Disclaimer: No soy rubia, no soy multimillonaria, no me pagan por esto y definitivamente si yo hubiera escrito Harry Potter, Voldemort hubiera ganado. Los personajes pertenecen a JKR y la Warner... damn.

Pareja: Harry Potter / Tom Riddle-Lord Voldemort

Resumen: Mafia!Fic AU. Harry es un policía; Tom es nieto del último jefe de la mafia, psicólogo criminal y el asesino Voldemort; y esta es su complicada historia. HP/LV

Advertencias: SLASH, boy x boy, si no te gusta no lo leas! Universos Alternos, ligero OOC que tiene que ver con el desarrollo de la historia. Violencia, muerte, sangre, armas, mafia, bandos, lenguaje adulto, lemmon. Orden del Fenix, Draco, Ron!Bashing.

A/N: Poliladron es un juego en el cual participa un policía, un asesino (ladrón) y varios civiles. El primero los tiene que proteger y el segundo que matar. Se juega tanto en persona como con cartas.


Tom Riddle, exitoso psicólogo criminal de 45 años se encontraba escuchando la última parte de una de las cintas grabadas para que él analizara. Era uno de los mejores en su campo, amaba su trabajo... el estudiar las mentes criminales e intentar adivinar cual será su próximo movimiento, o si están mintiendo o no, era su juego favorito.

Él hacía su trabajo desde la oficina, dejando a los chicos buenos atrapar a los criminales. Después de todo habría sido una gran ironía si él saliera a cazarlos cuando era un lobo vestido de oveja...

Sí, justo lo que estás pensando, Tom Riddle había encontrado su pasión en la psicología criminal por el mero hecho de estudiar su propia mente. Porque por las noches, él era quien salía de caza.

Hasta tenía su propio apodo: Voldemort. El cual significaba "Vuelo de Muerte" en francés. Tom había estudiado en la prestigiosa Hogwarts donde tenían varios idiomas, había elegido ese nombre como un anagrama conformado con su nombre completo, dándole un significado en francés. Tom creía que era bastante astuto de su parte.

¿Su firma personal? Una calavera con una serpiente a modo de lengua. Un recordatorio de su querido abuelo Salazar, antiguo jefe de la mafia que había muerto cuando él era muy joven pero le había enseñado un par de cosas sobre matar. El emblema del viejo había sido una serpiente.

Solía dejar la marca en el antebrazo izquierdo de sus víctimas. ¿Qué cazaba? Mujeres... pero no cualquier clase de mujer. No... lo maravilloso de su trabajo es que le dejaba acceso a muchos expedientes y haciendo un poco de trampa podía buscar con cuidado a su víctima. Elegía mujeres que abandonaran a sus niños en orfanatos.

Veréis, sucede que a pesar de que Tom se enteró que su madre murió al darle a luz en un orfanato, los niños le habían grabado la idea de que ella fue allí exclusivamente a abandonarlo. Y a pesar de que Salazar lo encontró cuando tenía 5 años y le dijo la verdad, la idea ya estaba implantada. Era su modo de confrontar el abandono de su madre, ya que después de todo, la mujer se dejó morir por depresión de que su amante la dejara. Una pobre excusa, era una mujer débil e hizo algo imperdonable a los ojos de Tom.

Pero volviendo al Tom actual, no creáis que el viejo Salazar Slytherin dejó a su heredero sin nada. No, Tom en realidad era millonario, tenía una gran mansión y muchísimo dinero. Sin embargo esa clase de cosas atraían la atención sobre sí mismo e interferían con la caza. Por ello prefería el anonimato del nombre Riddle, un trabajo y un pequeño departamento.

No que realmente la gente no supiera quien era él, pero cuando no tienes un apellido de renombre es más fácil esconderte. Eso no quería decir que no asistiera cada tanto a las fiestas sociales de personas como los Malfoy, que están siempre interesados en política, o el alcalde Fudge. Aunque si podía evitar a su secretaria Umbridge, mucho mejor.

Tom Riddle era como un distinguido Lord que se ocultaba en la oscuridad, todo aquel que era alguien en la sociedad sabía quien era, sin embargo la gente común no tenía idea y la prensa no lo perseguía, por lo cual podía cazar con tranquilidad sin ser descubierto, probando métodos nuevos de tortura para sus víctimas, algunas extraídas de las investigaciones realizadas en su trabajo. Claro que las usaba mucho tiempo después para no ser relacionado.

Físicamente hablando era alto, casi un metro noventa, de complexión delgada pero con un cuerpo tonificado y una espalda que llamaba la atención. Cabello negro ligeramente ondulado con unas pintas plateadas que sólo lo hacían ver más sensual en vez de opacarlo. Ojos azul-verdosos, mandíbula fuerte pero constituida de curvas suaves, y unos pecaminosos labios que hipnotizaban en cada sonrisa.

Unos dedos largos pararon la cinta, apretando el botón 'stop' de su grabadora y se masajeó las sienes un momento mientras repasaba en su mente la imagen de la sangre esparcida como pintura, formando dos hermosas alas rojas, debajo del cuerpo de la niña con los brazos extendidos. Encantador... iba a ser un placer regalar a ese tipo a la policía, odiaba a los violadores y más aún a los que se creían artistas.

Un pequeño disturbio en la recepción lo sacó de sus pensamientos, podía escuchar la voz de su secretaria intentando frenar a alguien que le pedía por favor de manera desesperada y ronca. Esa mujer era una inútil a veces, la mataría si no fuera porque eso traería más problemas que soluciones.

Con un suspiro se paró de su escritorio y abrió la puerta para encontrarse con una imagen arrebatadora. Un joven de un metro ochenta, alrededor de veinte años, cabello corto azabache completamente desordenado y unos impresionantes ojos verdes estaba cubierto en lágrimas. Sintió que esa mirada desconsolada le cortaba el aliento en seco y cuando el joven se lanzó a sus brazos su corazón comenzó a latir a toda prisa.

Sentía la garganta seca, como cuando descubría una nueva víctima en la cual quería probar nuevos métodos de tortura. Sin embargo de alguna manera era diferente, porque sus brazos descansaron automáticamente en los hombros del chico. Vagamente registró que la secretaria le decía diplomáticamente que el horario había terminado y Tom le hizo un gesto con la mano para que se callara.

Guió al joven hacia su oficina y le dijo a la mujer– Bella, ve a casa, yo cierro –su secretaria sabría bien qué debía hacer antes de irse, y si había visto su mirada de advertencia, una de ellas era no molestarlo. Cerró la puerta detrás de sí y tomó una mirada más del chico, esta vez de cuerpo entero. Tenía unas piernas realmente trabajadas que mandaron un fogonazo directo a su entrepierna. Una apretada remera negra que tenía el logo de la MET y marcaba deliciosamente su...

Un minuto, ¿logo de la MET? Oh, y él que pensaba que no podía haber más ironías en su vida, ahora le gustaba un oficial de la policía metropolitana de Londres. Um... la idea no dejaba de ser excitante sin embargo. Observó el arma que portaba el joven a su costado y se lamió los labios. Sin embargo el chico vio su mirada y quitándose algunas lágrimas se apresuró a aclarar.

Oh, no se preocupe dr. Flume, soy policia. Harry Potter –le mostró su placa–, usted atiende a mi amiga Hermione, lamento que haya venido de improvisto, pero mi amiga está todo el tiempo diciendo lo maravilloso que es usted y cómo la ha ayudado y yo... yo hoy... –el chico rompió a llorar de nuevo y Tom se apresuró a tenderle un pañuelo.

Tuvo que hacer un esfuerzo para no sonreír con diversión. Así que la pequeña belleza de ojos verdes buscaba al psicólogo Ambrosius Flume que atendía en el departamento de al lado. Con los ojos llorosos probablemente no había mirado bien y había acabado directo en sus brazos. Oh... definitivamente había tenido suerte.

Se sentó con aire profesional en un sillón que estaba en diagonal al cual el policía yacía– Cuéntame de ti, Harry... –le dijo sabiendo que el joven necesitaba desesperadamente hablar y Flume lo más seguro es que ya hubiera salido, por lo cual no era necesario decirle al ojiverde de su error.

Bueno... Mi nombre es Harry James Potter, nací un 31 de Julio hace 23 años. Mis padres murieron en un choque de autos cuando volvíamos del cumpleaños de mi padrino Sirius, cuando yo tenía un año. Yo iba en el auto con ellos pero milagrosamente sobreviví con sólo una pequeña herida en la frente.

Mi padrino fue arrestado porque se descubrió que los frenos habían sido estropeados a propósito, creyendo que quería robarles el hijo, dado que era homosexual, y así quedarse con nuestra fortuna y tener una familia. Su pareja, Remus, estaba en ese momento fuera del país en un viaje de negocios, por lo que no fue inculpado.

Tuve que ir a vivir con mis tíos, ellos me trataban horrible y pues, todo fue bastante mal hasta que me dieron una beca en Hogwarts y ya no tuve que vivir con miedo a la banda de mi primo. Cuando tenía 13 años Sirius escapó de prisión y detuvo a otro amigo de la familia, Peter, de matarme. En ese momento me enteré que él fue su asesino y los mató porque ellos habían encontrado evidencia que lo culpaba de ciertas violaciones. Mis padres eran policías.

Desde ese día fui a vivir con Sirius a su casa, con su nombre limpio y una fianza, finalmente tuve la clase de vida que deseaba. Mis notas mejoraron notablemente y todo iba genial hasta que descubrí que era gay. Bueno, realmente no era un problema, ya que Sirius y Remus estaban juntos y no les molestaba, pero me mortificaba el haberme enamorado de uno de mis compañeros de colegio.

Draco siempre ha sido todo lo que yo no soy. Refinado, elegante, delicado, dipomático, astuto... En nuestro último año finalmente tomé valor y me le declaré. Él dudó... yo tendría que haberlo sabido en ese instante, pero estaba demasiado enfocado en mi alegría de que hubiera aceptado salir conmigo.

Harry se quedó en silencio y Tom se dio cuenta de que la mayoría de los nombres e información le eran familiares. Excepto el detalle de que Draco Malfoy tenía novio... y uno tan apetecible. Bellatrix y Sirius se llevaban bastante mal, no le extrañaba que la mujer no hubiera reconocido a Harry y viceversa, pero lo del hijo de Lucius era llamativo, sin duda el mocoso no lo merecía.

Así que estás aquí por Draco... –lo formuló como afirmación aunque sólo estaba adivinando, indicándole que continuara, lo cierto era que la historia de por sí era interesante, bastante fuera de lo común, pero hablar de la pareja de Harry le interesaba más por motivos personales.

Sí... después de todos estos años... Bueno, mejor aclaro algo antes. En Hogwarts tenía varios amigos dado que me destacaba en el equipo de fútbol, pero los que habían estado conmigo desde el principio eran Hermione Granger y Ronald Weasley. Antes de que yo descubriera que era gay todos pensaban que iba a terminar con con la hermanita de Ron, Ginny, ya que Mione y yo somos como hermanos.

El caso es que como usted ya sabe, Hermione se hizo abogada, pero Ron se unió a la MET conmigo. Se suponía que eramos como hermanos, nos volvimos compañeros en la fuerza y si no fuera porque yo ya vivía con mis padrinos, nos hubiéramos ido a vivir juntos. Mione y Ron finalmente comenzaron a salir cuando éste se decidió a decirle de sus sentimientos.

Pero finalmente no funcionó, y unos años después ella volvió con su primer amor, Viktor Krum, el jugador profesional de fútbol. Ron por otra parte se quedó solo, o eso pensaba yo hasta que... que...

El chico soltó un sollozo y Tom rompió el profesionalismo para sentarse junto a él y pasar una mano sobre su hombro. Harry se apoyó contra su pecho, intentando calmarse– ¿Hasta que lo encontraste con Draco? –preguntó con suavidad el mayor. Un desconsolado sonido de afirmación salió de la garganta del policía y Tom acarició el brazo desnudo y musculoso intentando reconfortarle–. Cuéntame...

E.. Ellos estaban en la cama de... de Draco... y Ron... Ron estaba arriba de él... estaban... se veían desesperados... y yo... oh dios... fue horrible... ¿cómo pueden...?

Tom reprimió sus ganas de bufar en diversión, el todo arrogante Malfoy era pasivo. Se mordió el labio ante la idea de que el joven entre sus brazos haya sido siempre activo, aunque lo veía bastante improbable, hubiera adorado ser el primero.

Harry... –llamó con suavidad, pero el policía tenía el rostro enterrado en su pecho, por lo que tuvo que tomarlo de la barbilla para hacer que lo mirase directo a los ojos verde-azulados–. Draco Malfoy siempre ha sido un niño mimado. Si bien puedo entender tu gusto por su cuerpo, la personalidad apaña todo lo demás. Si es tan estúpido para tener amantes cuando te tiene a ti, entonces no te merece.

Harry tuvo problemas para evitar ruborizarse al estar tan cerca del apuesto doctor y al escuchar esas palabras acompañadas de tan intensa mirada– Me siento tan tonto... quién sabe cuanto tiempo llega engañándome...

Cuando alguien desea engañar, siempre encuentra una manera. Los que se dejan descubrir son usualmente los tontos. Puedes compararlo con los criminales, los listos nunca son atrapados por la policía. Y ahora, ¿vas a perdonar a Draco y a Ron?

¿Cree que debería hacerlo? –preguntó incrédulo.

Técnicamente hablando no puedo decirte que hacer. ¿Crees que te sentirías mejor perdonándolos?

No lo sé, quizá...

No tienes que sentirte obligado a nada. Pero sobre todas las cosas, hagas lo que hagas, no pierdas la dignidad. No les muestres que te importa. Vive tu vida y déjalos atrás...

Eso no suena a perdonar...

Tom sonrió divertido– Bueno, si, quizá dejé que mi opinión personal se deslizara un poco... ¿Ya sabes que harás? –preguntó alzando una ceja con curiosidad.

Creo que intentaré hacer mi vida aparte, dejar de ser compañero de Ron, dejar de ser usado por Draco... quizá hasta pasar a bases de apellido y actuar como si fueran barro en mis zapatos –respondió con una sonrisa, sacándose los últimos rastros de lágrimas, pareciendo mucho mejor que cuando había llegado–. Muchas gracias dr. Flume, ¿cuánto le debo?

Riddle –corrigió Tom con una sonrisa divertida parándose, siguiendo el ejemplo el policía.

¿Perdón? –Harry frunció el ceño en una encantadora expresión confundida.

Dr. Riddle, Tom Marvolo Riddle. El dr. Flume atiente en el consultorio del otro lado del pasillo. De hecho, yo soy psicólogo criminal –decir que el más alto tenía una expresión satisfecha era decir poco. Ante la cara del joven añadió– Probablemente se había ido para la hora en la que llegaste y se veía que necesitabas que alguien te escuchara, así que pensé que no podía echar a alguien tan encantador cuando realmente lo necesitaba, después de todo, no dejo de ser psicólogo.

El rostro del agente de la ley enrojeció al escucharlo, le había contado su vida a una persona que no era quien había ido a buscar. Pero no podía enojarse con el hombre, había sido ciertamente amable y se sentía muchísimo mejor ahora.

Y respecto a pagarme... ¿por qué no me invitas a cenar? Me muero de hambre... –la mirada de arriba a abajo que le echó hacía parecer que no hablaba de comida justamente y Harry enrojeció terriblemente. El hombre frente a él era apuesto, refinado y quizá un poco grande para él. Pero después de todo, con alguien de su edad le había ido mal... ¿En que rayos pensaba, acababa de pelearse con Draco y quería saltar a la cama del hombre que lo escuchó?

Se dio cuenta de que lo había estado mirando sin responder la pregunta y miró hacia otro lado– Creo que sería lo más justo dado que se retrasó por mi culpa... –el dr. Riddle le dedicó una sonrisa llena de dientes y se dispuso a cerrar su oficina.

Harry se sintió tonto al ver los carteles diferenciados en las puertas que decían respectivamente "dr. Riddle" y "dr. Flume" aunque de alguna manera se sentía contento de no haber visto el letrero correctamente.

Cuando salieron al estacionamiento, Riddle sacó las llaves del coche y apretó el botón para desactivar la seguridad. Cuando Harry vio unas puertas negras alzarse hacia arriba dejó caer su mandíbula con total incredulidad, mientras el psicólogo criminal caminaba con total tranquilidad hacia el superdeportivo.

¿Tienes un Lamborghini Reventón? –soltó atónito remarcando las últimas palabras– ¿Quién rayos eres? –exclamó. Ni siquiera Draco, siendo el mocoso mimado que era, tenía un coche tan caro. Era un modelo limitado de la línea Lamborghini, Harry nunca pensó que vería uno tan de cerca, mucho menos viajar en uno.

Una risa profunda y masculina surgió de la garganta del mayor, haciendo que escalofríos bajaran por su columna– Me gusta tener cosas únicas... Sólo se construyeron 20 de estos... Además, me gustan los aviones de caza... –sonrió de forma predadora, el modelo había sido hecho en base al F-22, y si algo tenía que decir el coche de su dueño, era que estaba delante de un verdadero predador.

Harry tragó saliva y se metió en el coche mirándolo totalmente alucinado– ¿Quién eres? –susurró nuevamente sin entender como un psicólogo criminal podía tener un coche así. Los ojos azul-verdosos brillaron con diversión mientras se inclinaba sobre el policía para abrocharle el cinturón. No que realmente necesitara ayuda, pero estaba demasiado distraído mirando todo el decorado al estilo caza.

Soy el heredero de Slytherin. No veo por qué estás tan alucinado, después de todo Draco tiene un deportivo también, ¿no? –sabía bien por qué estaba sorprendido, pero le gustaba la idea de remarcar su excelencia por sobre el mocoso.

Un Ferrari 360. Pero esto... esto es de otro mundo... ¿qué tenías antes?

Un Lamborghini Diablo –respondió con diversión, haciendo que las puertas bajaran hasta cerrarse y el tablero se encendió, mostrando un extraño tablero digno de una nave.

Bien. ¿Dónde vamos? –Harry lo miró incierto y Tom sonrió con diversión, el chico era un encanto sin duda– ¿Te gusta la comida china? –el ojiverde asintió por lo que con rapidez aceleró y salió del estacionamiento a la máxima velocidad permitida.

Soltó una suave risa al ver la cara de su acompañante ante la velocidad llevada– No te preocupes, cuando era joven solía correr carreras callejeras –cuando eso no pareció tranquilizar al policía, su diversión sólo aumentó.

En el camino sintió algo vibrar en su pecho y una música muy conocida comenzó a sonar mientras se escuchaba "I'm too sexy for my shirt, too sexy for my shirt, so sexy it hurts. And I'm too sexy for Milan, too sexy for Milan, New York and Japan. And I'm too sexy for your party, too sexy for your party, no way I'm disco dancing..." Harry enrojeció y se apresuró a tirar de la correa en su pecho, sacar un teléfono y atender, no creía poder soportar más la mirada de Riddle que decía que él también lo creía demasiado sexy.

Harry Potter al habla.

"Harry, ¿estás bien?"

Oh, Mione, eres tú...

"¿Encontraste al dr. Flume?"

Eh... bueno, más o menos. En realidad me equivoqué de puerta... y bueno, me confundí de persona, pero ya me siento mejor después de hablar con esa persona.

"¿Con quién le confundiste?"

Eh... pues, el dr. Tom Riddle...

"¿Tom Riddle? ¿El multimillonario nieto de Salazar Slytherin?

Oh, sí, lo sé.

"¿Sabías que era él?"

Bueno no, hace poco me lo dijo.

"Oh, Harry... ¿Cómo es?"

Es muy amable... y maneja como un desquiciado –Tom rió divertido ante eso, estaba escuchando la conversación ávidamente.

"¿En serio? He visto fotos de él... es guapo..." El tono insinuante de Hermione lo hizo sonrojar, soltó un sonido afirmativo. "¿Y cómo sabes cómo maneja? Harry Potter, ¿dónde fuiste con él?"

Estamos yendo... a cenar.

"A cenar..."

Um, sí. A modo de pago...

"Sí... en especias..."

¡Hermione!

"Oh, vamos, Harry... un multimillonario de cuarenta años soltero te invita a cenar. Eso dice a gritos 'mi cama con sábanas de seda tamaño ultra gigante necesita un poco de calor'"

-¡Hermione!

"Harry, deja de gritar como una histérica. ¿Qué va a pensar Riddle?"

Hermione... no es así.

"Ingenuo. No sé como logras ser policía e ingenuo a la vez. Pon el altavoz."

Ni loco, Mione.

"Oh, vamos, sólo quiero agradecerle por cuidar de ti."

Llegamos –la melodiosa y masculina voz interrumpió el llamado estacionando delante de un elegante restaurante chino. Las puertas se abrieron y Harry escuchó la voz excitada de Hermione.

"Oh, tiene una voz sensual. Oh, Harry estoy tan orgullosa de ti. Que tengas buena noche." Sin más la morena cortó. El ojiverde bajó del auto y se guardó el celular mientras Riddle le daba las llaves a un nerviosísimo valet parking.

Ambos se dirigieron dentro, el ambiente era demasiado elegante y Harry se sintió raro con su ropa de policía, pero la mujer oriental que los recibió simplemente sonrió y los guió a una mesa privada, protegida de las miradas por un hermoso biombo rojo con decoraciones en dorado.

Hermione quería agradecerte que cuidaras de mí –comentó el ojiverde al sentarse.

Ha sido un placer –respondió en un ronroneó sensual mientras depositaba un beso en el dorso dela mano de un, ahora, sonrojado Harry Potter. Tras ello le preguntó que le gustaría comer y estiró una mano llamando a la camarera para hacer los pedidos.

Harry no estaba seguro de cómo debía sentirse. Él había pensado que tenía algo especial con Draco, pero éste lo había traicionado, no tenía una verdadera razón para rechazar al hombre. Estando con Draco prácticamente no lo habría ni mirado, pero ahora no podía encerrarse en eso.

Su teléfono volvió a sonar, pero sólo un momento y bajo, le había llegado un mensaje. Cuando miró la pantalla y vio la foto y el nombre "Draco" sintió que se iba a derrumbar. Aparentemente Riddle se dio cuenta de eso rápido, porque de pronto tuvo una mano grande de dedos largos en el muslo, haciéndolo sobresaltar.

La otra mano le quitó el teléfono y abrió el mensaje. Frunció el ceño y lo borró. Harry se preguntaba qué decía– Asumo que Draco no tiene idea de que lo viste, ¿correcto? –Harry asintió–. No era nada por lo que preocuparte y no ameritaba contestación. Ahora, Harry... Da la casualidad de que mañana hay una fiesta en la mansión Malfoy, ¿qué piensas hacer al respecto?

No ir, por supuesto. Nunca me han gustado esa clase de eventos, por lo que Draco no me invita a ellos.

Tom supuso que esa era justamente la razón por la que no lo conocía como novio de Draco. Esbozó una sonrisa felina, lo que quería decir que probablemente el público tampoco lo supiera– Eres el heredero de los Potter, deberías dejarte ver un poco más –el más joven frunció el ceño no gustándole la idea–. Si yo hubiera sido el que tenía un novio tan bello lo hubiera publicado en el diario. Hubiera sido la oportunidad perfecta para dejarle saber a Draco que lo vuestro está acabado. Supongo que tendré que quedarme toda la diversión yo solo.

¿Diversión?

Sí. ¿De verdad pensaste que iba a dejar pasar la oportunidad de hacer sufrir al pequeño Malfoy por lo que te hizo?

¿Te llevas mal con los Malfoy?

No. Lucius y yo somos... podría decirse, amigos. Pero soy un hombre posesivo y celoso, y desde el momento que te vi en mi oficina me gustaste. Por ende, quiero hacer pagar al pequeño cretino con leve humillación. Después de todo, si él no hubiera sido tan malvado contigo, no hubieras caído en mis brazos...

En ese momento llegó la comida y Harry se encontró agradecido, porque no sabía que decir a esa extraña declaración que había recibido.

Comieron durante algunos minutos en silencio, los palillos que estaban utilizando eran una belleza, parecían estar esmaltados y tenían distintos diseños. Harry en toda la comida china que había comido en su vida, era la primera vez que veía unos así. Pero a juzgar por la sonrisa divertida que Riddle llevaba en el rostro, él sí estaba acostumbrado a cosas así.

Así que... –Harry intentó romper un momento el silencio y el de ojos verde-azulados levantó la mirada para demostrar que tenía toda su atención– ¿qué haces para divertirte además de creer que la carretera es una pista de carreras?

Riddle sonrió divertido, de manera arrebatadoramente seductora– Me dedico a cazar jóvenes hermosos, preferentemente policías, y engañarlos haciéndome pasar por otro profesional para poder tener la oportunidad de atarlos a mi cama con sus propias esposas.

Harry se sonrojó pero aún así le siguió el juego– Oh, y yo que pensaba que era el primero... me siento decepcionado. Pero agarro el consejo para cuidar todo el tiempo donde dejo mis esposas.

El mayor se mordió el labio con una sonrisa predadora– Lo eres, pero acabo de decidir que es la mejor forma de pasar mi tiempo libre... Además de eso, me gustan las apuestas, leer, mi trabajo como psicólogo criminal, no me gusta demasiado pero me hago cargo del manejo de la cadena de farmacias Mortífagos, en especial el área de planeamiento y finanzas...

Espera, ¿me estás diciendo que eres dueño de Mortífagos? Siempre he pensado que era un interesante nombre para la empresa... Comedores de Muerte... de alguna manera encaja, pero es ligeramente perturbador... Encaja contigo.

¿Oh? ¿Yo soy perturbador? –cuestionó alzando una ceja.

Lo eres... tienes un aire a tu alrededor que dice que eres peligroso... –los ojos verdes parecían brillar con una emoción particular, y el mayor se inclinó hacia él para responder.

Suerte que eres policía entonces y te gusta el peligro... no me gustaría que me evitaras simplemente por ello.

Los labios estaban separados por apenas unos centímetros y Harry estaba absolutamente hipnotizado. Su mente había cesado todo proceso de pensamiento hasta que los dos se sobresaltaron por el sonido de un celular, pero en ese caso era el del doctor.

Riddle hizo una mueca de molestia y metió la mano en el bolsillo sacando un bello modelo negro que hacía juego con su auto y de pronto Harry cayó en la cuenta de que era un Asus Lamborghini ZX1 y lo miró con la mandíbula desencajada, esa clase de modelos nunca habían llegado a salir al mercado.

Totalmente ajeno a su incredulidad, Riddle estaba atendiendo la llamada con un tono arrastrado y aburrido que te hacía entender de inmediato que lo estabas molestando– Alcalde Fudge... –saludó sorprendiendo a su acompañante, utilizaba un tono de voz que indicaba estar acostumbrado a esa clase de llamadas.

Harry podía escuchar la voz ligeramente chillona de Fudge desde el teléfono, él lo había visto antes por televisión y una vez en Hogwarts, su barboteo era normalmente bastante reconocible– Me temo que sí –escuchó al psicólogo contestar a algo dicho por el hombresito–. Oh, no se preocupe, me está salvando de ser rechazado horriblemente por alguien a quien intentaba convencer de que me acompañara mañana a la fiesta en la mansión Malfoy. Supongo que me he vuelto viejo y he perdido interés para los más jóvenes.

El ojiverde lo miró con horror ante las tácticas del mayor, que parecía bastante satisfecho con su reacción– Por supuesto, lo veré mañana. Gracias y hasta luego, alcalde.

¿Cómo pudiste decirle eso? –saltó el de cabellos descontrolados, con aire indignado.

Bueno, es la verdad, ¿no es así? –cuestionó alzando una ceja y Harry vio su intento de que aceptara ir con él.

¿También entra dentro de tus hobbies el llevar a esos chicos a tus fiestas? –preguntó de forma suave, haciendo que el otro se pusiera serio y se inclinara hacia él.

La prensa no me ha conocido nunca ninguna pareja oficial. Normalmente concurro solo a las fiestas y bailes. Eso no quiere decir que mi cama esté siempre vacía, pero no soy conocido por mi vida amorosa. No te estoy invitando a mi departamento sino a una fiesta llena de personas de gran influencia en Londres por lo que la gente asumirá que eres mi pareja oficial. Más serio que eso sería pedirte casamiento. No estoy jugando, Harry. Me gustas y por más que me digas que no a mañana, voy a insistir hasta que me des una oportunidad. Puede te parezca que soy demasiado viejo para ti, pero...

No es eso –cortó Harry negando con la cabeza–, eres... dios, eres terriblemente atractivo, evidentemente inteligente, eres sensual y en este momento estoy pensando en cómo te verías desnudo y sudado y no me desagrada para nada la idea. Es sólo que ha sido todo tan rápido...

Harry... –una de las grandes manos de dedos largos que poseía el más alto acariciaron las mejillas del policía– no tienes que sentirte obligado a nada. Simplemente te estoy pidiendo que me dejes cortejarte. No voy a presionarte y definitivamente no prometo no ser celoso y posesivo, pero haré todo lo que esté en mis manos para hacer que la pases bien.

La mirada suplicante era desarmante de parte del psicólogo criminal y Harry no pudo más que soltar un suspiro y un– Está bien –sientiéndose derrotado al ver la hermosa sonrisa llena de dientes que le dirigía el mayor. Tenía la sensación de que el día siguiente iba a ser un desastre, pero si al fin tenía una persona que quería a toda costa estar a su lado buscando hacerle sentir bien lo menos que podía hacer es darle una oportunidad. Riddle realmente se había portado bien con él y merecía que le diera una oportunidad.

No era que de pronto se hubiera olvidado de Draco, no. Simplemente era que Riddle era demasiado avasallante todo el tiempo. Sería interesante comprobar si realmente podía lograr hacer de una de esas aburridas fiestas algo interesante.

Terminaron de comer mientras Harry insistía a Tom para que le contara de su vida alegando de que ya había escuchado de la suya en la oficina y éste le dio una breve reseña de su vida. Decir que Harry tenía muchas preguntas sería quedarse corto, pero todas parecían ser demasiado groseras. Meterse con asuntos de la mafia era demasiado íntimo y hablar de trabajo no era lo mejor, normalmente eso se dejaba como último recurso.

Se ensartaron en una plática sobre cine y películas en la cual Harry se descubrió disfrutando inmensamente. Riddle no era experto en películas pero tenía bastantes conocimientos teóricos y Harry estaba más al tanto de las críticas del momento por lo que la conversación profundizaba bastante en concepto de tomas, iluminación, argumento y curiosidades de las películas.

En el fondo el policía no podía dejar de comparar a Tom con Draco, para el rubio una película no era más que eso, un entretenimiento temporal del cual no tenía opinión alguna más allá del "me gustó" o "me aburrió". La plática terminó derivando hacia deportes y finalmente hacia armas. Era extrañamente reconfortante hallar a alguien que supiera de armas que no fuera policía y finalmente acabó riendo al discutir con el psicólogo criminal si Ollivander o Gregorovich tenían la mejor armería.

Cuando Riddle lo guió fuera del establecimiento, de más está decir que pagó el multimillonario, Harry no pudo evitar sentirse un poco desilusionado de que acabara la velada. Una vez dentro del Lamborghini el hombre lo miró un momento y le dijo Te llevaré a casa antes de que decida secuestrarte y atarte a mi cama con tus esposas de verdad... su voz rasposa de deseo estremeció al ojiverde quien miró por la ventana intentando ocultar su sonrojo.

Para el momento que se dio cuenta de que nunca le dijo donde vivía, el mayor ya estaba a dos cuadras de la Casa Black. Era una casa en el centro de Londres, el buzón dictaba "Gimmauld Place" como era la costumbre de poner nombres raros a las casas en ciertos lugares.

Finalmente pararon en el número 12 y Harry miró su acompañante ¿Cómo sabías que mi padrino vivía aquí?

Magia bromeó el hombre, pero cuando el más joven insistió con la mirada explicó. Mi secretaria es la prima de tu padrino, al igual que la esposa de Lucius, he estado en Grimmauld Place cuando era joven de uno de sus bolsillos sacó una tarjeta que le tendió al chico, la cual contenía su dirección y teléfonos, y abrió la puerta del superdeportivo para dejarlo salir.

Harry dudó un momento pero finalmente se inclinó y depositó un beso en la mejilla del hombre, recibiendo a cambio una mirada ardiente y se apresuró hacia la casa antes de que Riddle decidiera comerlo.