Título: Último momento.
Fandom: Saint Seiya.
Claim: Ikki/Seiya.
Extensión: 456 palabras.
Advertencias: Ligero shonen-ai.
Dedicado: a hessefan, un regalo adelantado de cumpleaños (porque para esa fecha no voy a estar). Sé que ama los Ikki/Seiya. Espero que te guste :) Aunque esto quedó raro malo, no me gustó demasiado; pero es lo que pude escribir, SS es el único fandom que compartimos prácticamente y creo que le agarré cariño a este pairing.
Notas: Ubicado en el momento en que Ikki va a ayudar a Seiya en los Campos Elíseos para que pueda salvar a Atena. No sé por qué estoy obsesionada siempre por darle un enfoque más humano a los caballeros. Qué sé yo, no me pregunten, es rareza mía. Se darán cuenta de ello al leer.


Sus miradas se encuentran una última vez, antes de que vuelvan a ser atacados por Hades. Y hay algo en la forma en la que se ven de que esta vez realmente saben que por lo menos uno de ellos morirá. Morirá con todo el honor de un caballero de Atena merece; pero finalmente morirá y dentro de unos años nadie se acordará de ellos. Porque seguramente no quedará nadie para recordarles.

Es un último momento en que cualquier máscara se cae, porque ya no habrá otro momento para quitárselo. Seiya es capaz por primera vez en su vida de vislumbrar completamente la oscuridad de la mirada del caballero del Fénix. Puede ver la determinación implacable, el férreo compañerismo, la amistad insobornable y la furia que le estalla desde la boca del estómago cada vez que entra en combate; pero por una única y primera vez puede vislumbrar al verdadero Ikki, aquel que siente dolor desde que tiene memoria, aquel que perdió a los pocos seres queridos que ha tenido, aquel que tiene cicatrices más profundas de las que la pelea puede dejar, aquel que cuando apenas levantaba un palmo del piso no permitió que Pandora arrancase de sus brazos al único ser querido que le quedaba, aquel que daría la vida por sus hermanos.

En su mirada azul, ya no está Ikki, el caballero de Fénix. Está sólo Ikki. Un comentario seco, la vista permanentemente alerta a Shun, una sonrisa leve (y poco altanera), el salvavidas de último momento. El que habla más con acciones que con palabras. Es la alargada cicatriz en la cara (y probablemente montones más por todo el cuerpo). Un hombre mayor en el cuerpo de un adolescente.

Pero es sólo un instante, quizá sólo una milésima de segundo que parece una eternidad que puede vislumbrarle con claridad, porque deja de ser el centro de atención del caballero del Fénix. Es nuevamente Ikki con toda la sangre amarga, el grito ronco que nace en el centro del pecho y los movimientos rápidos.

Y quizá sólo sea un momento que haya ocurrido tan sólo en la mente de Seiya porque ya le han dicho que no se da cuenta de la mitad de las cosas que hay a su alrededor por su tontera. Pero es un último momento antes de partir en que redescubre quién es Ikki. Porque sabe que después no habrá un después.

Sólo queda el ahora, en el que hay furia en todos lados, golpes en todo el cuerpo y la determinación implacable de derrotar a Hades, aun cuando les cueste la vida. Tan sólo estaba ese último momento que sería borrado entre los millones de recuerdos cuando ellos finalmente desapareciesen.


Sí, ya sé que ambos sobrevivieron; pero Seiya era hecho prácticamente un zombie y cuando lo ví por primera vez la saga de Hades pensé que todos iban a morir. Sí, cuánto positivismo tengo.