Lovuletto.

Capítulo I:

A mi madre por llevarme al

mundo del ballet y traerme

Este anime que considero el mejor.

"Queridísimo Fakir…queridísimo Fakir…(repetido treinta veces en la nota):

¿Sabías que me muero por caer a tus brazos? Fakir, Fakir, Fakir, yo te quiero, love love love love love love. No sabes cómo esta pasión se riega en mis ojos por ti, Fakir, yo ¡ay, Fakir!, love love love love. Yo, aunque me comporte como un pato te quiero igual, Fakir…love love love love love.

En fin, te digo que te quiero. Ahiru."

—¿Qué es esto? —Miraba serio la carta, aún preguntándose qué la había impulsado a escribir algo así—… Esa idiota.

Fakir volteó extrañado la hoja excesivamente decorada. Lo más llamativo eran los corazones dorados sobre el fondo fucsia y el pequeño dibujo de un patito amarillo con traje de bailarina. Aturdido por las veces en que había visto repetido su nombre y la palabra love, dobló el sobre para dirigirse a la puerta. Salió de su habitación y se dirigió al corredor de la escuela mientras pensaba en lo ilógico de la carta. No cabía en su cabeza nota más poco inspiradora que aquella. Si Ahiru lo quería realmente, se lo podría haber dicho de manera directa y no enviarle algo tan tonto. Los pasillos eran un buen punto de encuentro entre Ahiru y Fakir.

—Ohe.

—¿Qué?—Respondió ella con timidez.

—Ayer Uzura me dio esto.

—¡Ahhh!—Explotó en un manoteo, dejando impresionado a Fakir y quitándole la molestosa carta—¡Yo no la escribí, fue Lilie! Así que no…lo siento…

—No hagas cosas tan estúpidas, tonta—Avanzó alejándose.

—Etto…Fakir…Yo…Bueno, esta carta…

—¿Sí? —Respondió con enfado.

—No respondas así, idiota. Escucha… —Suspiró— Esa carta la escribió Lilie, es verdad. Pero, déjame rehacerla, ¿sí? Es más, te prometo que esta vez tendrá los sentimientos escritos por mí… —Llevó sus manos al pecho en un pequeño arco y le miró apasionada.

—Tonta, no hagas esas cosas tan de repente—Se sonrojó, para después cambiar su expresión a una bien seria. Mejor que Ahiru no sospechara.

—No importa, lo que digas no tendrá ningún efecto en mí, Fakir. Los sentimientos van más allá de las apariencias. Así que, ¡voy a hacerla otra vez! —Se alejó corriendo para evitar una discusión.

—Ohe, espera —No logró alcanzarla por más que se lo propuso— ¿Dónde habrá ido?

—¿UHM…AHIRU HA CAMBIADO SU AFECTO DE MYTHOS A FAKIR? OYE, OYE, ESO ES MUY PELIGROSO. LA HISTORIA VA A ALTERARSE.

—Cuá —Ahiru, agitada como estaba, esperó detrás de una planta a que Fakir se hubiese ido y se dirigió al surtidor de agua más cercano convirtiéndose en chica. Se colocó el uniforme— Menos mal. Ahora que Fakir lo sabe, podré arreglar lo que ha escrito Lilie. De todas formas, me gustaría ver lo que dice la carta.

Abrió el sobre, topándose con la mala caligrafía y los dibujos poco expresivos.

—¡¿Cuaaaaá?—Pronunciaron sus labios transformándose de nuevo en pato—"Uf, otra vez".

Se mojó en las cálidas aguas del surtidor y se dirigió a su cuarto esperando tener una idea sobre qué escribirle a Fakir.

—¡Qué bien, otra vez una chica! —sonrió, caminando como un pato mientras cantaba.

—EN ESTOS MOMENTOS QUISIERA QUE EDEL ESTUVIERA AQUÍ. LOS FINALES FELICES SON ABURRIDOS. —el viejo Drosselmeyer se atusó la barba— VERÉ COMO HAGO PARA QUE AHIRU NO ESCRIBA ESA CARTA.

—¡Ahiru-zura! —Tronó el tambor detrás de ella. Dio un brinco y se tapó los labios a la velocidad de la luz para retener la palabra.

—Ah, Uzura-chan. No vuelvas a asustarme.

—¿Ahiru está enamorada de Fakir-zura?

—¿Qué dices, Uzura?

—¡Sí, love, love, love, love zura! —los golpes en el tambor sonaron con desenfreno y corrió hacia el lugar donde se había retirado Fakir.

—¡Oye, espera al menos a que haga la carta! —Ahiru fue tras ella para detenerla, pero no lo consiguió hasta que llegaron a la biblioteca. Uzura no cesaba de tocar su tambor, el escándalo entre los toques, la palabra repetida con entusiasmo por la muñeca y los gritos de la propia Ahiru intentando callarla, hicieron que Aotoa reclamara silencio por novena vez en el día. Habían terminado frente al escritorio de Fakir y él la miraba de soslayo con odio.

—¿Tan rápido escribiste esa nota?

—Yo… eh, aún no he podido hacer nada.

—Tch, ya veo. —se tornó irónico— Era de esperarse.

—Uzura no me ha dejado.

—La excusa es tan tonta como tú. —había un dejo de broma oculto en sus palabras—¿Necesitas de un libro para inspirarte?

—¡Si serás…! —Ahiru dio un manotazo en el escritorio, volcándole la tinta.

—¡Ohe! —Fakir intentó poner todo en su sitio con rapidez, para luego dar un salto atrás y evitar mancharse con el líquido oscuro— Eres lo más torpe que hay en Kinkan.

—¡Y tú lo más odioso, infame, perverso y creído de toda la Academia! —le manoteó, chapoteando sobre el líquido derramado, lo que provocó que la distancia hasta entonces mantenida por él no fuera suficiente como para que las gotas le alcanzaran, ensuciándolo.

—¡Para ya, idiota! —la detuvo en el acto, aprisionándole las muñecas— ¿Te parece que me gusta ir hecho un asco por la escuela?

—¡Por décima vez, guarden silencio! —Aotoa les miró con rabia y añadió para sí mismo— Tch, son peores que un matrimonio mal llevado.

—¡Ahiru quiere casarse con Fakir, zura! —la muñequita dio un redoble, contenta— ¡Love, love zura!

—¿Ehhh? ¡No es eso, yo no lo dije! —la chica la alzó, intentando llevarla fuera. La expresión de él se había oscurecido— Salgamos de aquí, antes de que lo incomodemos más.

—YA estoy incómodo.

—Pasaba fuera de la biblioteca y escuché hablar de matrimonio. —el rostro de Neko-sensei estaba cubierto de sudor, pero no fue nada comparable a los de la pareja de chicos— ¿Necesitas un curso de matrimonio, Fakir? —ante la cruda negativa de éste, se volvió hacia Ahiru— Es lógico, si se trata de Ahiru-san, requieres de uno intensivo. —puso su pata sobre los hombros de Fakir y lo apartó— Si me lo preguntas, con ella no vas a pasar de la clase de aprendizaje.

—Esto ya es demasiado. —bufó la chica y arrastrando a Uzura, abandonó la biblioteca. Pero se llevó consigo la mirada de profunda antipatía que le lanzara Fakir — "No voy a escribirle nada, por idiota. Es de lo peor."

—ESO, ESO ES, EMPIEZA A TENER DUDAS. —Drosselmeyer se frotó las manos complacido— ¿QUÉ HARÍAS CON UNA RELACIÓN ASI, EH, AHIRU-CHAN?

/

La luz de la luna alumbró la litera de Ahiru, que en esos instantes se asomaba a la ventana mirando pensativa hacia el dormitorio de Fakir. Cuando la primera ráfaga de aire le ondeó el cabello recogido en una trenza, cerró con rápido golpe el tragaluz. Volvió a la cama, recostándose en la almohada, y abrazó su peluche con forma de pato.

—¿Mythos o Fakir? Con Mythos era un poco más difícil, porque no tenía corazón. Pero desde que Princess Tutu le ha devuelto algunos trozos, se ha fijado más en Kraehe ahora que el sentimiento de amor fue bañado en la sangre del cuervo. Sin embargo, Fakir… ¡Es un engreído detestable! ¡Ahhh! Cualquiera podría odiarlo, pero en el fondo, es todo un caballero. Por eso me gusta. Jijijijiji —Agitó la mano con rapidez— Los ojos de Mythos cuando no están tristes, están contaminados con la sangre del cuervo. Y Fakir tiene una expresión severa en los suyos, pero la nobleza le brilla en las pupilas… —rió para sí misma— Podría escribirle eso en la carta… ¿No decías que no ibas a hacer nada? ¡Tonta, tonta, tonta! —se golpeó la cabeza— ¡Estás dejando que te gane! Uff… Pero, en realidad, sí quiero escribírsela. Aunque después de que la lea me diga —imitó a la perfección el gesto enfurruñado de Fakir— "Tonta, es horrorosa."

Con un pequeño impulso se levantó de la litera. Sentándose en el escritorio, tomó la pluma de ave y el tintero. Comenzó a escribir con la mejor caligrafía que le permitieran sus manos, intentando siempre que su carta no se pareciera a la de Lilie. Sólo entonces se dio cuenta de lo difícil que era poner a la luz todo lo que sentía por él. La pluma se movió insegura al escribir.

—"…Sé que ha sido algo repentino, yo misma no entiendo cómo lograste meterte en mi corazón. Mientras yo le devolvía los trozos del suyo a Mythos, tú recogías lo míos para abrigarlos en esa ternura que escondes…"

Pero la realidad de su pensamiento, no fue volcada al papel tal y cual la concebía. En su lugar, podía leerse, con mejor trazo que en la nota de Lilie:

—…Sé que ha sido repentino, pero tus ojos verdes como la hierba de Kinkan, hace que tropiece una y otra vez, que todo cuanto pueda decirte sea un tímido "awawa". No eres un caballero sin valor, pero es tonto que sea yo quien me declare y no al revés, como debe ser…

—¿Ehhh, yo escribí esto? —Ahiru brincó sorprendida— ¡Uayy, está peor que la de Lilie!

Y acto seguido hizo una pelota con el papel, dispuesta a tirarlo por la ventana. Pero se detuvo, considerando que mejor se deshacía de él rompiéndolo en pequeños trozos.

Tomó de nuevo la pluma.

—"Creí estar enamorada de Mythos, porque me conmovieron sus ojos tristes y el hecho de que no tuviera la posibilidad de sentir. Pero he aprendido a querer al caballero que me dio seguridad, estrechándome en…"

Los trazos, impecables, mostraron otra versión de su idea.

—"Creí estar enamorada de un caballero que tenía la posibilidad de sentir. Pero he aprendido a querer a uno de ojos redondos y grandes, que me hipnotizan sólo de mirarlos."

Y precisamente los orbes de Drosselmeyer aparecieron en el papel, apenas terminaba de escribir. Ahiru saltó asustada, con la aparición del viejo y lo cursi que se volvía la carta. Sin duda alguna, tenían relación.

—OYE, OYE. TERMINAR CON EL CABALLERO NO ES EL DESTINO DE LA PRINCESA. ESTÁS PERDIENDO EL TIEMPO EN COSAS BANALES.

—No estoy perdiendo el tiempo. —Ahiru hizo un puchero— Y Mythos ya tiene a Rue.

—CONCÉNTRATE EN DEVOLVERLE LOS TROZOS DE CORAZÓN AL PRÍNCIPE. ¿ACASO PRINCESS TUTU NO VA A CONTINUAR CON SU BUENA OBRA?

—A Fakir no le gusta Princess Tutu, prefiere a Ahiru aunque se convierta en pato.

—PERO EL PRÍNCIPE NECESITA UNA PRINCESA QUE LO AYUDE, EL CABALLERO NO.

—Fakir también necesita de mi ayuda, aunque se muera antes de pedírmela. —volvió a la tarea, con más decisión— Y lo haré como Ahiru, no como Princess Tutu.

Hizo el intento de expresarse, pero sus frases diferían por completo al ser plasmadas en el papel.

—Tu danza me fascina, giras como un trompo… ¡NO! —tachó para continuar— Mi mayor anhelo es verte transformado en un semejante y digas Cuá… ¡NO! —volvió a tachar— Quisiera bailar un pas de deux contigo en la boda de Neko sensei… ¡Ahhh, esto es agobiante! Tu cabello libre y alborotado me recuerda la fuente de la Academia… ¡NO! ¡NO! ¡NO! Te quiero, idiota, aunque me lances por la ventana. —y con el último tachón, rompió la pluma.

Sollozando, hizo trizas las hojas y pensó que era mejor irse a la cama.

—¿YA VES LO DIFICIL QUE PUEDE SER ESCRIBIR UNAS PALABRAS, PEQUEÑA AHIRU? ¿Y SI SE HICIERAN REALIDAD Y LLEGARAN A SU DESTINO?

/

Las campanadas del reloj la despertaron, y se levantó restregándose los ojos. Se dirigió al escritorio con la intención de ordenarlo. Para su sorpresa, se encontraba recogido y la pluma que rompiera estaba otra vez intacta.

—¿Quién arregló esto?—Se rascó la cabeza en busca de respuestas, pero al no encontrarlas y olvidar casi todo lo que pasara la noche anterior, se dirigió al armario en busca del uniforme—¿Dónde habré dejado la carta para Fakir? Los trozos de papel estaban regados por la mesa. No puedo creer que haya sido un sueño.

El reloj emitió el sonido para la entrada a clase y como siempre, tuvo que coger sus libros apresurada, para salir de la habitación como un rayo hacia el salón de estudio. Tropezó con los escalones de la puerta principal y antes de entrar, se ajustó el traje de bailarina.

—Hola, Ahiru —la llamó Lilie desde la barra.

El salón contaba de un amplio espacio para el entrenamiento diario de los bailarines. Las barras junto a cada pared ya habían sido ocupadas por los estudiantes. El piano resonó en la sala, haciendo que éstos practicaran con más entusiasmo. Las notas del pas de deux de Giselle y Albretch llegaron hasta Ahiru. Había tomado posición en la barra entre sus amigas y miraba de vez en cuando a Fakir, quien le dedicaba en respuesta sus expresiones más fuertes. Pensó que era mejor no hacerle caso y entusiasmada con el ejercicio de calentamiento, se abstrajo lo suficiente como para tampoco hacérselo a Neko-sensei cuando ordenó sentarse. Todas las bailarinas respondieron en el acto, Ahiru quedó de pie, con la cabeza en las nubes y alzando la pierna constantemente.

—Ahiru-san, si no prestas más atención… —El rostro de Neko-sensei fue todo sudor— ¡Tendrás que casarte conmigo!

—¡Ni hablar, estaré más atenta! —y se dejó caer entre las chicas, dándole un golpe a Lilie. Fakir hizo un gesto negativo con la cabeza.

El profesor se ubicó en el centro del salón y habló a los estudiantes.

—Dentro de una semana celebraremos el festival de ballet en Kinkan. La Academia tiene la idea de montar la coreografía de La Sílfide y el Escocés. Pensamos en Mythos para el rol principal, sin embargo, es de mi parecer que Fakir terminará siendo el escocés, pues su manera de bailar y forma se asemejan mucho a la del personaje. Tiene carácter, —Fakir apoyó las palabras de su maestro frunciendo el ceño— es enérgico, y su capacidad para los grand jeté, entrechat y pirouette harán de él un protagonista único. Perdóname, Mythos, pero esta vez harás el papel de su rival Gurn, así como Rue, encarnará a la Sílfide. —se dirigió a la trigueña, que escuchaba atenta— Deberás practicar mucho, Rue-san, recuerda que se trata de un espíritu delicado y en tu caso, es más fácil pedirte una interpretación de personajes temperamentales como Odile.

—¿Fakir bailando con Rue? —fue el susurro de Pique— Ahmmm, ella es muy buena. Estoy empezando a sentir celos ¿tú no, Ahiru?

—Después de todo, también estás en el club de seguidoras de Fakir… ¡Por favor, di que estás deprimida! —le imploró Lilie.

—La verdad es que no me importa. —lo dijo lo suficientemente alto como para interrumpir la charla del gato, Rue sonrió irónica, pero Fakir le dedicó una mirada de odio visceral. Y por segunda vez, Neko sensei la alertaba de terminar en un matrimonio forzado.

—Se hará un concurso en el que podrán participar todas las clases para elegir a Effie, la prometida del escocés. Así que están advertidos. Si hay algún cambio, avisaremos. ¡Y la que peor baile… tendrá que casarse conmigo!

—Un concurso… Eeh… No creo poder pensar en eso ahora. —Ahiru se llevó el dedo índice al mentón.

—Nosotras te entrenaremos, Ahiru. ¡Piensa que la prometida del escocés lo despierta con un beso! —Dijeron a la vez Pique y Lilie saltando del triunfo— ¿Qué más podríamos desear?

—Ah, despiértalo tú si quieres, Pique. —musitó ella, observándolo de reojo.

—Oh, pobre Ahiru. —Lilie llevó ambas manos a la mejilla— Está tan desanimada que ni siquiera desea intentarlo. ¡Pero de todas formas te ayudaremos! —y acto seguido se lanzó sobre ella, estirándole los cachetes— ¡Sonríe, Ahiru!

Por un momento, la chica se imaginó haciéndole lo mismo a Fakir. La clase fue retirándose, siendo ellas las últimas en recoger. Pique y Lilie le propinaron buenos codazos, al ver a Fakir acercarse.

—Ahiru… quiero hablar contigo.

Como las chicas no parecían dispuestas a marcharse, Fakir acompañó su hosca expresión con dos palabras.

—Ustedes, largo.

Pique y Lilie se alejaron gritando, no sin antes soltarle a su amiga:

—¡Suerte, Ahiru!

—¡Eso! ¡Si sobrevives, nos cuentas después!

Fakir había chistado, visiblemente molesto y al quedar solos, la enfrentó.

—Ohe, ¿es que tienes que contarles todo lo que haces?

—Nooo… —respondió Ahiru en un temblor. Cuando lo veía tan irascible, se le olvidaba la imagen del caballero noble.

—Necesito que me digas si esto es lo que realmente ibas a escribirme ¿Es lo que sientes por mí? —le mostró serio un fajo de papeles— En primer lugar… estuvo bien que te hicieran tropezar una y otra vez mis ojos verdes como la hierba de Kinkan. También acepto que puedas decirme solo un tímido awawa. Pero eso de los ojos redondos y grandes que te hipnotizan, que giro como un trompo y que anhelas compartir conmigo tu cuá, es ridículo e insultante. Lo mejor que ha salido de esa carta es, "te quiero, idiota, aunque me lances por la ventana". —apoyando la espalda en la barra, puso el pie en la pared y se cruzó de brazos— Y me dan ganas de hacerlo por todas las idioteces que has puesto en esa nota.

—¿Cómo llegó a tus manos si recuerdo haberme deshecho de ella?—siquiera buscó una mejor defensa— ¡No ha sido mi culpa, Fakir! ¡La taché y la rompí, e intenté hacerla varias veces y todo lo que escribía eran esas tonterías!

—¿Debo entender que es lo único que tienes en el cerebro? Quedó peor que cualquier carta de tus amigas. —se tornó más agresivo— No me importa que seas una atolondrada, pero eso no incluye que permita tus burlas. —abandonó su posición para dedicarse por entero a los ejercicios— Eres de lo peor.

—¡No me burlaba de ti, Fakir! —estalló en llanto, desesperada. Él la observó de soslayo, pero se encogió de hombros y continuó con su práctica— ¡Es culpa de Drosselmeyer!

—¿Desde cuándo ese viejo se dedica también a estropear cartas? —musitó.

—No quiere que cambiemos el destino… —Ahiru llevó las manos a la espalda y se balanceó adelante y atrás varias veces. Los goterones aún corrían por su rostro— Y yo… quiero hacerlo.

Fakir alzó una ceja, el caballero que llevaba dentro no podía tolerar que la chica llorara en su presencia.

—Tch, después de todo, sí que necesitabas del libro. —suavizó el gesto a una sonrisa irónica— Eres igual que las otras.

—¡Y tú un… Uuuhhhhmmmm! —Ahiru apretó los puños, conteniéndose— Si no te interesa cambiar nada, haré lo que quiere Drosselmeyer. Volveré a recuperar el corazón de Mythos y que el destino siga como él lo ha planeado.

—Ohe, espera. —la detuvo antes de que saliera precipitadamente de la habitación. Su mano le aprisionó la muñeca de un modo que casi le hizo daño— Quizás tengas razón y esté pidiéndote que hagas lo que me corresponde…

—¿Sí, de verdad? —ella se sonrojó, y todo lo que atinó a hacer al verlo tan cerca de su rostro fue pestañear sin control— ¿Lo harás, Fakir?

—Bah, eres imposible. —la liberó para volverse a cruzar de brazos e inflamó el pecho— No logro ver más allá de una chica tonta… —en el fondo sonrió al notar cómo se crispaba, agresiva, a punto de ir contra él— Gánate el concurso, demuéstrate a ti misma que al menos eres un pato dispuesto a triunfar.

—¡Y lo haré! Eres un idiota, Fakir. —al verlo girarse de espaldas, le lanzó una trompetilla— ¡Te odio! Ganaré para ver tu expresión en la escena de la boda, cuando me vaya con Mythos.

—Bueno, como si me importara. —se encogió de hombros e hizo un semi plié. Sonó un portazo y escuchó la voz de Neko sensei recriminando a Ahiru— "¿Al final, será mi destino el mismo que el de James? ¿La chica que me gusta terminará con mi amigo?"