capa de crema anti-estrías.
– Hinata-sama, ¿Qué hace? – le preguntó cuando se acercó a ella lo suficiente para sentarse a su lado.
– Sólo pienso, nissan. – le respondió tranquilamente dando un sorbo al chocolate.
– ¿En Uchiha? – continuó con cuidado y preocupación. Hinata suspiró resignada, Neji siempre hacía lo mismo.
–No, nissan… – repitió el tono.
– ¿Está enojado conmigo, Hinata-sama? – preguntó Neji con un gesto de preocupación. Hinata ya sabía a lo que se refería.
– Creo, nissan… que si padre quiere que me aleje de Sasuke por un tiempo, debe ser bueno. No estoy enojada contigo, gracias por no dejar que enviara esa carta, seguramente traería más problemas. – se explicó tratando de olvidar el tema. Había escrito esa segunda carta con tanto esmero, pero debía de aceptar que si Neji no la hubiera detenido, Sasuke estaría al tanto de todo y quién sabe qué haría con Sakura y Hinata se lo había prometido: ella no iba a interferir.
–Pero sigue pensando en Uchiha ¿Cierto, Hinata sama?- insistió Neji.
– Neji-nissan… te lo he dicho, no pienso mucho en él, tengo otras cosas en las que pensar- explicó intentando acariciar su vientre– Además… ¿Por qué me preguntas de Sasuke, cuando sé que quieres hablar de Tenten? – trató de evadir el tema, observando ganadora el sonrojo en el paralizado rostro de su primo.
– ¿De-de qué habla, Hi-Hinata-sama? – Alegó alarmado – No sé a lo que se refiere…
– Nissan… me has hablado de la vida de Tenten cuando solamente te pregunté cómo estaba, no me hablas de nadie más y se nota que te gusta pensar en ella. – Le indicó– Sé que te aflige que te descubra, pero me siento feliz que tan buena persona se haya ganado tu atención.
– Hinata-sama yo… Dios no sé que decirle– logró hablar después de un momento.
– Dime si ella sabe lo que sientes– le pidió, Neji negó con la cabeza- Pues deberías apresurarte, Tenten es una mujer muy hermosa, no quiero que la gane otro que no seas tú. – terminó poniéndose de pie con lentitud, dejando sólo a su primo para que planee su futuro.
– Hinata-sama…– le llamó él, haciendo que Hinata volviera la vista a él – en verdad necesito saber si usted todavía quiere a Uchiha, en realidad debo saberlo.
– ¿Por qué? – respondió con otra pregunta antes de contestar.
– Hinata-sama, no quiero saberla sufriendo por él. Conteste, por favor– le pidió.
– No pienso en él muy a menudo, nissan, pero no puedo asegurarte que he dejado de quererlo. Te agradeceré no hablar más del tema. – dijo con miedo pero seguridad en la voz.
– Sólo no quiero que se ilusione, él…– se vio interrumpido por Hinata.
– Sé que Sakura espera un hijo de él, y que seguramente esta con ella, pero no quiero saberlo de ti, nissan. – Neji asintió con la cabeza y la dejo ir.
*.*.*
Sasuke observaba incrédulo la figura de Sakura pasearse frente a él, mientras escupía un tipo de discurso del cual el tema le parecía de lo más ridículo.
–… Y por eso y muchas otras cosas, Sasuke-kun, debemos casarnos. – concluyó el discurso, dejando a Sasuke sorprendido.
– Debes estar bromeando, Sakura, no me volveré a casar, mucho menos contigo. – le explicó de manera indiferente.
– ¡Pero, Sasuke-kun!- explotó- Soy la madre de tu hijo, ¿Cómo va a crecer nuestro hijo en una familia así? Debemos casarnos, será lo mejor para todos, Sasuke-kun ¿Por qué no puedes ver las cosas a mi manera? – siguió tratando de convencerlo. – Además…
– Sakura – le interrumpió de manera autoritaria, logrando que ella se detuviera– Que te quede claro una cosa… estás aquí porque se supone que yo soy el padre de ése hijo tuyo. – le escupió sin prudencia.
–Es nuestro hijo, Sasuke-kun, ¡Y no se supone, lo eres! – se defendió.
–El punto es – suspiró resignado– que nunca quise un hijo contigo, ¿Cómo esperas que quiera casarme? – concluyó haciéndolo ver lógico.
–No es algo que quieras, Sasuke-kun, debes hacerlo, es por el bien de nuestro hijo, ¿Crees que lo hago sólo por mí? ¡No! ¡Mi hijo va primero! – trató de sonar convincente.
–Sakura, si no te parecen mis condiciones, puedes irte ¿Crees que estás aquí porque yo quiero? Estás aquí por el bebé. – dijo mirando con fastidio el vientre abultado de Sakura y yéndose escaleras arriba.
– ¿Es por ella?- gritó Sakura. Sasuke sólo volvió la vista enojado, asustándola.
– No, Sakura… eres tú la que se cree muy importante.
Sakura quedó enojada en el salón principal, aún no lograba lo que quería, pero de una cosa estaba segura, ella no se iba a rendir. Tenía seis meses de embarazo y su vientre ya se hacía notar a distancia. Le resultaba cansada la maternidad, ya que tenía que hacer todo el trabajo de la casa, aunque Sasuke jamás se lo pidió, además de eso debía controlar sola su embarazo. Para Sakura, lo que estaba haciendo era justicia divina, Tsunade la juzgaría, y eso era algo que según ella no merecía. Se dio cuenta que muchos estaban en su contra. Naruto se había alejado de ella, ni siquiera le declaraba su amor como antes, aunque estaba con Ino y eso explicaba las cosas. Ino era otra, fue su amiga por mucho tiempo y repentinamente se acercó más a Hinata y se alejó de ella, aunque ella estaba de misión en aquel tiempo. El punto era que no tenía a nadie con quien contar. Sabía que en hospital nadie le ayudaría a atender su embarazo, las enfermeras no eran lo suficiente inteligentes como para comprender sus razones. Todo el mundo estaba con Hinata.
Tocaron la puerta y Sakura recibió al uno de los conserjes de su anterior edificio. – Ésta carta ha llegado para usted, pero creo que no sabían que usted cambió de domicilio. – le explicó el señor.
–Muchas gracias por traerla– agradeció despidiéndose.
"Sakura,
He conocido muchas cosas en esta misión, me han explicado muchas cosas en relación con el sexo, te buscaré y las practicaremos. Regresaré muy pronto.
Sai."
–Imbécil. –pensó Sakura mientras rompía la carta. – Espero que no me encuentres, idiota. – Siguió pensando alarmada, – ¿Y si Sai me busca? ¿O si comenta algo a la gente? Sai es tan idiota que podría hablar de sexo con cualquiera sin sentirse abochornado o fuera de lugar. Tengo que casarme con Sasuke-kun lo antes posible.
Sé que todo el mundo aquí quiere matarme. Pero aún con sus malos deseos y todo les subo el siguiente capítulo. Sí, el rollo con Sai va para mal.
L