Harry salió detrás de Draco viendo como la subía a un auto y daba órdenes a un auror de llevarlos a San Mungo. El auror vio a Harry pidiéndole autorización y este solo asintió con la cabeza.

Ahí se quedo por un momento, contemplando la casa en donde, años atrás, Ginny y Michael pasaban fines de semana. Era muy lujosa y llena de comodidades. Él jamás le pudo dar algo así a Ginny cuando fueron novios, simplemente la llevaba a pasear a algún parque, ver una película en el cine, todo al estilo muggle para que ella no sea reconocida. Siempre tenían que estarse escondiendo de todos. A veces quería llevarla a pasar por el callejón Diagon, pero sabía que eso estaba descartado. Se puso a pensar en todo lo que Ginny había dejado cuando estuvo con él, no era justo para ella, acostumbrada a vivir de una manera cómoda y él solo le ofreció su casa, una pequeña casa arriba de su negocio en la segunda área del callejón Diagon.

Llegó al ministerio para hacer sus reportes y llevar a Michael a Azkaban. Terminar su primera misión como auror. Entró, junto con Kevin Marshall, al cuarto donde entrevistarían a Michael para terminar sus reportes. Estaba cansado, llevaba días sin dormir bien para encontrar a Ginny.

Entró un guardia llevando del brazo a Michael para sentarlo en la silla frente a la mesa donde ya se encontraba Harry y Kevin esperándolo. Parecía que estaba contento con su acción, que se burlaba de ellos por haber logrado llevarse a Ginny en sus narices.

- ¿Por qué tan contento, Michael?

- Porque son unos idiotas, siempre los engañe a los dos.

- ¿Por qué lo hiciste? – le pregunto Harry haciendo anotaciones en una libreta.

- Porque Ginny era para mí.

- ¿Tanto la amas?

- ¿Amarla? – Resopló – claro que no. Era mi boleto para ser más rico y famoso. Todo estaba saliendo bien, hasta que llegó ese Draco Malfoy. Tanto tiempo en que los periódicos se enfocaban en nosotros, que si éramos o no novios, nos mantenía en la mira, pero después…después ya solo hablaban de que Ginny Weasley viajó a Paris con Malfoy, que si Ginny Weasley cenó en el restaurante mas lujoso de todo Inglaterra con Malfoy – se puso serio con la mirada llena de odio - ¡Dejaron de hablar de mi! Yo que me he partido el lomo para llegar a ser uno de los mejores jugadores de Inglaterra.

- Estas enfermo, Corner.

- Tu mismo lo viste Kevin, ese Malfoy llegaba a diario con flores para Ginny, siempre tan caballeroso, todo lo que ella quería él se lo daba sin pensarlo.

- Pues ahora vas a ser aun más famoso, Corner – le dijo Harry – vas a ser el primer jugador internacional que visita Azkaban.

- Tengo dinero para pagar…

- No aplica pagar fianza. Tenemos un largo historial de tu caso. Quisiste matar a Ginny y eso te va a mantener por un buen tiempo encerrado.

- Maldita perra – empezó a reírse – pero al menos me desquite de todos los desprecios que me ha hecho, la golpeé hasta dejarle marcas.

Harry se levantó para darle un puñetazo en la cara a Michael dejándolo medio inconsciente en el piso, al mismo tiempo que entraba al cuarto Kingsley.

- Marshall, llévate a Corner para que lo trasladen a Azkaban, ya firme todos los papeles.

- Si, señor.

- Veo que le hiciste caso a Jack – le dijo Kingsley a Harry una vez que se quedaron solos – partirle toda su madre, según me dijo.

- Hubiera hecho más si no estuviera amarrado de las manos. Aquí esta todo el reporte – le entrego una carpeta – caso cerrado.

- Terminaste tu primera misión, te felicito Harry.

- Gracias.

- ¿Cómo esta Ginny?

- Esta en San Mungo, voy a ir a verla.

- ¿Te vas a regresar a Brasil? Jack me mando una carta diciéndome que te necesitaba, de hecho, quería que tú tomaras su misión.

- ¿Yo?

- Si – le dijo sonriendo – dice que tú ya no eres su alumno, sino su compañero.

- No lo se.

- Es una gran oportunidad – Kingsley se recargo en la mesa – Me faltan tres años Harry.

- ¿Para que?

- Para jubilarme. Tienes la oportunidad de entrenarte con los mejores aurores y después regresar aquí y poder solicitar mi puesto.

- ¿Jefe del cuartel de aurores? – Dijo Harry riéndose – no creo, es muy pronto, aun me falta mucho.

- Si te quedas aquí, tal vez, pero si te vas a donde realmente esta el peligro, donde realmente sientas la adrenalina de ser un auror, vas a tener mucho a tu favor. Podrás aplicar para mi puesto, y yo te apoyaría.

- ¿Por qué me ayudas tanto?

- Tus padres fueron unos excelentes aurores, gracias a ellos, y a otros aurores, Voldemort nunca piso Inglaterra. Prométeme que vas a pensarlo – Harry asintió – ahora tomate el día de hoy para descansar. Ve a ver a Ginny.

- Gracias.

Ginny abrió los ojos horas después de llegar a San Mungo. Draco se encontraba dormido en el sillón a un lado de su cama. Volteo a ver a su alrededor buscando a alguno de sus hermanos o sus padres, pero no había nadie mas que Draco. Se removió un poco en la cama y eso basto para que Draco se levantara para ver a Ginny.

- ¿Estas bien? ¿Necesitas algo?

- No, estoy bien, solo me duele mucho la cabeza.

- Llamaré a una enfermera – Draco abrió la puerta haciendo una seña a la enfermera.

- Gracias ¿Dónde están todos?

- Fueron a comer algo, estuvieron aquí todo el tiempo. Ron tuvo que irse con el equipo a un entrenamiento especial. Se alegró de verte, aunque sea dormida, antes de irse.

- ¿Y tu?

- Yo no tengo hambre – le dijo viendo toda su cara preocupado.

- ¿Tan mal estoy? – Draco bajo la mirada - ¿Me prestas un espejo?

- No, Ginny, será mejor…

- Por favor, sé cuanto me golpeo Michael – Draco hizo aparecer un espejo pequeño entregándoselo a Ginny.

- Dijo el sanador que con el tiempo se iran quitando los moretones.

- Disfrutaba golpeándome – dijo Ginny viéndose en el espejo dejando caer unas lagrimas.

- Le traigo una poción para el dolor de cabeza – llego una enfermera.

- Gracias – le dijo Draco. La enfermera salió de la habitación dejando un poco abierta la puerta.

- Sabe horrible.

- Ginny ¿Qué piensas hacer ahora?

- Por lo pronto descansar, no tengo fuerzas para entrenar ahora.

Harry caminaba hacia la habitación que la recepcionista le había indicado donde se encontraba Ginny. Levantó el brazo para tocar pero escucho la voz de Draco y la de Ginny y prefirió quedarse un momento ahí.

- ¿Qué has pensado de la oferta de tu línea de ropa en Estados Unidos?

- No lo se aun. Es una gran oferta pero…significa que estaré en Estados Unidos mucho tiempo y tengo el equipo…

- Tu misma me dijiste que se terminaba tu contrato y que no sabias si lo ibas a renovar.

- Amo el Quidditch…

- Pero también amas diseñar ropa, Ginny eres una de las mejores diseñadoras. El Quidditch es como un pasatiempo para ti.

- No lo se, Draco.

- Vámonos Ginny, vámonos juntos a Estados Unidos.

Harry se quedó paralizado en la puerta, el corazón le latía muy fuerte esperando la respuesta de Ginny.

- ¿Qué?

- Sabes que hacemos un gran equipo, mi revista es un éxito también en Estados Unidos.

- Pero…

- Ginny ¿Quieres casarte conmigo?

Harry dio un paso hacia atrás. Sentía que le faltaba el aire. Camino lo más rápido que pudo hacia la salida del hospital, no quería estar ni un minuto más ahí.

- Draco, perdóname, pero yo nunca quise…

- Se que no me amas, pero nos llevamos muy bien, somos grandes amigos.

- ¿Tu tampoco me amas?

- Estoy seguro que con el tiempo lo haré.

- No, Draco, el amor no pone tiempo, simplemente llega para no irse.

- ¿Tu has estado enamorada?

- Lo estoy.

Harry llegó a su casa encerrándose en su habitación. Neville toco un par de veces sin recibir respuesta a cambio. Mas tarde llegó Hermione y ella simplemente abrió la puerta sin permiso. Se cruzo de brazos esperando a que Harry volteara a verla, pero él seguía acostado sin querer moverse de ahí. Después de varios minutos en que ya no soporto los "ejem, ejem" de su mejor amiga, se digno a moverse pero sin levantarse de la cama.

- ¿Qué quieres?

- ¿Qué paso?

- Atrapamos a Michael, esta en Azkaban ¿contenta?

- ¿Y Ginny?

- En San Mungo.

- ¿Por qué?

- Michael la golpeo.

- ¿Pero como esta?

- ¿Por qué no le preguntas a tu novio?

- No quiero molestarlo.

- Pero a mi, si.

- ¿Por qué no estas con ella?

- Esta con Draco Malfoy – le dijo levantándose de la cama y caminando rumbo a la cocina para servirse jugo de calabaza.

- ¿Y? Son amigos, en cambio tú…

- Le propuso matrimonio – Hermione abrió la boca sorprendida – le dijo que se fueran juntos a Estados Unidos.

- ¿Para lo de su línea de ropa?

- Si.

- Pero Draco no esta enamorado de ella.

- ¿Cómo lo sabes?

- Es atento con Ginny, pero lo poco que llegue a conocerlo…es atento con todas las mujeres. Es un chico muy caballeroso y se lleva de maravilla con Ginny, pero a eso de estar enamorado…no creo.

- Pues estas equivocada, quiere casarse con ella.

- En una ocasión comento que ya esta en edad de casarse, que le gustaría formar un familia algún día.

- Pues eligió a Ginny para hacerlo.

- Pero eso no quiere decir que Ginny lo acepte.

- No lo se, simplemente ya no quise saber mas.

- ¿Por qué no hablas con ella?

- Hermione, Kingsley me dijo que se iba a jubilar en tres años y que si me entrenaba bien podría yo aplicar para ese puesto.

- Eso es grandioso.

- Pero el entrenamiento no sería aquí, sino en America.

- ¿Por qué?

- Porque allá están los mejores aurores.

- ¿Y…lo…vas a aceptar?

- Es una gran oportunidad, lo único que me detendría seria Teddy, pero él esta en Hogwarts y en sus vacaciones podría irse conmigo y…

- ¿Ginny?

- No estoy seguro si realmente yo le convenga a Ginny.

- ¿Otra vez con lo mismo?

- Le acaba de proponer matrimonio un hombre muy importante y multimillonario.

- Pero ella te ama a ti. Todo este tiempo que no has estado, ella estuvo muy deprimida, triste, no hacia más que extrañarte.

- ¿Y si acepto el entrenamiento? Me tendría que ir tal vez dos años, y si me quedo aquí, sería un simple auror que no le ofrecería lo que ella esta acostumbrada o lo que Draco Malfoy puede ofrecerle.

- Habla con ella.

- Esperaré a que ella me mande hablar, seguramente ya ha de saber que yo fui quien la rescato, así es como sabre a quien prefiere.

- Tal vez – se levanto Hermione para irse - Ron me dijo que tenia que irse a Noruega, regresa en tres días, cualquier cosa que necesites estaré en mi casa – Harry asintió – no olvides escribirle a Teddy para decirle que Ginny ya esta bien.

Ya habían pasado dos días y Harry no sabia absolutamente nada de Ginny. Harry supuso que ella había aceptado la propuesta de matrimonio de Draco, así que él acepto regresarse a Brasil para continuar con su entrenamiento. Hermione trataba de comunicarse con Ron pero le era imposible, quería saber porque Ginny no había ido a buscar a Harry, al menos para agradecerle que la haya rescatado. Esa misma tarde, Harry tendría listo su traslador en el ministerio sin fecha de regreso.

Ginny se levantó esa mañana sintiéndose una poco mejor, el dolor de cabeza había disminuido considerablemente y los moretones en la cara se empezaban a aclarar un poco gracias a las múltiples pomadas que le aplicaba su madre. Suspiró con nostalgia, no le gustaba ver así a su madre, tan preocupada y triste por lo que le había pasado sin ni siquiera sospechar que no era la primera vez que algún hombre la golpeaba.

Esa misma tarde tenía una conferencia de prensa. Los periódicos sacaban más y más mentiras respecto al caso de Michael Corner, ya que había sido todo un escándalo el hecho de que estuviera en Azkaban. El entrenador se lo había pedido, como un favor muy especial, el aclarar de una vez por todas todo lo ocurrido.

- Ginny, querida, te traje tu desayuno.

- Mamá, no es necesario que te molestes tanto, ya me siento mucho mejor.

- No importa, quiero consentirte – le dio un beso.

- Gracias mamá, eres un amor.

- ¿Qué has pensado de regresar al Quidditch?

- Aun no lo se.

- Pero es seguro que te lo pregunten hoy en la conferencia de prensa, saben que tu contrato esta por terminar y que te han ofrecido otro.

- Si, pero solo diré la verdad…no lo se.

- Ginny…yo nunca he intervenido en tus decisiones pero…

- Quieres que lo deje – le dijo tomando su taza de té.

- Bueno, te va muy bien siendo diseñadora y además te gusta.

- También me gusta el Quidditch – tomo un sorbo de té.

- Pero ahí…vaya eres una jugadora internacional y estas mas expuesta…tengo miedo Ginny, ve lo que te paso…si no hubiera llegado Harry no se…

- ¿Qué dices?

- Que si no hubiera sido por Harry no se lo que hubiera pasado – Ginny dejo caer su taza al piso.

- ¿Harry? ¿Harry regreso?

- Si, él fue el que te salvó de caer de la escoba, quien supo que Michael era el que te estaba amenazando y el que fue a rescatarte ¿Qué nadie te lo dijo?

- ¡No! – gritó buscando ropa en sus cajones.

- ¿Adonde vas?

- A buscarlo, tengo que verlo.

- Pero aun estas muy débil.

- ¿Cómo es que nadie me lo había dicho? – Le decía cambiándose de ropa - ¿Por qué no ha venido a ver como estoy?

- No lo se, cariño. Yo no lo he visto.

- Teddy – Ginny busco su diario que compartía con Teddy, rápidamente lo abrió en la última página y ahí encontró una nota de él.

Mamá

No sabes lo feliz que estoy al saber que ya estas bien. Papá me escribió una carta contándome todos los detalles, bueno al menos me lo debía ya que yo tuve que aguantar su mal humor mientras estabas desaparecida y él te buscaba desesperadamente, ya lo conoces, se pone insoportable cuando esta enojado.

¿Ya has hablado con él? Las cosas se complican un poco, quiero estar con los dos durante mis vacaciones. Por favor pónganse de acuerdo y recuerda que también quiero estar con Victoire.

Te quiero.

Ted.

Ginny cerró el diario aun mas confundida. Lo dejó sobre la cama y regreso a cambiarse de ropa. Se puso sus lentes y gorra y diciendo "Sortilegios Weasley" desapareció entre las llamas de la chimenea.

Harry tenía sus maletas listas en la sala. Neville y Hermione le había ayudado a preparar sus cosas, ahora si era seguro que no iba a regresar en un buen tiempo.

- No me quiero despedir, esto es demasiado doloroso.

- ¿Y nos dices a nosotros? también te llevas a Teddy.

- Me imagino que pasara a visitarlos antes de irse conmigo.

- ¿Y Ginny?

- Ella…no se, tal vez ya se haya ido con Draco.

- ¿Por qué no esperas a que llegue Ron para que nos diga?

- Hermione, ni Jack ni Kingsley me iban a esperar hasta que llegara Ron.

- Malditos entrenamientos especiales – murmuro Hermione.

- Hola Harry, venia a despedirme.

- Hola Luna.

- Neville, tu ayudante es una tonta, no me gusta.

- Cindy sabe de Quidditch, Luna.

- No importa.

- Señor Neville, señor Harry los buscan – les decía Cindy.

- ¿Quién?

- Yo – Ginny estaba parada detrás de Cindy aun con sus lentes oscuros y gorra, inmediatamente los cuatro chicos la reconocieron.

- Gracias Cindy – le dijo Neville para que regresara a la tienda.

- Ginny ¿Cómo estas? – le dijo Hermione. Ginny se quito la gorra y los lentes mostrando su rostro aun lleno de moretones.

- Santo cielo – susurro Luna.

- ¿Podemos hablar?

- Vámonos – les dijo Neville a sus dos amigas.

Harry no dejaba de ver a Ginny preocupado, nunca se imagino que Michael la hubiera dejado en ese estado. Ella se acercó a abrazarlo una vez que quedaron solos.

- Apenas me dijo mi mamá hoy que habías regresado, que habías sido tú quien me rescato y que me salvo de la caída de la escoba. Mi amor, gracias por regresar.

- Pensé que ya lo sabias.

- No, nadie me lo dijo. Te extrañe tanto – le dio un beso en la boca - ¿Por qué no fuiste a buscarme?

- Lo hice, en el hospital, pero estabas con Malfoy. No quise interrumpir, te estaba pidiendo matrimonio.

- Si…lo hizo, pero yo no acepte.

- Tal vez deberías de reconsiderarlo.

- ¿A que te refieres? – Le pregunto separándose un poco de él y notando que estaban unas maletas a un lado - ¿Y esas maletas?

- Me voy.

- ¿Otra vez? ¿Cuándo regresas?

- Tal vez en dos o tres años.

- ¿Qué? – dijo en un susurro Ginny.

- Me voy a un entrenamiento con los mejores aurores en America. Teddy se va a ir conmigo durantes sus vacaciones…

- ¿Y yo?

- Habla con él para que se pongan de acuerdo para verse.

- Me refiero a nosotros.

- Ginny, yo no puedo ofrecerte lo mismo que Malfoy.

- A mi no me importa él, me importas tu.

- Nuestra relación ha sido muy complicada, ya estoy cansado de todo esto – la vio a los ojos – no creo que vaya a funcionar. Nuestros caminos están completamente separados. Yo me voy para buscar un mejor futuro, tal vez Malfoy te ayude a encontrar el tuyo.

- ¿Es eso lo que quieres? – le pregunto dolida.

- Creo que es lo mejor.

Ginny se le quedó viendo directo a los ojos, pero Harry no le pudo sostener la mirada. Estaba triste y eso le dolía, pero no quería luchar por algo que sabía que a la larga no iba a funcionar. Después de unos minutos, Ginny rompió el silencio.

- Siempre me quieres hacer a un lado y te entiendo, conmigo las cosas no son tan fáciles ¿verdad? La fama, los fotógrafos, los chismes, siempre escondiéndonos – le dijo poniéndose su gorra – debo irme, tengo una conferencia de prensa. Tu sabes, esto de ser famosa es tan agradable – sonrió irónicamente – debo de dar una explicación de porque tengo así la cara. Suerte en tu carrera, Harry. Estoy segura que serás un gran auror.

- Suerte para ti también.

- Adiós.

Cuando Ginny bajo las escaleras, se despidió con la mano de Luna, Hermione y Neville, quienes estaban al pie de la escalera escuchando toda la conversación. Subieron rápidamente encontrando a Harry sentado en la sala con la mirada perdida.

- Se termino – les dijo Harry – y creo que ahora si es definitivo.

- Pero la amas.

- Si, la amo, pero estoy seguro que saldré adelante sin ella.

- No lo creo – le dijo Neville.

- Claro que si, ya lo hice una vez. Aquella ocasión en que se quemo la casa y la tienda. Salí adelante con la ayuda de ustedes nada más.

- Estas equivocado.

- Bueno, y con el préstamo de Gringotts. Si ya una vez pude hacerlo, ahora…ahora lo haré de nuevo.

- ¿Es que no lo entiendes? ¡Ginny te ama!

- Tal vez Draco…

- ¡Si serás idiota! – Le gritó Neville - ¡Ginny te ama a ti! Ella te necesita como tú la necesitas a ella.

- Yo sabre salir adelante y ella también.

- No puedes.

- Si puedo, ya lo hice una vez – le dijo Harry levantándose ya molesto por la forma en que le hablaba Neville.

- No, no lo hiciste. Ella te ayudo a salir adelante.

- No, no la necesite a ella.

Neville se removió el cabello nervioso, iba a romper una promesa pero no podía seguir callando mas, era ahora o nunca.

- Gringotts no da préstamos.

- Neville, tú me acompañaste…

- No da préstamos a cualquier persona.

- No, solo le dio préstamos a los dueños de locales que sufrieron daños cuando hubo aquel ataque en el callejón.

- Te mentí.

- ¿Cómo que mentiste? – le pregunto Hermione.

- El préstamo fue autorizado por Bill Weasley – Harry abrió los ojos sorprendido – Ginny se lo pidió.

- ¿Qué dices?

- Que saliendo de casa de Hermione y recibiendo la noticia de que supuestamente tú la preferías a ella, Ginny me busco para decirme que en Gringotts todo estaba listo para darte un préstamo y así recuperar tu casa y tu negocio.

- ¿Qué?

- Si, Ginny te ama tanto, que no le importo que la hayas traicionado. Ella solo quería tu felicidad.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes?

- Porque ella me lo pidió. Como ves, necesitaste de ella para salir adelante.

- Harry ¿Por qué no hacer un intento? – le pregunto Hermione.

- Ya lo hemos hecho.

- Pero no lo suficiente. Seamos sinceros, Harry, siempre has sido tu el que pone un pero en la relación. Antes era porque no tenías que ofrecerle…

- Aun no tengo que ofrecerle.

- Pero vas a luchar por ser un gran auror ¿Por qué no permitirle a ella estar a tu lado?

- Es muy complicado.

- Claro que lo es, dímelo a mi que decidí darme la oportunidad de ser feliz con Ron. No es fácil, pero poco a poco nos hemos ido acoplando, y créeme Harry, soy muy feliz.

- Inténtalo Harry – le dijo Luna.

- Lucha contra cualquier obstáculo.

- ¿Ustedes creen que…tal vez?

- ¡Si! – gritaron los tres.

- De acuerdo…iré a buscarla.

- Te acompañamos.

Harry y sus amigos aparecieron cerca de la Madriguera, corrieron rápidamente pero recibieron la mala noticia de que Ginny no estaba ahí sino en el estadio con el entrenador. Volvieron a aparecer cerca del estadio pero sin encontrar a nadie, un guardia les informo que la conferencia se llevaría a cabo en un hotel cerca de ahí. De nuevo se volvieron a aparecer, pero nadie los dejaba entrar a la conferencia. Hermione, utilizando sus conocimientos legales, los empezó a amenazar por la falta de señalamientos y mal funcionamiento de las puertas (gracias a ella), dejándolos entrar a la conferencia.

Cuando Harry llegó a la conferencia estaban únicamente Ginny y su entrenador al frente. Poco a poco se fue metiendo entre los reporteros para esperar a que todo terminara.

- ¿Michael te dejo así la cara, Ginny?

- Michael ya esta en Azkaban – contesto el entrenador – esta pagando muy caro por todo lo que le hizo a Ginny.

- ¿Fue por celos? Tú empezaste a salir con Draco Malfoy.

- La relación que tuve con Michael fue hace muchos años cuando aun ninguno de los dos estábamos en la selección de Inglaterra, ya después solamente éramos amigos.

- Pero a veces se les veían juntos.

- Por cosas del equipo, nada más.

- Michael estaba obsesionado con Ginny, por eso hizo lo que hizo –aclaró el entrenador.

- ¿Y Draco Malfoy?

- Somos amigos, nos llevamos muy bien, nada más.

- Fuentes oficiales informaron que el auror Harry Potter fue quien te rescato – le dijo un reportero, Ginny solo asintió - ¿No es el mismo auror que en una ocasión saliste de su casa por la noche?

- Si, el mismo.

- ¿Hubo algo entre ustedes? – Ginny se quedo pensando un momento mientras que Harry se escondía detrás de un reportero.

- Lo hubo, pero él es un gran auror con un futuro brillante, creo que yo no le convenía – todos se empezaron a reír.

- Lo que yo creo es que él es un idiota – dijo Luna. Todos voltearon a verla dándole la razón entre risas. Ginny se le quedo viendo, dándose cuenta que atrás de Luna estaban Hermione y Neville. Rápidamente busco con la mirada a Harry entre los reporteros – Ginny ¿puedo hacer una pregunta? – decía Luna levantando la mano como si estuviera en la escuela.

- Claro señorita – dijo el entrenador.

- ¿Qué pasaría si Harry Potter ya se dio cuenta que es un idiota? – todos soltaron una carcajada. Ginny seguía buscando con la mirada a Harry, pero entre tantos reporteros, unos con cámaras enormes lanzando flashazos, no le ayudaban en nada.

- Me encantaría que me lo dijera él mismo.

- Lo soy – dijo Harry saliendo detrás de un hombre gordo y alto, todos voltearon a verlo – tu eres mi mejor futuro…no quiero caminos separados.

- Yo tampoco – dijo Ginny sonriendo.

Rápidamente los reporteros empezaron a tomarles fotos tanto a Harry como a Ginny, haciéndoles preguntas sobre su relación. Luna también fue entrevistada, pero en lugar de contestarles a los reporteros abrazo a Neville y le dio un gran beso en la boca, dejándolo completamente sorprendido.

- Tu también eres un idiota – lo volvió a besar – y quiero a esa Cindy lejos de ti.

- De acuerdo – le contesto Neville atontado.

Ginny y Harry, por fin pudieron estar solos una vez que salieron todos los reporteros y sus amigos les dijeran que los esperarían afuera. Ginny lo abrazo fuertemente como para asegurarse que no era un sueño y aferrarse a él para no dejarlo ir.

- Perdóname…perdóname por ser tan terco, orgulloso – Ginny puso su dedo índice en sus labios para callarlo.

- Así te amo.

- Yo también te amo.

- Harry ¿Qué va a pasar entre nosotros? – le pregunto Ginny juntando sus frentes.

- Quiero estar contigo, pero…

- Entiendo. Tu carrera de auror es muy importante.

- Si entreno en America, tal vez pueda llegar a ser jefe del cuartel de aurores aquí.

- Eso es grandioso.

- ¿Y tu?

- Yo me voy contigo. Voy a aceptar lanzar mi línea de ropa en Estados Unidos y tal vez en toda America, al menos ya no estaríamos tan lejos. Podemos acoplarnos.

- ¿Y el equipo?

- Lo voy a dejar.

- Pero…

- Por un par de años. Ya hable con el entrenador y me dijo que tienen a mi sustituto, pero que le darán un contrato menor por si yo quiero regresar.

- ¿Estas segura?

- Muy segura. Teddy se puede ir con nosotros en sus vacaciones y así Victoire también podrá ir, Bill no pondrá ninguna objeción si le digo que su hija va a estar conmigo.

- Eres una cómplice de Teddy.

- Soy su madre.

- La mejor madre que le pude conseguir a mi hijo – la beso.

- Gracias por rescatarme.

- Gracias por el préstamo de Gringotts – Ginny abrió los ojos sorprendida.

- ¿Estas enojado?

- No. Sé que he sido muy orgulloso y que nunca quise recibir nada de ti, pero debo de ser sincero y aceptar que sin ese préstamo jamás hubiera podido salir adelante.

- Yo lo único que quiero es ayudarte, apoyarte en todo lo que yo pueda.

- Prometo no ser tan orgulloso.

- Te amo.

- Yo a ti.

-O-

TRES AÑOS DESPUES

Harry se acomodaba la corbata y revisaba frente al espejo que todo estuviera en orden. Estaba feliz, por fin lo iban a nombrar jefe del cuartel de aurores de Inglaterra. Había pasado por una serie de pruebas al solicitar el puesto y gracias a todos los entrenamientos que había tenido y a la ayuda de Ginny y Teddy, lo había conseguido.

Hermione entro a la habitación sin tocar como era su costumbre. Muy apenas podía moverse porque ahora llevaba cargando en su vientre a un bebe de Ron Weasley.

- Ni porque ya no vives aquí, dejas de entrar a mi casa y a mi habitación sin permiso.

- Perdóname – le dijo comiéndose una barra de chocolate – pero yo aun vivo en el callejón Diagon y esa librería aun sigue siendo mía.

- Ni la atiendes, no entiendo porque la quieres conservar. Ya no vives ahí desde que te casaste con Ron y ya no trabajas ahí desde que conseguiste trabajo en el Ministerio con Percy.

- Es que le tengo mucho cariño, además Ron me ha dicho que sigue teniendo muy buenas ganancias.

- Claro, ya todos saben que el dueño es Ron Weasley.

- La dueña soy yo.

- Pero Ron es quien la administra, él es quien te contrato el personal cuando tú empezaste a viajar con Percy.

- Bueno es de los dos – le dijo dándole una gran mordida al chocolate.

- Deja de comer, vas a reventar.

- Déjame en paz.

- Dice Ginny que te apures – llego Neville.

- Dile que deje de estar firmando autógrafos.

- Ella quiere, dice que ahora que va a regresar al equipo le encanta firmar snitches, quaffles, escobas. Tu novia esta loca.

- ¿Cuándo le vas a proponer matrimonio?

- Ya te dije que después que me den el nombramiento.

- Si – dio pequeños brinquitos Hermione dándole otra mordida al chocolate.

- ¿Y Ted?

- Con Victoire.

- Esos se la pasan besuqueándose por todo el callejón – dijo Neville.

- Si claro, tú y Luna al menos se meten a su casa.

- Con ustedes no se puede hablar. Que te apures dice Ginny – les dijo Neville bajando hacia la tienda.

- ¿Cuándo la vas a llevar a la casa que compraste?

- Si me dice que si se quiere casar conmigo – Hermione rodó los ojos – mañana mismo.

- Que bueno que Bill te ayudo con lo del préstamo en Gringotts para que compraras esa casa, esta preciosa y es inmensa.

- Si – empezó a reírse – pero me puso una condición.

- ¿Pagos puntuales?

- No, él sabe que el primer préstamo siempre pague puntualmente.

- ¿Entonces?

- Que mantuviera a Ted con baños de agua fría.

- Amor, vas a llegar tarde al ministerio – le dijo Ginny.

- Ya estoy listo.

- Voy a buscar a Ron, seguro esta dormido, anoche tardo tanto en conseguirme nieve de cacahuate con miel – Harry y Ginny hicieron cara de asco – los veo en el ministerio.

- Bueno todo sea por mi sobrino ¿Listo señor jefe del cuartel de aurores?

- Listo.

Nombraron a Harry como el nuevo jefe del cuartel de Aurores de Inglaterra durante una ceremonia especial. Estaban todos los miembros del Wizengamot, la Confederación Internacional de Magos, algunos ministros de otros países y todos los aurores. Los reporteros cubrieron la nota de principio a fin sin dejar pasar ningún detalle. También habían aprovechado la ceremonia para hacer una despedida a Kingsley por su jubilación.

Cuando termino el evento, Ginny abrazó a Harry para felicitarlo e inmediatamente llegaron los reporteros con micrófonos y cámara en mano.

- Señor Potter ¿Cómo se siente con su nuevo puesto?

- Es una gran responsabilidad, pero estoy preparado para mantener la tranquilidad en el mundo mágico de Inglaterra – les contesto Harry abrazando a Ginny por los hombros.

- ¿Es verdad que se entreno con los mejores aurores de America?

- Si, estuve por varios años entrenándome.

- Usted es el jefe del cuartel de aurores mas joven que ha existido.

- Si, me lo dijeron cuando me dieron el puesto, es raro ser el jefe de aurores que podrían ser mis padres.

- ¿Es verdad que sus padres fueron aurores?

- Si, ellos murieron para que todos nosotros viviéramos en paz.

- Entonces lo lleva en la sangre, además de contar con el apoyo de muchas personas importantes: Kingsley Shacklebolt, Jack Knight, aurores reconocidos en todo el mundo y los Weasley – dijo el reportero viendo a Ginny – debes de ser muy importante para ellos para que lograras juntarlos a todos aquí, pocas veces los señores Weasley aparecen en público.

- Bueno, lo que pasa es que mis papas quieren mucho a Harry – dijo Ginny – y querían estar con él en este momento muy importante.

- Eres muy afortunado. Por cierto, ustedes ya llevan varios años de novios, se les ha visto juntos por America en eventos de tu línea de ropa ¿para cuando hay boda?

- Harry empieza una nueva etapa en su carrera, así que todavía no lo hemos hablado.

- Ginny, después de tres años ¿regresas al equipo de Quidditch de Inglaterra?

- Así es, regreso a subirme a la escoba para anotar muchos goles. Nunca deje de entrar y me volvieron a aceptar en el equipo, vengo con todo.

Una vez que terminaron con las entrevistas, que la mayoría de las preguntas iban dirigidas a Harry, Ginny lo abrazó por la cintura sonriéndole burlonamente.

- ¿Qué se siente ser famoso?

- Muy graciosa. Tengo hambre.

- Mi mamá preparo una comida especial en la madriguera.

- Genial.

- Papá – llego Teddy dándole una palmadas en la espalda - ¿puedo ir con Charlie a Rumania para ver a sus dragones?

- Eso es peligroso, jovencito – le dijo Harry.

- Pero…bueno es que no les había dicho – Harry y Ginny lo vieron con los ojos entrecerrados – ahora que termine Hogwarts puedo dedicarme a cuidar dragones, Charlie me dijo…

- De ninguna manera, tú vas a estudiar una carrera universitaria.

- Pero puedo irme un tiempo…

- No, primero estudias, si quieres ver a los dragones puedes ir con Charlie un fin de semana.

- Pero eso es peligroso, Ginny.

- Va con Charlie, Harry, no hay de que preocuparse.

- Si – exclamo contento Teddy corriendo hacia Charlie para darle la noticia.

- Aun así, no estoy muy seguro.

- Podemos aprovechar que Ted no esta en tu casa – le dijo Ginny abrazándolo mas fuerte – hablando de casa, había pensado en vender mi casa en Gales y comprar una aquí en Londres ¿Qué opinas?

- Opino que no hay necesidad.

- Harry, vivir con mis padres ya no…

- Vive conmigo.

- Me encantaría, pero sabes que en tu casa es un poco complicado…

- No me refería a esa casa – Ginny frunció el ceño.

- ¿Tienes otra casa?

- Si, compré una casa para nosotros si aceptas casarte conmigo – Ginny se separó de él viéndolo directamente a los ojos.

- ¿Qué estas diciendo?

- Que ya tengo la casa, solo falta si aceptas casarte conmigo.

- ¿Me…estas…?

- ¿Quieres casarte conmigo? – Harry sacó una cajita negra con un anillo adentro.

- ¡SI! – Gritó Ginny y todos voltearon a verla - ¡ME CASO! ¡ME VOY A CASAR!

De nuevo fueron rodeados de fotógrafos para cubrir la nota del compromiso de la famosa jugadora internacional y diseñadora de modas, Ginny Weasley y del nuevo jefe del cuartel de aurores de Inglaterra, Harry Potter.

Ahora, la comida en la Madriguera se volvería toda una fiesta en grande para la familia Weasley.

FIN

No queria dejarlos juntos hasta que Harry superara todas sus frustraciones al tener una novia famosa, asi que lo deje con un papel importante para él también y ¿porque no? tal vez él se haga mas famoso que Ginny con sus aventuras como auror. Se los dejo a su imaginación.

Bueno he terminado otra historia la cual me dejo muchas satisfacciones.

Mil gracias a todos los que me acompañaron leyendo esta idea mía, pero sobretodo a quienes me dejaron sus comentarios dejandome saber sus opiniones.

Los quiero...