La elección
Shizuru lo había decidido. Después de una noche de insomnio, llegó a la conclusión de que debía parar el programa. Natsuki tenía razón. En algún momento de su vida tenía que dejar de actuar según lo que se esperaba de ella. Además, había una razón muy importante por la que no quería casarse de esa manera: quería llegar hasta el corazón de "su" Natsuki. Sabía que la peliazul no estaba de acuerdo con lo del programa, aunque participara en él. Si la obligaba a seguir con él, quizás sí llegara a casarse con ella, pero estaba segura de que perdería su corazón y su respeto. Así pues, de nuevo, estaba reunida con los responsables del programa, sus padres, y la Junta Directiva de Empresas Fujino.
- Siento reuniros de forma tan precipitada, pero, tengo algo muy importante que comunicar. – Dijo Shizuru con un tono muy profesional.
- Muy bien, hija. ¿Qué es tan importante para que nos hayas reunido a todos? – Dijo su padre.
- Pues veréis. Padre, madre, demás miembros de la Junta... he decidido que no quiero seguir con el programa. – Dijo directamente la belleza de Kioto.
Sus padres no se esperaban esta declaración. Tampoco los integrantes de la Junta Directiva. El único al que no le sorprendió mucho fue a Reito, pues conocía bastante bien a la rica heredera. Habían tenido una pequeña conversación después del programa, donde ambas protagonistas habían dado respuestas vagas sobre su cita. Reito se había dado cuenta de que algo había cambiado en Shizuru. A pesar de su sonrisa ensayada, la de ojos rojos parecía tener la mente ocupada en temas serios. Su anuncio no le hizo más que confirmar que Shizuru había reconsiderado las cosas.
- ¡Ni hablar! – Su madre fue la primera en responder. - ¡Sabes muy bien lo que se espera de ti!
Tanto su padre como los directivos estaban de acuerdo con su madre.
- Sabes muy bien que debes casarte antes de tomar riendas de la empresa. – Su padre la aleccionó.
- Lo sé, padre. Pero creo que ya es hora de que haga lo que yo pienso que es correcto.
- Entonces deberemos pensar en otro candidato para dirigir la empresa. – Aportó un miembro de la Junta.
- Por supuesto que no. Mi hija sólo tiene un pequeño momento de pánico antes de casarse. Es normal, después de todo. – Su padre quería minimizar el impacto de la declaración de su hija.
- Lo siento, padre, pero es mi última decisión. Si los miembros de la Junta no quieren aceptarme como directora por el hecho de que no estoy casada, no me importa. Dejaré la empresa si así se requiere.
- ¡Ni hablar! – Su padre había perdido los nervios. – Además –dijo más calmadamente - debes recordar que el programa tiene una gran audiencia. Gracias a él la nuestra cadena es la primera en esa franja horaria. La protagonista no se puede retirar.
- Con todos los respetos, Sr. Fujino, – Reito decidió ayudar a su amiga, a pesar de que era de su programa del que estaban hablando – creo que su hija ya es mayor para tomar sus decisiones.
- Por supuesto que es mayorcita. Precisamente por eso debe cumplir con sus obligaciones. – Aportó la madre.
- Mi obligación es ser feliz. – Shizuru no dejaba de pensar en lo que Natsuki le había dicho.
- ¿Pero quién te ha metido esas ideas en la cabeza? – Preguntó su padre.
- Una amiga. – Shizuru no quería revelar sus conversaciones con Natsuki. Eran asuntos personales, después de todo.
- Pues no será tan buena amiga cuando te dice que dejes toda tu vida de lado. – Su madre estaba furiosa.
- Como sea, madre. – No había nada que su adre pudiera decir que la hiciera cmabiar de idea.- El caso es que no os he reunido a todos para pediros vuestra opinión, sino para informaros de mi decisión. – Dijo Shizuru con toda calma.
- ¡Esto es inaceptable! – Su padre también se puso furioso.
- Lo siento. Padre... madre... – dijo saludándolos a ambos – si me disculpáis...
Y con eso se fue. Haruka estaba con la boca abierta, la cual cerró Yukino con su mano.
- ¡Espera, bubuzuke! – Haruka salió corriendo detrás de su amiga. Tanto Reito como Yukino la siguieron. Querían hablar con Shizuru sobre todo lo ocurrido. Aunque todos estaban implicados en el programa, su amiga era mucho más importante que los índices de audiencia.
Nada más se fueron, en la Junta Directiva hubo primero confusión, y luego una fuerte discusión. Los padres de Shizuru querían a toda costa pedir tiempo para convencer a su hija, mientras que los miembros de la empresa estaban divididos: unos pensaban que podían cambiar las reglas y dejar que Shizuru asumiera el mando, aún sin haberse casado, y otros pensaban que las tradiciones había que seguirlas.
Shizuru, después de haber explicado sus razones a sus amigos, decidió ir a visitar a una cierta chica de ojos verdes. Después de todo, ya sabía por su abuela dónde vivía. Justo enfrente del apartamento de Chiyo.
Riiiiinggggggg.
Natsuki se levantó del sofá, donde estaba leyendo un artículo sobre las últimas tablillas acadias descubiertas. Era sumamente interesante. Al abrir la puerta se encontró con unos ojos rojos que la miraban intensamente.
- Hola, Nat-su-ki...
La aludida se puso muy colorada. Sacó un poco la cabeza para mirar por el pasillo, por si había cámaras. Después de todo, no quería que la gente supiera dónde vivía. Algunas personas la habían reconocido por la calle, y le habían pedido autógrafos. Afortunadamente, no eran muchos. Suspiró llena de alivio cuando no vio ninguna cámara.
- ¿Hay algo que interese a mi Natsuki que haya en la escalera? ¿O quizás espera a alguien?
- ¡Shizuru! Etto... sólo estaba mirando a ver si había cámaras.
Shizuru se puso seria de repente.
- En realidad, ya no va a haber más cámaras.
- ¿Perdón? – Natsuki no entendía qué quería decir.
- Ara, Natsuki es una maleducada. Debería dejarme entrar, en vez de dejarme aquí en el pasillo.
Natsuki, como pillada en una falta, se apresuró a abrir la puerta para dejarla entrar.
- Perdona... pasa, pasa.
- Oikini, mi Nat-su-ki. – Otra vez subida de colores por parte de la ojiverde.
- Etto... – Natsuki se rascó la nuca- ¿qué te trae por aquí?
- Pues vengo a informarte de que el programa ha terminado. – Shizuru no quería andarse con rodeos.
- ¿Cómo? ¿No faltaba una sesión? – Natsuki estaba muy confundida.
- Sí, pero... decidí no seguir con él.
Natsuki abrió los ojos como platos. No se esperaba esa información. Cuando la procesó, se sintió completamente liberada. Sin embargo, todo le parecía muy extraño.
- ¿No será una estrategia para que acepte a casarme contigo?
- ¡Me ofendes! – Dijo Shizuru sonriendo.
- Shizuru...- dijo Natsuki en tono de advertencia.
- Está bien. Me pondré seria. – Shizuru tuvo que luchar la tentación de seguir molestando a Natsuki. Pero esto era importante.- Seguí tu consejo. Reuní a las partes interesadas, y les comuniqué que no seguiría. No se lo han tomado muy bien, déjame decirte... sobre todo mis padres.
Natsuki no sabía qué decir. Después de un rato mirando los ojos sinceros de Shizuru, habló, con una sonrisa.
- Me alegro mucho. – Lo reconsideró.- Bueno... no me alegro de que te hayas peleado con tus padres y de que hayas perdido la oportunidad de dirigir la empresa, que posiblemente te hayan desheredado... ya sabes... sino... – hizo un gesto con la mano, en vez de terminar la frase. – Ya me entiendes...
- Oikini, mi Nat-su-ki. –No sabía por qué, pero cada vez que oía silabear su nombre en labios de Shizuru, le cosquilleaba la espalda.
- Etto... ¿quieres un poco de té? – Decidió que lo mejor era cambiar un poco la conversación. Además, quería demostrar sus buenas maneras como anfitriona.
- Sí, muchas gracias. – Dijo Shizuru sonriendo.
Mientras esperaban a que el agua se calentase, se sentaron cómodamente en el sofá.
- Natsuki... – dijo Shizuru pícaramente. - ¿Te gustaría saber cuál era la prueba final?
- Mmmm... sí, claro. Nunca lo dijeron.
- La prueba final era un beso. – Mientras Natsuki procesaba la información, y se podía ver su línea de pensamiento sólo con ver la gradación de color de su cara, desde blanco a rojo intenso, Shizuru se acercó lentamente, y posó los labios tímidamente sobre los de Natsuki.
Natsuki, después de la sorpresa inicial respondió al beso. Fue breve, pero dulce e intenso. Shizuru se reafirmó en sus sentimientos, sabiendo que había encontrado lo que buscaba. Por su parte, en la cabeza de Natsuki algo hizo, clic, y de pronto todo encajó. Sus sentimientos eran claros como el día. También había encontrado algo especial, aunque no lo hubiera ido buscando.
- Ne... Shizuru... ¿cuál es la siguiente prueba? – Dijo Natsuki con una voz muy sensual, moviendo las cejas.
Esta vez fue Shizuru la que se puso colorada. El sonido de la tetera las distrajo. Sin embargo, la tetera no era la que más calor tenía en esos instantes.
Nota final: Bueno, pues muchas gracias a todos los que han leído esta pequeña historia. Y, por supuesto, gracias a todos los que comentasteis. Nos vemos en los bares ;)