La Discípulo V

*Ikhny Shy

Gajeel estaba más que furioso, indignado y (más que nada) dolido. Había confiado en Levy, incluso se había dejado ilusionar un poco -… Que tonto…- pensaba amargamente mientras se abría paso hacia Magnolia -Cómo pude pensar…? – Golpeó con fuerza un tronco de un árbol y gruñó lleno de ira.

Continuó su camino pensando como seguiría su relación con la maga de escritura sólida después de semejante plantón, cómo debería reaccionar cuando la vuelva a ver… qué debería decirle…

Gajeel se detuvo y cerró su puño con fuerza mirando el suelo, estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó al enérgico Natsu acercarse a toda velocidad con su puño en alto el cual impactó en el rostro del Dragon Slayer de hierro y lo echó hacia atrás.

-Salamander, ¡¿Qué demonios te pasa? – Exclamó Gajeel levantándose de su lugar.

-Maldito… - Respondió el pelirosado apretando sus puños –Voy a preguntártelo solo una vez ¿Dónde están Jet y Droy? –

-Idiota! ¿Cómo voy a saberlo? – Exclamó el moreno.

-No te hagas, Gajeel… Vimos a Levy… Sabemos que algo le hiciste… Habla y tendré piedad contigo-

-¿Levy dijo que yo le hice algo? Esa… esa… maldita enana, me las va a pagar! –

-No hables así de Levy! – Natsu corrió a toda velocidad dispuesto a golpearlo nuevamente, sin contar la furia creciente de Gajeel que descargó contra él con una ráfaga de golpes y patadas que dejó a Salamander tirado en el suelo.

-Elegiste un mal momento para meterte conmigo Salamander, estoy de muy mal humor. – Murmuró Gajeel acercándose amenazador a su compañero de gremio –Aliento del Dragón de… -

-Espera Gajeel! – Intervino Happy volando para interponerse entre los dos Dragon Slayer –Natsu entendió todo mal! –

-Quítate gato o también… -

-Estabas esperando a Levy, ¿Verdad? ¿Ustedes tenían una cita? – Gajeel detuvo su ataque desconcertado por la pregunta indiscreta del gato volador, su rostro se tornó totalmente rojo y retrocedió unos pasos notándose nervioso.

-¿Cita? ¿Cómo se te ocurre, gato? –

-Te gusta! – Se burló Happy con su usual tono.

-No, claro que no! – Se defendió el mago moreno más rojo todavía. Natsu se levantó de su lugar frotándose la cabeza.

-No entiendo. ¿Una cita? ¿Para qué? – Gajeel se cruzó de brazos y miró hacia otro lado.

-Eso… no te importa Salamander. –

-Entonces es verdad! – Exclamó Happy volando en círculos. –Te gusta Levy! –

-Ya basta gato! – Volvió a gritar Gajeel avergonzado. –De todas formas… no importa… -

-Pero… si era una cita… ¿Porqué no la esperaste? – Preguntó Natsu confundido. –Creí que las citas eran para que… bueno… que dos personas…. Tú sabes…. Emmmm –

-Eres un idiota, cabeza de llama. –

-¿Cómo me llamaste? –

-De todas formas no importa. – Admitió caminando para seguir hacia Magnolia. –Ella nunca vino. –

-¿Cómo que no? Si nosotros la seguimos. Levy estaba buscándote. –

-Tsk. Ya dije que no importa. Me voy a casa. –

Natsu y Happy observaron confundidos a su compañero marcharse, el mago se cruzó de brazos y murmuró confundido…

-Realmente… nunca voy a entender estas cosas, Happy. –

-Lo sé, Natsu… -


Por otro lado… el destino parecía estar totalmente en contra de la maga de escritura sólida… Levy seguía esperando el tren para volver a Magnolia. Tenía el maquillaje corrido por algunas lágrimas que habían escapado de sus ojos y su vestimenta arrugada por las constantes corridas de un lado a otro.

Se paró frente a un ventanal de la estación mirándose en el reflejo del vidrio, limpió torpemente con sus dedos el maquillaje corrido debajo de sus ojos y alisó su vestido con sus palmas tratando de mejorar su aspecto…

-Tranquila, Levy… - Se dijo a sí misma –Va a estar todo bien… solo tienes que explicarle lo que pasó… decirle lo que sientes… -

-Decirle lo que siento… - Tan solo pensarlo le hacía llenarse de nervios y sus mejillas se tornaban rojas. Se mordió el labio inferior y bajó la mirada insegura de qué debía esperar como reacción de su actual entrenador…


Gajeel llegó a su casa luego de largas horas de caminata, estaba físicamente cansado y mentalmente agotado, lo único que pensaba era en acostarse y terminar esa amarga noche de una vez por todas.

Se sacó sus enormes botas y las arrojó desprolijamente en el living, luego se echó pesadamente en el sillón y enseguida se quedó dormido.

Tiempo después, se despertó sobresaltado por unos fuertes y frenéticos golpes en la puerta. Instintivamente miró su reloj de pared que marcaba las 02:05am y extrañado se levantó de su lugar y caminó preocupado hacia la puerta.

-¿Qué? – Preguntó con un gruñido dormitado.

-Soy Levy… - Le respondieron del otro lado con una voz claramente cansada.

-Lárgate! – Exclamó el Dragon Slayer.

-No. Gajeel… por favor… tengo que hablar contigo. –

-No! Vete! –

-Gajeel… de verdad lo siento… déjame explicarte… -

Algo dudoso, el mago optó por preservar algo de orgullo y se apartó de la puerta para caminar hacia su habitación, dejando a Levy afuera…

-Gajeel… ¿Gajeel?... ¿Me escuchás? –

La maga, algo terca, siguió golpeando la puerta y hablando, tratando de conseguir alguna respuesta del otro lado, pero el Dragon Slayer estaba lejos de escucharla… encerrado en su habitación… acostado en su cama… con algo de esfuerzo pudo volver a dormirse.

Al día siguiente, Gajeel sentía que su cabeza le daba miles de vueltas, una jaqueca realmente molesta lo obligó a levantarse. Desayunó algo rápido, recordando que la noche anterior no había comido (y solo el mero recuerdo le devolvió algo de su enojo) se duchó y se cambió para salir al gremio en busca de algún trabajo bien largo que le ayude a olvidar esos días tan extraños donde se desconoció a sí mismo.

Se miró al espejo buscando en su reflejo recuperar su postura habitual, su semblante serio y su exterior duro y frío.

Abrió la puerta y frente a sus pies se encontró una sorpresa que no esperaba. Su alumna y compañera de gremio estaba dormida en el suelo. Tenía un trazo negro de lágrimas secas que se habían dibujado con el maquillaje, claramente había sufrido algo de frío durante la noche, pues temblaba ligeramente y estaba acurrucada en el suelo abrazándose a sí misma…

-Tsk! Niña estúpida… - Se quejó el mago y la levantó del suelo en sus brazos. –Me traes muchos problemas. –

Recostó a Levy en el sillón y la cubrió con sábanas y un cobertor. Luego se sentó en una silla y la miró detenidamente…

-No tienes idea de lo que haces conmigo… pequeña… - Pensó observándola y desvió la mirada avergonzado. No podía creer que él mismo tuviera esos pensamientos tan cursis.

Se masajeó la frente sintiendo la potente jaqueca aún presente, pero continuó allí sentado, esperando a que su compañera despertara…


Levy abrió sus ojos lentamente, ajustando su visión a la luz que entraba por una ventana. Al principio se asustó, no conocía el lugar donde estaba y solo recordaba haberse quedado dormida en la calle… frente a la casa de Gajeel. Se levantó sobresaltada, sentándose en la cama y miró a su alrededor preocupada…

-Hasta que al fin despiertas. – Escuchó que le reclamaban a sus espaldas. Reconociendo la voz, se dio vuelta de un salto para encontrarse al Dragon Slayer saliendo de una habitación y cerrando la puerta tras de sí. –Será mejor que te duches. –

-No, Gajeel… Déjame explicarte lo que pasó… -

-Ahora no. Pasaste algo de frío por la noche. Ve a darte una ducha caliente. Te hará bien. – Sus frases cortas, su tono frío, su mirada esquiva hacían que Levy siguiera sintiéndose desafortunada, pese a estar finalmente frente a él, igual se notaba la distancia que el mago imponía entre ellos.

-No me importa. – Le dijo mirando hacia abajo. –Quiero que me escuches… -

-Y yo no quiero escucharte. – Le respondió hiriente. –Ve a ducharte. El baño está allá. – Señaló vagamente una puerta con su mano sin mirar si quiera un segundo a la chica.

Levy sentía la presión de las lágrimas otra vez en sus ojos y su instinto le insistía en salir corriendo, pero ella se aferró a la sábana que todavía la cubría luchando consigo misma para quedarse…

-Gajeel… me gustas mucho… -

Dijo finalmente y de forma directa. El Dragon Slayer se quedó petrificado en su lugar e inevitablemente la miró directo a los ojos. El rostro de Levy estaba totalmente rojo, pero en su mirada veía la determinación que había necesitado la pequeña para decírselo, la sinceridad de sus sentimientos y la inseguridad que le producía el silencio profundo que se instaló entre ellos.

-¿Qué estás esperando que te conteste? – Preguntó él serio.

Levy sintió como una daga fría y filosa que cortaba su pecho con frialdad. Bajó la mirada y se esforzó por seguir permaneciendo fuerte…

-No lo sé… - Respondió y se levantó de su lugar. –Pero al menos… - Lo miró fijamente. –Ya lo sabes… -

-Eres muy extraña, pequeña. – Le dijo caminando hacia ella algo inseguro. -¿Qué puede ver alguien como tú en alguien como yo?¿Cómo puedes sentirte así después… después de lo que te hice? –

-Yo tampoco lo entiendo. Pero es así. –

Gajeel se cruzó de brazos parándose frente a ella y se encogió de hombros. Levy tenía el rostro sonrojado, la mirada algo dolida, pero igual una sonrisa se había dibujado en sus labios…

-Sabes, Gajeel… Aunque tú… no sientas lo mismo… Igual me alegra habértelo dicho… - Lo miró sonriendo ampliamente y cerrando sus ojos dejó escapar una lágrima –Me siento mucho mejor! –

Él le limpió la lágrima fugitiva con el reverso de su mano y luego atrajo su cabeza hacia él, buscando sus labios con decisión. Levy se congeló sorprendida por la actitud inesperada, sintiendo el cálido beso sobre su boca sin saber realmente que hacer. Gajeel sonrió y le levantó el rostro tomándole suavemente el mentón, los ojos de Levy brillaban de emoción enmarcados por un leve sonrojo en sus mejillas que la hacían ver adorable. El Dragon Slayer volvió a buscar los labios de la maga de escritura sólida, quien esta vez sí pudo devolver el gesto de afecto…


-QUEEEE? – Exclamó Lucy casi cayéndose de su silla por la sorpresa. –Tú debes estar loca, Levy-

-Creo que un poco… sí… - Río la maga peliazul con alegría.

-Bueno… si es lo que sientes… creo que estará bien… - Razonó la rubia pensando detenidamente. –¿Pero él no te dijo nada? –

-Creo que no necesita decírmelo, Lucy… Además Gajeel no es muy bueno con las palabras… Tú sabes… -

-Sí… supongo que no es su fuerte, ¿verdad? – Lucy le sonrió y con sinceridad le dijo –Realmente me alegro por ti, Levy… -

-Estoy un poco preocupada por Jey y Droy. – Comentó Levy bajando la mirada -¿Cómo se tomarán esta noticia? –

-Son tus amigos, Levy. Seguros se pondrán felices por ti… -

-No lo creo… Lucy… Son algo… sensibles… -

(Y efectivamente en el gremio, al escuchar la noticia, los miembros masculinos del Shadow Gear lloraban desconsoladamente abrazándose mutuamente por algo de consuelo y preguntándose porque su pequeña compañera había elegido semejante "monstruo" en lugar de alguno de ellos.)

Ya de nuevo en la casa de Lucy, la maga rubia se pregunta a sí misma como se podrá conquistar a un Dragon Slayer, pero avergonzada por sus propios pensamientos decidió no preguntárselo a su amiga… todavía…

FIN!

UFFFFF! Increíble el tiempo que me demoró escribir este final! Pero realmente quedo muy contenta con el resultado. Sinceramente no me imaginaba como Gajeel podía sincerarse sin irme demasiado del personaje (aunque para ser honesta, creo que un poco OOC está, pero es difícil encontrarle la vuelta a un personaje como éste)

Muchísimas Gracias a todos por sus reviews! Espero les haya gustado este fic y nos seguiremos leyendo!

IKHNY.