Saludos a todos los que pertenecen a este foro. En esta ocasión, les traigo un nuevo fanfic. Ya que en mi segunda historia he tenido problemas en cuanto a la redacción (donde la narración se confunde con los diálogos), prometo resolverlo en cuanto pueda. Pero es que no sé porque al subirlos, los guiones no me aparecen. Ya los he colocado de maneras distintas para que aparezcan y nada. Así que si alguien me puede ayudar, los lectores y yo se lo agradeceremos. No quiero defraudarlos. Pero bueno, aquí la historia. Espero que les agrade.

Post-Data: Kubo Tite nos hace sufrir con el reencuentro. Pero aquí está Kuchiki9474 para complacer ese deseo.

"Bürichi, IchiRuki... Qué más da..."

Kurosaki Rukia y Kuchiki Ichigo

Cambio

Pasó el tiempo. Más de un año de aquella épica batalla contra Aizen y sus Espada. Y sin embargo, la vida seguía. La ciudad de Karakura pareció quedar menos dañada que la Sociedad de Almas, pero ambos lugares trataron de esforzarse por seguir adelante. Los shinigamis que quedaron "vivos" trataban de suplir la ausencia de los que murieron, en las tareas del Mundo Espiritual, mientras que los humanos que pudieron presenciar "aquello", trataban de no mencionar el pasado, ya que muchas veces dolía… Y demasiado. Kurosaki Ichigo seguía desempeñándose como Shinigami en el Mundo Humano al tiempo que Kuchiki Rukia alternaba su misión de representante en Karakura y de oficial en su respectivo Escuadrón.

A pesar de ello, existían ciertas cosas que habían cambiado para bien. Una de ellas era que ya nadie vivía engañado. Todos sabían que Ichigo era un "Dios de la Muerte" y que Rukia no era "humana". Y para ambos chicos era un alivio, ya que era terrible llevar una doble vida, y más aún frente a aquellos que consideraban sus amigos.

En la Sociedad de Almas, por el contrario, había cambios que no eran del todo agradables. Por ejemplo, lo que más abundaba (a pesar del tiempo y la lejanía de aquella batalla) era el sentimiento de la tristeza. El Capitán Komamura perdió a su entrañable amigo y antiguo colega Tousen y Matsumoto a su viejo amigo Ichimaru… Soi Fong perdió uno de sus brazos, y aunque haya sido repuesto por uno mecánico pero de apariencia real, gracias al Departamento de Desarrollo y Tecnología, no era lo mismo estar sin su piel, su esencia.

Pero bueno, para alcanzar una cosa, en el camino debes de perder otra ¿no? Lo bueno de todo esto era que gracias a los sucesos pasados, la Cámara de los 46 Representantes había ordenado la creación de nuevos métodos, armas y artefactos para evitar cataclismos de esta índole. Algunos salían bien, otros eran un rotundo fracaso, pero nada podía desalentar al Capitán Kurotsuchi, científico que lideraba la nueva misión asignada a su Escuadrón.

Para la creación de estas "nuevas y potentes armas" se estaba empleando de todo, desde nanotecnología hasta los hechizos conocidos como Kidoh. Incluso shinigamis que no eran pertenecientes al Escuadrón de Mayuri, pero si con habilidades extraordinarias en las Artes Demoníacas, tenían que colaborar en este nuevo proceso.

Rukia era una de las participantes. Y fue ella quien dió inicio a un nuevo cambio,uno que Ichigo (desgraciadamente) se encargaría de entorpecer. Y este cambio sería uno de su total y asqueroso desagrado…

Ciudad de Karakura 5:30 p.m.

-¿Dónde demonios se supone qué debo entrenar? Obvio, en la casa de Ichigo… -Y salió corriendo a la dirección correspondiente.

Mientras tanto, el aludido se encontraba en su cuarto, repasando lo estudiado durante la clase pasada. Y estaba tan distraído que no se percató de la llegada de la Pelinegra, quien subía lentamente por la ventana.

-¡Hola Ichigo!

-¡Ah…!

-¿Pasa algo?

-Te he dicho miles de veces que no entres así de sorpresa… ¿Quieres matarme de un infarto?

-Ya deja de vociferar como maniático y cállate, ta-ra-do… -Esto último dicho con aquella voz idiota.

-E-NA-NA

-IM-BÉ-CIL

-NI-ÑI-TA

-PU-BER-TO

-…

-¡YA CÁLLATE! -Dijeron al unísono.

-…

-Bueno y ahora ¿qué haces en mi casa?, ¿piensas quedarte hasta mañana?

-¿Eres idiota o qué? Cómo podría irme si apenas acabo de llegar… Cada día estás más tonto…

-Te detesto… -Dijo Ichigo.

-Yo también… -Contestó Rukia.

-…

-Pues sí, pienso quedarme. Pero no solo un día, creo que me tomaré más tiempo de lo habitual en este mundo. -Dijo ella después de un silencio incómodo.

-¿En serio?

-Sí. Estamos preparando nuevas formas para enfrentar a nuestros enemigos. Después de lo de Aizen, estamos tomando nuevas medidas. De hecho yo estoy colaborando en esta nueva etapa.

-¿De verdad?

-Sí. En estos momentos, por ejemplo, estamos desarrollando una nueva especie de Kidoh. Uno con el cual evitemos o disminuyamos los combates.

-¿Cómo así? -Preguntó extrañado Ichigo.

-Pues queremos desarmar en pocos momentos a nuestros enemigos. Por ejemplo ¿te imaginas cuanto tiempo perdimos en pelear contra los Espada mientras Aizen había de las suyas? Hoy estamos desarrollando un arma para "inmovilizar" al enemigo y sacar ventaja de ello…

-¿Y cómo van con eso?, ¿no es peligroso experimentar?

-Esas son las consecuencias si queremos evitar desastres mayores ¿no lo crees?

-Tienes razón… Y entonces ¿qué tan avanzados están? -Volvió a preguntar el Pelinaranja.

-En estos momentos creamos un nuevo Kidoh, lo llamamos Santai, que significa Tres Niveles.

-¿Tres Niveles?

-Sí. Viene a conformar una magia de tres pasos. Cuando se tenga acorralado al enemigo se hará uso de este Kidoh. Como primer movimiento, esta magia lo "inmovilizará", el segundo paso sería el de "absorber" su energía espiritual y el último sería el de "tener control" sobre su mente, para obtener información que sea útil en la batalla.

-¿Meterse en la mente?

-Así es. Para saber qué es lo que planean hacer… O ya hicieron…

-¿Y eso no es un tanto peligroso? digo, ¿no habrá algún riesgo con eso de estar inmiscuido en el interior de otra persona, por más "enemigo" que sea?

-¿Ah?

-Me refiero a que si no habrán consecuencias en ese "intercambio" de mentes…

-¿Cuál intercambio? Solo sería que tu pensamiento predomine sobre el otro…

-Uhm… Aún así, me parece delicado ese punto.

-Pues por eso es que lo estamos experimentando ¿acaso no escuchaste lo que dije al principio?

-Lo de nuevas formas de combatir… Creo que si…

-Como sea… El punto es que me voy a quedar a entrenar aquí.

-¿Aquí?

-Cuando digo aquí, me refiero al Mundo Humano.

-¿Y por qué aquí?

-Porque el Capitán Kurotsuchi me pidió -exigió más bien- que aquí fuera, para no interferir en las demás experimentaciones que están llevando a cabo en el otro mundo.

-No le veo la lógica…

-Ni yo, pero según él, aquí podría aportar más… Por ejemplo recabando información sobre cómo mejorar el Santai aprovechándolo o aplicándolo en los Hollows o Gillians que pueden aparecer en Karakura.

-Aun así no deja de parecerme peligroso…

-¿Acaso no confías en mis habilidades?

-No es eso E-NA-NA, solo que me preocupo por ti…

-… -Segundos de silencio hasta que Rukia le dijo: -Si te preocupo tanto, entonces procura ayudarme ¿podrías?

-Obvio que sí…

-Gracias.

Y sin darse cuenta del paso del tiempo, la noche fue entrando, dándole la bienvenida a la cena.

La menor de las hermanas, Yuzu, llamó a Ichigo para anunciarle que la comida estaba servida. Y tanto él como Rukia bajaron. Y ya que ella estaría de visita, la habitación que construyeron para ella fue acondicionada en pocos momentos. Nuevamente aquella chica mandona tendría una larga estancia en la casa de los Kurosaki. Todo parecía muy bonito, muy normal, y es que la pareja de Shinigamis aun no sabía lo que se avecinaba.