Durarara no pertenece.

Una chorradita sin mucho sentido que se me ocurrió hablando con mi izaya~ 3


Una vez fuera del edificio en el que vivía llevo su mano a uno de los bolsillos de su chaleco tomando de el unas gafas de sol con los cristales azules y mirándolas fijamente.

El día anterior su hermano menor se había tomado unos minutos para ir a verle y llevarle esas mismas gafas. Por lo visto uno de sus compañeros de reparto le habían hablado de una cosa llamada "color terapia".

Le había hablado de que los colores fríos como el morado y el azul ayudaban a relajarse y a contener la ira.

Se las colocó con cuidado de no romperlas y sonrió un poco, su hermano siempre se preocupaba mucho por él.

Seguramente si cualquier otra persona se las hubiera ofrecido alegando lo mismo lo habría rechazado como algo absurdo, pero era Kazuka y a su hermano no le podía decir que no.

Aquel era su día libre, después de un montón de días de duro trabajo con Tom-san y planeaba aprovecharlo.

Se pasó toda la mañana caminando por ahí, contemplando todo con nuevos ojos. Aquel día nada parecía alterarle y realmente podía sentirse feliz por aquello.

Finalmente se sentó en un banco de uno de los parques de la zona y encendió un cigarrillo mientras contemplaba a la gente que pasaba por allí.

Realmente él odiaba la violencia y le gustaba sentirse así de relajado.

El cigarro comenzó a consumirse entre sus labios y cerró los ojos dejándose envolver por el sonido de los coches que pasaban en la carretera de enfrente, de las risas de los niños y del ajetreo a su alrededor.

Al cabo de un rato y sin saber porque abrió los ojos, encontrando a la persona que mas odiaba frente a él sonriendo de forma burlona.

-I-Izay… -trató de tranquilizarse, la mañana le iba demasiado bien, pero no pudo, tiró el cigarro al suelo y lo pisó levantándose.

Inmediatamente el hombre frente a él hecho a correr riendo mientras era perseguido por el otro. Definitivamente la color terapia no funcionaba cuando se trataba de Izaya.